Me desestrecé un poco cantando.Tenía mucho tiempo que no afinaba mi voz, antes de la boda, en esa presentación aquí en la Tirana, luego en la boda y al final aquí.Hoy fue día de baladas, era miércoles, un día relativamente flojo, las personas venían más por comidas por comidas corporativas, grupos de universitarios, incluso grupos de amigas mayores.Veía a muchas cantando, la mayoría aplaudía, me gustaba así, este tipo de entorno exclusivo, en la tercera canción alguien me mandó una Mimosa de naranja (que el barman sabía perfectamente que si alguien me mandaba una bebida era estrictamente sin una sola gota de alcohol, solo para aparentar), la agradecí y continúe cantando.Hubo tres peticiones así que con gusto complací a la gente.Luego llegó Jake, uno de los nuevos cantantes del turno de la tarde noche, ese turno siempre estaba cambiando de artistas, muchos van y vienes, todos buscan buenas oportunidades, algunas veces suelen llegar personas importantes, con fines de buscar nuevos
Te quiero, AdamNo, aun no estoy lista para decirlo.Mi corazón está acelerado, no puedo hablar y estoy a punto de dejar de respirar.Todo este tiempo soñado con alguien… con un hombre que confesara lo que sentía por mí, escuchar a Adam se me hacía completamente irreal.Conocí a este hombre de la peor manera, arrastrándome a su guarida bestial, estoy confundida.Pero me gusta la persona en la que se ha convertido ahora, eso, me gusta, solo es eso, no estoy segura de mis sentimientos por él, mi corazón late a un ritmo acelerado, pero no es cálido del todo, no siento mi estómago revolotear, no siento que mi cabeza esté por las nubes, no como solía sentirlo con James, con él me sentía todo el tiempo flotando en el cielo, todos mis pensamientos eran volcados hacia él, siempre pensaba en él y quería complacerlo en todo, pero con Adam… ¿acaso esto es otro tipo de enamoramiento?, porque no pienso en él, no suspiro al verlo y tampoco quiero complacerlo. Ahora tengo otras cosas en las cuales p
—Estás jodiéndome ¿verdad?La cara de Holly se debatía entre la seriedad y la burla.—No bromeo—contestó—, pero tampoco es como si estuviésemos, saliendo, saliendo.Tragué lo último que quedaba de mi sándwich de pollo, sin quitarle la mirada de encima, bebió su soda italiana sin dejar de mirarme también.—Te gusta—apunté.—Sí, un poco.—¿Un poco dices?—Holly, está viviendo en tu casa, se está llevando bien con tus hijos, y encima de todo se te ha confesado.Se encogió de hombros.—Sí, pero, aun no siento lo mismo que él—partió un pedazo de su sándwich búfalo—, no se lo dije, creo que se me hace un poco cruel…—¿Cruel, dices?, Holly—me llevé una mano a la frente—, te “secuestró” y se aprovechó de ti… aunque eso no puedo decirlo completamente segura, ya que lo disfrutaste y aun así dices que es cruel no decirle que no lo quieres.—Está cambiando…Negué con la cabeza.—Lo mismo pensaste con James y…—Es que no puedo comparar a James con Adam, literalmente en nada—bufó—, solo quiero sabe
—Necesito que revises las gráficas de medio año—le indiqué a Eros—, debes cerciorarte de que todas superen el año pasado—este frunció el ceño. —Ya lo hice—me extendió su tableta—, mientras jugabas a la cacita, Nicholas y yo trabajábamos como debería—recriminó. —Está completamente idiotizado—convino Nicholas—¿Quién lo diría? —se burló. —Dejen de joderme y entreguen sus trabajos. —Sigo pensando que solo eres la figura publica y no el jefe real—se quejó Eros, dejándose caer sobre el sillón. —Déjalo, deberá compensarnos jugosamente por hacer su trabajo—sonrió anchamente Nicholas. No tenía problema con ello, puedo darles una fortuna con tal de continuar estando con Holly. Continuamos con el trabajo atrasado, bueno, mi trabajo, firmas, lecturas, revisión de proyectos, cosa que ya habían pasado por revisión de Eros y Nicholas. Pasado de las seis ya no me concentraba, espiaba a cada minuto el reloj, en muchos años, era la primera vez que me sentía ansioso y nervioso por tener una cita.
El silencio para mí fue asfixiante. Resiste un poco más, Holly, me grité mentalmente una y otra vez. No me dolía ni un carajo el vientre. Me dolía el maldito pecho y la cabeza. Solo quería recordarte de nuestra apuesta. El eco de esas palabras me martilleaba por sobre mis gritos mentales, para luego atravesarme el pecho con la contestación de Adam, Para tu información, estoy ganando ¿no ves? Estaba al borde del colapso. Una apuesta, una m*****a apuesta entre los dos, entre esos malditos bastardos sin escrúpulos, por eso James había querido que lo siguiera para hablar, porque sabía lo que pasaría. El día de ayer se había enterado por los niños que Adam y yo saldríamos a cenar juntos, sabía la hora y el lugar exactos. Hoy mientras traía a los niños a la casa de mis padres había querido hablar, pero como yo estaba de los nervios me negué. Sí, me conocía tan bien el infeliz que sabía perfectamente que lo seguiría. Quizá ahora se estaba regodeando de lo lindo por su triunfo. Mald
Hay una cosa que me molesta.Ella es… tan moralista.Y yo, bueno…No soy tan bueno.No pretendía ser tan codicioso, pero ella es algo que deseo.Nunca había ansiado tanto la compañía del amor.¿Qué fin tiene? si no de enloquecer, ser vulnerable hasta destruir.De ella lo quiero todo.Tanto que me va a enloquecer.Pero no seré suave.No.Lo que quiero de ella no puedo obtenerlo así.Seré tan arrollador, tan despiadado, una bestia que solo la hará caer en la sumisión.Sin rosas, sin ángeles ni cantos, sin cosas doradas ni brillos cautivadores.Lo que quiero de ella es tan sublime que no hay explicación. Lo quiero todo.Aunque la vida se me consuma en ello.
Solo diez minutos para que terminé el ciclo.Estoy hecha un mar de nervios desde... bueno, desde que supe que viajaría a Nueva York, no puedo solo ser yo.Intenté murmurar una canción, canturreándome para calmarme, pero no servía. Cuando estoy de nervios y la presión me aflige, me olvido de las tonterías particulares que salen de mi boca.Y en esos diez minutos.La puerta de mi oficina chocó contra la pared y pegué un brinco en mi asiento, Dany entró a mi oficina, como el tremendo huracán que era. —¿Qué haces aquí? —pregunté con un chillido y el corazón a punto de salirse de mi pecho.Mi hermana cruzó los brazos y se recargó en el umbral, su dramático cabello negro alborotado, con la base que le habían hecho recientemente, lo llevaba corto y lo mecía como una esfera.—No me digas que lo olvidaste —bufó mordiéndose la mejilla, meció el cabello hacia atrás con dramatismo.Mierda, si lo hice, me olvidé por completo.—No... no... jamás lo olvidaría —me reí con nerviosismo —¿es tu cumplea
Debía ver a Dakota en la entrada del aeropuerto.No me quité los lentes hasta que me pidieron mis cosas en el registro y fue cuando vi a Dakota esperándome impaciente, saltó como un resorte cuando me vio.—Dime ¿Cómo te fue? ¿Qué hicieron? a qué es un papucho — pero la sonrisa se le borró en cuanto me vio —¿Qué te hizo ese maldito? —Suspiré.No tuve el valor para llamarle anoche a Dakota y contarle lo que había sucedido, humillada me había hundido en mi cama, intentando calmarme, para cuando desperté era de madrugada y por más que me había esforzado para borrar los rastros del llanto de anoche, no pude hacerlo del todo.—No ... no fue nada —titubee, intentando apartarme un poco de la gente para que no escuchara un malentendido drama.—¿Te pegó? ¿abuso de ti? Dime para que lo demandemos...Miré alarmada a mi alrededor, un poco asustada porque alguien la escuchara, me apresuré a callarla. —Sch — le llevé una mano a la boca — no fue nada de eso — miré a mi alrededor, pero nadie nos habí