Capítulo treinta y tres: ¿Quieres casarte conmigo?Alonzo vio a Gaby en la terraza y estuvo observándola como la primera vez que la vio. Ella llevaba puesto un vestido blanco que se ceñía a cada centímetro de su cuerpo, desde sus exquisitos senos hasta sus aún esbeltas caderas. El elegante cuello conducía a unos ojos azules que eran capaces de detener a un hombre en seco y a unos gruesos labios que le habían parado el corazón en varias ocasiones.En aquellos momentos, conociéndola como la conocía, aún era capaz de apreciar sus atributos físicos, pero lo que más veía era belleza. Belleza en un vestido que hacía destacar suabdomen ligeramente hinchado de embarazada. Su belleza cubierta de encaje blanco que le arrebataba el primer puesto a la impresionante puesta de sol que había a sus espaldas.Una belleza que era toda suya. Era...Aquella palabra era la clave, porque muy pronto dejaría de serlo. Se había mostrado muy posesivo hacia ella desde el principio y no había querido nunca dejar
Capítulo treinta y cuatro: No es realPasó un segundo, luego dos. Gaby tan solo lo miraba con fijeza. Entonces, tensó los labios y las lágrimas comenzaron a caerle por las mejillas. Apartó secamente la mano de la de él.Gaby se secó las lágrimas casi con furia. Aspiró el aire y esperó que su fuerte constitución la ayudara a resistirlo todo. Tenía el corazón partido cuando llegó a la fiesta.Y ahora... Alonzo acababa de hacerlo pedazos.Él la rodeó con sus brazos para reconfortarla.—Gaby, sé cómo suena todo esto. Sé que crees que es demasiado tarde…Sin embargo, no era así. No tenía nada que ver con el tiempo.«Amo a nuestra hija… Siento algo por ti». Alonzo no podía haber sido más claro sobre la división de sus sentimientos. Cuando empezó aquel discurso, Gaby había creído que el milagro era posible. Que, durante aquella fiesta, Alonzo había terminado viendo la luz. Sin embargo, en aquellos momentos, al mismo tiempo que lo miraba, el corazón se retorcía de dolor y por fin había compr
Capítulo treinta y cinco: No es suficienteAlonzo trató de superar a sus hermanos, pero entonces Zackary le empujó y le rodeó con sus brazos. Podría parecer que lo estaba consolado, aunque en realidad era más como si estuviera intentando aplastarle las costillas.—Espera un momento —le ordenó Pietro—. Vamos a tener una conversación de hermanos.Cuando Alonzo se calmó por fin, Zackary le soltó. En el interior de la sala, familia y ambos observaban la escena con preocupación para luego mirar en la dirección en la que Gabriella se había marchado.—Tenéis treinta segundos. No pienso estar aquí mucho tiempo cuando debería ir corriendo detrás de ella.—Ya ha ido Fiona. ¿No lo has visto? —intervino Pietro—. Además, si Gaby quisiera estar hablando contigo en estos momentos, estaría en esta terraza. Todos los que hay ahí dentro están esperando una noticia. Efectivamente, ya se la habéis dado, aunque no precisamente la que estabais esperando.Alonzo se mesó el cabello con las manos. Por supuest
Capitulo uno: La invitación a la fiestaGabriella De Luca estaba sentada en la cafetería, una de las más famosas de Florencia, esperando una reunión con un cliente importante, pero Gaby no tenía ningún deseo de admirar la decoración o la hermosa arquitectura que había fuera de la ventana, puesto que era una mujer profesional.En el año que llevaba en la ciudad, rara vez había tenido la oportunidad de tomarse un momento para admirar la vista, a pesar del ritmo pausado de la vida en Florencia, y siempre se había sumergido deliberadamente en su trabajo, eligiendo, por alguna razón, evitar recordar al hombre de su pasado que siempre había rondado por su mente.Sus ojos, que repasaban los datos del cliente, abandonaron la pantalla al darse cuenta de que la cita estaba a punto de terminar.Pronto, una hermosa joven se acercó a ella.—¡Usted debe ser la famosa directora de relaciones públicas, señorita Gabriella! La recién llegada de enfrente vio la cara de Gaby y sus ojos se iluminaron al i
Capítulo dos: ¡No puedo creer que seas tú!Gaby se puso delante del espejo y se miró con un vestido blanco que perfilaba sus curvas perfectas, un regalo que se merecía por haber sudado en el gimnasio.Sus rizos rubios cayeron sobre su pecho y jugueteó con sus accesorios, de manera distraída escudriñó el vestido que tenía una abertura que dejaba al descubierto sus muslos.Estaba claro que iba a acaparar toda la atención de la sala, para conseguir más clientes posibles, sin embargo, ella misma no tenía la menor consideración por el tipo de persona que cuidaba su aspecto sin enriquecer su corazón. Pero por mucho que trabajara, por mucho que se ocupara deliberadamente del trabajo, siempre podía sentir que había una parte de sí misma que no se realizaba del todo, que se sentía solitaria y en ocasiones... frustrada. Un año después de llegar a Florencia, se había ido integrando poco a poco en los círculos de la ciudad, tanto políticos como empresariales y se comunicaba entre aquella gente
Capítulo tres: Soy el mismoGaby no encontraba más razones para seguir evitándolo, ¡sus peores temores se habían hecho realidad! No se atrevió a seguir pensando en ello.«A lo mejor ni se acuerda de mí, no te pongas nerviosa, estás aquí por trabajo», se tranquilizó dándose ánimo mentalmente.Tan rápido como pudo, recogió sus ojos sorprendidos y miró al alcalde, forzando una sonrisa.El alcalde hizo un gesto a Alonzo para que se acercara y él mismo se dio la vuelta.Gaby le tendió la mano de manera inconsciente. —Encantada de conocerle —dijo como si no lo hubiera visto antes. Sin embargo, Alonzo al parecer tenía otros planes. —Es agradable verla nuevamente, señorita De Luca. El hombre añadió la palabra "nuevamente" de forma intencional antes de tomar la mano de Gaby entre las suyas.Ella sintió el calor de la mano de Alonzo y se dispuso a tirar de la misma para alejarse, pero descubrió que él no tenía intención alguna de soltarla. Entonces, Gaby se esforzó mucho más para liberarse d
Capítulo cuatro: Ex esposa y prometidaYvonne notaba la presencia de la compañera de su ex marido en vestido blanco, y agarrada al antebrazo de él. Parecían ser una fina pareja. ELos celos se apoderaron de su mente no tan inteligente y se lanzó por impulso a Gaby en lugar de Alonzo. —¡¿Quién es esta perra?! ¿Quién te ha dado permiso para acercarte a mi esposo, zorra cazafortunas? —Yvonne pregunto como una loca y antes de que alguien pudiera siquiera mover un dedo, le dio una bofetada con fuerza a Gaby. —¿Qué haces? —Alonzo la empujó de inmediato para luego volverse a observar y tocar la cara hinchada de Gaby—. ¿Estás bien? ¿Te duele? El alboroto llamó la atención del alcalde Varca.—Pero, ¿que está pasando aquí?—Señor Alcalde, ¡mire lo que ha hecho su hermano! Me obligó a divorciarme de él... ¡tres días después de nuestra boda! —chilló como histérica—. Para colmo, ni siquiera quiere compensarme con mi merecida indemnización monetaria! ¿Alguna vez ha visto una escoria como él? L
Capítulo cinco: Me sigues deseando Yvonne siguió gritando como las anguilas de “La princesa prometida” al mismo tiempo que los guardias de seguridad se la llevaban. Zackary se acercó a ellos y utilizó la ligera ventaja que le daba su altura para tratar de intimidar a Alonzo. —A ver si lo entiendo —dijo con aquella exagerada tranquilidad que lo caracterizaba—. ¿Estás prometido con la Señorita De Luca? El alcalde miró a Gaby con una expresión increíble en su rostro, no entendía cómo la hermosa mujer que acababa de presentarle a su hermano de repente se había convertido en su prometida. ¿Qué estaba pasando entre aquellos dos? Gaby guardó su sonrisa e intentó quitarse el anillo del dedo anular para volver con Alonzo, pero no pudo sacarlo —¿Por qué no? Gaby levantó la cabeza y miró insatisfecha, solo estaba aquí por emergencia, no tenía la intención de jugar a ser su prometida todo el tiempo, pero no tenía la intención de refutar. Este era su instinto profesional como publicista pr