Mateo Acosta Después de trabajar duramente todo el día decidió visitar a su padre a la habitación, se sentó a su lado escuchando el sonido del pulso a través de las maquinas que lo mantenían vivo. —Necesito hablar contigo, sabes que estoy a cargo de la hija de Richard y la tarea no es tan fácil como me parecía antes. — Hago una pausa, larga ver a mi padre allí me rompe el corazón, pienso que si le hablo un día se le va a levantar y me va a responder Antes del accidente, mi padre como que presentía que algo malo le iba a pasar y me dejo como único heredero de toda su fortuna. Mi madre empezó a protestar, pero de nada le valió todo lo que hizo, se tuvo que ir con una mano adelante y otra atrás, no iba a permitir que se le acercara a mi padre y le hiciera daño, fui testigo como ella se marchaba con el supuesto mejor amigo de mi padre, para mi ella murió el día que mi padre tuvo el accidente Ha tenido el descaro de ir a la empresa a buscarme, pero su entrada está prohibida, si hay un
Marie Moreau Un día antes de la fiesta donde Marie sería presentada a la empresa, Mateo, le hizo Marie una invitación difícil de rechazar: —Pequeña, ¿qué te parece si nos echamos un partido de póker? Me siento realmente inspirado y sé que esta vez sí te venceré. — Ella, sonrió, con satisfacción, nunca la había ganado jugando, era un machista de lo peor no soportaba que una mujer lo ganara una y otra vez. Pero al contrario de lo que ella pensaba, él ocultaba la necesidad de estar cerca de ella. —Bien, se me ocurre algo con lo que podemos hacer el juego mucho más interesante. —Al tiempo que hablaba, su mirada se tornaba misteriosa, con un toque de coquetería que ningún hombre con experiencia podría dejar pasar. — ¿de qué hablas? — Cuestiono el —Apuestas. —, respondió ella con voz cantarina — ¡Excelente! —aceptó sin dudar tomándola de la mano para llevarla a jugar al despacho, que en últimamente era usado, también como sala de juegos. Los dos disfrutaban, como niños del juego y
Mateo AcostaSofia se retira con una sonrisa fingida en la cara, pero los ojos rojos de ella la delatan esta molesta, y no me importa en lo absoluto, él no cedía ante nadie, le dijo que debía esperar y debía hacerlo.Seguramente su virilidad no funciono por la tensión a la que estaba sintiendo en este momento por refrenar y desatender sus necesidades sexuales básicas.Sin embargo Sofia logro sacarle una promesa, mañana ella iría de mi brazo a la presentación de Marie, y además, se iría en la noche con él.—Disculpa la tardanza, pequeña —Soltó Mateo apenas la encontró en la sala principal de la mansión, estaba complacido por verla esperándolo— ¿Te apetece aún que juguemos? — Cuestiono lamiendo mi labio inferior, me encanta la forma en que se sonroja por cualquier cosa, es una niña pero es muy receptiva a mi presencia.—¡Oh, sí, Mateo! —Ahora más que nunca, se dijo en su cabeza para daré valor durante el tiempo de espera, se fue a la licorera y destapo una botella de brandi—. ¿Sigu
Marie Moreau ¡Dios! ¿Cómo era posible sentir más? El profundo beso, el cuerpo duro de Mateo sobre el suyo, las exigentes manos tocando apretando y poseyendo todo a su paso, lo sentía por todos lados y la ropa comenzaba a estorbar, estaba tan caliente que una capa de sudor delgada comenzó a cubrir su cuerpo La lamidas no se limitaron a su boca, pronto el estuvo succionando a piel de su cuello, bajo la tira de la camiseta, y el brasier liberando sus senos redondo y firmes era la primera vez que alguien más los veía, pero no sentía vergüenza deseaba el contacto piel a piel, cuando la lengua traviesa de él comenzó a comérselos literalmente sentía que en cualquier momento sentiría, lo que una de sus amigas describió como u orgasmo…una pequeña muerte ¡Pero paró! Allí, los labios golosos tomaran el lugar de las manos, y los dedos, con vida propia, se ocuparan en otros asuntos como intentar quitar toda la ropa que estorbaba, tomando su tiempo lentamente el desabrocho el pantalón de ella,
Mateo AcostaCon satisfacción, Mateo paseaba la mirada por el salón destinado para la presentación de Marie a la empresa, apreciando que ya estaban todos los invitados, socios de la empresa, y todos los trabajadores solo faltaba Sofia y Marie que era motivo de la reunión.Justo en ese momento, Mateo vio entrar a lady Sofia tan despampanante como siempre, con un vestido negro de escote profundo hasta el ombligo con el cual lograba cautivar todas las miradas masculinas a su paso.—Sofia —la saludó con un beso en la comisura de los labios, sabía que ella sería capaz de sacar de su cabeza a su protegida—Hola amor. — Respondió ella sabiendo que estaba deslumbrante, no paso muchas horas arreglados para nada.—. ¡Te ves glamorosa! — La halago, admirando lo sensual que era la mujer frente a él—Gracias, amor, tú también estás guapísimo, pero no hace falta que te lo diga —le ronroneó al oído, colgada de su brazo todos podían darse cuenta del tipo de relación que los unía.Mateo ya estaba acos
Marie Moreau Horrorizada por su osadía, se dio media vuelta, para escapar de la escena de la forma que fuera. —No tan rápido, pequeña, que aún tú y yo no hemos terminado —Siseó en su oído, un Mateo cerrando la puerta que ella apenas había logrado abrir, dejándola prisionera ante el cuerpo de él y la m*****a puerta, ¡estaba aterrada! —Qué relación tan tomentosa la nuestra, querida, ayer por poco acabamos follando en un sofá y ahora te atreves a golpearme, casi siento curiosidad por saber qué sigue. — Me dice entre dientes, tratando de controlar su furia. La cadera masculina presionaba sin piedad el trasero redondo de la mujer, que podía sentir la masculinidad del hombre molesto detrás de ella. — ¡Por favor, Mateo! ¡Déjame salir! La gente va a pensar lo que no es, si no aparecemos en el salón ahora mismo. — Aunque su mal proceder era motivo suficiente para sacar a cualquiera de sus casillas, Mateo no se lo estaba tomando nada bien todo lo que ella le decía, parecía otro, incluso s
Marie Moreau Los jóvenes amigos de Marie llegaron a la mansión, Madeleine la saludó con el alboroto de siempre, como si no la hubiera visto el día anterior, con preocupación se percató de que Michael abordó al Mateo en la entrada y, luego de un intercambio breve de palabras, este lo siguió a su despacho.—Por favor, siéntate Dime, ¿en qué puedo ayudarte? —Mateo conocía perfectamente las intensiones del joven, no era ningún tonto, lo sabía por la forma en que actuaba cuando Marie estaba cerca.—Señor estoy seriamente interesado en Marie y he venido para que usted esté al tanto, voy a pedirle que sea mi novia.Mateo estuvo esperando esto por meses, para deshacerse de la responsabilidad que Marie le acarreaba, pero lo que no entendía eran sus propias emociones, se sentía mal al imaginar a Marie en una relación formal con Michael.Tuvo que contenerse para responderle al joven sin quedar en evidencia—Le agradezco su interés lo por mi protegida. ¿Lo puedo llamar Michael? —Luego de un ase
Marie MoreauApenas cerré los ojos mareada por haberme excedido en el trago, tocan la puerta con suavidad, que me pone en estado de alerta.— ¿Puedo pasar?— Pregunta Mateo desde el otro lado ¡ojala que no venga a pelear!, no soporto el dolor de cabeza, toda la distancia que hay entre los dos la impuso él. — ¿Cómo sigues, pequeña? — Tenia mucho tiempo que no me trataba así, ¡por poco me derrito!, luego me incomoda el término “pequeña” me sigue viendo como una niña cuando soy toda una mujer…No he experimentado el sexo, solo porque no he encontrado a alguien que me haga sentir como él.—Mejor, Mateo, gracias, referente a mi salida mansión sin su permiso, yo le aseguro que no volverá a suceder, le prometo que no lo hice por molestar o hacer cosas malas, solo quería apoyar a Madeleine. —Confesé manteniendo la mirada al suelo, solo Salí a divertirme, sanamente.No lo miro a los ojos, porque si lo hago se me traba la lengua, es el efecto que el causa en mí, me pongo tonta cada vez que el e