Ella siempre hace las cosas sin consultarle a él, ese es un error que a veces cometemos las parejas pero ¿quien es perfecto?
Mateo Acosta— ¿Tu quieres volverme loco? ¿Cómo se te ocurre traer a este niño sin consultarme?, no tengo nada en contra de él pero Marie ¡Por Dios por un momento piensa en mí! ¿Qué crees que harán sus padres cuando sepa que está aquí?, lo más seguro es que quieran dinero. — Le digo pensando en muchas probabilidades y solo diciéndole a mi esposa las menos fuertes.—No dirán nada. — Gimotea ella—— ¿Cómo puedes estar tan segura?— Le pregunto y ella me responde, — ¡porque es huérfano como yo!, no tiene a nadie, no podemos dejarlo en la calle, no podemos abandonarlo, ¡podría morir de frio!— Me responde llorandoA mi esposa parece que el encanta meterse en problemas —. Expreso, no sé qué hare con ese niño en la casa ahora— ¿Y entonces cuando veas un niño en la calle lo vas a traer a casa?— Cuestiono serio—Solo a Víctor, lo prometo. — Me dice ella, colgándose de mi cuello y viéndome directo a los ojos—Sabes que detesto a los niños. — Le digo con las manos en mi cintura—. —Y sabes que e
Mateo Acosta,Son las ocho de la noche y estoy preparándome para salir a emborracharme hoy es viernes y el cuerpo lo sabe, tengo frente a mi dos trajes y no termino de decidirme cual utilizar cuando la señora Cristal toca la puerta—Adelante.— Respondo, estoy en toalla, pero no le doy importancia, ella me ha visto hasta desnudo antes.—Señor debe ver las noticias ha ocurrido una tragedia.— Me dice ella.—¿Que sucede Cristal?, no seas tan dramática.— Respondo, encendiendo el televisor en el canal de noticias, hay imágenes de una explosión de un avión en el aire.—El jet del magnate Francés Richard Moreau, explotó en el aire, dice que se dirigía a su casa en Francia, después firmar un acuerdo de cooperación millonario con el dueño de Industrias Díaz, el señor Elías Díaz, lamentamos su partida y extendemos nuestras condolencias hasta su única hija, la joven Marie Moreau, paz a sus restos. Expresa con fingida pena la periodista.—El control del televisor resbala de sus manos y cae al suel
A Sofia la carcomían las ansias y la curiosidad, aunque el comportamiento que tenía era impropio de ella, que se jactaba de ser una mujer segura de sí mismaEl problema es que de un tiempo para acá, Mateo Acosta, su presa se ha comportado algo distante con ella.Apena Mateo llega al aeropuerto, se dirige a la salida de los pasajeros del avión proveniente de Francia, mira en todas direcciones buscando a la pequeña niña, a la que le contaba aventuras fantásticas cada vez que visitaba a su amigo, pero no logra verla por ningún lado.De un momento a otro una mujer de perfecta figura lo abraza con confianza, el intenta quitarse a la joven de encima de inmediato, está asombrado del arrebato de la mujer.Mateo AcostaPara él es normal captar la atención femenina, pero esto es algo exagerado piensa el hasta que escucha— Mathi— Con la voz más seductora y erótica que ha escuchado en su vida.—La aparta sin poder disimular la mirada de sorpresa ante la mujer preciosa frente a él, es la copia
Marie MoreauEstaba muy nerviosa ante la imponente presencia de Mateo— ¿Supongo que es de tu conocimiento el contenido del testamento de tu padre? Cuestiona el sin dejar de verla a los ojos.—Mi padre se esforzó por enseñarme a manejar sus negocios desde que era una pequeña, no tuve una infancia convencional y al final, te dejo como albacea de mis bienes hasta que cumpla veintiún años o hasta que me case. — Suelta frustrada al sentir que su progenitor no terminaba de confiar en ella.Para él era una niña para muchas cosas, sin darse cuenta que ella ya había crecido y podía con cualquiera de las tareas que se le encomendaran a pesar de su juventud y belleza.—Debe aceptar la voluntad de tu padre lo más rápido que puedas — Responde el—.Saber que viviría a tu lado fue lo único que le dio un poco de felicidad y paz en medio de todo este caos—Admito sin vergüenza alguna ante él—Qué bueno que te gusta la idea, daré mi mejor esfuerzo para que vivas feliz todo este tiempo a mi lado. —Prom
Mateo AcostaA la luz de un nuevo día, me desperté pensando en los últimos acontecimientos con cabeza fría. Tenía más que claro que, con la llegada de Marie a la mansión, se había marcado un antes y un después en la vida de ambos.Reconocía que la presencia de la joven en su casa seria un obstáculo con su estilo de vida, siempre he sido un mujeriego y ese no es el ejemplo que debo darle a una señorita, por lo que estaba obligado y dispuesto a hacer cambios radicales en la forma en que vivía, sobre todo en su vida promiscua.Sin embarga a pesar de su estilo de vida, nadie podría decir que eso hubiese interferido alguna vez en sus responsabilidades, su empresa está bien posicionada en el mercado gracias a su esfuerzoEl dolor de cabeza no lo dejaba pensar con claridad, por lo menos el licor logro hacer en el lo que él quería, dejar de pensar en tonterías con su protegida, ¡es una niña!Se masajeó las sienes para disipar los efectos de la resaca, con renovadas energías, Mateo resolvi
Marie Moreau Me indica con un gesto de su mano, donde podía sentarme, estoy muy nerviosa y afectada por su cercanía, el olor de su perfume me pone boba el ocupa el suyo. Parece que este algo nervioso, carraspea aclarándose la garganta y me mira directo a los ojos. —Marie, quiero que observes y entiendas la forma en la que estamos obligados a vivir a partir de hoy en esta casa. — Mateo la taladraba con la mirada gris mientras ella atendía sus palabras, mordiéndose el labio inferior— —Pase de ser un hombre soltero y sin compromisos, a convertirme en el único responsable de tu futuro, aun sin tener lazos de sangre. ¿Estás de acuerdo conmigo? – —Por supuesto, Mateo. — Respondo, preguntándome ¿A dónde quería llegar con tanta palabrería? No le gustaba para nada como había iniciado esta conversación, está muy extraño —Con esto quiero decir que nos debemos comportar con la mayor propiedad dentro y fuera de la mansión para no dejar dudas de cuál es la relación que nos une...— Me dic
Marie MoreauNo sé en qué momento me quede profundamente dormida, solo desperté por el toque constante de la puerta—Adelante —Respondí hecha un ovillo en la cama luego de que los discretos golpes a la puerta no cesaban, sacándola de sus sueños, donde su padre vivía, y era feliz en su casa en Francia.Con esfuerzo me senté en la cama viendo todo a mí alrededor, volviendo a mi triste. —Señorita ya son las dos de la tarde y el señor solicita que baje al comedor para acompañarlo a comer. —Dice una de las servicios de la casa de la cual no recuerda el nombre, son muchas personas trabajando en este lugar.—Por favor, dile al señor Mateo que me disculpe, pero que gustaría comer con mi nana — Hoy no quiero verle la cara de nuevo, no es mi persona favorita.—Como ordene, señorita —Respondió la joven y se marcho por donde vino. —Por favor, puedes llamarme, Marie, por lo menos no cuando estamos solas ¿Cómo te llamas tu? —Cuestiono buscando amigos dentro de su soledad.—Está bien seño…Marie, s
Marie MoreauDespués de veinte minutos, llego a un majestuoso edificio, el chofer se apresura a abrirme las puerta—Muchas gracias señor Holmes. ——A su orden, señorita. — Asiento y avanzo a la entrada sola, entro directo a la recepción un poco perdida, ni siquiera sé qué carrera escogió para mi Mateo.—Buen día ¿puede indicarme donde queda la oficina de control de estudios?— Cuestiono la mujer que me mira de arriba abajo, haciéndome sentir incomoda.— ¿Eres nueva?— Me pregunta, siento un impulso por rodar los ojos, obvio que soy nueva si no, no estaría preguntado nada.—Sí. — Respondo simplemente—El pasillo al final, doblas a mano izquierda la segunda puerta. — Me responde la mujer con expresión de aburrimiento.Camino hacia la dirección indicada, mientras miro a todos lados con curiosidad, llevo una libreta en mi mano, y como estoy distraída, me tropiezo con alguien.—Disculpa. — Me dice el joven frente a mí cuando sé que la culpable fui yo——No te preocupes digo agachándome rápido