—Soraya, ¿cuántas veces te he dicho que mantengas tus manos alejadas de mi compañera? —ruge Alfa Ace con ira, y la empuja fuera del cuerpo de Mia.—¡Solo lo haré el día que deje de buscarme problemas! ¡Dile que se aleje de mí! —brama ella, y se gira para mirar a Mia, que luce terrible. Tiene toda la cara roja por los golpes que recibió y sus labios sangran.—Mia, ve a mi habitación —le ordena Alfa Ace—. Llamaré al curandero de la manada para que te atienda. —La ayuda a ponerse de pie y la observa con tristeza mientras sale de la habitación todavía llorando. En el momento en que la pierde de vista, se vuelve hacia Soraya, que parece la menos preocupada por lo que acaba de pasar—. ¡¿Cómo te atreves?! —cuestiona furioso, y acorta la distancia que los separa.Ella lo mira con una sonrisa atrevida en su hermoso rostro.«No tiene idea de lo difícil que es para Alfa Ace mantener su cara de póquer».Ace cierra los ojos y deja escapar un profundo suspiro. Su feromona está invadiendo su mente y
Soraya tenía la esperanza de que la torturaran de nuevo después del incidente que ocurrió, pero ha pasado un día entero y no ha sucedido nada. Ningún guardia ha ido a sacarla a rastras. Ahora mismo ni siquiera sabe qué esperar. Sin embargo, no tiene miedo de nada de lo que quieran hacerle.Ya ha visto lo peor.Ya ha hecho lo que quería hacer.Y si Alfa Ace sabe lo que es bueno para él y para esa compañera suya, será mejor que la deje ir porque, cuanto más se quede allí, más problemas causará.Ella no pretendia quedarse como una estupida loba sumisa, no tenia a quien perder, asi que que importa si toca un nervio mas o menos de Alfa Ace.—Soraya —grita una voz mientras se abre la puerta de su habitación.Pone los ojos en blanco cuando ve al alfa Ace entrar y se levanta de la cama.«Así que finalmente está aquí para castigarla».—He estado esperando todo el día para que vengas y me declares mi castigo. Dime, ¿me van a torturar hasta la muerte otra vez? —Adopta una pose con las piernas cr
Soraya decidió dar un paseo nocturno por el jardín antes de irse a dormir. Tiene unos diez guardias vigilándola en ese momento, pero ese es el menor de sus problemas. Ese día ha sido uno muy duro para ella.Primero fue la pelea con Mia y luego entró el alfa Ace con sus dolorosas palabras que la hicieron llorar a lágrima viva durante más de dos horas.Jura que va a escapar. Nada podrá hacerla permanecer en esa manada nunca más.—¡Soraya! —grita la voz de Mia, y puede oír sus pasos acercándose a ella en el jardín.Deja escapar un suspiro de frustración mientras se da vuelta para mirarla. Mia tiene una gran sonrisa y se pregunta qué la divierte tanto. Ella es la última persona que quiere ver en ese instante.—Me parece que soy el aire que respiras. No puedes vivir sin mí —Soraya dice con evidente sarcasmo.Mia se ríe y camina delante de ella.—No hay necesidad de que seas sarcástica, hermana. Solo quiero que hablemos.—En primer lugar, no eres mi hermana. Una hermana nunca traicionaría a
Soraya ríe histérica. —¿Yo insultarte? ¿De dónde sacaría yo tal atrevimiento? —satiriza, y se aleja de ella y de su locura.No puede creer que le tomó dieciocho años darse cuenta de que Mia está mal de la cabeza.De todos modos, ese es su problema y de alfa Ace. Lo que tiene que hacer es convertirse en esa criada que todos quieren, dominar todo la casa de la manada y escapar de ese agujero infernal de manada.Soraya empezará su plan de escape ese día. En el momento en que Mia la presente a las demás y la ponga a trabajar, se asegurará de dominar cada rincón de la casa de la manada para poder planificar su escape. Sabe que la atraparán y la castigarán si la pillan escapando, y por eso tiene que hacerlo con discreción.Al siguiente día..—¡Maldita criada! —maldice llena de indignación Soraya. Entretanto, sale de la ducha y se ata la toalla alrededor del cuerpo.De todas las cosas que la esperan en esa vida, ¡va a ser una criada otra vez! —Soraya, ve a buscarme un vaso de agua. Soraya,
Alfa Ace sabe que hoy es el día en que Soraya comienza a trabajar como sirvienta y, honestamente, no sabe cómo se siente al respecto.Quería enviarla de regreso a su manada para que dejara de causarle problemas a Mia, pero Mia insistió en que se quedara, así que la dejó quedarse.Por alguna extraña razón, siente que le gusta el hecho de que ella todavía esté allí, y si le preguntaran, diría que no le gusta el hecho de que vaya a trabajar como empleada doméstica.Jura por la diosa de la luna que está confundido sobre qué es lo que pasa con exactitud. Siente una conexión con Soraya que no puede explicar. Cada vez que se acerca a ella no puede razonar correctamente e incluso cuando está lejos siempre está pensando en ella. Esos días sueña mucho con ella, es decir, no puede sacarla de su mente, y es frustrante porque se siente mal por hacerle eso a su compañera, Mia.Ella es su verdadera compañera, pero no hay un solo día en que piense o sueñe con Soraya. Se siente más atraído y conectado
Una cosa la ha hecho reír a Soraya toda la mañana: era que alfa Ace le parpadeó antes de marcharse después de salvarla de una tarea difícil que la obligó a hacer la criada malvada. Le hizo repetir el mismo proceso sin importar que ya habia fregado ese lugar.Sabe que no les gusta, pero ¿de verdad tienen que darle ese tipo de trato tan difícil?No puede agradecerle lo suficiente al alfa Ace por salvarla. Ya estaba a punto de derrumbarse cuando intervino. Gracias a la diosa de la luna que la haya limitado a lavar la ropa. Jura que es mucho mejor. Todo lo que tiene que hacer es caminar y recoger la ropa sucia de su habitación y la de Kai y lavarlas, y cuando están secas, las plancha, las dobla y las deja en sus habitaciones. Eso le vendría bien.Empezó con la ropa de alfa Ace. Cuando le quitó la ropa a Mia, la olió durante casi treinta minutos y fantaseó sobre su vida. Cómo habrían sido mejores las cosas para ella si no fuera una ladrona, si él la aceptara como su compañera.De verdad de
Es muy alto, musculoso y de hombros anchos. Un hombre muy atractivo, sin ningún problema con las mujeres. Tiene una nariz estructurada, un poco torcida, quizá debido a las peleas, y una sonrisa juguetona y secreta, como si supiera algo que ella no sabe.Un aura misteriosa y poderosa lo rodea, y Soraya se siente tentada a sonreír.«Ese es su alfa y su compañero».—¿Ya terminaste de mirarme con lascivia? —Su voz se escucha de pronto y la saca de sus pensamientos.Aparta su vista de él y del yeso en la pared.—Yo… yo…Lo oye reír.—¿Qué estás haciendo aquí?Por la tranquilidad de su voz puede decir que no está enojado porque está allí.—Bueno, yo… —se gira para mirarlo con la canasta todavía en su mano— vine a entregarte tu ropa. Ya terminé de lavarla y plancharla.—Está bien. Puedes guardarla en el armario —le sugiere.Sin perder más tiempo, Soraya entra al armario, donde deja la cesta en el suelo, y se da la vuelta para irse, pero se congela una vez más en su sitio cuando lo ve de pie
Ace la empuja con tanta fuerza que casi cae al suelo. Soraya se tambalea un rato antes de recuperar el equilibrio, y cuando lo logra, lo mira con la mirada más triste en sus ojos. Su corazón se rompe en mil pedazos cuando lo ve limpiarse los labios y observarlo todo aterrorizado.¿Lo que acaba de pasar no significa nada para él? ¿No sintió las chispas y la conexión? ¿Por qué eligió ser tan ciego?—¿Por qué nadie me responde? ¿Qué está pasando aquí? —inquiere Mia una vez más, y Ace se gira para mirarla.—Bebé, te lo puedo explicar.—Y me gustaría mucho escuchar la explicación que tienes que darme. ¿Cómo pudiste, Ace? ¿Cómo pudiste hacerme esto? —pregunta con voz ronca, y Soraya la contempla furiosa.Mia es la peor persona que hay en ese planeta tierra.—Te juro que no sé qué pasó. Percibí tu feromona en ella y no pude contenerme —explica, y se acerca a Mia, que tiene los brazos cruzados sobre el pecho y un ceño eterno enmascarado en su rostro—. Cariño, lo siento. Te prometo que no volv