—Entiendo —dijo asintiendo—. Hoy hablé con el mago, mañana iremos por unas pociones y ver si él bebe está bien.La cara de Helena se sonrojó. Estaba asombrada por lo que acababa de escuchar.El rey estaba hablando de acompañarla mañana, cuando tenía mucho trabajo importante que atender. Deseaba que alguien la pellizcara para poder despertar de ese sueño. Se estaba volviendo demasiado real para su gusto.—Helena. —Su voz llegó. Ella se sacudió y lo miró—. ¿Escuchaste lo que acabo de decir?—Uh... sí. Yo... lo escuché. Yo... yo sólo...—¿Conmocionada? —el la interrumpió.Ella asintió. —Sí. Me sorprende que estés diciendo todo esto.King Ares llevó sus manos a sus labios y los besó. Envía chispas a la punta de los dedos de sus pies. Miró al techo y parpadeó. Sus ojos se sentían brillantes y húmedos. Su corazón estaba hinchado por tantas emociones que apenas podía contener.—Te acostumbrarás. —Fueron sólo unas pocas palabras, pero su corazón ya estaba acelerado. Él besó sus manos una vez
Helena estuvo en trance durante todo el viaje al jardín junto al rey Ares.Anoche, cuando él le dijo que la acompañaría, ella no tomó en serio sus palabras porque pensó que no lo haría, pero él le demostró que estaba equivocada. A las siete de la mañana él la despertó para que se bañara y se vistiera y ahora iban camino a la torre del mago y ella no sabía qué hacer con la situación.Estaba asustada porque no sabía cuándo él se rompería y volvería a su estado frío y distante normal.—Helena. Escuchó su nombre. Suspirando profundamente, se volvió para mirar a al rey que estaba caminado a su lado.—¿Por qué estás tan perdida en tus pensamientos? —preguntó fríamente.Helena se aclaró la garganta y se tragó las agujas que tenía en la garganta.—Yo... pensé que habías dicho que no querías que nadie supiera que estoy embarazada de tu hijo. Si vamos juntos a ver al mago, los sirvientes nos verá y sabrá que algo está pasando entre nosotros.—Estaba un poco estresado cuando dije eso. No estaba
Eran las nueve de la noche.El rey Ares acababa de llamar a Helena y ella iba a su habitación para poder pasar la noche juntos. Desde que tuvo esa escalofriante conversación con Alfa Ace sobre dejar este castillo, ella no había sido ella misma.Él escupió hechos crudos en su cara e incluso su ilusión no pudo evitar que ella los aceptara como la verdad.El rey Ares no la amaba.A él no le importaba ella.Su repentino cambio de actitud hacia ella se debió al niño que llevaba y después de que ese niño naciera, ella volverá a ser su sirvienta o esclava sexual o será descartada.—¿Vas a realizar tareas de puta? —la voz de Tatiana llegó, pero Helena no se detuvo a mirarla ni a hablar con ella. Pasó como si ni siquiera la hubiera visto acercarse—. Te haré perder a ese bebé, perra. Recuerda mis palabras.Helena dejó de caminar y apretó los puños a los costados. Quería darse la vuelta y hacer que Tatiana se tragara sus palabras, pero decidió no hacerlo y siguió caminando.Su principal problema
Helena abrió los ojos de golpe, pero la luz que se asomaba a través de las cortinas de la ventana que venian del balcón casi la cegó, así que tuvo que cerrar sus ojos nuevamente y girar la cara hacia el otro lado.Cuando volvió a abrir los ojos, fueron recibidos con la vista del hermoso rostro dormido del rey Ares.Ella sonrió inconscientemente.Parecía tan pacífico mientras dormía. Tan inocente, uno pensaría que no era capaz de hacer nada malo, pero era el mismísimo diablo.Helena se recostó de lado para observarlo de cerca. Quería verlo bien sus rajos y memorizarlos porque sabía que tarde o temprano abandonaría ese castillo.No sabía cómo planeaba Alfa Ace hacer eso, pero confiaba en él.—¿Mi rostro es tan hermoso? ¿Tuviste que despertarte temprano sólo para verme dormir?Helena luchó contra el impulso de poner los ojos en blanco. Los ojos del rey se abrieron de golpe y le sonrió.—Buen día. —Ella lo saludó con calma y trató de alejarse de su proximidad, pero él no la dejó. Envolvió
King Ares suspiró profundamente y se apoyó en su silla.Ha llegado la época del año en la que su oficina estaría llena de montones y montones de pedidos de donaciones e informes de todas las manadas que habían crecido y sus necesidades. Tendría que pasar muchas noches en su oficina, redondeando el trabajo, porque le gustaba revisar los informes y hacer comentarios sobre su desempeño. Todos los Alfas de cada manada siempre esperaban con ansias el momento en que tomarían una alianza y verían el comentario de su rey Alfa supremo en ella, la tradición que sus antepasados habían creado.—Eso significa que tú y Omega tendrán más carga de trabajo ya que tendrás que reemplazarme. Tengo que hacer lo que siempre he hecho. Si paro ahora, los huesos de mi padre se volcarán en su tumba.Leo se rió entre dientes y asintió con la cabeza. —Seguro que lo hará.—Entonces, comiencen a traer los informes cuando cada Alfa terminen de calificar como les fue en esta temporada del año.—Por cierto, parece qu
Tatiana tiro al cuervo de sus manos y el ave voló en dirección de sur y ella miró a izquierda y derecha antes de doblar la esquina para dirigirse al castillo principal. Pensó que nadie la estaba mirando como siempre, pero estaba equivocada. Beta Leo la vio desde el principio hasta el final. De hecho, él la había seguido hasta allí. Siempre supo que había algo sospechoso en Tatiana, pero no sabía qué era. Lo primero que le llamó la atención fue cuando la vio por primera vez en el jardín con un cuervo. Su siguiente misión fue descubrir a quien envía mensajes secretos. Por lo que se dedicó cazar el cuervo, y cuando lo logró hace unos días descubrió que enviaba mensajes a su padre, que era miembro de la manada Plata de Sur. Pero luego, hace cinco años, estaba allí con al rey Ares cuando Alfa Mason les entregaron a Tatiana. Alfa Mason les dijo que era una huérfana que trabajaba como sirvienta en su castillo y que se la estaba ofreciendo al rey Ares porque era pura. Beta Leo acaba de d
—Su majestad.Una voz llamó al rey Ares en el momento en que entró en el salón principal. Miró hacia adelante y vio a una criada que corría hacia él con la cabeza gacha. Dejó de caminar para escuchar lo que ella tenía que decir.—Bienvenido su majestad. —Saludó, con la cabeza todavía inclinada.King asistió con un movimiento de cabeza estaba empezando a preguntarse por qué la criada lo había detenido porque eso no era algo que sucediera a menudo. Debe ser algo muy serio o urgente.—Su majestad, Helena no parece sentirse muy bien. Ha estado vomitando todo el día y no come nada de lo que le servimos. El mago de la manada incluso vino a controlarla, pero incluso después de eso, todavía no ha mejorado —ella informó.Todos los nervios del rey Ares entraron en completo desorden en su cuerpo. Sus dedos se apretaron alrededor del asa de su capa mientras apretaba los dientes.—¿¡Y por qué nadie me llamó para contarme esto antes!? —preguntó, tratando de mantener la voz tranquila porque había un
Al día siguiente, el rey Ares fue despertado bruscamente por la insistencia de puje del vínculo mental. Con los ojos todavía luchando por abrirse, respondió."¿Qué?" Preguntó adormilado."Su majestad, ¿dónde estás? Alfa Mason acaba de llegar con su hija". Leo informó y sus palabras hicieron que el rey Ares volviera a sus sentidos. El sueño en sus ojos se secó instantáneamente cuando se sentó en la cama.Tenía una cita con Alfa Mason ese día por la mañana."¡Qué!" Preguntó horrorizado. "¿Qué hora es en este momento?""¡Las once de la mañana!""¡Infierno sangriento!" Terminó el vínculo y rápidamente apartó la manta de su cuerpo, pero cuando estaba a punto de bajarse de la cama, una mano rodeó su brazo y lo detuvo. Se giró y vio a Helena y fue entonces cuando registró en su mente que había pasado la noche en su habitación.«¡Mierda!» Maldijo en su corazón.—¿Adónde vas? —Helena preguntó adormilada. Sus párpados luchaban por abrirse.King Ares se inclinó y besó su frente, con una mano fro