El grupo de lobos corría siguiendo a Sakuma por los amplios pasillos, podían escuchar gritos y disparos, y en más de una ocasión Kiyan intento regresar para ayudarlos, después de todo muchos de esos lobos eran inocentes y no merecían correr el final que seguramente sufrirían. Pero Sakuma le detuvo en todas esas ocasiones, no podían arriesgar sus vidas, Kiyan lo sabía perfectamente bien, sin embargo, también sentía la necesidad de ir y ayudar a los lobos que estaban en peligro. -Son solo unas cuantas vidas, si nos involucramos moriremos también, debemos encargarnos de seguir con vida si mi hermano decide empezar una guerra. No sabemos cual es su objetivo con estas bestias, pero no podemos desperdiciar tiempo salvando unas cuantas vidas- Las palabras de Sakuma eran crudas y duras, pero tenían sentido, todos sabían que tenían sentido, sabían perfectamente bien que tenían sentido, no podía sacrificar sus vidas, en un momento así debían informar a mas manadas de lo que estaba ocurriendo, d
La mirada de Kion estaba perdida, fija sobre la cama vacía que días antes había ocupado Raz, algo dentro suyo sentía culpa por no haber sido capaz de salvarlo, el y Tsuki eran quienes lideraba, debían proteger a los demás lobos. Aún a pesar del estado en el que estaban, la consciencia de Kion se mantenía fuerte muy dentro suyo, era capaz de ver y procesar todo lo que ocurría, todo lo que lo habían hecho hacer. La cama vacía del joven lobo mantenía fresco también el recuerdo de todos los lobos de su manada que asesino. Sus rostros llenos de pánico y confundidos, los gritos de los cachorros al ser asesinados y sus padres gritando y duplicando para evitar que Kion les hiciera algo. El lobo suspiro, intentando alejar esos pensamientos de su cabeza -Sabia que podría encontrarte aquí, los guardias te están buscando. Ryoichi te necesita- Kion escucho a sus espaldas el sonido de pasos, reconoció incluso antes de que hablará a Elza, recibiendo sólo un suspiro como respuesta de su parte - Tiene
Kiyan se mantuvo en silencio durante el viaje, principalmente porque estaba intentando encontrar la mejor explicación para tener con el a una de las bestias de Ryoichi, que lo había llevado sin pensarlo demasiado, había decidió ayudarlo y por supuesto, lo había desatado después de unos minutos porque no creía que fuera buena idea mantenerlo atado si no tenía intenciones de atacar, además de haberle pasado una sudadera por lo rasgada que estaba su ropa y ahora aló tenía cerca de él como si fuera un cachorro agradecido de haber sido salvado. Todo era bastante bizarro y encontrar las palabras adecuadas para explicarlo lo era aún más. Sólo esperaba que pudieran entender que lo había hecho con la intención de sacarle información, no porque fuera un pequeño lobo indefenso en ese estado y sintiera que debía protegerlo como a cualquier otro lobo, especialmente si el lobo parecía ser demasiado joven como para cuidarse a si mismo. Claro, sabía que el chico era un genocida, pero seguía siendo un
Hace un tiempo atrás El pequeño lobo observaba desde la terraza de su habitación hacia el cielo, perdido mientras contaba con calma las estrellas y constelaciones que podía ver desde ahí, sus brazos apenas lograban llegar a la baranda, debía sostenerse de puntillas para poder alcanzar, pero aquello era lo mejor que podía hacer mientras su hermano mayor estaba ocupado al igual que su padre. Debían preparar el funeral de uno de los lobos de la manada de su padre, así que tenía sentido que ambos tuvieran cosas más importantes que hacer que prestarle atención, su única compañía en ese momento era el ruido del viento moviendo las hojas de los árboles y el cielo estrellado encima de él. Era una noche preciosa, su tía siempre se encargaba de decirle que cada vez que un lobo de buen corazón moría, el cielo les recibía con un campo de estrellas, y cada vez que viera una nueva estrella significaba que un lobo había llegado a ese lugar. Su padre y su hermano le decían que esa era una idea estúp
El ambiente que rodeaba a todos era pesado, podía notarse la tensión y fácilmente podría ser cortada con un cuchillo, todos se mantenían en silencio mientras esperaban a que Sakuma entrará, no era común que el alfa llegara tarde a una reunión, al contrario, Sakuma siempre solía estar antes que los demás, resultaba extraño que en esa ocasión el chico se estuviera tardando más de la cuenta. Nuevamente todos los lobos llevaban una ropa táctica especial que la gente de Phoenix se encargo de darles, pero en esa ocasión, ninguno se había dado la oportunidad de disfrutarlo como habían hecho anteriormente. En esta ocasión, saber que estaban a punto de planear como entrar en la base de Ryoichi y su ejército de bestias era suficiente para que nadie tuviera ganas de bromear ni siquiera. Los gemelos estaban recargados contra una pared, nuevamente no podían distingurise a simple vista, no parecía molestarles de todos modos. Adalrik estaba sentando en la mesa, con la cabeza entreas manos, más que
Los golpean llegaban uno tras otro, la espalda del joven lobo no dejaba de sangrar por los golpes del látigo que atizaban con fuerza y odio contra su oscura piel. La cinta en sus labios le impedían poder hacer cualquier tipo de ruido, sus brazos y piernas estaban atados, impidiendole poder escapar de la tortura a la que estaba siendo sometido. Su piel ardía, su cuerpo ya sudaba por el esfuerzo de intentar escapar, no estaba seguro cuantas horas llevaba ahí y menos en que momento Ryoichi tendría planeado dejarle ir, la falta de ventanas en la habitación hacia imposible que pudiera saber con certeza que hora era, ya había perdido la noción del tiempo. Todo lo que podía escucharse en la habitación eran los fuertes golpes y los quejidos del lobo, el sonido del aire siendo cortado con cada golpe del látigo y de vez en cuando el sonido del papel quemándose del cigarrillo que el alfa tenía en sus manos y mismo que usaba en ocasiones para quemar las heridas del lobo solo para satisfacer más
El viaje desde Phoenix a la base de la manada de Kiyan fue rápido, los lobos necesitaban llegar antes de que Ryoichi abandonará sus propias instalaciones y de esa forma poder tener un control del tiempo, considerando que Ryoichi podría volver, era preferible que no les encontrara, especialmente si lo que necesitaban en ese momento era buscar como detenerlo antes de que fuera demasiado tarde, y esperaban con todas sus fuerzas que no fuera demasiado tarde aún. Durante el viaje Kiyan no perdía ninguna oportunidad de estar cerca al delta, uno de sus brazos no dejaba su cintura en ningún momento y su mano libre no dejaba de jugar con la mano del chico, el cual sólo podía mantenerse en silencio, viendo lo que hacía, aún sin poder creerse que se encontraban así, juntos. Finalmente juntos, de algún modo se sentía como un sueño poder tener a Kiyan cerca suyo, poder sentir su aroma tan cerca, poder decir que era suyo, que era su alfa y le pertenecía solamente a él. Que su corazón era suyo únic
Los hombres de Ryoichi tenían todo listo, habían hackeado el sistema de seguridad de un importante mandatario del gobierno de Oryont, había logrado entrar a su computadora y encender una llamada con el. Por su parte tenían ya listo al miembro del consejo. Lucien estaba atado a una silla, aunque las ataduras no podían verse en la cámara, Ryoichi estaba a su lado, en su mano un arma apuntando en la espalda de lobo en caso de que intentará hacer algo que no debia. Todo listo para hablar en cuanto la llamada comenzará, -¿Qué demonios? ¿Qué le pasa a esta computadora? - Un hombre viejo y regordete apareció en una pantalla, gritando a la máquina que había comenzando una llamada sin que el la aceptará y sin poder terminarla -Señor alcalde, es un gusto verle. Le recomiendo que no pierda sus energías con eso, me temo que no será capaz de concluir esta llamada hasta que yo no desee que se termine - La voz de Ryoichi hizo que la atención del hombre fuera directo a la pantalla, sorprendiendose