En todo momento mientras manejaban y atacaban a los soldados del laboratorio, el cual se encontraba en una pequeña abandonada y estaba estrictamente diseñado únicamente para la creación y desarrollo del suero, Edel mantuvo su atención fija sobre Sakuma, y los gemelos tampoco parecían interesados en dejarle un segundo solo. Ryu le seguía a cada paso que daba y aunque Kyu se había quedado a cuidar a Kaya, sus ojos seguían fijos sobre el alfa cada vez que le veía. No querían darle la oportunidad de traicionarlos en ningún momento. En el camino ambos lobos habían tomado armas de los soldados para apuntar directo a Sakuma, solo para asegurarse que no pensara en nada.Y cuando llegaron al punto de encuentro, esperando por el resto de lobos, las armas de los tres apuntaban directamente a su cuerpo, Edel a sus espaldas, los gemelos a cada lado de el haciendo un pequeño triangulo, pero de forma que, si intentaba huir, le podrían disparar antes de que pudiera siquiera levantarse del suelo donde
El único sonido que podía escucharse en el parque era el ruido del viento moviendo los árboles, anunciando que se acercaría una nueva tormenta pronto y que sería recomendable para los lobos buscar un refugio, aunque ninguno parecía tener interés en eso, no era algo que les importara, todo en lo que podían pensar era en la situación en la que se encontraban. Para ese momento Kiyan ya se había calmado lo suficiente como para no pensar en hacerle algo al alfa, tal vez porque estaba pensando cosas peores en ese momento, entre ellas, buscar a Ryoichi y asesinarle antes de que pudiera llevar a cabo su plan. Pero sabía que esa no podría ser la mejor de las ideas, incluso si fuera capaz de hacerlo, existía la posibilidad de que podría llegar a morir en el intento.Y estaba seguro que Edel se dio cuenta de eso pues en algún momento termino acercándose a él, sin abrazarle o intentar ningún tipo de movimiento, pero recargando su cabeza contra su pecho con cuidado, como si pudiera leer sus pensam
Para el momento en que los lobos llegaron a la casa de seguridad Sakuma y los demás ya se encontraban dentro, Edel esperaba algo mas ostentoso, considerando lo que conocía del alfa, pero en realidad lo que tenía frente a él era una pequeña casa, lo bastante grande como para contenerlos a todos, pero al mismo tiempo lo bastante pequeña como para que no hubiera suficientes habitaciones. Aun así, el calor de la misma, además de la chimenea eléctrica que poseía era suficiente para que no importara lo pequeña que era, debía admitir incluso que era algo acogedor. Y de algún modo tenía que admitir que, bajo otras circunstancias, le gustaría tener algo parecido con Kiyan.Posiblemente en otra vida podrían tener esa oportunidad.Kaya ya estaba durmiendo cuando los lobos llegaron, Sakuma le dejo uno de los cuartos, además de explicar a Edel y Kiyan que si querían podían quedarse también junto al niño en la misma habitación, asigno también una a Kion y la ultima para los gemelos, explicando que
En cuanto todos los lobos se fueron a las habitaciones asignadas Sakuma aprovecho ese momento para salir de la casa, quedándose en lo que era la parte trasera de la misma, protegido de la lluvia con el techo del porche, sentándose en la pequeña banca vieja que se encontraba ahí. En sus manos se encontraba una taza de chocolate caliente, aunque esta quedo olvidada al tener toda su atención fija en el cielo, el recuerdo de todas las veces que estuvo en la misma situación, solo que, con su hermano, su madre y Tsuki en su antigua casa, observando el cielo, disfrutando de una taza de chocolate, bromeando y siendo felices le ataco, haciéndole suspirar largo.—Ese fue un muy largo suspiro —La voz de Kion a sus espaldas le hicieron saltar un poco por la sorpresa, alejando todos sus pensamientos para poder verle—Creía que estarías en tu habitación descansando—Me es difícil dormir sabiendo en la situación en la que estamos, una guerra no es un momento en el que alguien pueda relajarse —Sakuma
El día llegó con calma, una suave lluvia seguía cayendo, pero esta no era ni la mitad de lo que fue la tormenta durante la madrugada, ocasionalmente un par de truenos se escuchaban en la lejanía. El único lobo que estaba despierto era Sakuma, una taza de café fresco le mantenía alerta, aunque para ese momento esa ya era la quinta taza que tomaba. En algún momento en la madruga el frio y la fuerte tormenta había sido lo bastante fuerte como para obligarle a él y Kion a regresar a la casa y terminar recostándose en el sofá, donde aún yacía Kion dormido con calma, removiéndose apenas de vez en cuando, pero aun durmiendo sin que nada le perturbara. El sonido de la televisión era el único ruido que llenaba la casa por dentro. Sakuma debía admitir que había algo demasiado domestico en el asunto, y si no fuera por las noticias que estaba viendo, se habría dado el tiempo de disfrutarlo.Reporteros comenzaban a dar visibilidad al trato que los humanos habían hecho con Ryoichi, y aunque ninguno
La habitación se encontraba llena de las feromonas de ambos alfas cuando Kiyan se lanzó contra Sakuma, sin pensarlo demasiado para comenzar a golpearlo, aunque a diferencia de antes, esta vez Sakuma si comenzó a defenderse, los golpes caían desde ambas direcciones, forcejeaban para ver cual terminaba encima del otro en el suelo, incluso en algún momento habían mordidas de parte de ambos, sangre ya comenzaba a salpicar el suelo, y aunque Kion deseaba separarlos, sabía que meterse en la pelea de dos alfas era una pésima idea. Y aun cuando el ruido de pasos se hizo presente, ninguno de los lobos que habían llegado estaban dispuestos a correr el riesgo.—¿Qué mierda ocurrió? ¿Por qué están peleando? —La voz de Edel se escuchaba preocupada, principalmente porque no sabía como poder detener a ninguno de los dos o que hacer en ese caso, y aunque supiera que hacer, no estaba seguro que pudiera ser suficiente para detenerlos—No pudieron aguantar sus instintos, comenzaron a discutir y terminar
El viento golpeaba con fuerza contra el ventanal de la casa haciendo retumbar los cristales, la fuerte tormenta que estaba cayendo no parecía tener intenciones de detenerse en ningún momento, para muchos en la manada eso era un mal presagio y la pelea que estaba tomando lugar en la oficina del alfa dejaba en claro que, en efecto, algo malo estaba pasando. - ¡¿Cómo pueden traicionarnos de esta forma?! ¡Hemos sido sus amigos desde años! Los ayudamos a formar esta manada- El alfa más bajo se enfrentaba a su líder, su esposa Eloise, a su lado intentando calmarle para evitar que esa pelea empeorará, conocía a su amigo y sabía que no podrían ganarle. Era el líder de la manada después de todo, era un alfa fuerte e inteligente, capaz de guiar a cualquiera de esos lobos por el camino correcto. -Por favor, tienes que calmarte. No tengo otra alternativa. Tú hijo es un defectuoso, no puedo permitir que alguien como él esté en la manada. Esto no se trata de nuestra amistad- La vo
-Ugh… Esto es demasiado aburrido. ¿No podemos hacer otra cosa o ir a otro lado? - Recostado sobre una mesa de picnic en el parque se encontraba un joven de rubios cabellos, observando con sus azules ojos a su amigo, el cual estaba demasiado concentrado con la cámara que sostenían sus manos como para molestarse en prestarle atención a sus quejidos. -Vamos Kiyan, ¿para qué me hiciste venir contigo si vas a ignorarme? -No te hice venir. Quisiste venir porque cuando dije que vendría al parque tu asumiste que habría chicas lindas- Kiyan, como lo llamo su amigo, un joven de larga y rojiza cabellera, ni siquiera se había molestado en dirigir su vista al beta que le acompañaba aún al hablar, aunque su tono era juguetón y divertido, dejando en claro que no le molestaba en absoluto que le hubiera acompañado, pero claro, no iba a perder la oportunidad de molestar a su amigo sobre la verdadera razón de haberle acompañado. -Creía que íbamos a una zona con chicas lindas. No a la m*****a nada a que