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3. Quedarme a solas con ella.

Capítulo 3. Quedarme a solas con ella.

Narrado por Jay.

Ella era preciosa, por eso entendí perfectamente que ella y mi primo tuviesen algo.

  • Vamos a bailar – dijo ella, para luego tirar de mi primo hacia el salón, dejándome en aquella cocina sólo. Aunque tardé poco tiempo en estarlo, pues en ese justo momento entró Cameron, ni siquiera le presté mucha atención, pues a pesar de ser una mujer diez para muchos tíos, para mí no tenía ni punto de comparación con Abby.

Me marché a la fiesta entonces, encontrándome con mi primo y aquella diosa, de nuevo. Bailaban una canción de reguetón, y parecía que iban a ponerse a follar allí mismo. Yo, por el contrario, estaba que me subía por las paredes, tan sólo quería quedarme con ella a solas.

La canción terminó, momento que aproveché para agarrarla de la cintura, apartarla de mi primo y obligarla a bailar conmigo, ambos me miraron sorprendidos, pero ella se dejó llevar, aún con la cara de sorpresa en su rostro.

La canción era más sexual que la anterior, y me moví junto a ella de forma sensual, haciendo que ella se quedase anonada al verme moverme así de bien.

Mordió sus labios deseosa de más, lo que me hizo sonreír por dentro, ella se moría por más de mí. Seguramente se había pensado que aún seguía siendo un niño, pero iba a demostrarle que era todo un hombre.

La canción terminó, y al comenzar la siguiente mi primo intentó separarla de mí, pero fui más rápido y la pegué a mí un poco más. La tenía tan cerca que casi podía sentir su respiración sobre la mía.

Se agarró a mi hombro, mientras seguíamos bailando aquella bonita canción lenta, sin dejar de mirarnos.

  • No sabía que podías bailar así de bien – aseguró, sobre mi oído para luego sonreírme. La apreté un poco más, haciendo que ella se mordiese el labio de nuevo, al sentir mi pene crecer ante su cercanía.

  • Hay muchas cosas que no sabes sobre mí – espeté, haciendo que ella se sorprendiese con ello.

  • Sé que te mueves genial en la cama – aseguró, haciéndome sonreír con ello. Ella se moría por acostarse conmigo, eso estaba claro – y …

  • Vámonos de aquí – le dije, para luego agarrarla de la mano y tirar de ella hacia el exterior, dejando atrás la fiesta, hasta llegar a mi moto.

Me di la vuelta, para mirarla, al mismo tiempo que ella se lanzaba a mis labios, a besarme, dejándome totalmente sorprendido por ello. ¡Dios! Aquello era como un sueño hecho realidad.

  • Vamos a otro sitio – le dije, al separarme de ella, montándome en la moto, admirando como ella se subía detrás - ¿te apetece comer algo? Tanta cerveza me ha dado hambre.

Fuimos a comprar una pizza y luego nos la comimos en su trastero, entre su bicicleta y la colección de discos de Queens de su hermano.

  • Me encanta la pizza peperoni – aseguró, cogiendo otra de la caja. No hablamos mucho más, y tampoco hicimos mucho más.

  • He oído que dejaste a Charles – aseguré, intentando adivinar si era cierto, pues, aunque no tenían nada serio, aun así, quería saberlo.

  • Era un cerdo – aceptó, tragando su último trozo de pizza – quería hacer un trío con Dulce y conmigo.

  • Tengo otra pregunta más – comencé, haciendo que ella dejase de prestar atención a la caja de pizzas vacía y mirase hacia mí – hay rumores de que te acostaste con Cameron…

  • ¿Nunca has querido probar lo que se siente al besar a alguien de tu mismo sexo? – preguntó, haciendo que yo negase con la cabeza – yo tampoco – aceptó, comenzando a reírse al haber visto mi cara de sorpresa al pensar que era cierto – no te creas todo lo que escuches por ahí.

Se tumbó en el suelo, y se agachó hasta agarrar el reproductor de vinilos que había debajo de la mesa, y luego cogió uno de los discos de Queens al azar.

Comenzó a sonar una bonita canción titulada “BohemianRhapsody” una de mis canciones favoritas del grupo, y parecía que también era la suya.

  • Pensé que no te gustaba este estilo de música, que eras más de reguetón – le dije, haciendo que ella mirase hacia mí, que me había tumbado junto a ella.

  • Nadie me conoce realmente – aseguró, para luego volver la vista hacia el reproductor de música – hay muchas cosas que no sabes de mí.

  • Pues me encantaría conocerlas – le dije, haciendo que ella sonriese, volviéndose a escuchar la música por un tiempo, hasta que volví a hablar –yo no pienso que seas una chica vacía – aseguré, haciendo que ella comprendiese que de nuevo estaba hablando sobre rumores.

  • Es mejor que no te encariñes conmigo, Jay – me dijo, levantando sus pies y mordiendo su labio inferior, luciendo despreocupada y atractiva para mí – no soy el tipo de chica que …

  • Se el tipo de chica que eres – le dije, haciendo que ella girase la cabeza para mirarme – eres guapa, inteligente, atrevida y muy sexy.

  • ¿inteligente? – preguntó – eres el primer tío que me dice eso.

  • Sé que no crees en el compromiso, ni en el amor, que no quieres encariñarte con un tío, y que por eso los espantas a todos.

  • ¿A sí? ¿y cómo sabes eso?

  • Porque te he estado observando y eso es lo que he visto.

Se me quedó mirando por un momento, y entonces nos besamos.

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