Capítulo 9. La gasolinera.
Narrado por Roger.
Vale, estaba claro que la había jodido con ella, así que entendía perfectamente que ella no quisiese volver a saber nada de mí. Y seamos claros, si tuviese a otra chica pululando por mi alrededor, pasaría de ella. Pero no tenía a nadie más, y malditamente, seamos sinceros de nuevo, me había gustado demasiado hacerlo con ella, su voz al otro lado del teléfono cada vez que me llamaba, su respiración, y cuando la vi en persona, joder…. Ella era guapísima. Había querido meterme entre sus piernas nada más verla.
Miré hacia la conversación que mantenía con ella, frustrado, al haber mandado un simple “vale”, y más frustrado aun cuando ella ni siquiera preguntó sobre ello.
Me estaba volviendo loco que pasase de mí de esa forma.<
Capítulo 10. La fiesta. Narrado por Abby.Lo que hacía con el hermano pequeño de mi mejor amiga era una completa locura, lo sabía bien. Pero estar con él me gustaba, no sabía por qué, pero me gustaba no tener que fingir por una vez, no tener que estar pensando en huir, porque él parecía conocerme bien.Aquel domingo, de camino al cementerio, pasé por el parque, como de costumbre, y allí estaba él, junto al resto de su equipo echando un partido amistoso. Lo comprendí en ese justo instante, por qué sabía él sobre mis visitas al cementerio, él me veía dirigirme allí cada domingo, mientras él jugaba al fútbol.La pelota rodó hacia mí, lo que provocó que la detuviese antes de que hubiese cruzado la calle. La cogí con las manos y miré hacia ellos, c
Capítulo 11. “Cuéntame cosas sobre ti” Narrado por Jay.Casi habíamos llegado a la salida cuando Aiden me detuvo, mandando al cuerno nuestros planes.Eh, Jay, ¿ya te vas? – preguntó, junto a mí, percatándose entonces de que no estaba solo, mirando hacia Abby con interés – hola – dijo hacia ella – soy Aiden, su mejor amigo – admitió, tendiéndole la mano, haciendo que ella se avergonzase de estar en aquel lugar – no sabía que estuvieses saliendo con alguien – se quejó mi amigo, hacia mí.Sólo somos amigos – me quejé, porque, ante todo, no quería hacerla sentir aún más incómoda con todo aquello. Sabía que ella huía del compromiso.Ya… bueno…
Capítulo 12. Una charla fraternal. Narrado por Abby.Estábamos sentados en mi sofá, viendo un divertido programa de la BBC, mientras yo respondía a los mensajes que tenía en el móvil, casi todos eran de Dulce, mi mejor amiga, y por supuesto, su hermana.Mi hermana es una pesada – empezó él, detrás de mí, mientras colocaba su mano alrededor de mis hombros y me traía hasta él, haciendo que mi espalda se tumbase sobre él. Subí los pies al sofá, para estar más cómoda, y sentí sus palabras tan cerca de mi oído que casi me caído al suelo del susto –deberías dejar el móvil – me pidió, para luego posar su mano libre sobre mi pierna.Le miré, sin comprender que era lo que se pretendía, recibiendo un beso en los morros. Sub&iacut
Capítulo 13. Me vuelvo valiente cuando bebo. Narrado por Dulce.Me estaba preparando para mi encuentro con mi mejor amiga, cuando me llegó un mensaje suyo, se le había hecho tarde con el trabajo que tenía que preparar para mañana, y no iba a poder verme. Ni siquiera había cerrado la aplicación de los mensajes cuando me llegó un nuevo mensaje, era de Daniel, mi primo, sobre una fiesta que había en casa de Cameron, una tipa de mucho cuidado.Iría, por supuesto que iría, me daba igual si iba sola o acompañada, pero necesitaba quitarme de la cabeza al idiota de Roger.Iba de lo más normal esa noche, con el cabello salvaje, un delineado y los labios bien marcados, estrenando mi nuevo traje de Prada, con uno de esos escotes de pico que tanto me gustaban, y una chaqueta sobre mis hombros.Me puse a bailar en cuanto llegué, aq
Capítulo 14. ¿Quién es ese tipo? Narrado por Roger¡Dios! ¡Debía haberme vuelto completamente loco! ¿por qué cojones la traje a su casa y la subí hasta su habitación? Si, bueno, era obvio que ella no iba a poder hacerlo por su propio pie, pero …Pues la subí a su casa, la dejé sobre la cama y le quité la ropa, ya que se había vomitado encima. Había sido toda una suerte que la puerta del jardín estuviese abierta.La miré con atención, estaba boca arriba, con las piernas abiertas, completamente desnuda, tan sólo la cubría las bragas, pues no llevaba sujetador previamente.Acaricié sus pechos, con las yemas de los dedos, pellizcando sus pezones, haciéndola estremecer, pero sin despertarse aún.Me quité la camisa, acalorado, y me acerqu
Capítulo 15. Una resaca del demonio. Narrado por Dulce.¡Por dios! Tenía una resaca de mil demonios, me daba vueltas todo, y me era imposible tomarme el jugo que mamá me había preparado, que aseguraba que era para recuperar fuerzas después de una gran borrachera.Lo peor era que no podía recordar nada sobre la noche anterior, y lo único que no podía dejar de preguntarme era ¿cómo demonios había llegado a casa? ¿por qué tenía toda la espalda cubierta de semen? ¿A quién me había tirado? ¡Dios! ¿Por qué había bebido hasta aquellas alturas?Hoy no tienes que ir a trabajar ¿no? – me preguntaba mamá, entrando en la cocina, encontrándome en el mismo lugar en el que me había dejado cuando se marchó a abrir la puerta. Negué con
Capítulo 16. Fiesta en la piscina. Narrado por Abby.Mi día en el trabajo fue aburrido y agotador, pero gracias a los mensajes que él no dejó de mandarme fueron mucho mejores.“Dame la exclusividad” – rogaba en su tercer mensaje – “acostémonos solos, tú y yo. Pero sin llegar a ser nada”“No suelo dar exclusividad a nadie” – contesté.“Te veo esta noche en el estudio, y lo hablamos”“¿vas a intentar convencerme?” – pregunté, con picardía.“Ese es mi plan” – insistió, dejando claro que su plan era follar, durante toda la noche.Me mordí el labio, deseosa, pues me moría de ganas de probarle.“Hoy sólo estoy de mañana, termin
Capítulo 17. Una meta. Narrado por Roger.Aún no sabía bien que hacía allí, pero tan pronto la vi allí, con mi hermana, con ese bikini que le quedaba tan sumamente bien, me olvidé de todas mis paranoias.Ni siquiera mi hermana con sus “aléjate de Dulce” pudieron importunarme, tan sólo quería ir dónde ella estaba y acariciar su desnuda piel.No dejé de mirarla en toda la maldita tarde, la observé comer, bañarse, bailar, y hasta ligar calientemente con algunos tíos, e ignoré por completo las palabras de Jason sobre lo tremenda que estaba mi hermanaMe encantaba mirarla, ¿por qué no podía dejar de hacerlo? Y ella también lo hacía, de la misma forma que yo, era como una forma de calentarnos el uno al otro, y eso me encantó, hacía mucho que no hac&ia