Íbamos con destino a la clínica. Nos atrasamos porque las mujeres siempre tienen algo pendiente y Salomé no era la excepción. En todo caso estábamos a nada de llegar a la clínica. José ya estaba en el congreso con mi hermana.Bajamos, subimos al piso donde estaba don Francisco. Saludamos y sonó mi celular.—Tío…—Escúchame. Van a secuestrar a Daniela en el congreso. El tal Tiburón quiere vengarse de ti. Tengo más información, pero ahora salva a mi sobrina.Debí palidecer. Gamal fue el primero en darse cuenta de lo que pasada.—Yaro. —Iván ingresó a la habitación.—Debo irme.—¿Qué pasa?En ese momento volvió a sonar el celular de Gamal y mío. Mi corazón se alteró. El expolicía contestó a la llamada en común.—¡Gamal! Dile a Yaro que el rastreador de susto de Daniela se activó.Salí corriendo y Gamal me siguió, solo escuché cuando mi cuñado me gritó que la salvara. No me perdonaría que le pasara algo por mi culpa. Llegamos al estacionamiento. Tomamos uno de los carros que nos transport
Íbamos de regreso a la casa finca, en esta ocasión el doctor se vino unos días para cuidar a su esposa, ya que Daniela resultó golpeada. —Ellos ahora se encuentran en la estación de policía y luego a la fiscalía para entregar a Tiburón, deben poner la denuncia y presentar los cargos de narcotráfico.Nos tocó esperar a que llegara José por nosotros; Yaro y Gamal nos prohibieron salir sin él. Le tenían mucha confianza y la verdad el joven era no solo servicial, también era bueno en su trabajo y se había acoplado a ellos de manera positiva.Por eso el doctor empacó una maleta con su ropa y la de su esposa, pidió un equipo médico portátil y dijo que estaría un mes por fuera. Regresará si hay cirugías urgentes. Nos dijo que ya no estará en la zozobra de sí los atacan o no. Y con lo que acababan de hacer serían objetivo directo y no tenía que ser un integrante de Yaro Segurity para saberlo. Cuando estábamos en la tensión del secuestro de Daniela vi a Iván muy desesperado, aunque se contr
Llegué a la fiscalía donde tenían a Ramón para procesarlo, el general Acosta ya me esperaba, no sé si Yasar o Gamal estarán conmigo en el interrogatorio. Ellos estaban en este mismo lugar, pero en otra dependencia.Realicé todos los protocolos para ingresar a la fiscalía, me llevaron donde llevarían al detenido; en una habitación hablaría con el hombre. El general me saludó antes de ingresar y nos alejamos un poco para hablar de manera confidencial.—Hola, capitán Jabir.—General, buenos días. —Pronto iba a ser mediodía.—¿Lo van a cambiar de sitio? —afirmó.—En efecto, una vez tú lo entrevistes. No demoran en llegar tus compañeros y estarán escuchando en el cubículo pertinente. Por ahora no se trasladará por documentos, muy pocas personas sabrán del operativo. Si lo hacemos por sistemas se puede filtrar la información. Aquí estamos chuzados. —Me dijo en voz baja y en soledad. Esperábamos a que lo trajeran.—¿Desea que le pregunte algo en especial? —Me entregó una carpeta.—Revela la
También hablaron de cómo él y el teniente Zapata junto a dos hombres más eran los ejecutores de las órdenes de los tres principales, nos dijo que no se arrepiente de lo que ha sido su vida. —mucho hijo de mierda.Habló de la misión que le correspondía al teniente Zapata, y entre esa conversación salió a relucir lo que ocurrió con la muerte de los senadores y de quien salió la orden, su confesión nos dejó perplejo. El mismo padre dio la orden de ejecución. —Quiero detenerme aquí, Yaro. —comentó Gamal—. Ya que me surgen varias dudas. —sonreímos Jabir y yo—. Tenemos la confirmación y testimonios de dos de los senadores que eran hijos de la Araña y por culpa de eso una de sus hijas se casó con su propio hermano.—Así es.—En primer lugar. ¿Sabes cómo se enteraron los senadores de que eran hermanos? —Ramón lo miró—. Honestamente, ese eslabón no lo tenemos, en lo particular me gustaría verlo.—Braulio tuvo un accidente en la universidad y quedó muy grave, al punto de necesitar transición
Gamal salió un momento para ver si podía haber alguna posibilidad de concederle el llevarlo a Duitama e ir por la documentación en donde la tenga. —En esta situación, tener el afecto de Onely es mi tabla de salvación—. Lo miraba por el vidrio que él no ve, pero debe saber que estamos aquí. Porque no ha dejado de mirar hacía lo que él tiene como un espejo.Yaro acertó en sacarme de ese interrogatorio. Porque yo habría molido a golpes a ese hijo de puta. Así como tengo ganas de golpear a mi propio padre. —Y ese acto chocó con mi edificación de velar por tus padres. Con ese mandamiento divino donde dice que debes honrar a tus padres. Pero, ¿cómo se honra a un demonio? Aquí perdóname Dios, no puedo, no puedo permitir que él siga asesinando a gente inocente que también son hijos de tu viñedo. Mi padre es el frito podrido—. Las manos me temblaron, al levantar la mirada mi amigo me miraba.—¿Puedes con esto? —afirmé.—De aquí no me voy Yaro. Aunque sienta vergüenza por ser el hijo de ese señ
Era mi responsabilidad mantener al prisionero vivo.—Salimos. Pasen por mi hermana. Ramón. Iremos al lugar, extrae la información y no te demores. No pongas en problemas a la persona que custodie esos datos.Se puso el audífono como si en verdad fiera uno de nosotros. Escondió su mutilación en el bolsillo de la chaqueta. —No alcancé a llamar a mi mujer. Y con este hombre a nuestro lado no me arriesgaré a que sepa que somos pareja.Salimos de la habitación. Jabir se ubicó a un lado y le entregó un bolso lleno de papeles para que pase desapercibido como uno más de nosotros. Gamal llegó con Daniela y se puso a mi lado. —Me dolía ver su rostro tan golpeado. Pero también me dio orgullo de que no se dejó, se defendió—. Y, eso me puso a pensar que ellas deben de seguir asistiendo a las clases de defensa personal, lo mismo con Salomé.Ante la mirada de las personas salimos y pusimos a Daniela en el medio para que creyera que la escoltábamos a ella. Y al estar tan golpeada, eso era un factor d
Esperaba a que llegaran mis compañeros. No demoran en hacerlo, estar cerca con el hombre a quién le volé una mano no será nada, voy a tener que estar cuidándome la espalda. José llegó con los almuerzos. Le pedí que trajeran pastas que era cómoda de comer en un carro.—Almuerzos comprados, jefe.—Mantente en contacto y no coqueteando con la hermana de Yaro.—¿Yo? —hizo un gesto de negación.—Hazte el pendejo y verás cómo te pone a voltear Yaro. Es un buen jefe, pero con sus hermanas es a otro precio.—Me quedó claro hoy, Yasar. Ese tal tiburón se quedó sin aletas.—Y el que viene le quité una. Mantente alerta y una hora después de irnos envía otro equipó que rastreé mi celular, o el de cualquiera de nosotros. Puede que no pase nada. Pero es mejor estar preparado por si ocurre. Y cuida a nuestras mujeres.—Parezco con lista de pelaíto. —sonreímos—. ¿Crees que el capitán Yaro no me acepte como posible cuñado?—Demuéstrale que no tienes a una noviecita de turno. No te imaginas lo que le t
Puta vida y desgraciado sea mi padre. No tenía otra manera de expresar y explicar lo que había pasado. Mientras Ramón dio gritos por lo que le acababa de pasar a su novio. Yo trataba de avanzar lo más rápido posible, mientras dejábamos atrás la destrucción de la casa.Nos salvamos de milagros. La casa explotó y el impacto alcanzó a la pareja del hombre que lloraba en este momento. Lo vimos envuelto en llamas, más no escuchamos gritos. Ta vez el impacto lo mató y no sintió el ardor de su cuerpo. Un hombre que no tenía velas en el entierro más que enamorarse de un sicario.—¿Hay otro camino para salir de aquí? —Ramón no decía nada—. ¡Escúchame! Llorando no le darás justicia al tu marido, sabes quién fue el hijo de mierda que te hicieron esto y te convirtieron en una máquina para matar. —Le recriminaba Yaro. El celular del marino sonó. Ellos estaban armados y listos para defendernos.—Jefes nos atacan. Hay diez camionetas. ¡Y nos disparan!Nosotros por nada ni la contamos. Vi cómo salió