Llegué a Bogotá y lo primero que hice fue ir por la orden judicial.—Capitán Yasar, el general ya lo espera.—Muchas gracias.Mientras esperaba a que me anunciaran, había llamado a Daniela para que estuviera lista, que en un par de horas iría por ella para hacer una tarea de su hermano. —ingresé al despacho.—Buenos días, capitán Yasar.—General. —hice mis respectivos saludos militares por su rango, señaló la silla.—Ya que viniste aprovecho para mandar contigo toda la información que me pidió el capitán Yaro. Dile que solo yo lo sé. —Se veía cansado—. Ahora debo ir a calentar mi casa. Mi mujer va a echarme si no llego hoy, —sonrió. Me entregó una memoria y la orden judicial.—¿Eso es todo?—Por ahora. Solo espero órdenes para gestionar. Todo lo que pude investigar de los hombres de bien, están ahí. —Parece estar feliz.—Un poco. Ver un poco de equilibrio da un fresquito muchacho. Saber que se expondrán a tanto corrupto, me llena de satisfacción. Dicen que no se necesita de un buen
—Para servirte.Fui por la maleta, Rita salió, José permaneció al lado de Daniela, abrí el equipaje de la señora Tabata, saqué todo lo que tenía en ella. No había celular, me puse a buscar por toda la maleta y encontré, un lugar escondido, un paquete.Al sacarlo era un sobre y en él había varias fotos de la señora Tabata un poco más joven, con un hombre que se me ha parecido a… ¡Mierda! Se parecía al retrato de Emilio Carvajal. Había un celular, una grabadora con una memoria.Todo lo guardé en mi maletín, pero ya había mucha información en él. Caminé hacia la inmensa ventana de la oficina de Yaro, miré en dirección al lugar donde estuvo el hombre que mató al mayor. Desde aquí se podía ver a la perfección al hombre que luego asesinó al francotirador. Todo apunta a que era Ramón. Pueden estar viéndome en este momento. Y me vieron guardar todo en el morral…—Debemos irnos.Al salir de la oficina, me disculpé un momento e ingresé a la mía, la cual tenía las cortinas cerradas. Fui hasta el
Acordamos con los periodistas los días en que iniciarían a atacar, les dije que ya en Bogotá nos encontraríamos de manera segura para entregarles otros tres casos documentados de otras masacres.—Vamos a poner en jaque a la sociedad colombiana. Caerán más militares y más políticos. —Comentó el periodista Diego Contreras.—¿Planeas dar varios golpes?—Es la idea y lo principal es ser exactos en los días. Porque mi equipo estará infiltrado en dicha organización. Si no se hace a las fechas necesarias corremos el riesgo de morir. —dije.—Por eso es importante que días antes de que divulguen las primicias. Ustedes estén fuera del país. Nada más necesitamos el número del vuelo para borrar sus nombres y nadie sabrá a donde se fueron. Salvo que ustedes digan. —habló Gamal.—Esto emociona. —comentó la periodista—. Dar pequeños golpes entre diferentes ramas del poder me da la esperanza de ir limpiando poco a poco.—Faltará mucho para limpiar, pero no dejemos de dar ruido.El almuerzo se había a
Me había puesto a trabajar desde que se fueron y todo el día la pasé en la oficina, entre investigación, lectura y escuchando los audios del teniente por cada uno de los casos. Gracias a eso supe de lo que le pasó a Yasar.No le he comentado a Amira, porque su marido me escribió que no la preocupara; está pasando el duelo de la muerte de su madre. Tenía razón en eso, así que preferí pasar todo el día trabajando y las chicas lo han comprendido.Mi Gordita igual, además me ha consentido mucho. Cada vez que ingresa a traerme merienda me da unos besos deliciosos, la muy coqueta. Verla tomarse confianza y permitirse ser ella, mostrarse tal cual, gracias a la confianza que siente conmigo, como dicen por ahí eso no tiene precio. Me gustó mucho verla feliz, también había notado su cambio en la alimentación. De hecho, nada más ingería las tres comidas; desayuno, almuerzo y cena. Dejó a un lado la ingesta de galguerías, o comidas entre las principales. Como me dijo, su gordura era por la falt
Algo más pasaba, puedo ser la más reservada, pero ser callada da sus ventajas y era que desarrollamos el análisis. Salomé se encontraba muy rara, desde ese viaje ha estado distraída, evadiendo preguntas y mirando en más de una ocasión a Jabir, a Onely y a mí.No quiero imaginar de que se trate, sin embargo, temo que sea algo de nosotras, pero todo apunta a eso, puede que tema decirle algo delicado a Onely. De ser así, usará a Jabir de mediador.Porque he notado lo bien que le sienta a mi hermana la compañía de ese hombre. —Se siente extraño referirme a ella de ese modo, pero me hace muy feliz que lo seamos—. En todo caso debemos esperar. Cada uno de nosotros nos mirábamos, a sabiendas de que algo pasaba y no sabíamos de qué se trataba.—Este silencio es horrible, pues. Mientras que nuestros jefes se ponen de acuerdo con lo que sea que esté pasando, nosotros hagamos algo. Nos quedan en teoría tres días para regresar al infierno.» Porque no vamos a llegar el mismo lunes a la reunión de
Bebía un vaso de whisky, una prostituta me daba placer, pero no lograba concentrarme, la mujer se alejó y la tomé del cabello para que continuara con su trabajo.—No tiene ganas, señor.—Continúa, para eso te pagaré y no dejes de hacerlo hasta que me den ganas.Bebí un largo trago. Los recuerdos de un pasado diferente con ella… El problema fue que no comprendió o entendió que no era hombre de una sola mujer, no puedo estar solo con una, necesito varias. Aunque ella me llenaba bastante, no entendió que mi corazón era solo suyo, pero mi cuerpo de cualquiera que me gustara.Me dejó cuando conocí a Oilda… Esa negra era preciosa, pasó más de un año y me sorprendí mucho cuando nos volvimos a ver de nuevo… —tocaron la puerta de la habitación del despacho.—¡Estoy ocupado!—Soy Caimán. —alejé a la prostituta.—¡Ya salgo! —miré a la joven, era bonita—. No salgas de aquí.—¿Puedo comer algo?—Te enviaré comida. Si sales te mato.Me vestí, él estaba de viaje, ¿Qué lo trae a visitarme? Y… ¿Cómo s
—¿Dónde le robaron el maletín?—Ahí mismos. Parece que fueron a buscar información y la doctora María Paulina no ha podido salir de ahí por miedo.—Ya doy reversa.—Gracias. Mañana un escuadrón de seguridad la custodiará. Pero esta noche protégela.—Si señor. Lo estaré llamando. —Amira tenía el dedo entre los labios como imitando que se comía las uñas. Estaba pensando—. Debo hablar con Yaro, preciosa.—El hermano de Salomé no es hijo de don Francisco, ¿cierto? Si no del amante que supuestamente tenía.—Ella les contará.—Mirad mi Chocolate espeso. Tonta no soy, y si Salomé no ha dejado de mirar a sus primas es porque… ¡Por Dios bendito! ¿Será posible? ¿Su madre se habrá acostado con su propio cuñado? —Le puse el dedo en los labios.—No especules. —La miré,—¿No es él?—Debo hablar con Yaro.—No voy a poder dormir si no sé la verdad, así que si regresas por esa puerta tendrás que decirme. Yo no soy loca psicópata, pero no podés venir a decirme ¡te tengo un chisme, pero te lo contará ot
—José, escúchame muy bien. —habíamos escuchado lo que ocurría en el despacho de la doctora esa—. Con mucho cuidado llévalo hasta el general Acosta, pueden estar vigilando y si lo ven salir lo pueden matar. Ahora será un testigo y por el momento que lo interroguen.—Pregúntale si saben de qué despacho fue emitida la orden judicial. —intervino el juez.—Ya escuchaste José. ¿Sabes dé dónde viene la orden judicial?—Tengo el documento. Un momento… dice que es… ¡Mierda! Del juzgado que ahora dirige el exministro de justicia. —¿El del exministro de justicia? —Exclamó el juez Nicolás Duarte—. ¿Por qué de ahí?—En el informe que tiene, hay evidencia de que ellos no se agradaban, de hecho, la viceministra le truncaba muchos torcidos. Y el teniente Zapata era miembro activo de seguridad del ministerio. ¿No cree que debe de haber algo turbio? —¿Será el exministro de justicia el Caimán o el Sabueso?…***…Le ayudamos a Jabir y a Yasar a subir maletas y lo que podíamos llevar según la capacidad d