En la mesa, nadie decía ni una sola palabra. Lysa estaba conmocionada, pálida, incluso había perdido por completo el apetito a pesar de que en la mesa había muchos platillos deliciosos. Su estomago se cerró. No comprendía nada en lo absoluto de lo que su madre acababa de decir. Su hermano también estaba boquiabierto. Era algo que jamás hubieran pensado. La madre acababa de revelar aquel secreto devastador. Los dos no eran hermanos de sangre, Lysa había sido adoptada de esos lobos con poderes extraños. Por ello había sido un caso excepcional en el mundo licántropo, ella era especial.Lysa se levantó de la silla, con una mezcla de rabia y miedo.—¿Qué estás diciendo? —preguntó, con impaciencia. —Esto no puede ser verdad. ¿Por qué lo dirías recién ahora? Joder, joder… Mamá…Lysa tartamudeaba por los nervios. En el fondo, sabía que era cierto. Ella siempre había sido tan diferente de sus hermanos, tan débil en comparación. Aunque los recuerdos vividos con Seth fueron borrados, ella compre
Seth—¿A que te refieres? —comencé a preguntar nuevamente, incrédulo por lo que terminaba de oír. Era un mal chiste, un juego del destino.—Que la pobre Lysa solo ha sido engañada una y otra vez. —la sonrisa me hizo enfurecer. —Por ti y por Goth. Oh, la chica está en un enredo muy apretado. Uf, no quisiera estar en esa…Azoté una de las paredes por el enojo. No podía controlarme, realmente estaba diciendo estas cosas. Entonces, Goth había manipulado todo. Los cachorros… No comprendía absolutamente nada de lo que pasaba.Billy amenazó a la bruja para que siguiera hablando. Ella era fuerte, pero no resistió lo suficiente. Volvió a reírse, cuanto odiaba su espantosa risa.—Esos cachorros son tus hijos de sangre. Por eso, siempre estarán conectados. —la bruja escupió a un lado con desdén. —No eres un buen padre. Lo sabes. ¿No? No quedan buenos hombres en el mundo. Todos son unos cretinos como tu y ese tonto que te persigue allí. —señaló a Billy.En su rostro se leía la falta de empatía. E
Seth comenzó a planear la batalla, porque había tanto por hacer. Era una locura tener que salir ahora mismo a la guerra. Pero no era instantáneo, él sabía que quizás tardaría meses en llevar a cabo el plan de ataque.Seth tomó la decisión de lanzar un ataque sorpresa contra las fuerzas de Goth antes de que la verdad se propagara entre los Omegas y la situación se volviera aún más caótica. Era una decisión audaz y arriesgada, pero parecía ser la única opción que tenían para mantener su causa viva.Billy asintió, comprendiendo la urgencia de la situación. La bruja, aunque herida y debilitada, seguía sonriendo con desdén mientras cantaba sus oscuras canciones. Su conocimiento era peligroso, y Seth sabía que no podían permitir que eso cayera en manos de sus enemigos.Seth se acercó a la bruja y la miró fijamente. A pesar de la rabia que sentía hacia ella, sabía que necesitaba más información antes de llevar a cabo su plan.—Dime, bruja, ¿cómo podemos debilitar a Goth? ¿Cuáles son sus punt
LysaSentía como su mundo se había desmoronado. Ella siempre creyó ser una oveja negra en su familia. Que nadie la entendía, que su naturaleza era diferente a la del resto de los lobos.—Es raro sentir que no soy tu hermano. —dijo Goth, sonriendo, levantando los hombros hacia arriba.Ella hizo una mueca de resignación.—Es toda una locura. —miró hacia el suelo, clavo la vista en el pavimento.Desde adentro, Luvioc llamó a su madre, como atemorizado por el escándalo que acontecía. Ella respondió, yendo rápidamente para asistir a sus hijos.Goth quedó con su madre a solas en la terraza.—Veo que no te gusta que baile con Lysa. —dijo él, cambiando el tono de voz.Su tono, antes animado y amable, se había tornado frío y oscuro. La música se había agotado, se cortó luego de haberlos hecho bailar por horas. Ella se sentía segura en sus brazos, como hacía ya mucho tiempo atrás. Tenía color en sus mejillas, como si siempre hubiera sabido que la vida no era tan simple como todos creían.Su mad
Lysa estaba en la habitación cuando su hermano ingresó para jugar con sus sobrinos. Aunque no eran sus sobrinos, ahora conocía la verdad sobre su origen de sangre. Era algo confuso y todavía no lo asimilaba bien.—¿Cómo están? —preguntó Goth, mirando a Luvioc.El estaba jugando como si fuera un niño, aunque se veía como de catorce años o más. Los cachorros de Lysa crecían de un modo casi antinatural. Era la consecuencia de que fueran hijos de una loba indigo y un cazador. Pero ella no sabía eso, para Lysa, solo había tenido un romance fallido que le dejó embarazada.—No tengo sueño. —dijo Luvioc, casi tartamudeando.Su madre se dio cuenta de que algo le sucedía.—¿Qué pasa, hijo? —preguntó Lysa, con su instinto maternal en alerta. Sonrió con amabilidad.—Es que temo que la guerra venga ya. —Luvioc miró al suelo, con los ojos clavados en las baldosas del dormitorio.Lysa vio que la misma preocupación estaba en los ojos de todos los cachorros allí. Tenían una sensación de temor crecient
El campamento de viaje de Seth era breve, dormían muy poco, con la concentración fija en la sangre que debían derramar.—Es el primer objetivo. ¿No estás nervioso? —preguntó Billy, con las manos en los bolsillos.Tenía un caminar algo relajado. En ese campamento, habían avanzado bastante y se acercaban a su primer objetivo. Era una pandilla de lobos que le servían a Goth. Esta era información confidencial. Si atacaban allí, estarían más cerca de la manada principal.El camino sería corto si no descansaban demasiado. Era un golpe que había que dar para desestabilizar a Goth. El aliado del alfa que comandaba la pandilla tenía el nombre de Rak.Seth estaba a punto de responderle, cuando uno de los omegas transformados llegó corriendo hacia ellos.—Ha sucedido una desgracia. —dijo él, con los ojos llenos de lágrimas.Ambos cazadores se alertaron ante los dichos del lobo, corriendo hacia el lugar donde el hecho había ocurrido. El prado parecía solitario, el riachuelo pasaba bordeando la ti
SethEl llanto de los que apreciaban al Omega inundaba el bosque. Seth trató de concentrarse en otra cosa mientras los demás observaban lo ojos de la muerte por veneno. La profecía de la bruja estaba cumpliéndose poco a poco, mientras ella seguía canturreando como si estuviera divirtiéndose con lo que sucedía a su alrededor.—Esto no está bien. —aquella que habló esta vez fue Karly, quien no había bebido el agua.Sus ojos reflejaban la tristeza amarga, la decepción y la incertidumbre por lo que pronto podría venir. Ella creía en Seth más que nadie, pero ahora estaba contemplando como los suyos morían como moscas en una trampa sencilla. No podía soportarlo. Quiso ahogar un sollozo, porque no quería llorar en público.Luego, dejó que el llanto saliera. Se dejó caer, de rodillas al suelo, viendo como los suyos eran cada vez más reducidos. Seth puso una mano en su hombro para darle el pésame.—No quiero tus lamentos. —dijo ella, con la voz ronca. El dolor era insoportable.Seth guardó sil
El cachorro de lobo crecía demasiado rápido. Era un hibrido, aunque no lo supiera. Quizás no lo sabría nunca. El era el fruto, junto con sus hermanos, de la unión de una loba índigo y de un cazador humano. Era una mezcla poderosa y profetizada. Los amantes de la magia conocían bien el poder. Goth conocía bien el poder de esa unión y por ello había jugado sus cartas con precisión. El comprendía que Luvioc y sus hermanos serían las armas más poderosas en esta rebelión que se le había salido de las manos.—No entiendo… —empezó a decir el niño, parecía de catorce años, pero aún así tenía un buen léxico para expresarse.—Dime que no entiendes. —dijo Goth, él era su tío.Aunque Luvioc lo veía como si fuera un padre, porque había estado acompañándolo y enseñándole todo lo que sabía. Habían entrenado juntos, lo había protegido cuando tenía miedo. Lo veía como alguien ejemplar, como un modo de referencia. Porque a veces sentía que su madre se comportaba de un modo extraño.Luvioc era demasiado