GothEra una broma, esto era un mal chiste o algo parecido. No entraba en mi mente como George podía haber hecho semejante tontería. Y me estaba mirando como si hablara muy en serio, como si lo que estaba diciendo era totalmente cierto. Eso era una puñalada para mí. Si era cierto, entonces mi miedo podía ser real. Quizás entonces ellos si habían hallado una manera de desafiar nuestra fuerza.—Demostración. —las palabras de George resonaron en la habitación.Un disparo silbó en el aire, de una manera tan hábil y rápida que ninguno pudo verlo. Alcanzó a uno de mis lobos leales. No solo lo durmió, no, lo dejó inconsciente y moribundo en el suelo. No logró esquivar la bala que llegó demasiado rápido. Al observar a mayor detalle, me di cuenta que no era una bala normal, era un proyectil que tenía una especie liquido verde en su interior. Debía tratarse de una toxina.Luvioc estaba a punto de atacar. Vi en sus ojos el odio por esos humanos, quería matarlos a todos ahora mismo.—Hijo, espera
NarradorLuvioc presenció como todos esos humanos habían humillado a su padre. No podía soportarlo, ese sentimiento de inferioridad era tan corrosivo que no podía soportarlo más. Estaba enojado, tanto que cuando tuvieron que marcharse, le costó horrores tolerar salir de allí.Solo un jefe había dado el apoyo, porque demostró tener alguna clase de fascinación por los lobos. Sin embargo, no sería suficiente para reinar. Ahora, ser los más poderosos estaba fuera de su alcance.—Son un montón de humanos pretenciosos y engreídos. —dijo Goth, estaba pensando justamente en como Seth había matado a su hermano Matheus.—Ellos tienen esa naturaleza, no obedecen las tradiciones. Nosotros somos superiores, nuestros ancestros fueron lobos, criaturas respetadas. —otro lobo intervino, los lobos que seguían a Goth estaban igual de furiosos.—Confié en George. Creí que… Era una ventaja para ellos tenernos de su lado. —confesó Goth, se estaba mostrando vulnerable. —Lo mejor es evitar la guerra, es la v
El ambiente olía a la muerte esparciéndose por todas partes. En la mansión ahora había un brutal asesinato. Pronto, las cosas serían un caos. George estaba muerto en su propio sofá, a pesar de que había sido custodiado por muchos soldados. Ninguno de ellos había podido detener a Luvioc.—Está muerto, maldita sea, que asco. —dijo Harry. —Aseguró que las armas los podían detener como simples personas.—Sí, tal parece que Sebastian tenía algo de razón. —murmuró otro allí, que comenzaba a mostrarse en desacuerdo con lo sucedido en la votación.—No es así, con más razón entonces deberemos actuar. Sebastian ayudará a esos lobos a derrotar a esa gente ¿No? Esos cazadores de los que hablaba. —Harry trataba de pensar. —Daremos un mensaje, tal como lo hacemos cuando otro mafioso nos desafía, cuando cualquiera se atreve a desafiarnos.—¿Qué haremos?—Iremos a atacar con todo. —sonrió Harry, con malicia. —A todos ellos los enterraremos en lo que llamaron bosque del infierno. Allí irán, allí los e
La suerte estaba echada. Goth y Luvioc estaban huyendo de la furia de la mafia. El acto de guerra que habían provocado sería una mancha imposible de borrar. Ese asesinato no pasaría inadvertido. La mafia se preparaba para exterminar a todos los lobos que estarían en ese bosque, los cazarían como si fueran las presas.—Ellos deben morir. —dijo Goth, con la mirada iracunda e irracional. —Los cazadores deben morir o…—Se unirán a nuestros enemigos. Ese es tu principal temor ¿No es así? —preguntó otro de los lobos, que estaba preocupado.Todos los lobos de Goth estaban preocupados, en sus ojos se veía la duda, el temor creciente. Nadie quería estar en el equipo perdedor y ahora, tenían a toda esa gente en su contra.—Sí. —respondió Goth.—Yo los protegeré a todos papá. —dijo Luvioc, mirando a su padre fijamente, con valentía.—Te creo, hijo. Se que puedes pelear. Pero no podrás salvarnos a todos si la ira de los humanos cae sobre nosotros. Los tiempos han cambiado, ahora ellos han cambiad
Los hijos de Lysa y Seth se agruparon para recibir el consejo de la bruja. Ella estaba haciendo un ritual para que su fuerza aumentara. No haría una gran diferencia, pero sería de mucha ayuda ahora que tenían que pelear.Zeid estaba consternado, en su mente podía ver las imágenes de Luvioc siendo asesinado una y otra vez. Tenía miedo, el peligro parecía inminente.La bruja puso su mano sobre su cabeza y murmuró las palabras de su hechizo. El nunca había sido el más fuerte, todos los hermanos de Luvioc habían querido permanecer como niños, como cachorros. No habían acelerado su crecimiento como él.Por ello entonces no sentía que estuviera preparado.—Cierra los ojos, Zeid. —dijo ella, tratando de formular el hechizo. —Debes creer en la fuerza del lobo, la luna te bendecirá si muestras fuerza, valentía y ferocidad.Zeid obedeció, buscando aceptarlo. Aunque no ansiaba tener una ferocidad violenta. Era solo por la guerra, se decidió que cuando terminara esto y si tenían la suerte de esta
Los pequeños lobos se interpusieron en el camino de aquel lobo que parecía sacado del inframundo. Luvioc tenía la mirada ensombrecida por la ira. Sabía que pronto los mafiosos vendrían por él. Tenía que derrotar a todos esos estorbos antes de que la mafia atacara a su padre.Goth estaba escabulléndose lejos de la pelea cuando la explosión también lo alcanzó. Las explosiones comenzaron a escucharse con fuerza por todo el lugar. Seth y los cazadores también se dispersaron. Todos habían quedado en el suelo, desplomados por el impacto. Los lobos de Goth que estaban peleando contra los cazadores sufrieron más el impacto de las explosiones porque estaban más heridos. Los cazadores le habían dado una paliza. El hibrido Seth peleaba con una habilidad impresionante, su transformación era prodigiosa.—¿Humanos? —preguntó Seth, al ver que había personas armadas acercándose a ellos.Los humanos comenzaron a rodear a los cazadores y lobos que peleaban. Todos llevaban grandes armas con proyectiles
Goth tenía un objetivo en claro. La luna no estaba bendiciéndolo, eso era una obviedad. Entonces debía hacer su propio sendero, construir su propia suerte. Tenía que hacerlo por su cuenta, forjar lo que necesitaba. Si la luna no lo hacía, el lo conseguiría.Vio como Harry se retiraba a su camioneta. Lo olfateó, jamás olvidaría su olor.—El muy cobarde está tratando de huir. —murmuró, mirando a sus alrededores.Todos estaban peleando. Era el momento preciso para matar a ese desgraciado. Luvioc se encargaría de matar a Lysa y a Seth, igual que al resto. Luvioc era un demonio, podía ganarles sin problemas. Pero Harry, oh, iba a disfrutar el momento de su muerte. Si lo mataba ahora, los hombres se dispersarían. Al ver que su jefe estaba muerto, dudarían. Eso les daría la ventaja.Entró a la camioneta, persiguiendo el rastro. Actuó por las sombras, derribando los hombres que estaban en seguridad.—¿Qué demonios haces tú aquí? Todos tus lobos están muertos ahora. —sonrió Harry. —¿Has vuelto
Creí que sería sencillo permanecer en mi manada, después de todo eran mi propia familia. La vida normal que llevábamos era, por mucho, la más soñada para cualquiera. Autos de lujo importados, comidas de alto nivel y desde luego, una casa enorme con un cuarto para cada uno de los hermanos. Mi madre y padre habían tenido siete hijos, yo era la hija del medio, sin casi importancia y también, sin ningún talento.Antes de asistir a ese baile, en el que se anunciaría si yo podía seguir permaneciendo en la manada, maquillé mi rostro. El labial rojo contrastaba con mi tez morena y peiné mi cabello castaño hasta que quedó lacio, brillante como la seda.—No estás lista todavía. —dijo mi hermana Rosset, ella se veía esplendida. —Santo cielo, cuanto tardas en cambiarte.No era sencillo para mi encontrar un atuendo adecuado para el día más importante de mi vida. Escogí una blusa ceñida de color azul con una falda larga, elegante. Quería verme lo más seria posible.—Estás bella, Lysa. —sonrió mient