Él vino saltando con un pie y riéndose con la enfermera, con la mitad de su pie vendado. — Sí, tendré que venir todos los días para qué me desinfecten la herida y así la uña vuelva a crecer sana.La mujer a su lado, la que lo atendió, extendió su mano en modo de presentación y dubitativamente la correspondí. —Hola, me contaron que te llamas Luna.Estuvieron breves minutos ahí y tuvo tiempo de hablar de mí, bien, que todo el mundo se entere que soy su hermanastra adoptada e inadaptada. —Si, un gusto.Ella me sonríe a mí y a él de forma exagerada... Oh, ya veo por donde va esto. Su plan es intentar que su fantástica atención y carisma funcione para llamar la atención de Ashton. —Me han contado cosas interesantes de ti, me encantaría conocerte bien algún día.Ya bastante que tengo que lidiar con Mara, no pienso tener a otra mujer respirándome en el cuello por una tentativa desesperada de lograr que Ashton no este cerca de ninguna fémina.—Un gusto conocerte —Le dije tomando la mano de As
Han pasado dos días de aquello y aún no he podido disculparme con Ashton. En realidad, tampoco tengo claro que pedir disculpas es lo que voy a hacer, pero tengo la idea en mente, deambulando. En la escuela las chicas han descubierto que Ashton es mi tutor y todas están disputándose entre ellas en quién va a ser mi próxima cuñada. Mi personalidad explosiva —Soy consciente de ella— se mantuvo a raya, no les dije que se vayan al infierno, no quería perder al único círculo social sano que alguna vez tuve, pero no hice ningún comentario para alimentar el fuego que provocaba la imagen de Ashton en sus bragas, ni siquiera exprese disgusto, solo mire mis cuadernos mientras asentía a cada comentario explícito digno de un vídeo para adultos. Al llegar al complejo encontré a Mara, tomando un café con su bata de seda. Puedo jurar que abajo de eso no tiene ni ropa interior. Ella parecía esperarme y al cerrar la puerta y oír su voz, me confirmó lo que suponía, quería hablar conmigo. —Él te dejo u
Han pasado unos pocos días que no sé mucho de Ashton. Todos los regalos que intento darme, están juntando polvo dentro del clóset... Exceptuando los libros, esos si los necesito.Me estoy acostumbrando a ser independiente y tomar control de mi tiempo, antes tenía horarios para todo, pero yo manejo cada aspecto superficial de mi vida —quitando las horas que tengo que ir a la escuela—. Lo único que frecuentemente está perturbándome es que me despierto a mitad de la noche porque siento que alguien está conmigo en mi habitación, claramente al abrir mis ojos no hay nadie, así que asumo que estoy volviéndome loca. O tal vez el complejo está embrujado.De todos modos no me siento compungida por las sensaciones, incluso podría decir que muchas veces me siento relajada, casi en paz. Puede que me esté adaptando al lugar, puede que por fin sienta que estoy segura aquí.La realidad es que sé que estoy más segura en este lugar que donde estaba antes.Y lo estoy disfrutando.A medias.—¿Te molestar
Estuve esperando con ansias que no deberían estar ahí. Quería verlo. Y tenía muchas ganas de verlo. No iba a mentir.Tal vez es porque tengo esta idea de disculparme y mí inconsciente quiere buscar un momento a solas con él para hacerlo...O tal vez simplemente estoy loca.Cuando vi su auto acercarse a la puerta principal del instituto, me acerque más a la acera y estaciono en frente de mi.—Pásenla bien —Grita una de las chicas de mi grupo. Mencione en clases que él vendría a recogerme, solo porque estaban hablando de como me estaba llevando con el señor. Les dije que no lo soportaba, que es el ser humano más egocéntrico e irritante que he tenido el placer de conocer y que odiaba la idea de que él viniera a buscarme al final de las clases. Ellas se miraron y empezaron a gritar como unas desquiciadas, para luego esperar a Ashton conmigo—. Después no digas que no te llevas bien con él, eh.—¡Puedes llamarme cuñada cuando quieras!—¡Llámanos cuando llegues!—¡Te queremos!Entre al coche
—¿Dónde quieres sentarte? —Pregunto buscando conciliar con él en alguna cosa. Yo ya tenía lugares predilectos, en donde daba el sol, pero en especial habia uno que tenia una pequeña dosis de sombra por un arbol que estaba impidiendo que nos de la totalidad de la luz solar.—Alli —Ashton señala el lugar que estaba deseando. Quizas lo estaba mirando mas de la cuenta, cualquier persona notaria que queria ir alli.—Tienes buen gusto para algunas cosas —Lo halago para variar, si vamos a simular que nos caemos bien, lo tenemos que hacer memorable, para que después no diga que no lo intente.Habíamos comprado galletas, jugos, pasteles, todo lo que Ashton quería y básicamente quiso todo lo que era comestible, las bolsas le pesaban, así que lo forcé a aceptar mi ayuda. También, él se tomó el tiempo de pasar por una tienda textil que estaba en el camino hacia aquí y consiguió un pedazo de tela lo suficientemente grande para que podamos acostarnos sobre ella, en vez de hacerlo en el césped... Y
—El profesor Pombers va a anunciarlo a toda la clase, ya verán...Margaret se movía como loca en su asiento, lucía nerviosa, el pie saltaba un compás ansioso y sus ojos salían de órbita.Aún estaba en el umbral de la puerta de la clase, evaluando porque las chicas estaban reunidas tratando de apaciguar a Margaret.Me acerque y cuando sus ojos me vieron, un brillo de esperanza se presentó en su rostro. —¡Luna! Escucha, yo sé que tú haces todo, por favor podrías prestarme tu.. .—Ahora te entrego el trabajo de historia —Dije antes de que terminara de hablar. Ya supuse lo que quería.
*Narra Ashton*La vi sonreír al salir del salón.Tenía un color rojo oscuro brillante en el cabello y una sonrisa aún más resplandeciente.Verla feliz me dio un vuelco en el corazón... Desde la primera vez que la traje a casa, muchas cosas cambiaron. Pensamientos que no eran del todo positivos, se trasformaron en una especie de mezcolanza emocional donde no sé qué siento.Aún recuerdo lo que pensé ese día en el orfanato.Hay cosas que todavía se mantienen, pero otras... Han avanzado lo suficiente para hacerme dudar de cada paso que doy con ella.
Ashton estaba esperando y me sorprendió ver a sus dientes radiantes ocupando la mitad de su rostro con una sonrisa cuando me vio. Su extrema felicidad me contagio, por lo que le correspondí el gesto. Realmente me sentía contenta por cómo me veía, y no tengo recuerdo de haberme sentido bien conmigo misma nunca, ahora... Me siento una persona, otra vez, después de tanto tiempo dejándome abandonar en ese orfanato.— ¿Cómo me veo? —Le pregunte con más entusiasmo de la cuenta.Gastón venía detrás de mí y grito. — ¡Espectacular!Ashton no dijo una sola palabra, solo se limitó a seguir sonriendo y yo me reduje en dudas. ¿Y si en verdad me quedaba mal? Ashton probablemente no me dice nada porque cree que me queda espantoso, yo...Él se agachó lo suficiente para estar al nivel de mi rostro, luego apoyo levemente su cachete con el mío para poder hablarme al oído con un susurro devastador para mi sistema de defensa. —Estás preciosa Luna.Mi corazón empezó a bombear deprisa y mis temblorosas mano