—Corta la llamada —Su voz fue tan áspera y alta que mi confusión fue hasta los cielos. No lo expuse, no le dije que me dio trabajo y, aun así, luce furioso.Iba a retarlo, decirle que no iba a cortar el teléfono porque él me lo pidiera, pero noticias para mí, Ashton es mi jefe, y tengo que acatar sus órdenes si pretendo seguir trabajando aquí, así que lo hice, corte el teléfono aun escuchando los gritos de Mara diciendo que no me atreviera a hacerlo.No lo hice para obedecer, lo hice porque... Deseaba hablar con él, lo ansié todo el día, aunque fuera para pelear, no me importaba, mi cuerpo rugía por su atención.Su nariz arrugada y su feroz mirada se clavaron en mí como dos dagas, lo que le dio más contexto a lo que iba a decir: —¿Qué crees que haces?Ya casi no había nadie en la empresa, todos lo que se quedaban en la noche para seguir trabajando, estaban en el piso de abajo y permanecían aquí por su cuenta, sin horas extras incluidas, por eso asumo que Ashton se tomó la libertad de
—¿Dónde está Ashton? —pregunta Mara apenas entró por la puerta principal. Pude notar los nervios a flor de piel, su mandíbula está apretada, sus nudillos están blancos de tanta presión que hace con sus puños cerrados y era probable que en cualquier momento con esta crisis de nervios me arrojé algo a la cabeza.Cerré la puerta detrás de mí con recelo, temerosa de lo que me pudiera hacer cuando me volteara y le diera la espalda. —Ashton sigue en la oficina.Ya no pienso molestarme en encubrirlo ni mentir por él, me ha dejado claro que eso no es lo que quiere. No importa lo que haga, aun así nuestra relación siempre va a estar destinada al fracaso, ya que desde el comienzo nuestras interacciones estuvieran basadas en ilusiones y falsas promesas tapadas, por lo que en realidad eran acciones que me dejaban humillada, manipulada y débil ante otras personas.Me parece un dato pertinente el informarme qué casi todo el edificio — o asumo que parte del edificio— sabe acerca de mí, el abuso, y d
¿Recuerdan que dije que no volvería a soñar con Ashton?Bueno, he soñado con él cada maldita noche, variando escenarios y concluían en el mismo momento... En el que nuestros labios están a punto de sellarse. Pero, no importa cuánto me quiera aferrar a permanecer dormida para por fin lograr besarlo —al menos en sueños—, siempre me despierto sobresaltada, excitada y con mucho calor.Ayer fue el último día de Teresa. Hicieron una fiesta de despedida que no duro más de dos horas. Había pastel, gaseosas, adornos y un Ashton muy enojado al otro extremo de la habitación en donde estuviera yo.No sé cómo hacía para no mirarme y al mismo tiempo moverse al lado contrario de donde estaba, pero lo lograba.Debería estar enojada con él, de hecho, lo estoy, pero al mismo tiempo quiero que me note... Necesito al menos una mirada con desdén, molestia, lo que sea, pero me enloquece su falta de atención.Yo debería odiarlo, no viceversa. La semana pasada me trato horrible cuando trate de encubrirnos co
Ashton aparece por novena vez en el día recorriendo el trayecto que lo lleva desde su oficina hasta el ascensor y viceversa. Parecía molesto y nervioso cada una de las veces que paso a mi lado sin siquiera saludarme.Esta vez luce diferente, más seguro y autoritario como lo hace habitualmente, además de tener la vista fija en mí y claro, dignarse a hablarme. —Pon en el sistema este archivo y reenvíamelo por fax.Perfecto, sonrió y trato de no tomar en cuenta el hecho de que me ha ignorado todo el día e incluso no me ha saludado. Tome el archivo y asiento con la cabeza sin mediar palabra, aunque suponía que mi expresión no se veía genuinamente feliz.Cuando no respondí nada, él asintió, se acomodó el cabello hacia atrás y se dirigió de nuevo hacia su oficina. Sentí su tono hostil, lo cual hizo que chasqueara la lengua ofendida por su descaro.—¿Dijiste algo? —pregunta Ashton abriendo la puerta y sacando ligeramente la cabeza para que pudiera verlo.Negué mientras permanecía en silencio
Es media noche.Tengo más sueño del que puedo describir.Estoy acostada apoyada en el respaldo de la cama, con la notebook sobre mis muslos, un plato con pasta a medio comer y hojas con apuntes de la escuela en lugar de sabanas.Mañana a primera hora tengo que entregar un trabajo De Ciencias políticas para el cual no he hecho ningún maldito punto, ni siquiera un resumen decente. Literalmente estoy funcionando con cuatro horas del día coma más o menos. Todo esto podría haberse solucionado fácilmente si le diera uso el celular que está escondido en el placard junto con todas las cosas que Ashton intentó regalarme, ya que podría haber pedido ayuda a mis amigas para no tener qué estar leyendo, subrayando, resumiendo y transcribiendo datos sociales e históricos del maldito libro en la noche.Tengo los ojos irritados de leer todo el día, incluso diría que leo más en la oficina que en la escuela.Toc, toc, la puerta de mi habitación está siendo golpeada ligeramente mientras estoy en crisis.
Está afuera de mi habitación y son casi la una de la madrugada y no podía lidiar con él con mi cabeza tan poco clara. — ¿Qué quieres?—Quería comentarte un par de cosas, pero si no estás disponible, mañana...—Pasa —Le di permiso y me enderecé, iba a cachetearme la cara para estar más despierta momentáneamente pero Ashton ya está adentro de mi habitación... Borracho.Su voz sonaba igual de condescendiente que siempre, pero sus ojos rojos y su postura inestable, me daban a entender que está medio borracho.— ¿Tomaste mucho hoy? —Lo pinche divertida. Me crucé de brazos mientras veía que se ponía nervioso.—Yo no...— ¡Sí! ¡Esta súper ebrio! —Alexander, mi profesor, irrumpe en mi habitación, sosteniéndose del umbral. Él estaba como una cuba. Quede sorprendida y avergonzada por su abrupta entrada y mi desorden sobre la cama.Busco con la mirada ayuda de Ashton, pero él ya me está mirando pidiéndome perdón con una mueca. — ¿Estás haciendo el trabajo de mañana?Sigue hablando Alexander y ni
En lugar de dormir cuatro horas, como era lo usual, dormí cero.No duermo hace más de un día y eso perjudica mi humor de forma negativa.Hoy parecía que el pelo rubio platinado de Loretta había sido renovado, se venía quejando de que su padre la ha castigado por no hacer sus taras y no podía usar su tarjeta de crédito para ir a la peluquería, pero lo ha convencido porque su cabello está radiante.—Papa ha vuelto a caer —Grita entre risas y tirándose en su asiento. Todas proceden a reírse mientras yo intentaba mantener mi cabeza en alto y no caer rendida sobre la mesa—. Le he suplicado días. ¡Días! Solo tuve que ponerme al día y listo, pelo nuevo y ropa nueva que debemos estrenar en una salida. ¿Qué dices Luna?—No tengo tiempo, ustedes saben que cuando salgo de aquí, tengo que ir al trabajo —Mi tono sonó más borde de lo usual, así que me aclare la garganta y volví a intentar comunicarme sin sonar una perra—. Chicas, no dormir en toda la noche, Ashton...— ¡¿Ya están juntos, verdad?! M
— ¡Te vas a arrepentir! ¡Voy a quitarte todo! —Sale gritando Kingston de la oficina hecho una furia. Mientras camina en paso rápido quitándose el saco, toca el botón del ascensor y se da vuelta mientras espera que se abra la puerta.Sus ojos frenéticos y rabiosos me encontraron en el medio de toda su locura. — ¡Tú eres su puta provisoria! ¡Por eso te defiende! ¡¿Cuánto cobras la hora, eh?!Se acerca peligrosamente hacia donde estoy y me levanto rápidamente, esperando correr si es necesario, él está completamente loco.La espalda de Ashton me cubre y con su antebrazo, me mueve más hacia la pared, todo este movimiento sin quitarle la vista al psicótico en frente de nosotros.— ¡¿Ahora la proteges?! —Grita tomando su pelo entre sus manos y estirándolo— Di todo por este trabajo, rechace otras ofertas y... ¿Así me pagas? ¿Todo por tu nueva secretaria? Selo contaré a tu padre Ashton, y no le gustará nada que me hagas esto.—Ella no es el problema, he recibido quejas de muchas compañeras tuy