«No estoy enamorada de Ashton, solo me gusta.Sí, me gusta mucho.Me gusta más de lo que debería.No puedo estar enamorada de él si hace tan solo un mes lo odiaba. No. Ni siquiera lo conozco bien»Y así mis pensamientos variaban en el día. Pase varios estados: Negar, aceptar, gritar, enojarme con Ashton, querer verlo; no querer volverlo a ver; renunciar al trabajo; pedirle que me pase las estadísticas... Quiero desaparecer.Si desaparezco no existiría el dolor en mi pecho cada vez que lo veo. Me da mucha ansiedad estar junto a él y contrariamente a eso, me da alegría.Pero no puedo denotarlo, no, no puedo hacerle saber lo que siento, por ello no digo nada y evito el dialogo.Aunque a veces no puedo evitar hablarle.¿Es claro que enloquecí, verdad?Ashton abrió de golpe la puerta y dejo ver la mitad de su cuerpo. Su repentina salida del despacho hizo que me sobresaltara, como si fuera a adivinar lo estoy pensando. —Luna, aquí tienes la carpeta para las estadísticas.Trague saliva y mi
—Un simple caso de evasión fiscal termino en un caos —Dice tomando un sorbo de cerveza. Creí que íbamos a tomar un café pero la única que está tomando uno soy yo—. Pero tú ya sabes cómo es la empresa, a veces es un desastre...— ¿Tomas alcohol tan temprano? —Estuve intentando preguntar esto desde que nos sentamos a la mesa del restaurante, pero era imposible partiendo del hecho de que Esteban no cerraba la puta boca. Lo único que me permite hacer es asentir.—No, no es recurrente, pero me puso nervioso como me trato el jefecito —Otro sorbo más, por sus movimientos súper relajados puedo notar que los efectos del alcohol están saliendo a flote.Ashton se comportó como un imbécil, pero tampoco estaba contentísima con su forma despectiva de hablar de él.La conversación desde el primer segundo se tornó incomoda. Él hablaba de sí mismo, su empleo, su familia de clase, su primer coche, la superación personal por conseguir una mejor vida que su hermano... ¿Quién diría que el chico era tan ar
—Casi lo beso —Compartí con las chicas lo que ocurrió hace dos días, mirando mis manos nerviosas, con miedo al rechazo o aún peor, el prejuicio que podría venir después de mi confesión.Estábamos en el receso, como de costumbre, no soy de salir al patio, así que nos quedamos sentadas en las escaleras del segundo piso.Tiara toma mi mano para calmarme y me animo a mirarla a los ojos. — ¿Ashton?Asiento y las demás hacen un sonido como si se hubieran golpeado el dedo chiquito del pie, tomando aire con los dientes apretados.Loretta niega y mira a Margaret mientras habla: —Sé que bromeamos, ¿pero lo consideras como algo bueno, Luna? ¿Te sientes presionada por él?Me levanto enseguida, como si me hubiera faltado el respeto. — ¡¿Qué?! No, él no se me ha acercado ni una vez, siempre fui yo la que dio el primer paso.— ¿Siempre? —Pregunta Margaret para saber a qué me refería.—Lo he abrazado la otra noche y ahora creo que de verdad no puedo contenerme. Lo deseo tanto chicas...Nunca creí que
Al final, no mande ningún texto a mis amigas, de hecho, por dos meses, apenas me he dirigido la palabra con Ashton. Nuestra única interacción fue por trabajo y la habilitación de una tarjeta de débito para tener independencia económica. Lo permití solo con la condición que lo depositado sea restado de mis cheques del trabajo, él aceptó al instante, ya ni siquiera se toma el tiempo de discutir, cuando me doy cuenta de que algo no le parece, simplemente se da la vuelta sin hablar de ello.Después de nuestro último encuentro desafortunado, él también pensó que debíamos estar lo más separados que fuera posible.Al principio estaba molesta, como si al menos tener algo de él fuera una especie de tranquilizante, pelear, mirarnos, pequeños roces me daban lo que necesitaba, cuando me fue vetada esa posibilidad, estaba irritada la mitad del tiempo, hasta que Martinez venía a verme.Esteban es divertido, mi primera impresión de él fue por demás, errada. Tiene un buen humor contagioso, se preocup
Tiene los dientes apretados y una de sus manos echa un puño. Tengo miedo de que lo golpeé, así que me aferre a mí misma a su brazo, para evitar que haga algún movimiento brusco y le deje un ojo morado a Esteban.Nunca lo había visto tan molesto. — ¡Ashton déjalo! ¡Te ruego, suéltalo!Ashton arruga la nariz y con una última cara de asco, lo suelta, pero al instante, vuelve a atacarlo empujándolo contra la pared, causando que varios cuadros de decoración se cayeran.Mara viene corriendo y empuja a Ashton hacia sí, pero tampoco se inmuta.El hombre es una mole comparado con nosotras dos.—Te vuelvo a ver cerca y no habrá hueco en el mundo donde puedas esconderte. ¿Me oyes? Deberás irte a vivir al centro de la tierra y ni siquiera ahí podrás esconderte de mí.Abre la puerta y lo empuja afuera.Esteban estaba en completo shock, ni siquiera pudo despedirse, de hecho, ni siquiera pudo cambiar la expresión de terror en su rostro.Ashton está totalmente fuera de sí, nunca lo vi tan violento, n
Ashton y yo nos hemos visto con recelo todo el desayuno. El aire se sentía tan denso que si se nos caía un utensilio iba a quedar estático entre nosotros.Mara no ha musitado sonido tampoco, solo se enfoca en tomar su licuado de vegetales sin prestarle atención al otro lado de la mesa, donde estamos repeliéndonos mutuamente con la mirada.Lo detesto.Esteban no respondió ninguno de mis mensajes de texto. Era obvio. No Salí a buscarlo después de lo que ocurrió, lo deje irse, preferí discutir con Ashton que defender al chico con el que salgo. Soy un excelente prospecto de novia.Si fuera él, ya me hubiera bloqueado.Mara se levanta y va a la habitación. Cuando escuche que cerró la puerta me levante, no iba a quedarme a solas con Ashton, todos sabemos que pasa cuando eso ocurre y ahora quiero estar lo más lejos que pueda de él.Si, sigo repitiendo la misma pantomima, lo sé. Podría escapar. Podría hacer eso y olvidarme de todos y todo. Pero hoy por hoy, eso conlleva muchos sacrificios: No
Estoy acostumbrada a sentarme y abrir las piernas, pero con la falda tipo lápiz que llevo puesta y teniendo en cuenta mi escritorio de vidrio, si alguien entraba, vería mi braga rosa y la verdad, no estoy preparada para tal bochorno.—Hola preciosa —Me saluda Esteban mientras sale del ascensor. Mi cara de sorpresa no le incomodó para nada, sabe que no debería estar aquí.Me levanté enseguida antes de que llegue a mi escritorio y susurro: —Si te ve Ashton va a despedirte, ya lo hablamos.Hace un sonido chasqueante con la boca, restándole importancia a mis palabras. Me cae bien, pero su soberbia me aborrece. Planta un fugaz beso en mis labios y acaricia mis brazos, intentando calmarme pero hace todo lo opuesto.—Yo te dije que no voy a ocultarme. Estoy contigo y no tengo por qué cuidarme de él —Su tono se tornó hostil. Siempre que habla de Ashton se siente un veneno muy específico en su voz.—Luna te necesito para verificar... —Ashton sale del despacho mirando su teléfono. Al no verme e
Al final el maldito logro convencerme.El tema de la fiesta es "Un nuevo amanecer para niños necesitados". Un nombre muy largo y poco memorable para el futuro, pero no soy quien para opinar.Estoy hecha un bollo en el asiento de atrás, usando un pantalón naranja y una de mangas abiertas rosa. Ashton intentó convencerme de usar el vestido que me compro para la ocasión, pero para mí es imposible concebir usar algo tan... Esponjoso.A Mara le gusto el vestido que rechace, así que se lo puso en lugar de la prenda que compro ella el día antes del evento.La vestimenta era naranja y rosa. Las invitaciones decían que el naranja representa la energía constructiva y el rosa la amabilidad, además de infancia e inocencia. Los colores juntos no me disgustaban, pero verlo a Ashton todo de naranja exceptuando su pantalón y corbata, me hizo estallar de risa más de una vez, pero ahora que estamos más cerca de llegar a la casa de sus padres, mis capacidades de reírme son limitadas.Mara está en el asi