—Si sientes que esto es lo que tenías que hacer, te apoyo —Dijo Loretta brindándome té caliente mientras se acuesta a mí lado—. ¿Irás a la escuela hoy?Asentí con la cabeza y tome un sorbo. El líquido caliente bajando por mí garganta se sentía relajante, incluso hizo que momentáneamente no todo fuera tan malo.—¿Él no te buscará ahí? —Pregunta mirándome con atención. Loretta se veía preocupada por mí, pero no sabía cómo transmitirle tranquilidad, porque ni siquiera yo me sentía tranquila.—No lo sé, espero que no, de todos modos, falta solo un mes y medio para terminar la escuela.—¿Él no es el que pagaba la cuota mensual?—Sí... Sí, no pensé en ese factor la verdad, pero de todos modos, creo que puedo pagarlo... ¿Cuánto es...?—Veinte mil dólares por mes.—¡¿Qué?! —Veinte mil dólares —reiteró Loretta con un tono de preocupación en su voz.Sentí cómo mi corazón se aceleraba y un nudo se formaba en mi estómago. Veinte mil dólares mensuales era una suma astronómica, especialmente para
La campana anunció el fin de las clases y todos los estudiantes comenzaron a salir del edificio. Me apresuré a recoger mis cosas y me dirigí hacia la salida, tratando de evitar cualquier encuentro no deseado.Sin embargo, al llegar al vestíbulo, lo vi allí parado, esperándome. Ashton me miró con una mezcla de preocupación y desesperación en sus ojos.—Luna, tenemos que hablar —dijo en un tono urgente.Tragué saliva, sabiendo que no podía evitarlo por más tiempo. Asentí con la cabeza y lo seguí fuera del edificio, alejándonos de la multitud de estudiantes.El aire fresco de la tarde me envolvió mientras caminaba junto a Ashton hacia un rincón apartado del campus.—No puedo creer que te hayas ido sin decirme nada —dijo Ashton, su voz temblando ligeramente.Traté de mantener la calma y miré hacia el suelo, sintiendo un nudo en mi estómago. No quería ser hiriente, pero sabía que era la única forma para lograr que él me dejara en paz.—Ya no aguantaba ni un segundo mas vivir en esa casa y
Hoy era un día agridulce. Una mezcla de emoción, tristeza y ansiedad flotaba en el aire, colándose en cada rincón de mi nuevo apartamento. El tintineo de mi celular marcaba las cinco en punto. Era mi cumpleaños, pero las felicitaciones y las celebraciones parecían tan lejanas.Los rayos del sol filtrándose por la ventana me recordaron que tenía mucho que hacer. Frente a mí se extendía una gran cantidad de documentos y papeles que necesitaba firmar para finalizar mi mudanza. Aunque la mayoría eran formularios y contratos estándar, cada página era tediosa. Mis nervios en los días posteriores a mi despedida con Ashton iban aumentando cada vez mas y mas. Siempre fui una persona irascible, pero ahora... Ahora ni siquiera podia vivir conmigo misma.Mis dedos temblaban un poco mientras firmaba, pero lo atribuí más a la emoción que al miedo.Después de horas de trabajo, finalmente terminé de firmar los papeles. Los amontoné cuidadosamente y los metí en una carpeta, prometiéndome a mí misma qu
Ver a Ashton después de tanto tiempo fue como recibir un golpe directo al corazón. En un primer momento, la sorpresa me dejó sin palabras, como si de repente me hubiesen quitado el aire. Ashton era la última persona que esperaba encontrarme, y ahí estaba. Aunque me alivió ver que, al menos físicamente, estaba bien, su mirada y su postura reflejaban un sufrimiento evidente que retorció mi corazón.—No —respondí rápidamente, sacudiendo la cabeza. Ashton parecía sorprendido por mi rápida negación.—Estaban cenando, los vi.Tragué saliva, luchando contra el pánico que amenazaba con consumirme. —Esteban solo me acompañó a cenar. No hay nada entre nosotros.Ashton frunció el ceño, claramente confundido. —¿Entonces por qué estaba ahí? ¿Por qué cenaste con él?—Lo encontré en el mismo lugar —murmuré, evitando su mirada. Sabía que mi respuesta no lo satisfaría, pero era la verdad.—¿Lo encontraste? —Ashton rió amargamente—. ¿No te parece raro haberlo encontrado de la nada aquí?—Casi tan raro
Han pasado dos semanas desde que acepté la propuesta de Ashton. Dos semanas desde que volví a mi antiguo trabajo. Dos semanas en las que Ashton apenas me ha mirado.Cada día que paso en la oficina, siento como si estuviera caminando sobre una cuerda floja. El aire se siente más pesado, más denso, y cada vez que miro a Ashton, todo lo que veo es un vacío helado. Parece como si estuviera a millas de distancia, incluso cuando estamos en la misma habitación.Estoy en mi escritorio, tratando de enfocar mi atención en el trabajo. Es difícil, especialmente cuando mi mente sigue volviendo a lugares que no aportan a mi sanidad mental. Sin embargo, me obligo a concentrarme, a no dejar que mi mente se desvíe.Había terminado de ordenar los informes en mi escritorio cuando sentí la puerta del ascensor llegar al piso y vi a Esteban salir por las puertas, mirandome con confusion.—Los chicos me dijeron que ya habias llegado —dijo, forzando una sonrisa en su rostro. Su tono de voz denotaba cierto ne
Con la nueva información que tenía, no era una buena noche para estar sola.En primer lugar, quería llamar a Ashton. En segundo lugar, quería ir a donde vive Ashton. Y en tercer lugar, quería estar con Ashton.Ninguna opción era buena.No tarde mucho en llamar a las chicas haciéndoles saber que estaba a punto de cometer una estupidez. En una hora las tres estaban en mi apartamento. Pedimos una pizza y ellas compraron cerveza con la identificación falsa de Margaret.Dios bendiga a Margaret.Estábamos sentadas en el sofá, disfrutando de unas latas de cerveza mientras les contaba sobre mi regreso a mi antiguo trabajo y cómo las cosas habían estado yendo con Ashton. Todas me escuchaban atentamente lo cual me daba mas confianza para contarles lo que estaba quemandome los cesos.Margaret, se acomodó en uno de los sofás. A su lado, Tiara revisaba su teléfono ocasionalmente, mientras que Loretta, se encontraba sentada en el suelo, con un vaso en la mano.Suspire profundamente, tratando de reu
Prólogo. «Volveré por ti.» Esas son las palabras que he escuchado en mi cabeza toda mi vida. La voz que remiten esas palabras es de Ashton, mi hermanastro. Las escuché el día que nos separaron y nunca deje de oírla. Ni una m*****a noche. Ese día presencié el rostro lleno de lágrimas de mi hermanastro, mi corazón dolía al verlo tan angustiado, él jamás lloraba. Aún puedo recordar la confusión que sentía esa mañana. Mis preguntas daban vueltas entre muchas personas que rondaban la casa y me hacían preguntas mientras la que necesitaba respuestas era yo. ¿Por qué estaba esta gente aquí? ¿Por qué se llevaron a mi mamá? ¿Por qué estaban guardando mis ropas en una bolsa? — ¡Ash! —Corrí apresuradamente hacia mi hermano que estaba sentado en el sillón marrón —realmente su color original era blanco, pero hace mucho no lo es— con las manos en su rostro. —Ash... ¿Qué está pasando? —Pregunte empujando su hombro repetidamente para que me mirara, pero no lo hizo enseguida. Él tomo un par de re
— ¿Quieres jugar? —Pregunto Ash mientras me tomaba de la mano para guiarme al patio. — ¿Puedo preguntarle a mama si quiere jugar con nosotros? —Mire a la mujer que estaba acostada en el sillón durmiendo con una botella de agua en su mano, Ashton dice que nunca debo tomar eso porque no es agua, pero mama siempre me dice que si lo es, así que siempre discuten entre ellos después de eso. —Mami está durmiendo, siempre que se despierta repentinamente le agarra jaqueca. ¿Te acuerdas la última vez? —Está bien, hagamos algo en el patio —Le dije un poco desanimada. Mama nunca estaba en casa y cuando estaba nunca quería estar conmigo. Ashton y yo jugamos en el patio. Ayer lo terminamos de limpiar juntos, ya que había mucha basura y botellas de vidrio. Fue divertido. Él me dijo que podríamos reciclar y ayudaríamos al medio ambiente con ello. Ashton siempre me enseñaba cosas interesantes. — ¡Te atrape! —Grito él mientras se tiraba en el césped exhausto. — ¡Vamos! Levántate, es mi turno —Insi