Es media noche.Tengo más sueño del que puedo describir.Estoy acostada apoyada en el respaldo de la cama, con la notebook sobre mis muslos, un plato con pasta a medio comer y hojas con apuntes de la escuela en lugar de sabanas.Mañana a primera hora tengo que entregar un trabajo De Ciencias políticas para el cual no he hecho ningún maldito punto, ni siquiera un resumen decente. Literalmente estoy funcionando con cuatro horas del día coma más o menos. Todo esto podría haberse solucionado fácilmente si le diera uso el celular que está escondido en el placard junto con todas las cosas que Ashton intentó regalarme, ya que podría haber pedido ayuda a mis amigas para no tener qué estar leyendo, subrayando, resumiendo y transcribiendo datos sociales e históricos del maldito libro en la noche.Tengo los ojos irritados de leer todo el día, incluso diría que leo más en la oficina que en la escuela.Toc, toc, la puerta de mi habitación está siendo golpeada ligeramente mientras estoy en crisis.
Está afuera de mi habitación y son casi la una de la madrugada y no podía lidiar con él con mi cabeza tan poco clara. — ¿Qué quieres?—Quería comentarte un par de cosas, pero si no estás disponible, mañana...—Pasa —Le di permiso y me enderecé, iba a cachetearme la cara para estar más despierta momentáneamente pero Ashton ya está adentro de mi habitación... Borracho.Su voz sonaba igual de condescendiente que siempre, pero sus ojos rojos y su postura inestable, me daban a entender que está medio borracho.— ¿Tomaste mucho hoy? —Lo pinche divertida. Me crucé de brazos mientras veía que se ponía nervioso.—Yo no...— ¡Sí! ¡Esta súper ebrio! —Alexander, mi profesor, irrumpe en mi habitación, sosteniéndose del umbral. Él estaba como una cuba. Quede sorprendida y avergonzada por su abrupta entrada y mi desorden sobre la cama.Busco con la mirada ayuda de Ashton, pero él ya me está mirando pidiéndome perdón con una mueca. — ¿Estás haciendo el trabajo de mañana?Sigue hablando Alexander y ni
En lugar de dormir cuatro horas, como era lo usual, dormí cero.No duermo hace más de un día y eso perjudica mi humor de forma negativa.Hoy parecía que el pelo rubio platinado de Loretta había sido renovado, se venía quejando de que su padre la ha castigado por no hacer sus taras y no podía usar su tarjeta de crédito para ir a la peluquería, pero lo ha convencido porque su cabello está radiante.—Papa ha vuelto a caer —Grita entre risas y tirándose en su asiento. Todas proceden a reírse mientras yo intentaba mantener mi cabeza en alto y no caer rendida sobre la mesa—. Le he suplicado días. ¡Días! Solo tuve que ponerme al día y listo, pelo nuevo y ropa nueva que debemos estrenar en una salida. ¿Qué dices Luna?—No tengo tiempo, ustedes saben que cuando salgo de aquí, tengo que ir al trabajo —Mi tono sonó más borde de lo usual, así que me aclare la garganta y volví a intentar comunicarme sin sonar una perra—. Chicas, no dormir en toda la noche, Ashton...— ¡¿Ya están juntos, verdad?! M
— ¡Te vas a arrepentir! ¡Voy a quitarte todo! —Sale gritando Kingston de la oficina hecho una furia. Mientras camina en paso rápido quitándose el saco, toca el botón del ascensor y se da vuelta mientras espera que se abra la puerta.Sus ojos frenéticos y rabiosos me encontraron en el medio de toda su locura. — ¡Tú eres su puta provisoria! ¡Por eso te defiende! ¡¿Cuánto cobras la hora, eh?!Se acerca peligrosamente hacia donde estoy y me levanto rápidamente, esperando correr si es necesario, él está completamente loco.La espalda de Ashton me cubre y con su antebrazo, me mueve más hacia la pared, todo este movimiento sin quitarle la vista al psicótico en frente de nosotros.— ¡¿Ahora la proteges?! —Grita tomando su pelo entre sus manos y estirándolo— Di todo por este trabajo, rechace otras ofertas y... ¿Así me pagas? ¿Todo por tu nueva secretaria? Selo contaré a tu padre Ashton, y no le gustará nada que me hagas esto.—Ella no es el problema, he recibido quejas de muchas compañeras tuy
«No estoy enamorada de Ashton, solo me gusta.Sí, me gusta mucho.Me gusta más de lo que debería.No puedo estar enamorada de él si hace tan solo un mes lo odiaba. No. Ni siquiera lo conozco bien»Y así mis pensamientos variaban en el día. Pase varios estados: Negar, aceptar, gritar, enojarme con Ashton, querer verlo; no querer volverlo a ver; renunciar al trabajo; pedirle que me pase las estadísticas... Quiero desaparecer.Si desaparezco no existiría el dolor en mi pecho cada vez que lo veo. Me da mucha ansiedad estar junto a él y contrariamente a eso, me da alegría.Pero no puedo denotarlo, no, no puedo hacerle saber lo que siento, por ello no digo nada y evito el dialogo.Aunque a veces no puedo evitar hablarle.¿Es claro que enloquecí, verdad?Ashton abrió de golpe la puerta y dejo ver la mitad de su cuerpo. Su repentina salida del despacho hizo que me sobresaltara, como si fuera a adivinar lo estoy pensando. —Luna, aquí tienes la carpeta para las estadísticas.Trague saliva y mi
—Un simple caso de evasión fiscal termino en un caos —Dice tomando un sorbo de cerveza. Creí que íbamos a tomar un café pero la única que está tomando uno soy yo—. Pero tú ya sabes cómo es la empresa, a veces es un desastre...— ¿Tomas alcohol tan temprano? —Estuve intentando preguntar esto desde que nos sentamos a la mesa del restaurante, pero era imposible partiendo del hecho de que Esteban no cerraba la puta boca. Lo único que me permite hacer es asentir.—No, no es recurrente, pero me puso nervioso como me trato el jefecito —Otro sorbo más, por sus movimientos súper relajados puedo notar que los efectos del alcohol están saliendo a flote.Ashton se comportó como un imbécil, pero tampoco estaba contentísima con su forma despectiva de hablar de él.La conversación desde el primer segundo se tornó incomoda. Él hablaba de sí mismo, su empleo, su familia de clase, su primer coche, la superación personal por conseguir una mejor vida que su hermano... ¿Quién diría que el chico era tan ar
—Casi lo beso —Compartí con las chicas lo que ocurrió hace dos días, mirando mis manos nerviosas, con miedo al rechazo o aún peor, el prejuicio que podría venir después de mi confesión.Estábamos en el receso, como de costumbre, no soy de salir al patio, así que nos quedamos sentadas en las escaleras del segundo piso.Tiara toma mi mano para calmarme y me animo a mirarla a los ojos. — ¿Ashton?Asiento y las demás hacen un sonido como si se hubieran golpeado el dedo chiquito del pie, tomando aire con los dientes apretados.Loretta niega y mira a Margaret mientras habla: —Sé que bromeamos, ¿pero lo consideras como algo bueno, Luna? ¿Te sientes presionada por él?Me levanto enseguida, como si me hubiera faltado el respeto. — ¡¿Qué?! No, él no se me ha acercado ni una vez, siempre fui yo la que dio el primer paso.— ¿Siempre? —Pregunta Margaret para saber a qué me refería.—Lo he abrazado la otra noche y ahora creo que de verdad no puedo contenerme. Lo deseo tanto chicas...Nunca creí que
Al final, no mande ningún texto a mis amigas, de hecho, por dos meses, apenas me he dirigido la palabra con Ashton. Nuestra única interacción fue por trabajo y la habilitación de una tarjeta de débito para tener independencia económica. Lo permití solo con la condición que lo depositado sea restado de mis cheques del trabajo, él aceptó al instante, ya ni siquiera se toma el tiempo de discutir, cuando me doy cuenta de que algo no le parece, simplemente se da la vuelta sin hablar de ello.Después de nuestro último encuentro desafortunado, él también pensó que debíamos estar lo más separados que fuera posible.Al principio estaba molesta, como si al menos tener algo de él fuera una especie de tranquilizante, pelear, mirarnos, pequeños roces me daban lo que necesitaba, cuando me fue vetada esa posibilidad, estaba irritada la mitad del tiempo, hasta que Martinez venía a verme.Esteban es divertido, mi primera impresión de él fue por demás, errada. Tiene un buen humor contagioso, se preocup