—Dijiste mierda —Le hice saber impresionada porque saliera de su aura normal de chico correcto.—Si, lo hice, ¿te gusto? —dice riéndose y poniendo sus manos en los bolsillos del pantalón, de repente sonrojado— Si uno de los requisitos para quedarte al menos por un año, es que maldiga más seguido, te juro por mi puta vida que lo hare.Traté de enfocarme en lo más trivial que me dijo para no tener que afrontar que todo lo que fue dicho por él lo sentí sincero, que una parte de mi odio se transformó en compasión y que tal vez el que haya venido a rescatarme del orfanato sea algo bueno para mí. Sería erróneo afirmar que no sigo teniendo ciertos resentimientos con él, puede que lo culpe demasiado, pero una parte de mí sabe que tiene razón. Él era muy joven.Pero yo también lo era y mi única ilusión, mi único sueño era que mi hermano mayor viniera a rescatarme. Cuando crecí reemplace ese sueño, ya no esperaba que mi hermano venga a buscarme, quería que mi viejo amigo, confidente y guardián
Se dieron cuenta de mi ausencia en la escuela ayer, por lo que hoy nos hicieron reunirnos en dirección con los directivos para charlar sobre mi conducta. Ashton estaba a mi lado y Mara esperando afuera, ya que no era mi tutora directa.Por mi mejor, no necesitaba a alguien más en contra mío en esta habitación, la señora delante de mí, mirándome desaprobatoriamente mientras movía la cabeza de un lado a otro, no creyendo que pude aludir a la seguridad de la escuela.No quise decir que su seguridad estaba en un sueño muy profundo, él no tenía la culpa de mi arranque de impulsividad y mi inmadurez. Tal vez tenía hijos que mantenía con este trabajo, una esposa y una familia medianamente funcional, más funcional de lo que alguna vez yo tendría.Mi pie no dejaba de moverse de abajo a arriba a la velocidad de la luz, mi ansiedad estaba por las nubes. Hace un par de meses me puse la meta de no morderme más las uñas, pero mientras esta gente me estaba dando un discurso de compromiso, responsabi
Fui a mis siguientes clases y quedé agotada. Mí barra de interacción social se agotó totalmente cuando un par de chicas hablaron conmigo para saber más de mí. Todas parecían ser buenas o, mejor dicho, decentes. Ninguna me miraba de mala forma, ni se dirigió a mí de forma despectiva.Me pidieron mí número para que estemos en contacto y se los hubiera dado si no fuera porque no tenía celular. No hubo inconveniente, dijeron que seguirían hablando conmigo en la clase y los recreos, además de que podía sentarme con ellas y podrían ponerme al corriente con las clases. Se los agradecí.Sus nombres aún me los confundo, pero si no me equivoco, la pelirroja con ojos preciosos es Margaret, la rubia esbelta Tiara y la otra rubia platinada, Loretta.Me sentí cómoda en la forma de como quisieron integrarme. No hicieron demasiadas preguntas de mí pasado, lo cual me hizo desenvolverme más rápido y hacerlas reír un par de veces con mí mala forma de hablar.Me confesaron que les pareció entretenida mí
Me puse a revisar los apuntes que hice esta semana de las clases e hice toda la tarea con la ayuda de los libros online que encontré en la computadora, por suerte encontré de forma pirateada los manuales necesarios. El problema está en que las chicas me dijeron que era necesario llevar los materiales editoriales para estudiar en horario de clase, pero no me daba la cara para pedírselos a Ashton, así que prefiero escuchar bien la clase y luego, llegar a casa utilizar la computadora para estar al día.La mayor parte de mi tiempo estoy sola en el departamento, Mara se ocupa de estar fuera de aquí para no estar conmigo —estoy contenta por su elección— y Ashton se la pasa trabajando. Él contrató a un chofer para que me vaya a buscar a la escuela todos los días. Me parece lo más sensato, desde que vine aquí, estuvo faltando mucho a su trabajo solo para ocuparse de mí y resolver los problemas que dejaba en el tintero.Lo que me resulta un poco ofensivo es que ni siquiera cena aquí, lo escuch
Él vino saltando con un pie y riéndose con la enfermera, con la mitad de su pie vendado. — Sí, tendré que venir todos los días para qué me desinfecten la herida y así la uña vuelva a crecer sana.La mujer a su lado, la que lo atendió, extendió su mano en modo de presentación y dubitativamente la correspondí. —Hola, me contaron que te llamas Luna.Estuvieron breves minutos ahí y tuvo tiempo de hablar de mí, bien, que todo el mundo se entere que soy su hermanastra adoptada e inadaptada. —Si, un gusto.Ella me sonríe a mí y a él de forma exagerada... Oh, ya veo por donde va esto. Su plan es intentar que su fantástica atención y carisma funcione para llamar la atención de Ashton. —Me han contado cosas interesantes de ti, me encantaría conocerte bien algún día.Ya bastante que tengo que lidiar con Mara, no pienso tener a otra mujer respirándome en el cuello por una tentativa desesperada de lograr que Ashton no este cerca de ninguna fémina.—Un gusto conocerte —Le dije tomando la mano de As
Han pasado dos días de aquello y aún no he podido disculparme con Ashton. En realidad, tampoco tengo claro que pedir disculpas es lo que voy a hacer, pero tengo la idea en mente, deambulando. En la escuela las chicas han descubierto que Ashton es mi tutor y todas están disputándose entre ellas en quién va a ser mi próxima cuñada. Mi personalidad explosiva —Soy consciente de ella— se mantuvo a raya, no les dije que se vayan al infierno, no quería perder al único círculo social sano que alguna vez tuve, pero no hice ningún comentario para alimentar el fuego que provocaba la imagen de Ashton en sus bragas, ni siquiera exprese disgusto, solo mire mis cuadernos mientras asentía a cada comentario explícito digno de un vídeo para adultos. Al llegar al complejo encontré a Mara, tomando un café con su bata de seda. Puedo jurar que abajo de eso no tiene ni ropa interior. Ella parecía esperarme y al cerrar la puerta y oír su voz, me confirmó lo que suponía, quería hablar conmigo. —Él te dejo u
Han pasado unos pocos días que no sé mucho de Ashton. Todos los regalos que intento darme, están juntando polvo dentro del clóset... Exceptuando los libros, esos si los necesito.Me estoy acostumbrando a ser independiente y tomar control de mi tiempo, antes tenía horarios para todo, pero yo manejo cada aspecto superficial de mi vida —quitando las horas que tengo que ir a la escuela—. Lo único que frecuentemente está perturbándome es que me despierto a mitad de la noche porque siento que alguien está conmigo en mi habitación, claramente al abrir mis ojos no hay nadie, así que asumo que estoy volviéndome loca. O tal vez el complejo está embrujado.De todos modos no me siento compungida por las sensaciones, incluso podría decir que muchas veces me siento relajada, casi en paz. Puede que me esté adaptando al lugar, puede que por fin sienta que estoy segura aquí.La realidad es que sé que estoy más segura en este lugar que donde estaba antes.Y lo estoy disfrutando.A medias.—¿Te molestar
Estuve esperando con ansias que no deberían estar ahí. Quería verlo. Y tenía muchas ganas de verlo. No iba a mentir.Tal vez es porque tengo esta idea de disculparme y mí inconsciente quiere buscar un momento a solas con él para hacerlo...O tal vez simplemente estoy loca.Cuando vi su auto acercarse a la puerta principal del instituto, me acerque más a la acera y estaciono en frente de mi.—Pásenla bien —Grita una de las chicas de mi grupo. Mencione en clases que él vendría a recogerme, solo porque estaban hablando de como me estaba llevando con el señor. Les dije que no lo soportaba, que es el ser humano más egocéntrico e irritante que he tenido el placer de conocer y que odiaba la idea de que él viniera a buscarme al final de las clases. Ellas se miraron y empezaron a gritar como unas desquiciadas, para luego esperar a Ashton conmigo—. Después no digas que no te llevas bien con él, eh.—¡Puedes llamarme cuñada cuando quieras!—¡Llámanos cuando llegues!—¡Te queremos!Entre al coche