Fui hacia mi habitación, resignándome a no recibir un trozo de carne. Con la cantidad de ropa que tenía guardada en el closet, tranquilamente podía tirar toda la ropa que traje del orfanato. De hecho, debería desechar toda la ropa y poner nueva allí, así, cuando me vaya, no tendré que usar los trapos viejos reacondicionados que tengo desde los 13 años. Eso es lo que hice por una hora, literalmente aproveché la terraza que había fuera de la sala para arrojar todo el contenido de mi bolso y que los vecinos y la gente que pasaba tranquilamente por la puerta del condominio, se quejaran con ellos y mañana Ashton iba a tener problemas.
Pero eso no iba a ser suficiente para que él me eche de aquí, no. Tendría que hacer más.
Puse ropa nueva en el bolso viejo y caí rendida en la cama por el día largo que tuve. Muchas emociones negativas y nuevas juntas. Me quedé dormida con la ropa que tenía puesta y me desperté alrededor de las tres de la mañana, lo sé por el reloj grande que había en la mesita de noche, marcaba las 03:22. Si marcaba las 03:33, me habría cagado de miedo.
Teniendo en cuenta que no era la hora del demonio, encendí la luz de mi cuarto y salí a inspeccionar el pasillo. Estaba todo el apartamento oscuro, lo que me habilito a ir media dormida hacia el baño a hacer pis.
Tengo calor, hace mucho en este lugar. Entiendo que es invierno, pero, ¿es necesario tener la calefacción toda la noche a tope? Ni encendí la luz cuando cerré la puerta y me senté en inodoro, mientras me quitaba el buzo amarillo y lo arrojaba al piso. Literalmente estoy sudando, no era exageración lo del calor.
Hice lo mío, volví a ponerme los pantalones y tome la ropa que deje en el piso. Sin aviso previo, la puerta se abrió y la luz se encendió de golpe.
Me espanté muchísimo, no esperaba que nadie se despertara a esta hora, menos él.
Ashton tenía solamente una bermuda y una camiseta puesta. Y cuando digo solamente, es porque tenía todo el abdomen y pectorales tensados, podía verlo muy claramente debajo de la tela. Literalmente. Y la bermuda colgaba de su cadera de una forma muy descuidada, no me sorprendería que, con un salto, estuviera complemente desnudo frente a mí.
Ambos nos sorprendimos al vernos a estas horas de la noche. Nos evaluamos unos segundos muy largos, por mi parte, yo no suelo evaluar tanto a una persona. Él estaba fornido, no tanto como La Roca, pero está muy bien. Hasta podía observar como el resto de su cuerpo y músculos se tensaron. No entendí el porqué hasta que por fin pude separar mis ojos de su cuerpo y observé su rostro. Ashton miraba mi musculosa.
Bajé la vista, intrigada de porque le llamaba la atención un pedazo de tela, pero entendí al instante. Tengo los pezones erizados.
Más avergonzada de lo que me gustaría admitir, tape mis pechos cruzando mis brazos sobre ellos. Me aclaré la garganta y me atreví a hablar: —¿No golpeas la puerta?
En mi cabeza fue una pregunta totalmente a lugar, pero mi voz inestable la hacía sonar tonta y sin sentido. Cuando lo vi entrar al baño, sentí palpitar hasta mis pies, así que, no era extraño que mis pezones también se despertaran del susto, ¿no?
—¿No enciendes la luz cuando vienes al baño a las tres de la mañana? ¿Qué clase de psicópata eres? —preguntó devuelta, tapando su cara un breve instante y cacheteándose así mismo levemente, para despertarse.
—La misma que esta acostumbrada a tener un poco de decencia humana y usar la m*****a puerta para llamar a ver si hay alguien al otro lado de ella —Mi enojo natural volvió resplandeciente en mi cuerpo, hasta que volví a bajar la mirada para ver su torso desnudo y me sentí totalmente vulnerable otra vez.
Me parecía extremadamente atractivo, lo cual es un problema, porque una persona mala y horrenda como él, no debería ser tan guapa. Eso es un error por defecto. Necesito criticarle a alguien mis pocos atributos, porque según recuerdo, nunca dañe a nadie que no me hiciera daño primero, así que, merecía mas de lo que tenía a nivel físico.
Él no dijo nada y se rasco la cabeza, utilizándo otra mano, se subió un poco la bermuda. Entonces no cometía un error al suponer que esa prenda estaba en riesgo de no cumplir su propósito. —Necesito ir al baño, si puedes...
No entendí que me estaba pidiendo hasta que noté que estaba cortándole el paso al inodoro. Pegue un pequeño salto para impulsarme a caminar y tuvimos que chocar rozar nuestros cuerpos para habilitarnos el paso mutuamente sin que él saliera del cuarto. Cuando quedamos frente a frente, nos miramos fortuitamente y él alejo la vista enseguida. Necesito huir de este lugar tan pequeño.
Estoy a punto de cerrar la puerta detrás de mí, cuando él vuelve a hablar: —Tu comida esta en el horno. Supuse que tendrías hambre después de gritar tanto hoy.
Iba a concederle una respuesta inteligente, pero estaba tan nerviosa que no se me ocurrió nada. Cerré la puerta y me quedé ahí parada, esperando que mi corazón y mis piernas actuaran normalmente, pero no colaboraban conmigo ni para dar un par de pasos decisivos a la cocina.
Cuando escuché el sonido del lavamanos, supe que él estaba cerca de salir del baño y encontrarme en el mismo lugar en el que estaba cuando cerré la puerta.
Corrí como pude hasta la cocina, busqué tanteando las paredes el interruptor de la luz, y lo encontré. «Busca las cosas y cálmate». Carne con ensalada en el horno, estaba fría, pero no me importaba a estas alturas, moría de hambre y recién caí en cuenta de ello.
Cubiertos había en el primer cajón de los utensilios, lo supuse porque todas las personas lo ponen en el mismo maldito lugar.
—¿Te parece iniciar la escuela el lunes? —Su voz interrumpió mi intento de tranquilizarme. Ni siquiera escuché que se dirigiera hacia mí. O estaba sorda o él es muy sigiloso.
+
Coloque el primer bocado de carne en mi boca y disfrute en demasía el sabor. Está carne era superjugosa y deliciosa, nunca probé algo así en mi vida. —¿De qué tipo de animal es esta carne? Porque de vaca no es, ni de ningún animal de este planeta. Dios...
Sentí como se acercó a la mesa en la que estaba sentada y recién en ese momento, me animé a verlo. Seguía medio desnudo. —¿Te gusta mucho la carne Luna?
Suelto de golpe los cubiertos y puse mis manos en mi cabeza, rascándome el cuero cabelludo, molesta. Ya de por sí me ponía nerviosa verlo con ropa, no puedo verlo sin ella, hace cosas raras a mi sistema de defensa. —Te responderé cuando te pongas ropa.
Él se movió rápidamente, escuché como abrió la puerta de su cuarto y la cerro. Luego, escuché otra puerta abrirse y cerrarse, todo esto en menos de 15 segundos de tardanza. Es rápido cuando quiere.
Cuando quiere.
Volvió conmigo con una camiseta blanca puesta, que, aunque no se le veía la piel, seguía marcando sus pectorales. Para ponerse algo tan apretado, mejor se hubiera quedado desnudo, mucha diferencia no había.
En su mano lleva un buzo que saco de mi cuarto. Me lo tiende y lo miré extrañada. Levanto el amarillo que había tirado en el suelo cuando me senté a comer y se lo mostré. Ashton abre la boca en señal de entender y asiente. Mueve la silla para sentarse en frente de mí, con las manos juntas las acomoda sobre la mesa y me observa un gran rato, si visión hace zigzag entre el abrigo y mi hambrienta yo.
—¿Qué quieres? —Pregunte hastiada con comida en la boca. Claramente no iba a decírmelo
—Deberías ponerte algo más, además de eso, te resfriarás —asegura un poco nervioso, acomodándose en su asiento y apretando los labios cada tanto.
—Hace un calor del infierno aquí, no tengo frío, para nada
Tragué y me levanté a buscar agua. Tomé el vaso y le puse agua del grifo. Cuando me volví a mi lugar, Ashton ya estaba con su teléfono, con un ceño fruncido acompañando su rostro. Hace unos segundos parecía un gatito perdido y ahora está con una postura completamente distinta, me extraño su cambio de humor, pero no iba a preguntarle que le ocurría porque denotaría que me importa y no es así.
Solo tengo curiosidad.
—Ella es muy friolenta —Me hizo saber, aún sin hacer contacto visual. Me gusta conversar de esta forma. Ninguno se pone incómodo y puedo tener ventaja.
—Sí, bueno, no le vendría mal ponerse un poco más de ropa para no tener tanto frío. Aquí es un horno —digo con veneno en mi voz, odiando que por esa chica estemos como estamos, casi desnudos en pleno invierno y pasando situaciones incómodas.
Y sí, voy a decirlo, puede que tal vez, solo tal vez, me haya excitado un poco. ¿Qué más da? Es un hombre y está muy bueno, es cuestión de acostumbrarme a su físico y voy a volver a verlo como el cerdo que fue siempre.
—No respondiste a mi pregunta —dice levantándose e imitando mi mismo recorrido por el agua.
—No quiero ir a la escuela, se supone que tú eres millonario o algo así, podrás mantenerme hasta que me vaya, ¿Por qué la necesidad de ir a la escuela? —Quise con muchas ganas que la ironía se notara en mi voz y a sabiendas de que no iba a dejarme ganar esta, pero me es divertido hacerle la vida imposible.
—Sabes por qué, no me lo hagas duro, no tienes opción —Me amenazo y camino hasta el pasillo, con el vaso en su mano—. Te doy dos opciones, o vas este lunes o iras el siguiente. Tú decides. Mañana me informas.
Y se fue, dejándome con la garganta cerrada del enojo. Odiaba que justo él me diera órdenes.
Pero quería empezar la escuela.
En el orfanato, era el único lugar en el que me sentía cómoda, podía distraerme y estudiar. Además, no por presumir, tengo muy buenas notas.
Ahora, lo único que de verdad no voy a aceptar nunca, jamás, es ir a una escuela con uniforme. Eso nunca.
—¡No! ¡Déjame!Empecé a golpear a Ashton muy fuerte, creo que le di varios puñetazos en la cara y patadas en sus muslos.—Iras, aunque tenga que llevarte todos los días de la semana cargándote y forzándote —grita mientras sale del edificio, arrastrándome con él. Sus brazos están aferrados a mí cintura y mis pies no llegan a tocar el suelo.Él imbécil me engaño. Me dijo que, si tan solo me probaba el uniforme, me cocinaría la misma carne en la cena. ¡Me prometió que no iba a obligarme a ir a un colegio con uniforme! Una vez que me lo puse, me agarró desprevenida.Su noviecita va detrás de nosotros con mí mochila, haciendo muecas y explicando a todas las personas que nos ven forcejear que somos familia.¡Familia mis polainas!Llegamos a su costoso coche y utilice mis pies para hacer palanca con la puerta y que no pudiera abrirse. No me importo la gente delante de mí me viera el short debajo de la pollera, esto se trata de integridad psicológica.Ashton trato que me zafara utilizando la
—Dijiste mierda —Le hice saber impresionada porque saliera de su aura normal de chico correcto.—Si, lo hice, ¿te gusto? —dice riéndose y poniendo sus manos en los bolsillos del pantalón, de repente sonrojado— Si uno de los requisitos para quedarte al menos por un año, es que maldiga más seguido, te juro por mi puta vida que lo hare.Traté de enfocarme en lo más trivial que me dijo para no tener que afrontar que todo lo que fue dicho por él lo sentí sincero, que una parte de mi odio se transformó en compasión y que tal vez el que haya venido a rescatarme del orfanato sea algo bueno para mí. Sería erróneo afirmar que no sigo teniendo ciertos resentimientos con él, puede que lo culpe demasiado, pero una parte de mí sabe que tiene razón. Él era muy joven.Pero yo también lo era y mi única ilusión, mi único sueño era que mi hermano mayor viniera a rescatarme. Cuando crecí reemplace ese sueño, ya no esperaba que mi hermano venga a buscarme, quería que mi viejo amigo, confidente y guardián
Se dieron cuenta de mi ausencia en la escuela ayer, por lo que hoy nos hicieron reunirnos en dirección con los directivos para charlar sobre mi conducta. Ashton estaba a mi lado y Mara esperando afuera, ya que no era mi tutora directa.Por mi mejor, no necesitaba a alguien más en contra mío en esta habitación, la señora delante de mí, mirándome desaprobatoriamente mientras movía la cabeza de un lado a otro, no creyendo que pude aludir a la seguridad de la escuela.No quise decir que su seguridad estaba en un sueño muy profundo, él no tenía la culpa de mi arranque de impulsividad y mi inmadurez. Tal vez tenía hijos que mantenía con este trabajo, una esposa y una familia medianamente funcional, más funcional de lo que alguna vez yo tendría.Mi pie no dejaba de moverse de abajo a arriba a la velocidad de la luz, mi ansiedad estaba por las nubes. Hace un par de meses me puse la meta de no morderme más las uñas, pero mientras esta gente me estaba dando un discurso de compromiso, responsabi
Fui a mis siguientes clases y quedé agotada. Mí barra de interacción social se agotó totalmente cuando un par de chicas hablaron conmigo para saber más de mí. Todas parecían ser buenas o, mejor dicho, decentes. Ninguna me miraba de mala forma, ni se dirigió a mí de forma despectiva.Me pidieron mí número para que estemos en contacto y se los hubiera dado si no fuera porque no tenía celular. No hubo inconveniente, dijeron que seguirían hablando conmigo en la clase y los recreos, además de que podía sentarme con ellas y podrían ponerme al corriente con las clases. Se los agradecí.Sus nombres aún me los confundo, pero si no me equivoco, la pelirroja con ojos preciosos es Margaret, la rubia esbelta Tiara y la otra rubia platinada, Loretta.Me sentí cómoda en la forma de como quisieron integrarme. No hicieron demasiadas preguntas de mí pasado, lo cual me hizo desenvolverme más rápido y hacerlas reír un par de veces con mí mala forma de hablar.Me confesaron que les pareció entretenida mí
Me puse a revisar los apuntes que hice esta semana de las clases e hice toda la tarea con la ayuda de los libros online que encontré en la computadora, por suerte encontré de forma pirateada los manuales necesarios. El problema está en que las chicas me dijeron que era necesario llevar los materiales editoriales para estudiar en horario de clase, pero no me daba la cara para pedírselos a Ashton, así que prefiero escuchar bien la clase y luego, llegar a casa utilizar la computadora para estar al día.La mayor parte de mi tiempo estoy sola en el departamento, Mara se ocupa de estar fuera de aquí para no estar conmigo —estoy contenta por su elección— y Ashton se la pasa trabajando. Él contrató a un chofer para que me vaya a buscar a la escuela todos los días. Me parece lo más sensato, desde que vine aquí, estuvo faltando mucho a su trabajo solo para ocuparse de mí y resolver los problemas que dejaba en el tintero.Lo que me resulta un poco ofensivo es que ni siquiera cena aquí, lo escuch
Él vino saltando con un pie y riéndose con la enfermera, con la mitad de su pie vendado. — Sí, tendré que venir todos los días para qué me desinfecten la herida y así la uña vuelva a crecer sana.La mujer a su lado, la que lo atendió, extendió su mano en modo de presentación y dubitativamente la correspondí. —Hola, me contaron que te llamas Luna.Estuvieron breves minutos ahí y tuvo tiempo de hablar de mí, bien, que todo el mundo se entere que soy su hermanastra adoptada e inadaptada. —Si, un gusto.Ella me sonríe a mí y a él de forma exagerada... Oh, ya veo por donde va esto. Su plan es intentar que su fantástica atención y carisma funcione para llamar la atención de Ashton. —Me han contado cosas interesantes de ti, me encantaría conocerte bien algún día.Ya bastante que tengo que lidiar con Mara, no pienso tener a otra mujer respirándome en el cuello por una tentativa desesperada de lograr que Ashton no este cerca de ninguna fémina.—Un gusto conocerte —Le dije tomando la mano de As
Han pasado dos días de aquello y aún no he podido disculparme con Ashton. En realidad, tampoco tengo claro que pedir disculpas es lo que voy a hacer, pero tengo la idea en mente, deambulando. En la escuela las chicas han descubierto que Ashton es mi tutor y todas están disputándose entre ellas en quién va a ser mi próxima cuñada. Mi personalidad explosiva —Soy consciente de ella— se mantuvo a raya, no les dije que se vayan al infierno, no quería perder al único círculo social sano que alguna vez tuve, pero no hice ningún comentario para alimentar el fuego que provocaba la imagen de Ashton en sus bragas, ni siquiera exprese disgusto, solo mire mis cuadernos mientras asentía a cada comentario explícito digno de un vídeo para adultos. Al llegar al complejo encontré a Mara, tomando un café con su bata de seda. Puedo jurar que abajo de eso no tiene ni ropa interior. Ella parecía esperarme y al cerrar la puerta y oír su voz, me confirmó lo que suponía, quería hablar conmigo. —Él te dejo u
Han pasado unos pocos días que no sé mucho de Ashton. Todos los regalos que intento darme, están juntando polvo dentro del clóset... Exceptuando los libros, esos si los necesito.Me estoy acostumbrando a ser independiente y tomar control de mi tiempo, antes tenía horarios para todo, pero yo manejo cada aspecto superficial de mi vida —quitando las horas que tengo que ir a la escuela—. Lo único que frecuentemente está perturbándome es que me despierto a mitad de la noche porque siento que alguien está conmigo en mi habitación, claramente al abrir mis ojos no hay nadie, así que asumo que estoy volviéndome loca. O tal vez el complejo está embrujado.De todos modos no me siento compungida por las sensaciones, incluso podría decir que muchas veces me siento relajada, casi en paz. Puede que me esté adaptando al lugar, puede que por fin sienta que estoy segura aquí.La realidad es que sé que estoy más segura en este lugar que donde estaba antes.Y lo estoy disfrutando.A medias.—¿Te molestar