AndrewSoy un idiota, jamás debí permitir que se alejara de mi lado, estar sin ella es una tortura que me está destruyendo por completo. Tocan la puerta y me molesto por la interrupción, no entienden que deseo estar solo.—Adelante.La puerta se abre y entra Ana, me acomodo en mi asiento.—¿Estás ocupado? —Su voz es dulce.—No.Se sienta y comienza a mover las manos, está nerviosa.—Perdón por llegar así a tu casa, no sabía a quién acudir —dice—. Estoy cansada de esconderme de ese monstruo.—Lo sé, y te entiendo, pero hasta que no deje su obsesión contigo no podemos hacer más nada.—Lo odio tanto —Su dolor ha empeorado a lo largo de los años— ¿Angelina no se molesta que esté aquí? No quiero causarte más inconvenientes.—Ya no vive aquí, me dejó —Abre los ojos.—¿Qué pasó? Le cuento lo ocurrido con mi padre y Cecilia, todo lo que hicieron y como eso hizo estrago mi matrimonio. Ella se levanta, cierra los puños y mantiene su gesto serio.—¿Hasta cuándo? —grita— Ricardo ha destruido nue
AngelinaEl silencio se hizo presente al subir al auto. Cada palabra dicha por Andrew la tenía grababa en lo más profundo de mi corazón y me sentía mal por seguir sintiendo este amor por él, debería olvidarlo y seguir con mi vida, pero es tan difícil seguir sin él.Llegamos a un lugar que por lo que veo es algo humilde para la clase de restaurante que solemos frecuentar. El chófer abre la puerta y Andrew me ayuda a salir, miro a mi alrededor y no reconozco la zona. Miro a mi esposo y me da una cálida sonrisa, toma mi mano y entramos, última vez que critico algo sin saber cómo es realmente, el lugar es hermoso, los colores vivos que tiene lo hace ver distinto y con mucho brillo.—¿Te gusta? —Asiento—. Quise estar a solas contigo por unos minutos, y pensé en este lugar.—Es hermoso —Me siento y él hace lo mismo.El camarero aparece y nos entrega la carta. —¿Puedes pedir por los dos? —Levanta su rostro y me mira.—Claro.Ordena pollo con una ensalada, él pidió un vino, pero yo preferí u
AndrewMi molestia se hizo presente, no puedo creer que estuve a punto de morir junto a mi esposa y mis guardaespaldas no fueron capaz de traerme a la persona responsable.—¡Son hombres con experiencia! —Exclamó.—Lo siento, jefe.—Esto no puede estar pasando —Llevo mis manos a mi cabello.—Es una mujer —Murmura, uno de los guardaespaldas, lo miro— La distinguí antes que escapara.La única que me pasa por la mente es Zoe, pero no creo que esa mujer se haya vuelto tan desalmada para intentar asesinar a lo que fue su amiga. Ordenó a los guardaespaldas que se retiraran del despacho. Ana y Amelia estaban dormidas, y era lo mejor, no quería pagar mi mal humor con ellas.Me siento en uno de los muebles y me preparó un vaso de licor fuerte, necesito pensar bien para saber qué haré para solucionar esta situación. Mi celular suena y es una llamada, contesto y nadie habla.—¿Hola? —digo.—Aléjate de Angelina —La voz está distorsionada.—¿Quién eres? Cuelgan y miro el teléfono por varios segun
Angelina Guardo mi teléfono y miro a mis padres.—¿Le dijiste a Andrew que tu padre será dado de alta mañana? —niego—. ¿En qué mundo estás, Angelina? Necesitamos que nos venga a buscar mañana temprano, no podemos viajar enseguida a la hacienda y menos en la condición que está Álvaro.—No iremos a su casa, madre. Vamos a mi departamento —Mi madre abre los ojos— Está bien amoblado para que estén cómodos y tiene una recámara extra.—¿De qué estás hablando? —Mi padre se intenta levantar, pero mi madre no se lo permite.—Lo que escuchaste —Lo encaró— No estamos juntos, me fui de casa.—Esto debe ser un juego —Exclama mi madre, está roja de la rabia y no comprendo su preocupación.—Es mi realidad en este momento.—Escúchame muy bien, Angelina —Se acerca— En este momento irás a arreglar tu situación con tu esposo —Sentencia mientras me toma del brazo— No vas a arruinar todo lo que hemos logrado con este matrimonio por una malcriadez de tu parte.Me suelto bruscamente y se sorprende por mi a
Angelina —Angelina… —La voz de Armando me hace reaccionar, su rostro está pálido y lucha por su vida.—No puede ser —Llevo mi mano a mis labios— ¿Estás bien? ¿Qué hago?—Nada —susurra, mientras su boca se llena de sangre, ocasionando que se ahogue— La llave está en mi pantalón, necesito que salgas de aquí.—Debemos salir juntos.—No aguantaré, debes hacerlo sola y salvarte. Busco en su bolsillo y sacó la llave.—Lo siento —susurro.—Perdón por el daño que te hice —Toma mi mano— Sólo espero que logres ser feliz.Me levanto y abro la puerta. Al salir, no hay nadie en la casa, la luz es escasa y trato de hacer el menor ruido posible. Miro a mi alrededor y corro a la salida. La puerta está cerrada y me desespero, trato de abrirla y se me hace difícil. Busco otra salida y solo veo una ventana, agarró una silla de hierro que encuentro y la lanzó, ocasionando que se estrelle en mil pedazos, me olvido del dolor y salgo, el frío se cuela en mis huesos y no dejo que eso me detenga. Camino co
Andrew Angelina se ha quedado dormida en mis brazos. Siento una inmensa felicidad al tenerla nuevamente conmigo, las horas que pasé sin ella me hizo entender que la vida sin ella no tiene sentido y haré pagar a Zoe por cometer esta brutalidad contra mi mujer, no descansaré hasta encontrarla.La puerta se abre y Álvaro aparece con Luciana. —¿Tiene rato que se durmió? —pregunta mi suegro sin mirarme.—Sí.—¿Cuándo piensas decirle? —No estoy de humor para darle explicaciones, así que trato de ser lo más amable para responder—. Tarde o temprano se va a enterar.—No es el momento, Álvaro —digo.—¿Entonces cuándo será? —Exige.—¡Hoy no, primero está su salud! —Exclamó.—Lo que le pasó a mi hija me hizo ver cuánto daño le hice al obligarla a que se casará contigo, si decide separarse de ti, tendrá nuestro apoyo —Abraza a su esposa.—¿Ahora sí anhelan su felicidad? —me río— Jamás pensaron en ella, solo en el dinero y en la posición que nuestro matrimonio podía darle a ustedes.—Aceptamos nu
Angelina El dolor que sentía en este momento me está consumiendo por dentro y no lograba detener las lágrimas que bajan por mis mejillas. Sus mentiras están destruyendo este matrimonio y parece que no le importara lo que yo siento. ¿Una hija? Como me esconde algo tan importante por tantos años. —Te apoyaremos en lo que decidas a partir de hoy —comenta mi padre— Se que no hemos actuado de la manera correcta, y no sabes cómo me arrepiento de haberte obligado a casarte, cuando me suplicaste que no lo hiciera —Sé acerca y toma mi mano—. Imaginarme una vida sin ti, me hizo darme cuenta de que hemos sido malos padres, y queremos pedirte perdón mi pequeña —Mi madre llora— Quiero que vuelvas a casa, donde jamás debiste irte ¿Qué dices? Es una oportunidad que no pienso desaprovechar, estar lejos de aquí es lo que necesito.—Está bien —respondo sin ánimo.—Verás que todo va a mejorar —Mi padre besa mi mejilla con cariño.Mañana me darán de alta y por la tarde viajaremos a la hacienda. Carlo
AndrewAmelia se quedó dormida esperando a su madre. Ana no aparece y estoy preocupado.Agarró a mi hija en brazos y salgo del despacho. Subo las escaleras y entró en mi habitación colocándola con cuidado en la cama, besó su frente y la dejó un momento sola para ir a ver qué ha pasado con Ana. Al bajar las escaleras, aparece ella y su semblante me indica que está avergonzada de hacer todo esto a mis espaldas.—Hasta que te dignas aparecer —Cruzó los brazos— ¿Era necesario ir a verla?—Claro que sí, no puedes permitir que ella piense lo peor de ti, no lo mereces. —Me acerco y alzó su barbilla.—Te dije que no lo hicieras, lo que pase entre nosotros no es tu asunto —La suelto y le doy la espalda— No te metas en esto, yo buscaré la manera de solucionar todo con ella —murmuró.—Dejando que sus padres tomaran la decisión de alejarla de ti —Aplaude— Te admiro.—¿De qué estás hablando, Ana? —La dieron de alta hoy, me tomé el atrevimiento de ordenarle a los guardaespaldas que lo siguieran, m