Mía

La noche fue eterna, dividida entre mis constantes pensamientos contradictorios y hacia el hombre que se encontraba a pocos pasos de mí. Duele que se haya apartado justo cuando mejor me sentía con su cercanía y su calor. No me ha gustado depender de alguien para sentirme bien, pero Caleb se está convirtiendo en eso que necesito para estar en tranquilidad. Y sentir esa lejanía, hace que sienta una profunda tristeza.

Una vez amaneció, Caleb me despertó y con su ayuda pude llegar al baño y asearme un poco. Mientras tanto él se encargó de traerme ropa abrigada y trajo consigo un buen desayuno. Lo sentía alejado de mí, ni siquiera me dedicó ni una sola mirada en toda la mañana.

Y me confunde demasiado que en un momento esté tan

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