La noche fue eterna, dividida entre mis constantes pensamientos contradictorios y hacia el hombre que se encontraba a pocos pasos de mí. Duele que se haya apartado justo cuando mejor me sentía con su cercanía y su calor. No me ha gustado depender de alguien para sentirme bien, pero Caleb se está convirtiendo en eso que necesito para estar en tranquilidad. Y sentir esa lejanía, hace que sienta una profunda tristeza.
Una vez amaneció, Caleb me despertó y con su ayuda pude llegar al baño y asearme un poco. Mientras tanto él se encargó de traerme ropa abrigada y trajo consigo un buen desayuno. Lo sentía alejado de mí, ni siquiera me dedicó ni una sola mirada en toda la mañana.
Y me confunde demasiado que en un momento esté tan
Sentía el cuerpo pesado y la cabeza me dolía mucho. Un agudo dolor en el cuello hizo que abriera los ojos y viera cara a cara a esa mujer. Sus ojos, lo que debía ser de color blanco, ahora era totalmente negro, mientras el centro de su ojo era una diminuta bola roja brillante. Mi corazón se estrelló estrepitosamente contra mi pecho, pensando en que el diablo en persona se había aparecido frente a mí para llevarme a su aposento maligno.—Permíteme entrar, Alicia — clavó las uñas alrededor de mi cuello, presionando mi cuerpo contra la humedad de la tierra—. Déjame ver de qué está hecha tu alma.No podía respirar, se me hacía muy difícil salir de aquel agarre y tomar, aunque sea un poco de aire. La mu
CALEB—Dime que ya tienes una solución, abuela.—Ya sabes cuál es, Caleb. No hay otra forma de salvarlos a los dos que no sea esa.—¿Estás segura que no hay otra forma? Dime que hay otra manera de salvarla. No me importa si yo no lo hago, pero dime que ella sí tiene la posibilidad de hacerlo.Mi abuela se quedó en silencio, pensando la respuesta como muchas veces lo hace antes de darme una. Estoy cansado de no poder encontrar una solución que acabe con esta maldita maldición que llevo a cuestas desde que nací, pero ahora que la tengo al alcance de mis manos, no soy capaz de perder al único rayo de luz que me ha i
—Les daremos la privacidad que necesitan — dijo mi abuela, pero Alicia la detuvo.—Quédese, también quiero saber por qué esa... esa persona se parecía tanto a usted.—Te di mi palabra, por lo que es momento de que sepas toda la verdad — quise tomar su mano para poder decir todo lo que he guardado durante toda mi vida, más no estaba seguro si ella quería que la tocara.—Te escucho — tomó mi mano y la apretó, dándome esa fuerza y valentía que tanto necesito para poder hablar.¿Y si me rechaza? Después de todo, ¿quién quiere tener a un monstruo cerca suyo? Por más dudas y te
ALICIATodo en mi mente cobró sentido en una mínima fracción de segundo. Esas imágenes en mi cabeza. que en un comienzo había creído como sueños, tomaron forma tras ver a un hombre ir transformándose en un animal.Yo ya lo había visto antes; esos ojos rojos más esa forma animal es algo que no nunca podría olvidar en la vida.Había visto el lado bestial y salvaje de Caleb, pero por alguna razón, el accidente fue eliminado de mis memorias, quedando como sueños y pesadillas. Me quedé de piedra; viéndolo sufrir, gritar y aullar mientras sus huesos se iban desencajando de su lugar y van tomando una forma curvada, pero grande y monstruosa.
—Caleb, mírame. Reconóceme. Soy Alicia — cerré los ojos con fuerza, esperando esa mordida en el cuello que nunca llegó.—¡Maldita vieja mañosa! — Azura rugió, por lo que abrí los ojos y me percaté que Caleb se encontraba paralizado con el hocico abierto.—Oh, mi Dios — dejé escapar todo el aire por la boca y tragué saliva, pegándome más a la pared de metal si es que podía—. Tienes que escucharme, Caleb. No permitas que ese demonio te controle. Tu eres más fuerte que ella.Clavó sus ojos rojos en mí, gruñendo y removiéndose para alcanzarme, pero alguna cosa en medio de los dos no se lo permitía
No me moví un solo segundo de la casa de la Sra. Elisa hasta no ver a Caleb y saber que se encontraba bien. Por más en que ellos insistieron en que me fuera, no les hice caso y me dediqué a esperar a que los demás lobos salieron de la cabaña de Caleb para poder entrar. La Sra. Elisa y Augusto hablaban de cosas extrañas que no entendía ni en lo más mínimo, pero mi interés no estaba puesto en ellos, sino en la puerta de la cabaña.Tres hombres salieron completamente desnudos de la cabaña, luego de varias horas de estar allí adentro con él. Me levanté de la tierra y corrí hacia el interior de ella sin importarme nada más que no fuera Caleb.Al verlo mi corazón se alivió, pero al ver lo mal he
—Siento tanto interrumpirlos — una voz no hizo separar, pero Caleb no me soltó en ningún segundo—. Es momento de irnos.—No me parece conveniente que vayamos a tu casa, Augusto.—Mi padre está de acuerdo, no tienes nada de qué preocuparte.Caleb gruñó, apretándome contra su pecho mientras mi rostro ardía de vergüenza.—Está bien, si no hay más opción, ¿qué más da?—Es la mejor y la única que tienes, lobito celoso — su broma me sacó una risita.
Ver el brillo de sus ojos y sentir sus dedos trazar mi piel, me dejó la mente en blanco. No me moví ni un solo centímetro de mi lugar, esperando lo siguiente que se avecinaba. Me tomó de la barbilla suavemente y acercó su rostro al mío, dejando muy poca distancia entre nuestros labios.Deseo probar nuevamente sus labios, era lo que quería hacer, pero solo me quedé atontada viendo sus ojos e intercalando la mirada en sus labios. Sus labios me tientan cada segundo que va pasando.-Sé que para ti debe sonar pervertido, abusivo y extraño, pero me encanta cada centímetro de tu piel - mordió su labio por unos instantes-. El deseo que siento por ti no lo puedo describir. Cada día se hace más difícil no perder el control.