Gregory:
Había pasado parte de la noche armando un plan, así mismo, le había pedido a mi asistente que comprara ropa para ella, no podía pasearse con ese vestido, además de que no podía permitirle andar con cualquier clase de ropa, tenía que estar a la altura de su nuevo estatus.
- Buenos días –dice ella entrando en la cocina–, gracias por la ropa, prometo que no le pasará nada –dice bajo, estábamos solos así que no había problema.
- Más te vale –ella se acerca al refrigerador, saca algunas cosas y las coloca en la encimera, justo en el momento en que voy a preguntarle qué cree que hace, mi insufrible hermano entra.
- Buenos días, no sabía que cocinabas cuñada –dice sentándose casi junto a mí, toma una manzana mientras bebo café.
- Me gusta cocinar, quiero hacer algo especial para él, antes no había tenido la oportunidad –dice bajo y se sonroja, sonrío, si actuaba así, estaba segura que mi madre no se percataría del engaño.
- Siempre he querido que me prepares algo querida –digo suave, ella asiente y se sonroja. Comienza a picar champiñones, tomate, pimiento, lo coloca en un refractario y vierte varios huevos en una sartén, miro con sorpresa sus habilidades de cocina, toda nuestra vida habíamos sido servidos, no hubo la necesidad de aprender nada de eso.
Gira la tortilla de huevo, le coloca queso y los ingredientes del refractario, con cuidado lo dobla, espera un momento antes de retirarlo y colocarlo en un plato, lo coloca frente a mí, la verdad es que tiene muy buena pinta. Repite el proceso 2 veces más, uno para mi hermano y otro para ella, ambos tomaban jugo de naranja.
- Gracias cuñada –dice antes de comenzar a comer, sonríe feliz; lo imito, en efecto sabía bastante bien, la combinación de sabores resultaba exquisito.
- De nada –dice ella sonriendo, come con calma al igual que todos los demás.
- ¿Han pensado en dónde se van a casar? –pregunta mi hermano de repente, ella comienza a toser.
- Pensamos hacerlo cuando ella se gradúe, no tenemos prisa, quiero respetar sus deseos –digo poniéndome de pie, palmeo su espalda y le paso su jugo.
- Así es –dice ella más tranquila–, aún me faltan unos cuantos meses, prefiero no estresarme con la boda y mi tesis –dice sonrojándose, asiento de acuerdo.
- No creo que eso haga feliz a madre –dice serio, sabía que tenía razón, pero debía respetar, le había dado lo que quería: una prometida.
Charlin:
- Gracias por todo, me gustaría seguir con la plática pero debo irme a la universidad –digo, ambos hermanos voltean a verme.
- Te acompaño a la universidad –dice él extendiéndome la mano para ayudarme a ponerme de pie, asiento y le sonrío, frente a la gente debíamos actuar como una pareja de enamorados.
- Adiós Harvey, nos vemos –le sonrío haciendo un ademán con la mano a modo de despedida. Salimos de la mansión y caminamos hacia el automóvil, el chófer abre la puerta y subo, acto seguido, él me imita.
- ¿Mi hermano te hizo preguntas anoche? –pregunta serio mientras me coloco el cinturón.
- Sí, sobre cómo nos conocimos –me giro para verlo mejor.
- ¿Qué le dijiste? –pregunta sin verme, ruedo los ojos, era un cretino.
- Fue en una afinación que mi profesor, el señor Lambert; había hecho a uno de tus pianos, hablábamos de música, luego por mensaje y salíamos en secreto a petición mía, en verdad mi profesor si fue ese día, pero no yo –digo bajo, le miro asentir.
- Es una buena mentira, eso diremos ante los medios –dice sin voltear a verme, ruedo los ojos, era tan exasperante. Saco mi móvil, era mi tía.
- Hola tía, buenos días –digo lo más natural que puedo–, sí, ya voy a la universidad, Ellie me prestó ropa y me lleva –muerdo mi labio nerviosa–, hoy debo terminar un trabajo, quizás me quede con Ellie de nuevo –la escucho suspirar pero asiente–, sí tía, gracias –digo antes de colgar.
- Toma –me giro para ver como extiende una tarjeta de crédito dorada, le miro con sorpresa.
- No puedo aceptar eso, me conformo con unos cuantos dólares –digo nerviosa, esas cosas me daban miedo.
- Como mi prometida, debes estar bien vestida, debes tener comida de calidad a tu disposición y cualquier cosa que te haga parecer más sofisticada –le miro mal, suspiro negando.
- Es demasiado, no necesito tanto dinero, con muy poco puedo aparentar, la verdad es que me da miedo que pienses cobrarme eso también –sentencio seria, ahora si se gira para verme.
- Si quiero que esto se vea real, no voy a escatimar en nada, así que –toma mi mano y coloca la tarjeta con algo de brusquedad.
- Sólo voy a usar lo necesario –sentencio guardándola en mi mochila.
- Esta tarde iremos de compras, necesito comprarte más ropa, un nuevo y mejor teléfono, así como un anillo de compromiso –lo miro con sorpresa, podía entender el punto 1 y el 3, pero no el 2.
- No necesito un nuevo teléfono, este es funcional –replico molesta.
- Pero no es de última generación, ¿qué parte no has entendido? Jamás permitiría que mi novia tuviese cosas básicas ni baratas, debes hacer como digo, tú fuiste la que me aseguraste qué harías lo que fuese –abro la boca para replicar cuando recuerdo esa estúpida promesa, me muerdo la lengua.
- Bien –digo de mala gana–, no me dejes en frente de la universidad, no es momento de que lo sepan, creo yo –digo cuando veo que nos acercamos.
- Tienes razón, el chófer vendrá por ti a eso de las 3, ¿a esa hora terminaste las clases? –me mira con desinterés, nada le costaría ser amable.
- Sí, a esa hora está bien –digo de mala gana, se detiene a una cuadra, vigilando que nadie me vea bajo del automóvil y comienzo a caminar como si nada.
Lo que dijo me había hecho pensar que tenía razón, debía ser una novia ideal, estar bien vestida, cuidar lo que comía y lo que usaba, me gustase o no, tendría que hacer los cambios que él me dijese, ahora, esperaba ser una buena novia, y de paso, no morir en el intento.
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Charlin: Había visto a Ellie nada más entrar al salón porque se abalanzó contra mí. - Supe que mi hermoso Greg te ayudo cuando te caíste y te llevó a su camerino, que suerte tienes –suspira enamorada, río restándole importancia, no sabía que haría cuando se enterara, podría decirle que habíamos llegado a un acuerdo y ninguno de los dos podía decir nada, lo había hecho para protegerme de la prensa, aunque eso cambiaría una vez se anunciara el compromiso. - Exageras, sólo evitó que la horda de chicas me matara a pisotones –me encojo de hombros, saco mis cosas y hago como que estudio–, además, me prometiste que no me hablarías de él si te acompañaba, así que, silencio querida mejor amiga –le guiño un ojo, ella abre la boca y la cierra rodando los ojos, gracias al cielo no tendría que pensar en mi prometido más de lo necesario. La siguiente clase la tenía más que aprobada, así que había pensado en formas de presentarme c
Charlin: Había sido divertido lo de la fuente, había deseado que al momento de conocer a mi suegra, todo fuese bien, y por bien me refiero a darle una buena impresión, después de todo, suelen decir que la primera impresión es la que cuenta. No iba a mentir y decir que no estaba aterrada, pero ya le había mentido a Harvey, mañana le diría a mi familia, no la verdad, sólo que he estado saliendo con Gregory durante un tiempo en secreto y toda esa historia que le conté a mi cuñado, esperaba poder ser lo bastante convincente al estar frente a ellos, y que no noten que estoy mintiendo. - En un momento regreso para preparar la cena –digo nada más llegar, debía llevar la ropa al cuarto, vendría a preparar la cena y después subiría para arreglar la ropa. - No es necesario, ya la hicieron –dice Harvey haciendo que me detenga en seco, me giro a verlo. - Oh, bueno, dejo esto y regreso –le muestro las bolsas sonr
Charlin: Mi familia se lo había tomado bien, se habían sorprendido un poco pero fuera de hacerme preguntas sobre Greg, todo había marchado bien. Mi tía no había dicho mucho, sólo que si estaba segura, que no debía sentirme presionada porque fuese una celebridad ni nada por el estilo, tras asegurarle que estaba enamorada, ella me había abrazado y llorado porque me iba de casa, aun así, les seguiría ayudando. Los trillizos habían peleado por ver quien se quedaba con mi teléfono, me había reído y negado, eran tan ocurrentes la mayoría del tiempo. El siguiente reto sería contárselo a Ellie, sabía cómo reaccionaría, primero con sorpresa, después se enojaría por no haberle contado nada, y por último, se burlaría de mí diciendo que siempre critiqué a Greg, seguro era para ocultar que estaba enamorada, no por algo era mi amiga desde primaria. Creer que ellos eran un reto, había sido un gran error, el mayor reto se presentó ve
Gregory: Mi madre no había dejado de hacer llamadas, todo estaba planeado, acaso nos preguntaba una que otra cosa, incluso se había llevado a Char para comprar un vestido adecuado a la ocasión, o sea, la pedida de mano frente a muchas personas, aunque claro, mi madre lo haría ver como algo especial y mágico, fuera de la vista de todos. - ¿Ya sabes cómo se lo vas a pedir? –era la tercera vez que mi madre me lo preguntaba al menos en una hora, comenzaba a fastidiarme. - Sí madre, hace mucho que lo sé, estoy enamorado, ¿cómo no sabría que decir? –la miro con fastidio, la verdad es que había buscado ayuda de un poeta, pero mi madre no tenía por qué saber eso. - Perfecto, todo debe ser perfecto –se acerca y me pellizca las mejillas emocionada, ruedo los ojos molesto, no era un niño. - Como lo estas organizando tú, no lo dudes –sonrío con falsedad, ella esta tan emocionada que ignora mi tono. - Debo ir a la empresa,
Charlin: El fatídico día al fin había llegado, no había podido dormir en toda la noche, Ellie había tenido que colocarme una mascarilla refrescante y no sé cuántas cosas para que no me viera como un muerto viviente, así que al llegar a mi cita en la estética, mi rostro lucía fresco y terso, un suspiro de alivio me inundó cuando la mujer encargada de peinarme y maquillarme me lo dijo. - Algo natural quedará perfecto –dice tras observarme unos segundos–, tu cabello irá en un recogido adornado con una pequeña tiara, así le sacaremos partido a tu rostro –sonríe antes de comenzar a maquillarme, acto seguido, comienza con mi cabello. - Vaya –digo cuando termina, había dejado 2 pequeños mechones de cabello a un lado de mis oídos, lo que lograba darme una apariencia refinada–. Muchas gracias –le sonrío sincera, la mujer asiente, ahora debía esperar a mi tía y a mi suegra, verlas hablar me ponía de los nervios, quizás ella le estaba contando
Charlin: La respiración se había atascado en mis pulmones, no podía moverme del terror, en nombre de todo lo que era bueno, ¿por qué justo él tenía que escuchar lo que dije?, ¿por qué había pensado que hablar en voz alta era una buena idea?, en primer lugar. - Yo –digo bajo, él me miraba con tranquilidad, una maliciosa sonrisa adorna su bello rostro. - Calma querida, ya lo había intuido, Greg no es de los que se atan a alguien, le gusta la libertad, ya me entiendes –me guiña un ojo, trago saliva–, no por nada soy su mejor amigo, de haber salido contigo, aunque fuese en secreto; lo habría sabido –me guiña un ojo, no sabía si eso debía hacerme sentir tranquila o no. - Quizás escuchaste mal –digo bajo, intentando que mi voz no temblara, sin embargo, estaba tan nerviosa que eso fue imposible. - Señorita –se acerca a mí con paso elegante, no parecía querer sacar provecho–, no tienes de que preocuparte, no le diré a nadie,
Gregory: La cena transcurre sin ningún inconveniente, mi madre estaba encantada platicando con la tía de Char, estaba seguro que compartían recuerdos vergonzosos de nosotros, sólo eso podía explicar que no dejaran de reír. - Señorita, ¿le ofrezco champagne? –dice un mesero acercándose a ella, niega. - Gracias, me gusta más el vino tinto –dice suave, el mesero asiente y se aleja. - Estuviste muy bien durante la cena –digo bajo, todos estaban agrupados entre ellos, según se conocían, algunos hacían negocios, típico de esos viejos avaros. - Deberías ir y detener a mamá –dice uno de los hermanos de Char por detrás, haciendo que ella de un respingo por el susto–, está contándole a la señora Athens cuando te subiste al árbol y te atoraste quedando de cabeza –se encoge de hombros. - ¡Kentin! –chilla bajo avergonzada, comienzo a reír de manera disimulada. - Ni te rías niño bonito –dice otro de los hermanos, se
Gregory: La cena en la villa había estado bastante bien, no recordaba la última vez que mi madre estuvo tan animada, suponía que tenía que ver con el hecho de hacer su sueño realidad, y era el de tener una hija, no es que no se sintiera feliz con nosotros, pero siendo la única entre 3 hombres, no debió ser fácil. Además de eso, había ganado una amiga, por raro que pudiese parecer, ella no tenía amigas sinceras, y a decir verdad, la madre de Char era una mujer sencilla pero verdadera, no se dejaba deslumbrar por la opulencia que la rodeaba, había querido ayudar unas cuantas veces, mismas que mi madre se había negado. Sabía por Char que ella le ayudaba para los gastos del departamento, además de la escuela de los trillizos, querían ahorrar para que fuesen a buenas universidades, el mayor quería estudiar Sistemas Computacionales, el segundo quería ser Chef y el tercero Administración de Empresas, todas buenas carreras, y su único objeti