A la mañana siguiente, Julia despertó temprano, decidida a evitar a Ciro. La noche anterior se había quedado dormida exhausta después de llorar sin cesar. Sin embargo, había tomado una decisión y no tenía la intención de dar marcha atrás. Planeaba simular un aborto para prepararse para escapar de esa familia.Mientras el chófer conducía en dirección a la universidad, Julia se sumergía en sus pensamientos, intentando urdir una estrategia perfecta para asegurarse de que sus planes se desarrollaran sin problemas. La mentira que estaba tejiendo debía ser tan sólida como una fortaleza inexpugnable, no podía dejar un solo cabo suelto, consciente de que la única razón para que su esposo no se hubiera enterado todavía de su embarazo, era Alice, su aliada hasta entonces pero ella debía ser la primera en creer que ese bebé realmente ya no existía.Julia se bajó del coche y caminó hasta el lago dejando las lágrimas fluir de nuevo coma estaba enamorada de su esposo y a su vez, debía dejarlo y se
— Señor Costello, necesito que sea cuidadoso — advirtió el médico de urgencias deteniéndolo antes de que entrara a la habitación — Su esposa cayó a un lago y estuvo al borde del ahogamiento, afortunadamente la rescataron a tiempo. Sin embargo, lo más delicado es que, aunque ella está fuera de peligro, el embarazo no pudo sostenerse y perdió al bebé.—¿Bebé?— Ciro preguntó sorprendido ante lo que le decía el médico frente a él —¿Está seguro que habla de mi esposa Julia Costello?El médico asintió volviendo a ver el expediente que tenía en la mano. —Si la señora Julia Costello se encontraba embarazada lamentablemente antes de caer al agua cayó sentada lo que provocó que perdiera al bebé, lo siento señor Costello.Ciro no dijo nada, más su rostro reflejaba un sin fin de emociones.—¿Puedo pasar a ver a mi esposa?El médico asintió, dejándolo solo después de indicarle en qué habitación se encontraba Julia.A Ciro le costó un par de minutos antes de atreverse a ir a ver a Julia."Julia em
Al día siguiente, Julia recibió el alta del hospital. Ciro fue a recogerla, y durante todo el trayecto de regreso a la casa, reinó un absoluto silencio entre ambos. No fue sino hasta que llegaron a la mansión de los Costello que alguien finalmente habló.—Ve a descansar por favor— le pidió Ciro a Julia, haciendo que una de las sirvientas le ayudará a llegar a su habitación.Aprovechó la ocasión para dirigirse a la cocina y preparar la sopa que sabía que ayudaría en la recuperación de Julia. La cocinera y las asistentes de cocina quedaron asombradas al ver a su jefe cocinando personalmente para su esposa.—Por favor, llévenle la sopa a mi esposa y no mencionen nada de lo que han visto aquí — les pidió a sus empleados, quienes asintieron sin dudar y se dispusieron a cumplir la petición de su señor.Una de las ayudantes de la cocinera subió la bandeja con la sopa recién hecha a la habitación de Julia.—Señora Julia, le hemos traído la sopa tal como ordenó el señor Costello, para su pront
Julia no podía creer lo que escuchaba. En cierto modo, entendía el momento en que Alice le había hablado así, incluso que le exigiera que le diera un nieto, pero en absoluto era capaz de entender que Ciro, ya en plenas condiciones, fuera a decirle lo mismo.Caminó sin responder hasta la puerta de la habitación y la abrió, quedándose quieta e indicándole a Ciro que saliera.— Márchate, Ciro. Te recuerdo que yo perdí a mi padre en ese accidente, y tú ya estás perfectamente bien. Así que haz el favor de dejarme descansar tranquila.Ciro tomó una respiración profunda, sintiendo la tensión en el ambiente. Aunque Julia intentaba mantener la compostura, él podía notar que estaba afectada. Sin embargo, él no estaba dispuesto a dejar las cosas así.— Aun así, lo que tu padre hizo no queda pagado — dijo Ciro mientras tomaba los papeles que tenía en la mano Julia y los rompía con fuerza — No solo eso, trabajarás conmigo en la empresa. Eres abogada, así que estarás en el departamento legal. Neces
Aquella mañana solo tuvo un par de horas de clase así que, Julia decidió que sería buena idea mantener la ilusión de normalidad ante Ciro, más que eso, y por esa razón no comió ese día en la cafetería del campus y volvió rápido a casa. Después de todo, si quería llevar a cabo sus planes en secreto, necesitaba que él creyera que todo estaba bien entre ellos.Entró a la cocina y comenzó a preparar la cena. Optó por un platillo que sabía que a Ciro le gustaba especialmente. Mientras cortaba los ingredientes y encendía los fogones, su mente se encontraba dividida entre su papel como esposa y sus propias aspiraciones personales.— Señora, yo puedo prepararle lo que usted quiera — aseguró la cocinera, algo molesta por el hecho de que Julia estuviera ocupando su lugar de trabajo. Esa mujer nunca antes había mostrado interés por la cocina, y a ella le iba bien tener control sobre su dominio.— Quiero cocinar para mi marido, gracias. Tómese un descanso — respondió Julia sin dejar de cortar l
Mónica se encontraba todavía en la oficina, había estado holgazaneando durante mucho tiempo y ahora tenía que hacer horas extras, algo que le molestaba. Sobre todo ahora que parecía que Ciro no tenía ninguna clase de afecto a consideración por ella.—Todo es culpa de ella, de la maldita mosca muerta que se aprovechó de que él estaba a punto de morir para convertirse en su esposa— dijo en voz baja para ella con desprecio, No podía negarlo, se encontraba celosa, si bien Ciro jamás había volteado a verla era mucho más permisivo, la dejaba retrasarse, pero ahora, Ahora no solo no era considerado con ella.Podía sentir la hostilidad de Ciro, sobre todo después del incidente que había tenido con la esposa de este.—¡Maldita Julia, ojalá se muera!— dijo en esa ocasión haciendo que una de sus compañeras que también se encontraba en ese momento en la oficina la viera.—No creo que lo haga pronto, todo lo contrario la has invocado.La mujer no tardó nada en voltear a ver de quién hablaba su com
Ciro no tardó en dirigir sus pasos hasta la oficina de su esposa, necesitaba ver cómo se encontraba. Por la forma que había encontrado a Mónica de alterada podía imaginar el tipo de encuentro desagradable que le había hecho pasar a su esposa.Ciro se detuvo un momento frente a la puerta de la oficina de su esposa, por primera vez se sentía nervioso y algo cohibido."¿Qué diablos te pasa?" Se recriminó a sí mismo llevando su mano hasta el pomo de la puerta abriendola. Ciro se quedó por un momento sin poder respirar al ver a su esposa sentada tras su escritorio. Julia se veía regia imponente, una mujer hermosa, fuerte y poderosa que lo hizo suspirar sin que él pudiera evitarlo.—¿Te encuentras bien?— le preguntó sentándose en una de las sillas destinadas a los clientes e invitados que había frente al escritorio de su esposa — cuando llegué escuché como Mónica azotaba la puerta y eso solo ocurre cuando las cosas no le salen como desea. ¿Ella te molesto o se metió contigo?— Estoy perfect
Tal y como Ciro lo había planeado, frente a él se encontraba Víctor, el despreciable exesposo de Julia. El muy odioso tenía una sonrisa de satisfacción en el rostro, como si tuviera la mano ganadora en un juego.— No creí que el gran Ciro Costello me hablara para encontrarnos.Ciro no dijo nada, solo lo invitó a sentarse en su sala, donde tenía una carpeta similar a la que Julia le había mostrado a él.— Tienes razón, no es de mi agrado tener que hablarte, pero me veo obligado a hacerlo por Julia. Ella está obsesionada contigo, tenías razón, no deja de pensar en ti.Con cada palabra que decía Ciro, sentía como la amargura subía por su garganta, dejando un sabor desagradable en su boca.Víctor se quedó sin palabras por un momento, hasta que escuchó que Julia seguía obsesionada con él. Por supuesto, su ego se infló al escuchar esas palabras del actual esposo de Julia.— Lo sabía, es más, creo que intenté advertírselo, pero tú le creíste a ella la última vez. ¿Cómo es que ahora me crees