—Narra Lucas—Sabía que esto sucedería, ese desgraciado no podía ser tan perfecto. No sé en qué momento Siria se volvió tan tonta al confiar en la gente. ¿Cómo Casius se atreve a irse sin pensar en como se siente Siria? ¿Cómo puede dejarla en un momento así? Se supone que es su maldito esposo y por su culpa es que está embarazada. No puede simplemente pretender que se acostaría con ella sin usar un puto condón y no habrían consecuencias.Morgana y yo vamos en uno de los autos de Casius con rumbo a la ciudad, estoy tan enojado que el volante cruje bajo mis manos por la fuerza impulsiva que implemento al conducir.—Lucas, por favor ten cuidado. Si rompes el volante, perderás el control del auto y moriremos— Me reprende Morgana.—Relájate, eso no pasará— Farfullo sin quitar la vista del camino.—Lucas, se que estás furioso con el, pero te pido que conserves la calma. Solo debemos buscarlo y llevarlo de vuelta al castillo. Te pido que actúes como una persona civilizada y no actúes por tus
—Narra Lucas—Subo las escaleras hasta el segundo piso y llegó a una especie de balcón interno bastante amplio en el que hay mesas y personas compartiendo tragos. A mí derecha veo una puerta negra con unas letras de metal plateado que anuncian “VIP” la abro y lo primero que veo es otra recepción. Demonios… ¿Porque está gente es tan exagerada con estas cosas?—Bienvenido señor, ¿En que lo puedo ayudar?— Dice la joven recepcionista al verme entrar.—Solo estoy buscando a alguien— Respondo dispuesto a seguir mi camino, pero me detiene.—Señor, si no tiene un pase VIP, me temo que no lo puedo dejar entrar— Informa interponiéndose en mi camino.—No sabes cuánto me molesta que en este bar de quinta no sepan quién soy— Respondo fastidiado —Solo estoy buscando a Casius Blind, soy el príncipe Lucas Hale de Regium— Aclaro alzando mis manos en son de paz.—Lo siento mucho su alteza real, pero si no tiene un pase VIP, no lo puedo dejar entrar. Son políticas de la empresa— Responde con una sonrisa
—Narra Siria—Estoy sentada en la camilla del consultorio, aún intento asimilar el hecho de que tengo a un bebé creciendo dentro de mi, lo cual jamás imaginé que pasaría. Sé que es algo normal, pero sencillamente nunca me hice a la idea de ser madre, aunque ahora en lo único que pienso es en proteger a este bebé.—Siria, ¿Cómo te sientes?— Pregunta Deaton mientras revisa la bolsa de suero que ya he consumido casi por completo.—Estoy bien, me siento mucho mejor— Respondo.—Ahora debemos hacerte una ecografía para ver qué todo esté bien con el bebé— Informa Mamá en tono serio.—Está bien, pero lo haremos cuando Casius regrese. Necesito que el esté presente— Digo mientras observo atentamente con Deaton retira la aguja de mi brazo.Luego de que Deaton retira la aguja, intento levantarme con la ayuda de mi padre y me mareo un poco al hacerlo pero no digo nada para no alarmarlos y justo en ese momento escucho a lo lejos un fuerte rugido que me alerta y mis ojos se encienden.—Lucas está en
—Narra Siria——¿Cómo que gemelos?— Espeto confundida.—Si, son gemelos. Cada uno mide un centímetro apenas. Pero no tienes porque alarmarte, es común que las mujeres lobo tengan gemelos o trillizos— Responde sin apartar la vista de la pantalla.—Dios…—Musito dirigiendo la vista hacia Casius.No puedo evitar sonreír al ver su cara de terror. No dice nada, no siquiera se mueve. Creo que sí le aterraba la idea de tener un bebé, el enterarse que son gemelos le cayo como un balde de agua fría.—¿Casius, estás bien?— Inquiero intentando no reírme de su expresión.—ujum— Gime aún perdido en el espacio.—No se preocupen por nada. Se que todo estará bien— Dice Deaton intentando cortar la tensión de la habitación.Deaton termina de hacer la ecografía mientras que yo sigo observando a Casius con atención. En definitiva, está noticia ha sido demasiado para el. No es como que yo no esté sorprendida y asustada, pero siento como Casius en estos momentos está colisionando en su interior.—Esto será t
—Narra Casius— Siria con sus labios húmedos empieza a recorrer el contorno de mi boca, complementando cada beso con una delicada lamida. Es tan cautelosa que hace que se me erice la piel. Mientras me besa, lleva su mano derecha hasta mi pecho y con sus dedos comienzan a recorrer mis pectorales desnudos y luego desciende peligrosamente hasta mi abdomen, y es cuando se desvía del camino que lleva a mi miembro y en lugar de seguir descendiendo, me toma la mano y la coloca sobre sus glúteos a pesar de que aún lleva el pantalón puesto, para que yo empiece a tomar las riendas un poco, Sus glúteos tienen una firmeza apetitosa, complementado con ese dulce aroma a frutos rojos que es característico de ella. Casi puedo sentir como si estuviera en uno de mis viajes a Nobiles, ese dulce aroma es muy similar a las flores en el exterior de nuestra casa alla. —Vaya preciosa, admito que me tienes muy impresionado. Pero temo perder el control y lastimarte— Confieso jadeante. El sonido de nuestras
—Narra Casius—Si hago todo lo posible por alargar nuestro encuentro íntimo, es porque quisiera que esto nunca acabara, porque todo lo que hago las veinticuatro horas del día es pensar en ella. Pienso en su sonrisa, en su cuerpo a mi disponibilidad total, en su forma de tratarme sin importar las diferencias que hay entre nosotros, en lo caliente que su interior cuando mi miembro esta dentro de ella, en como se retuerce de placer con cada una de mis caricias. Me hace soñar con ella todas las noches, lo único que más me importa es poder darle el mundo si me lo pide, en cumplir sus deseos que también se han vuelto míos.Mi mano experta ya está tan húmeda que gotea todo el jugo de su placer, aunque a este paso ya es una maravilla exquisita, finalmente se corre sobre mis dedos justo cuando ya no esperaba más de ella. Saco mi mano y me dedico a degustar visualmente como se retuerce sobre la cama y enarca su espalda haciendo a que mis dedos se claven más en su interior.—¡Aaaaaah!— Exclama e
—Narra Siria——Ahhh… Casius… ¡Dios! —Gimo, mientras sus estocadas comienzan a acelerarse gradualmente. No sé si sea por la hipersensibilidad producida por mi embarazo, pero en definitiva me siento en las nubes Casius no dice nada y su respiración se agita. Inconscientemente dejó caer mi cabeza hacia atrás y, cuando vuelvo a levantarla veo su rostro y noto que el solo quiere más, mucho más y no se detendrá hasta obtenerloDe a poco se entierra en mi con más intensidad, mientras mi palpitante femineidad húmeda se acopla a lo que nuevamente que está entrando, y el sudor de mi cuerpo comienza a calibrar la embestida, de adentro hacia afuera y entrando con un ritmo constante y ascendente, sin rodeos, sin ningún tipo de remordimiento.—¿Duele? ¿Qué sientes? —Pregunta jadeante, con su voz ronca y la mirada ensombrecida, por primera vez se da cuenta de lo que está ocurriendo dentro de mi y lo hace queriendo retroceder, pero mis piernas lo aprisionan. Por más que me esté sacudiendo el mundo,
—Narra Siria— Me he quedado dormida y de repente siento una sensación de caída interminable. Mi corazón late muy rápido mientras el miedo se apodera de mi. Ya había experimentado este sueño antes y sabía que Tenebris, mi auto declarado archienemigo, está detrás de todo esto. En medio de la profunda y oscura nada que me succiona al vacío, Tenebris aparece sobre mi, y me sujeta con fuerza por el cuello. Sus ojos oscuros y llenos de malicia me miran fijamente a mientras que ambos seguimos cayendo libremente al vacío. —Tenia que experimentar esto alguna vez contigo, he notado últimamente que te excitas cuando te ahorcan, Siria. Solo que esta vez no tendrás un final tan satisfactorio— Dice alzando la voz. Yo no hago más que luchar por poder respirar, sintiendo el agarre implacable de Tenebris que no se ablanda ni desaparece. —¡Suéltame, Maldito desgraciado!— Exijo a media voz —¿Por qué no tienes los cojones de enfrentarte con un hombre?— Farfullo exasperada. —Oh, pero sí los te