—¿Qué haces aquí?— Pregunto sacando mis garras instintivamente.—Tranquila, no vengo a hacerte daño. Ya te lo he dicho antes, no me gusta ensuciarme las manos y me parece que esas garras no quedan bien con tu look— Espeta Tenebris con sorna.—¿Qué quieres?— Inquiero recelosa.—De ti no quiero nada, no te creas tan importante. Solo pasaba a recordarte contra quién estás peleando. Admito que fue una hazaña muy atrevida la que lograste al romper la maldición que con tanta dedicación le puse al principito. Pero no molesta que quieras quitarme mis marionetas, ¿Por qué no te buscas tus propios juguetes? ¿Acaso no es suficiente para ti tener a un rey rendido a tus pies?— Dice mientras me rodea observándome de pies a cabeza con un aire despectivo.—Me importa un carajo lo que quieras. No puedes ir por ahí maldiciendo y controlando a personas inocentes para que hagan lo que quieres, porque no eres lo bastante hombre como para ocuparte de tus asuntos tu mismo— Espeto encarandolo.—Puedo hacer l
Encerrada en el santuario, comienzo a hurgar entre las antigüedades que con tanta dedicación Morgana ha recolectado. Han pasado al menos media hora desde que me fui del restaurante, tengo cientos de llamadas perdidas de Casius en mi celular, así que lo apago sin ningún tipo de remordimiento y vuelvo a guardarlo en mi bolso. De seguro está enloqueciendo por no saber dónde estoy.Quizá en un rato salga de aquí o quizá no, no lo sé. Todo depende de como me sienta, aún estoy furiosa con el. Entre tanto aburrimiento, paso al librero y comienzo a buscar entre los libros para ver si encuentro uno que llame mi atención.Así anduve por un rato, hasta que por fin algo me quito el embelesamiento. Saco el enorme libro y descubro que es un álbum con fotografías de la familia real. Supongo que el álbum no es tan viejo, ya que a medida que pasó las páginas, veo más y más fotografías de Casius con sus padres y otros familiares, incluso hay fotografías en las que Casius ya rondaba los veinte años.Con
Después de la ‘no tan sutil’ petición de Casius para dormir juntos, simplemente no pude negarme gracias a la persuasión de sus labios y la dominancia de su voz ronca. Pasamos la noche en su habitación, el se quedó dormido conmigo entre sus brazos, poco después de darme las buenas noches, pero yo permanecí despierta por un rato más.Las dudas, las preguntas penetrantes y los miedos a las consecuencias de mis futuros actos, me robaron el sueño hasta las tres de la madrugada. Simplemente estoy sumergida en un mar tormentoso de disyuntivas, sin un bote o un salvavidas que me ayude a salir. Creo firmemente que perdonar a Magnussen será muy productivo para mí, pero… ¿Qué hay de los demás? Hay muchas personas afectadas por mi mera existencia, personas que han estado conmigo desde que tengo memoria y otras que han llegado con los años, que son igual de importantes. No puedo solo perdonar a Magnussen, sabiendo que las personas que quiero, sienten algún tipo de rencor hacia mi por solo conocerm
—Siria, creo que estas exagerando al sospechar de todos. Eso incluye a tu madre, Casius, Morgana e incluso a mi. Creo que no vale la pena que pierdas tu tiempo buscando su cadáver— Declara el rubio en tono de reprimenda. —¿Cómo estás tan seguro de su muerte?— Pregunto con un atisbo de esperanza en mi voz. Lucas permanece en silencio, puede ver en sus ojos como revive cada momento en su mente. —Yo lo vi con mis propios ojos antes de que me secuestraran, quien lo mato, en serio lo quería muerto. Aún tengo pesadillas cada noche en las que lo veo degollado en el piso de su despacho— Confiesa el rubio con los ojos llenos de lágrimas. —¿Y la reina Araya? ¿Qué sucedió con ella?— Inquiero. —No lo sé… jamás la vi, no sé si está con vida o no— Musita con la voz entrecortada por sus ligeros sollozos. —No sabes cuanto lo siento— Bisbiso abrazándolo con fuerza. —No pude despedirme de ellos…— Chilla desconsolado. —Lo siento mucho Lucas— Sollozo. Ambos permanecimos abrazados mientra
—Narra Casius—Siria aún está inconsciente, la hemos traído al consultorio del castillo y Deaton le ha puesto un suero para rehidratarla, luego de tanto vomitar, se debilitó un poco. Deaton hace todo para estabilizarla con la ayuda de la señora Amara, quien también solía ser la médico bruja de Regium.Morgana, Lucas y yo permanecemos fuera del consultorio, todos estamos a la expectativa de como resultarán sus análisis. Morgana está sentada en el suelo pensativa, mientras Lucas y yo estamos a cada lado de la puerta, como si resguardáramos la bóveda de un banco. Me siento demasiado preocupado y ansioso. Estoy tan ensimismado que no presto atención a las amenazantes miradas de Lucas. Desde que Deaton aseguro que Siria estaba embarazada, a pesar de no haberle hecho ningún tipo de pruebas, el muy imbécil ha estado tenso y mal encarado. Estoy seguro que si no estuviera sumamente preocupado, ya le habría dado una buena paliza para que aprenda que esa hostilidad hacia mi, ya me tiene harto.P
—Narra Lucas—Sabía que esto sucedería, ese desgraciado no podía ser tan perfecto. No sé en qué momento Siria se volvió tan tonta al confiar en la gente. ¿Cómo Casius se atreve a irse sin pensar en como se siente Siria? ¿Cómo puede dejarla en un momento así? Se supone que es su maldito esposo y por su culpa es que está embarazada. No puede simplemente pretender que se acostaría con ella sin usar un puto condón y no habrían consecuencias.Morgana y yo vamos en uno de los autos de Casius con rumbo a la ciudad, estoy tan enojado que el volante cruje bajo mis manos por la fuerza impulsiva que implemento al conducir.—Lucas, por favor ten cuidado. Si rompes el volante, perderás el control del auto y moriremos— Me reprende Morgana.—Relájate, eso no pasará— Farfullo sin quitar la vista del camino.—Lucas, se que estás furioso con el, pero te pido que conserves la calma. Solo debemos buscarlo y llevarlo de vuelta al castillo. Te pido que actúes como una persona civilizada y no actúes por tus
—Narra Lucas—Subo las escaleras hasta el segundo piso y llegó a una especie de balcón interno bastante amplio en el que hay mesas y personas compartiendo tragos. A mí derecha veo una puerta negra con unas letras de metal plateado que anuncian “VIP” la abro y lo primero que veo es otra recepción. Demonios… ¿Porque está gente es tan exagerada con estas cosas?—Bienvenido señor, ¿En que lo puedo ayudar?— Dice la joven recepcionista al verme entrar.—Solo estoy buscando a alguien— Respondo dispuesto a seguir mi camino, pero me detiene.—Señor, si no tiene un pase VIP, me temo que no lo puedo dejar entrar— Informa interponiéndose en mi camino.—No sabes cuánto me molesta que en este bar de quinta no sepan quién soy— Respondo fastidiado —Solo estoy buscando a Casius Blind, soy el príncipe Lucas Hale de Regium— Aclaro alzando mis manos en son de paz.—Lo siento mucho su alteza real, pero si no tiene un pase VIP, no lo puedo dejar entrar. Son políticas de la empresa— Responde con una sonrisa
—Narra Siria—Estoy sentada en la camilla del consultorio, aún intento asimilar el hecho de que tengo a un bebé creciendo dentro de mi, lo cual jamás imaginé que pasaría. Sé que es algo normal, pero sencillamente nunca me hice a la idea de ser madre, aunque ahora en lo único que pienso es en proteger a este bebé.—Siria, ¿Cómo te sientes?— Pregunta Deaton mientras revisa la bolsa de suero que ya he consumido casi por completo.—Estoy bien, me siento mucho mejor— Respondo.—Ahora debemos hacerte una ecografía para ver qué todo esté bien con el bebé— Informa Mamá en tono serio.—Está bien, pero lo haremos cuando Casius regrese. Necesito que el esté presente— Digo mientras observo atentamente con Deaton retira la aguja de mi brazo.Luego de que Deaton retira la aguja, intento levantarme con la ayuda de mi padre y me mareo un poco al hacerlo pero no digo nada para no alarmarlos y justo en ese momento escucho a lo lejos un fuerte rugido que me alerta y mis ojos se encienden.—Lucas está en