¿Y ahora, ese amor tan fuerte sobrevivira a esta esta prueba?, Gracias a todas las que comentaron, me importa mucho las opiniones de ustedes las quiero mucho, besos
Jennifer Stone Cinco minutos después que Samir salió por la puerta, la tocan nuevamente, pienso que es el que olvido algo y abro estúpidamente. Su madre me ve de pie a cabeza despectivamente como siempre y pasa a la habitación sin ser invitada — Mientras la vida de mi nuera y de mi nieto corre peligro, te revuelcas con Samir sin importarte el daño que estás haciendo a una familia.— Me acusa, en el preciso momento que me siento vulnerable y culpable con ese tema —Señora le ruego se vaya de mi casa, por favor no me siento bien.— Le digo señalando la puerta, no voy a permitir que siga haciéndome sentir mal. —Tú a mi no me dices que dedo o no hacer, jamás voy a permitir que seas feliz con mi hijo, antes prefiero verlo muerto.— Dice y me toma de los hombros y los sacude. —¡Quíteme sus manos de encima!— Chillo empujándola, ella queda con la boca abierta, antes ella hacia y deshacía conmigo pero no voy a serguir tolerando sus tonterías nunca mas. —¿Cómo te atreves a tratarme de esa fo
Jennifer Stone En este momento de mi vida, todo comienza a marchar como siempre quise, pero siento que todo puede desmoronarse como un castillo de naipes al abrirle la puerta a Samir esta madrugada. No puedo comprender que es lo que quiere de mí, hasta que me dice que sabe lo de nuestro hijo. — ¿Cómo me encontraste?— Cuestiono con miedo viendo hacia las escaleras. — ¿Eso es lo único que te preocupa? ¿Cómo se llama mi hijo?—Pregunta Samir y yo todavía no salgo de la impresión de verlo frente a mí de nuevo — ¿Esta arriba?— Pregunta, siguiendo mi mirada nerviosa. — ¡Esta dormido!, por favor vamos a hablar. — Suplico, cuando veo que se dispone a subir las escaleras. — ¿Ahora si quieres hablar Jen?, el tiempo de hablar termino. — Me responde zafándose de mi agarre —Se va a asustar, no te conoce. — Gimoteo desesperada, no quiero que confunda a mi hijo, esta pequeño. — ¿Y de quien es la culpa?— Me pregunta acercándose a mí, veo tanto odio en su mirada que no puedo evitar temblar de
Samir Soleimani. Lo primero que hago al llegar a New York fue ir con mi hijo hasta la casa de mis padres, desde que está conmigo no deja de llorar por su mamá. Me duele verlo así, pero pienso que ya se acostumbrara a mi presencia y me va a querer tanto o más que a ella. —El mayordomo abre la puerta y me mira asombrado a mí y a mi hijo en mis brazos. —Avísele a mis padres que estoy aquí.— Le ordeno con una sonrisa que nadie podría borrar, tengo meses sin ver a mi madre, con mi padre es otra cosa nos vemos y hablamos todos los días pero lo de mi hijo es una sorpresa. Mi madre baja emocionada, hace meses que no piso su casa. —Hijo mío, te he extrañado tanto.— Gimotea y se queda sin palabras viendo como sostengo a mi hijo. —¿De dónde lo sacaste?— Cuestiona intentando acercarse, pero el se aferra a mi cuello para que no lo suelte, tiene miedo y su corazón late muy acelerado. —Es Oliver es mi hijo.— Lo presento con la voz quebrada y mi padre tiene que sostenerla para que no se caiga
Jennifer Stone Camino detrás de el por el pasillo temblorosa, el tema que vamos a tratar es el más importante de mi vida, Oliver. Siento que me estoy muriendo desde ayer cuando el juez le otorgo la custodia de mi hijo a Samir, siento que me rompieron en mil pedazos, que sin el ahora no podría vivir. El abre la puerta de la oficina de la casa y me invita a pasar con un movimiento de sus manos, ninguno de los dos dice nada, el cierra la puerta —Siéntate. — Ordena y yo lo hago en una silla frente a su escritorio, el se mantiene de pie y se sirve un vaso de licor — ¿Quieres?— Me pregunta —No gracias. — Titubeo, no quiero rodeos quiero que vaya al grano de una vez, el me acaba de decir que no me alejaría de mi hijo, pero lo trajo a vivir lejos de la ciudad donde vivo y al lugar que preferiría olvidar. Aquí viví los momentos más oscuros de mi vida, el encoje los hombros y se toma el vaso de un trago—Yo si lo necesito. — Admite limpiando su boca con el dorso de la mano. —Me dijiste qu
Jennifer Stone Paso horas con mi hijo en la cocina y para relajarme un poco me pongo a cocinar, cocinar me relaja un poco, estoy muy nerviosa Samir me dio veinticuatro horas para que pensara lo que voy a responder. —Si me hubiese dicho eso en otro momento acepto sin pensarlo, pero ahora no solo pienso en mí, si esa vieja le hace un menosprecio a mi hijo, no podre controlarme, voy a arrancarle todos los pelos de la cabeza. A la hora de la cena, tengo comida como para veinte personas y acá solo estamos cuatro en este momento, cuando Samir baja sonríe al vernos en la mesa. —Buenas noches. — Saluda y le da un beso a Oliver en la mejilla, sentándose a su lado. — ¿Cómo estás?— Le pregunta a mi hijo que sonríe a mi lado. —Bien. — Le responde y le devuelve el beso, Oliver no se da con muchas personas pero apenas conoció a su padre sabía que podía confiar en él. —Me alegro, vamos a comer y luego te muestro tu habitación. — Le Informa Samir sentándose a comer. —Está bien. — Susurra mi h
Jennifer Stone Soy una mujer que sabe aprovechar todas las oportunidades, por lo que no me quedo tranquila, una vez Samir se va a trabajar pongo mano a la obra para abrir una nueva sucursal de mi empresa de Catering en esta ciudad. Lo primero es buscar un local con cocina para preparar todo, contratar una empresa de marketing para que promueva mi trabajo y captar nueva clientela y reclutar el personal, todo lo hago en compañía de mi hijo y una niñera que Samir contrato para su cuidado. Cuando regreso a casa son más de las ocho de la noche, y Oliver está dormido en mis brazos, Samir está sentado en la sala con un semblante sombrío. — ¿Dónde estabas hasta esta hora?— Cuestiona serio. —Trabajando. — Respondo sin detenerme para ir a acostar a Oliver que luce agotado. Mi hijo ya ceno por lo que estoy tranquila. —No necesitas trabajar yo puedo darte todo lo que necesitas. — Me Dice el caminando detrás de mí. —Nunca he dependido de nadie y no voy a comenzar ahora. — R
Jennifer Stone No voy a negar que tenga miedo, y es que con la madurez viene acompañada de algo que llama prudencia.Duermo en brazos de Samir y siento que toco el cielo con mis manos, me siento amada, el huele tan rico despierto y creo que es un sueño, nos besamos, nos decimos te amo, casi no puedo dormir emocionada.— ¿No tienes que trabajar?— Le pregunto al ver que se quedo dormido.—No quiero separarme de ti. — Me dice con los ojos cerrados abrazándome, me hace reír.—Igual yo pienso ir al médico ahora, por lo del método. — Le aclaro—Pues voy contigo. — Me responde tranquilamente.—Pues párate, que debo preparar todo antes que Oliver se despierte, después no me deja hacer mucho. — Le respondo, voy al baño hago mis necesidades y cuando estoy bañándome el entra a la regadera conmigo.Ambos nos enjabonamos, apenas pone sus manos en mi piel desnuda me olvido de la prudencia y lo beso.Nuestros cuerpos reaccionan de inmediato, el presiona su masculinidad contra mi cuerpo.Mi centro p
SIEMPRE QUISE HACER ESTOJennifer Stone Después del mal momento que viví encontrándome con mi suegra decido visitar a Samir en la empresa, y es que no sé cómo le llegara el chisme de parte de su madre.Siento que me propase un poco al lanzarle la bebida, pero es lo menos que se merece la vieja metiche, es que ya el odio es mutuo, no soporto tenerla frente a mí, y eso se lo gano ella a pulso.Tantos años de desplantes y maltratos, bastaron para que no quede dentro de mí una gota de afecto hacia ella.Apenas llego a la recepción Martha me ve y corre a abrazarme— ¡Tanto tiempo sin verte!— Exclama emocionada, cuando me fui perdi el contacto con casi todo el mundo.Me siento una terrible amiga— ¡Te ves hermosa!— Me halaga y yo sonrio—Tú también esta linda me alegra volver a verte. — Le respondo ella y las otras chicas me ayudaron tanto, que no tengo palabras para agradecer.— ¡Bianca estará feliz de volver a verte!— Me dice— ¿Y Marie?— Cuestiono porque no la nombro y eramos tres, insepa