21 años atrás… —Esto tiene que ser una maldit@ broma… —Ciro casi se arranca el pelo cuando Armand le contó todo—. Pensé que me había deshecho de esa mujer… ahora lo entiendo… entiendo las acciones, los ataques.… esa maldit@ sigue con vida…Armand estaba tomando una taza de café fuerte, cuando frunció el ceño.—¿De qué estás halando? ¿Cuál mujer? ¿Ana?Su padre hizo un gesto asquiento.—No tengo ni put@ idea de quien es Ana… pero conozco a Ágata.—¿La conoces? Ella literalmente le hizo la vida imposible a Ana…—Trabajó aquí en la mansión con su pobre familia… no niego que era hermosa… y su coquetería me hizo hacer algo de lo que me arrepiento. Sin embargo, ¿Cómo podía ella pensar que podía escogerla y dejar a tu madre…? ¡Es una loca…!Armand dejó la taza en el escritorio y arrugó su ceño.—¿Qué hiciste?Ciro lo miró directamente, y después de una larga charla, Armand se tiró del pelo.—¡Dios…! ¿Abusaste de ella?—¿Me está preguntando eso, el mismo que ha tenido a una mujer cautiva por
—Siempre fuiste tan bella… —Clara miró a Sibel, que estaba en estado de conmoción—. Tu madre era… igual a ti… a pesar de estar desgastada, herida… queriendo morir… ella era tan hermosa… Eres igual a ella, por eso Armand, de alguna forma te ama tanto… por eso… eres su ser especial… Sibel tuvo que levantarse para tomar el aire. Su estómago estaba revuelto, pero su corazón… era como si se lo hubiesen desgarrado, pedazo por pedazo. Le dolió el rostro, el cuerpo, y todos sus sentidos se concentraron en una sola cosa. Su madre no la amó ni la deseó, eso sumado a que su propio padre, la había usado imponiéndole un amor, que ella misma no sintió. ¿Y Iván? Ella tuvo que morderse los dedos ante la ansiedad apremiante que la invadió, le faltaba el aire, y quería volverse loca. Su madre era la misma que había criado a Iván, y… él lo sabía. Lo supo todo este tiempo cada vez que la hizo suya, cada vez que la miró. —¿Sibel? Nunca sentí repudiarte… yo siempre te quise, sin embargo, sabía q
A Iván le tembló la boca al escuchar lo que Sibel le arrojó, y luego pudo recordar ese día, cuando aquella carta llegó a sus manos. «Ana Vasíliev… Cariño, tuve que irme… estoy bien, pero no puedo quedarme con ustedes, esta no es mi familia, y quiero hacer mi vida. Por favor, perdóname, pero quiero ser feliz al lado del hombre que ahora amo.» Recordaba cómo con sus manos arrugó la carta, porque esta mierd@ no era de su madre, nunca en la vida, y lo que vino de parte de su abuela a continuación termino por inyectar un veneno en él. —Siempre fue una cualquiera… una put@ barata que cegó a tu padre… espero que se pudra… —Iván restregó sus ojos y miró a su abuela limpiando sus lágrimas, y mirando el ataúd, donde se encontraba su padre asesinado, cuando ella siguió—. Ahora… vamos a prepararnos. Las personas que nos hicieron esto, pagarán… Sin embargo, Iván solo tenía una sola cosa en su mente. Saber la verdad de lo que le había sucedido a su madre, y no descansaría, hasta que lo descubr
Sibel abrió los ojos en medio de la oscuridad. Su cabeza estaba encima del pecho de Iván, mientras su brazo, le rodeaba todo el torso. Él, por su parte, tenía su brazo encima de ella, y cuando levantó la cabeza para mirar su rostro, lo encontró completamente dormido. Ella movió un poco sus piernas, que estaban entrelazadas con las de él, y sintió una puntada agónica en su vientre cuando cerró los ojos. Estaba segura de que nunca iba a poder superar esta experiencia, no solo por su vida emocional destruida, la de su familia, y la de ciertas verdades que solo le enfermaban la mente, sino de esta realidad con Iván, de la que ella jamás iba a escapar, por muy lejos de él que estuviera. Ella lo apretó contra sí, y dio un beso corto en su pecho bronceado y lleno de tatuajes. Acarició su estómago, y luego pegó la nariz a su piel. Aspiró su olor con fuerza, y luego cerró los ojos, porque, aunque Iván sentía un fuerte recelo, y obsesión por ella, iba a usar todo lo que pudiera, para salir
Había pasado una semana desde aquel día en que Sibel vio los ojos de su padre lleno de dolor, y aun su mente le repetía el mismo episodio. Ciro MacMillan había salido de la UCI, y en las noticias decían que sus acciones empresariales, no podía caer más bajo de lo que ya estaban. Erich ya estaba en un centro penitenciario, y esta semana comenzaba el juicio contra su padre. Y aunque Sibel no quería oír más noticias sobre nada, estaba frente al televisor, viendo las imágenes de cómo los reporteros acosaban a Clara, y a su hermana Keira. Ella no sabía cuál era el siguiente paso de Iván, y contando el tiempo, ya habían pasado cuatro meses desde aquel día, en que toda su vida se hizo negra. Sibel saltó un poco cuando golpearon la puerta de la habitación, y luego escuchó a Sora detrás de ella. Se levantó rápidamente para ir a abrir, y luego lo vio de pie con una caja negra. —El jefe envía esto… dijo que por la noche tendrán una cena en la mansión… él va a viajar a Rusia mañana… Sibel s
Cuando aterrizaron en Rusia, Sibel se frenó antes de entrar al auto, donde Iván le abrió la puerta esperando que ella se subiera.—¿Iremos a la mansión de tu abuela? —preguntó de pronto.—No es de ella…—De igual forma… creo que no querer ir allí. Sé que me odian, pero tu abuela es otro asunto, y no quiero que me culpes de provocarle un infarto… —Iván la instó a que entrara al auto, y cuando se sentaron, negó.—Vamos a la suite…—¡Oh, la suite…! ¡Qué recuerdos…! —Sibel bromeó, ya era su escudo, mientras Iván sonrió un poco y luego agarró su muslo de forma apasionada.—No te preocupes… volveremos a revivirlos… y serán mucho mejor —Sibel miró su boca por un tiempo, mientras todas sus corrientes nerviosas se expandían por todo su cuerpo.Que el hombre no le afectara, era imposible.El camino fue silencioso, pero ella escuchó cómo Iván recibió una llamada, y él dijo que pronto estarían con la persona.La suite ya no estaba como antes, esta estaba amueblada y acondicionada, y por primera
—Por aquí… debe ser…Sibel se rio un poco, pero se detuvo para notar a la asistente de Alexey más de cerca.Anastasia era hermosa, pero parecía querer ocultarse de algo.—¿Qué tal si vamos a la cafetería? Por supuesto, ya que no sabes, podemos preguntar y comemos algo… —ella se ofreció para tranquilizar aquellos nervios evidentes.—¿Tienes dinero? —Anastasia preguntó, y Sibel apretó los dientes borrando la sonrisa.—Ammm… no… ¿Tú tienes? —la asistente negó con el rubor en sus mejillas.—Ni un rublo…Sibel apretó la boca.—Ok, no pasa nada… solo hablaremos.Anastasia sonrió y asintió.—De acuerdo…Ambas se fueron caminando y tomaron un momento, mientras Sibel le preguntó cualquier tipo de cosa, sobre todo curioseando, el porqué una chica como ella, estaba trabajando para alguien como Alexey.—¿Crees que va a ser necesario ir a Italia? —Iván estaba mirando sus nudillos cuando negó.—Escuché que Massimo visitaría los Estados Unidos pronto…—¿Qué? —Alexey frunció el ceño e Iván lo observó
Eran las seis de la mañana cuando Iván salió de la ducha y se detuvo frente a la cama, donde Sibel dormía.Notó su cuerpo desnudo, enmarañado con una sábana, y su cuerpo se tensó de inmediato. Él tenía una toalla alrededor de su cintura, y se sentó en el borde de la cama, aun con las gotas de agua escurriendo de su cabello.Con sus dedos acarició sus piernas, y su anatomía lo sintió enseguida.Por más que follara con Sibel, su hambre por ella no se apagaba, y, a decir verdad, en este punto ya se sentía enfermo.Vio cómo ella se removió y detuvo la caricia, pero rápidamente notó como los ojos de ella parpadearon lentamente y los posicionó en él.—¿Ya te vas? —en el cuerpo de Iván se producía una descarga aniquiladora, cuando sentía que ella se desesperaba por su ausencia. Así que asintió.—Pronto…Sibel se sentó un poco, y restregó sus ojos.—¿Crees que hoy pueda ir… a la casa donde…? —pero ella se detuvo cuando Iván negó.—No… mientras esté ausente, no… en cambio, anoche hablé con Ale