El tiempo pasó lentamente y las semanas se convirtieron en días, cada momento juntos parecía un instante breve; Blackthorne se desvivía en cuidar a Emma, todo el tiempo estaban juntos, desayunaban en el jardín entre bromas sutiles y halagos reales, sus almuerzos casi siempre eran afuera se habían dedicado en las últimas semanas a buscar restaurantes de comida saludable donde compartían platillos deliciosos y nutritivos los fines de semana iban al cine o veían alguna película en Netflix.Chrihs le masajeaba las piernas con cuidado todas las noches, asegurándose de mejorar su circulación; Emma era una esposa dedicada y amorosa, aprendió en poco tiempo la rutina de Blackthorne y sus gustos más extraños; asegurándose así de que todo se hiciera según sus deseos, para complacerlo. No sabía si era por el embarazo o por el tiempo juntos, pero últimamente sus sentimientos hacia Chris habían crecido, cambiándola por completo; a veces se imaginaba una vida junto a él; sin ataduras, pero llena d
Blackthorne se apresuró en salir; ni siquiera tuvo el valor de hablar con Emma antes de irse, no quería mentirle y aún no conocía todo el contexto que rodeaba a Stephanie y su llamada misteriosa. Sin más que pensar, se encaminó a su destino; no sin antes dejar a un par de sirvientas a cargo de su esposa, para que atendieran, cualquier cosa que se le pudiera presentar.Esa noche viajó sin escolta por la premura del asunto; al fin y al cabo la reunión con Stephanie era en un lugar público, puesto que ella se estaba hospedando en un hotel muy concurrido, tal como lo era el "Palace" uno de los hoteles más refinados de la zona, a los que solo tenían acceso los ricos y famosos; para cuando Blackthorne llegó al hotel, eran casi las once de la noche; la recepcionista le entregó una copia de la llave correspondiente a la habitación de Stephanie, por órdenes de ella misma; según le explicó la muchacha.Lo siguiente en suceder Chris no lo vio venir; pero debió esperárselo conociendo a la susodic
Blackthorne llegó a su casa con los regalos comprados, para calmar su conciencia; Emma estaba en el jardín, sentada en el pequeño desayunador, tomaba un jugo de naranja con bastante hielo; cuando Chris la vio se apresuró a su encuentro, dejando los regalos en la mesa ante ella, lo primero que Emma vio fue el regalo del bebé y quedó enternecida con el detalle de su esposo, se sentía tan bonito para ella tener a alguien que se preocupara por sus cosas, ,tuvo que controlarse un poco para no correr a abrazarlo con todas sus fuerzas.Emma estaba tan agradecida con ese hombre, quien la había salvado más de una vez,, desde que la conoció aquel fatídico día que cambio su vida para siempre; si bien era cierto que su padre la había vendido a un burdel. ella tuvo la buena suerte de encontrarse con Blackthorne esa noche, cambiando su destino; le debía mucho, gracias a ello no había terminado como una prostituta condenada a complacer los bajos instintos de los clientes de lugar—También traje algo
Emma estaba en su habitación matrimonial; sobándose el vientre abultado con sus manos para relajarse. Chris había instalado una mecedora de madera pulida para que ella pudiera balancearse con cuidado; le gustaba estar en esa mecedora por horas, el simple hecho de que Blackthorne se la hubiese regalado la hacía sentir especial ante sus ojos enamorados.Una de las mucamas le acompañaba constantemente para que no estuviera sola y estar al pendiente si algo se le ofrecía; la joven empleada estaba tejiendo unos escarpines color azul cielo para su bebé; le había dicho que esa era su forma de agradecerle por lo buena que había sido con ella desde que la conoció. Emma era una mujer muy noble; por eso se ganó el corazón de todo el personal de servicio que laboraba en la mansión Blackthorne.—¿Escuchaste eso?—Emma le preguntó a su compañera y cuidadora.—Me parece que hay alguien en camino.—No se parece un alboroto de las muchachas—ella respondió dubitativa—; ¿será su esposo que trajo una nueva
Emma en verdad pensó que Blackthorne se había acostado con Stephanie; en su mente ellos tenían una relación a sus espalas, las fotos ante ella lo demostraban, eran la prueba fehaciente de su traición hacia ella y aunque sabía desde un principio que su matrimonio era solo una falsa no podía controlar el dolor que sentía en lo profundo de su pecho, producto de la decepción producida por aquellas fotos malintencionadas que su rival de amores le había mostrado con toda la intención de dañarla y sin duda alguna lo había logrado.Emma estaba hecha un mar de lágrimas, sus ojos no paraban de llorar y aunque quería ser fuerte ante Stephanie, porque no deseaba dejarla ver lo mucho que la había afectado al dárselas, no pudo, las miles de ilusiones que tenía en relación a Chris se hacían añicos ante ella; allí en ese colchón mugriento en ese pequeño lugar de paredes enmohecidas por la humedad no podía hacer otra cosa que llorar en posición fetal aunque su vientre le incomodaba un poco al hacerlo,
Blackthorne estaba decidido; aunque odiaba ceder ante Stephanie y sus manipulaciones, no podía permitirse que ella dañara a su esposa, esa bella joven que confiaba en él; quien le esperaba todas las tardes con una mirada cargada de bondad, la misma que lo había perdonado tantas veces esa mujer llena de luz. Desde que estaba con ella sus días eran llevaderos; solo quería tenerla a su lado, disfrutar de su compañía, aunque no pudiera tocarla como deseaba. —Chris, ¿todo está bien?—Jace puso la mano en el hombro de su amigo; tratando de tantear la zona. Había escuchado lo que Blackthorne decía y si era verdad seria un error, no podían permitirse una lucha de esa índole; no estaban preparados para ellos todavía. —Stephanie la tiene—fueron las escuetas palabras de Blackthorne, mientras se giraba para enfrentar la mirada reprobatoria de su amigo, ese que siempre tenía algo inteligente por decir; aunque muchas veces no era lo que él quisiera escuchar, pero era su mejor amigo desde la infanc
Emma ya no quería sentir dolor, se encontraba cansada de ser usada y desechada sin cesar, como si sus sentimientos no importaran, quería que todo ese dolor lacerante desapareciera de una vez por todas; ¿acaso era demasiado pedir un poco de paz y tranquilidad? Ella solo deseaba tener una vida normal como cualquier joven de su edad, pero lamentablemente desde que fue vendida por su padre, todo empezó a ir en picada; qué ilusa era ahora podía verlo con claridad si su padre no la había amado, ningún otro hombre podría hacerlo.Luego de llorar hasta quedarse sin lágrimas, tomó una decisión drástica en medio de su dolor, ella comprendió que si continuaba con su embarazo nunca podría borrar el recuerdo de Blackthorne , esa criatura sería un constante recuerdo de su pasado junto a él y mientras lo tuviera nunca podría romper ese lazo que los conectaría para siempre; quizás parecería extremista para algunos, pero nadie conocía su dolor nadie sabía de su constante sufrimiento.Ella no estaba pr
Blackthorne subió junto a Stephanie, hasta su habitación de hotel; ella era una mujer derrochadora en extremo, por eso se hospedaba en la suite presidencial. Chris siempre lo supo, la mujer ante él solía ser extremadamente frívola y banal, aunque en su juventud eso no parecía importarle en lo más mínimo; Blackthorne estaba enloquecido con ella, por eso nunca pensó en sus defectos.Ella lucia tentadora; se contoneó seductoramente para luego encender la música; incitándole a bailar con un gesto sugestivo; él accedió, en su situación no podía negarse o sería sospechoso; ambos bailaron una canción lenta como solían hacerlo en tiempos de antaño cuando eran un par de jóvenes enamorados que disfrutaban de los placeres de la vida sin preocuparse por el mañana; la mujer se permitió recostar su cabeza sobre el hombro de Chris; sus tacones de quince centímetros le ayudaban con la diferencia de estatura entre ambos.Allí Stephanie podía disfrutar de su cercanía masculina; sentir el calor que eman