Emma estaba en su habitación matrimonial; sobándose el vientre abultado con sus manos para relajarse. Chris había instalado una mecedora de madera pulida para que ella pudiera balancearse con cuidado; le gustaba estar en esa mecedora por horas, el simple hecho de que Blackthorne se la hubiese regalado la hacía sentir especial ante sus ojos enamorados.Una de las mucamas le acompañaba constantemente para que no estuviera sola y estar al pendiente si algo se le ofrecía; la joven empleada estaba tejiendo unos escarpines color azul cielo para su bebé; le había dicho que esa era su forma de agradecerle por lo buena que había sido con ella desde que la conoció. Emma era una mujer muy noble; por eso se ganó el corazón de todo el personal de servicio que laboraba en la mansión Blackthorne.—¿Escuchaste eso?—Emma le preguntó a su compañera y cuidadora.—Me parece que hay alguien en camino.—No se parece un alboroto de las muchachas—ella respondió dubitativa—; ¿será su esposo que trajo una nueva
Emma en verdad pensó que Blackthorne se había acostado con Stephanie; en su mente ellos tenían una relación a sus espalas, las fotos ante ella lo demostraban, eran la prueba fehaciente de su traición hacia ella y aunque sabía desde un principio que su matrimonio era solo una falsa no podía controlar el dolor que sentía en lo profundo de su pecho, producto de la decepción producida por aquellas fotos malintencionadas que su rival de amores le había mostrado con toda la intención de dañarla y sin duda alguna lo había logrado.Emma estaba hecha un mar de lágrimas, sus ojos no paraban de llorar y aunque quería ser fuerte ante Stephanie, porque no deseaba dejarla ver lo mucho que la había afectado al dárselas, no pudo, las miles de ilusiones que tenía en relación a Chris se hacían añicos ante ella; allí en ese colchón mugriento en ese pequeño lugar de paredes enmohecidas por la humedad no podía hacer otra cosa que llorar en posición fetal aunque su vientre le incomodaba un poco al hacerlo,
Blackthorne estaba decidido; aunque odiaba ceder ante Stephanie y sus manipulaciones, no podía permitirse que ella dañara a su esposa, esa bella joven que confiaba en él; quien le esperaba todas las tardes con una mirada cargada de bondad, la misma que lo había perdonado tantas veces esa mujer llena de luz. Desde que estaba con ella sus días eran llevaderos; solo quería tenerla a su lado, disfrutar de su compañía, aunque no pudiera tocarla como deseaba. —Chris, ¿todo está bien?—Jace puso la mano en el hombro de su amigo; tratando de tantear la zona. Había escuchado lo que Blackthorne decía y si era verdad seria un error, no podían permitirse una lucha de esa índole; no estaban preparados para ellos todavía. —Stephanie la tiene—fueron las escuetas palabras de Blackthorne, mientras se giraba para enfrentar la mirada reprobatoria de su amigo, ese que siempre tenía algo inteligente por decir; aunque muchas veces no era lo que él quisiera escuchar, pero era su mejor amigo desde la infanc
Emma ya no quería sentir dolor, se encontraba cansada de ser usada y desechada sin cesar, como si sus sentimientos no importaran, quería que todo ese dolor lacerante desapareciera de una vez por todas; ¿acaso era demasiado pedir un poco de paz y tranquilidad? Ella solo deseaba tener una vida normal como cualquier joven de su edad, pero lamentablemente desde que fue vendida por su padre, todo empezó a ir en picada; qué ilusa era ahora podía verlo con claridad si su padre no la había amado, ningún otro hombre podría hacerlo.Luego de llorar hasta quedarse sin lágrimas, tomó una decisión drástica en medio de su dolor, ella comprendió que si continuaba con su embarazo nunca podría borrar el recuerdo de Blackthorne , esa criatura sería un constante recuerdo de su pasado junto a él y mientras lo tuviera nunca podría romper ese lazo que los conectaría para siempre; quizás parecería extremista para algunos, pero nadie conocía su dolor nadie sabía de su constante sufrimiento.Ella no estaba pr
Blackthorne subió junto a Stephanie, hasta su habitación de hotel; ella era una mujer derrochadora en extremo, por eso se hospedaba en la suite presidencial. Chris siempre lo supo, la mujer ante él solía ser extremadamente frívola y banal, aunque en su juventud eso no parecía importarle en lo más mínimo; Blackthorne estaba enloquecido con ella, por eso nunca pensó en sus defectos.Ella lucia tentadora; se contoneó seductoramente para luego encender la música; incitándole a bailar con un gesto sugestivo; él accedió, en su situación no podía negarse o sería sospechoso; ambos bailaron una canción lenta como solían hacerlo en tiempos de antaño cuando eran un par de jóvenes enamorados que disfrutaban de los placeres de la vida sin preocuparse por el mañana; la mujer se permitió recostar su cabeza sobre el hombro de Chris; sus tacones de quince centímetros le ayudaban con la diferencia de estatura entre ambos.Allí Stephanie podía disfrutar de su cercanía masculina; sentir el calor que eman
Después de ordenarle a su subordinado que se encargase de Stephanie, su exnovia que supuestamente estaba embarazada de él, aunque este lo dudaba, debido a su ausencia de recuerdos de esa noche en la cual ella, aseguraba, habían mantenido intimidad, estaba seguro de que ella había usado una artimaña para borrar sus recuerdos en esa ocasión evitando una defensa de su parte; por eso la mantendría encerrada hasta que el bebé naciera y se hicieran las pruebas de paternidad necesarias para refutar sus sospechas.A pesar del drama generado por Stephanie, Chris se encontraba ansioso por ver nuevamente a su esposa Emma; quería asegurarse de que su estado de salud no se hubiese resentido por el secuestro, si bien Jace le había asegurado que ella se encontraba sana y salva, necesitaba comprobarlo con sus propios ojos para sentirse aliviado del todo; estrecharla entre sus brazos impregnándose del dulce aroma emanado por su piel y prometerle que la cuidaría de ahora en adelante sin fallarle nuevam
Emma no deseaba seguir discutiendo con Blackthorne; su esposo era un tema difícil en su vida, pues estaba en medio de todos los eventos que la habían conducido a ese momento específico; luego de pensarlo toda la noche, casi sin parar a descansar; había podido aclarar sus ideas de una vez por todas y a pesar de todo el sufrimiento vivido junto al hombre a quien amaba con todas sus fuerzas; ya no podía seguir a su lado. Tenía que aceptarlo aunque le costara al principio; ese matrimonio nunca sería una realidad; tratar de mantener el lazo que los unía terminaría por dañarlos a ambos y ella aún se preocupaba por él; deseaba que estuviera bien, aunque fuera lejos de ella. Por eso, con toda la calma del mundo, le esperó dispuesta a comunicarle su decisión de una manera pacífica, guardando sus rencores pasa siempreSe notaba que Blackthorne había bebido, el olor a licor impregnó el lugar en cuanto este entro. Emma se imaginaba donde había estado toda y las razones por las cuales había optado
Blackthorne vio en medio de su reflexión como Emma se alejaba escaleras arriba, rumbo a su habitación matrimonial, misma que solo servía para hacerlo sentir mal; se quedó paralizado en su sitio a punto de estallar por la ira contenida en su interior; quería gritarle reclamarle su error; hacerle entender que solo él podría hacerla feliz; ella era suya en todos los sentidos posibles y nunca permitiría que se alejara el solo hecho de sentirla perdida lo enfurecía. Ver la tranquilidad con la cual su esposa se alejaba de él era agobiante ya no podía seguir así; estrelló su puño contra la pared lastimándose los nudillos con ello, las gotas de sangre resbalaron por su piel magullada; odiaba estar en esa situación, quería correr a besarla, obligarla a amarlo a como diera lpara; si tan solo supiera como lograr su amor, ¿acaso era tan despreciable para ella? Emma era única que podía hacer latir su corazón congelado de nuevo; el amor era ella en toda la extensión de la palabra.Emma se alejó sin