Capítulo 149
Con mi típica sonrisa, me acerqué a Mateo y le dije:—Señor Bernard, ¿me permite ofrecerle una copa si no le molesta?

Sin esperar respuesta, me acerqué para servirle vino.

Pero, de pronto, puso la mano sobre la copa y, mirando a Michael y Javier con una sonrisa burlona, preguntó:

—¿Esto es lo que ustedes consideran talento? ¿Servir vino para quedar bien? Vaya, su empresa sí que anda escasa de talento.

Michael abrió la boca, pero no alcanzó a decir nada. El tranquilo Javier sonrió y contestó:

—Brindar es algo básico, ¿no cree? Señor Bernard, ¿no será que está siendo un poco duro con Aurora?

Mateo miró hacia abajo y, después de un rato, se rio un poco y quitó la mano.

Le serví el vino con cuidado, luego me serví una copa para mí, la levanté y le dije:

—Mejor les ofrezco un brindis.

Mateo no dijo nada. Solo alzó su copa, brindó conmigo y se la tomó de un solo trago.

Al parecer, no fue tan difícil que aceptara el primer brindis.

Después me acerqué a Ciferri y Donati para brindar también.

Al
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