Tuve que apurarme con la venta de mi departamento y todo lo demás, fueron dos semanas de locura. Estuve pensando que era mejor evitar problemas con Demián e irme después del juicio a Toronto, todavía no sabía cómo se comportaría con la noticia del bebé. Quizás nunca debí ocultárselo pero fue por mi trabajo, siempre fui muy responsable y habíamos quedado en algo.
Día antes de viajar, me encontraba en mí oficina, preparando mi discurso para el juicio, Richard me ayudaba con los últimos toques.
-¿Renne, mañana te vas?
- Sí, Richard.
-¿Lo tienes todo listo?
- Casi todo, la mudanza debe venir a recoger mis cosas, después del juicio.
-¿Lista para casarte?
-Creo que estuve lista para eso desde que me enamoré de Demián cuando era una niña de 14 años.
Demián se había ido hace una hora y no paraba de llorar, sabía que me había equivocado pero me dolía, no pensé en las consecuencias aunque me habían advertido.Me dormí llorando agazapada en el mullido sillón del living, un trueno me hizo saltar de mi letargo, ¿Qué hora era? Vi el reloj, eran más de las cuatro de la mañana, busqué por todo lado a Demián, pensando que había vuelto, pero no pude encontrarlo.Afuera se escuchaban truenos y el firmamento se iluminaba cada vez que caía un rayo, el sonido de la lluvia empezó a golpetear las ventanas, decidí qué debía buscarlo y suplicar, si era necesario, perdón.Me puse una chamarra y salí del departamento aunque el cielo se caía a mí alrededor, caminé por las calles sin rumbo fijo por un largo tiempo sin encontrarlo por ningún lado, me di por vencida y me senté en una banca de la calle, intenté pensar donde podía encontrar a Demián.Me recordé de una tarde que nos habíamos peleado, hizo lo mismo, desapareció por
No sé dónde estaba, abrí los ojos un poco atontada, me dolía mucho la cabeza y tenía todavía náuseas, miré a todos lados todavía confundida, seguía sin poder descubrir donde coños me encontraba, todo era completamente desconocido para mis ojos.-¿¡Renne!? - exclamó Demián apareciendo en mí perspectiva, muy preocupado, podía notarlo por sus facciones.-¿Que sucedió? ¿Dónde estoy? - pregunté confundida intentando incorporarme.- Estás en el hospital, te desmayaste, pasó mucho tiempo, estaba preocupado, pensé que no despertarías.- ¿Pero... porque?- Pre eclampsia, - exclamó con voz ronca - me da miedo tan sólo decirlo y más escucharlo, te subió mucho la presión, el doctor me explicó que es muy peligroso en tu estado...- ¿Perdí al bebé? - pregunté asustada, al borde de la desesperación.- Tranquila, el bebé está bien... está dónde lo dejamos - sonrió graciosamente - lo único que tendrás que tener mucho más cuidado éstos meses, puede ser
El sonido del mar hace que mi sentido auditivo despierte antes que mi cuerpo, después siento el dulce olor a brisa marina. Pareciera que estoy en el paraíso, ya que me encuentro en mi lugar favorito, de frente al mar. Por último abro los ojos, el sol se filtra por la ventana y el viento levanta las cortinas del cuarto en el que me encuentro, pongo los pies en el piso y empiezo a caminar hacia afuera, con dirección al mar que observo en el horizonte, hasta ahora no sé dónde me encuentro.Podría decir que estoy muerta ya que el paisaje es muy hermoso como para ser real. Siento el calor de la arena en mis pies, su suavidad, el olor a mar, el calor del sol, eso me hace dudar de esa idea, ya que sí estuviera muerta mis sentidos no estarían despiertos.Sigo caminando sobre la arena, el sol es muy fuerte, alumbra las aguas cristalinas y las hace reflejarse hermosamente en mis ojos.Me acerco a unos arrecifes en mí perspectiva aparece Demián, está sentado mirando al
Todo comenzó a la tierna edad de 14 años, conocí a Demián en mi Colegio, unas miradas más, unas miradas menos, nos llevaron a nuestra primera relación sería de pareja, al comienzo no lo creí así pero el tiempo decía lo contrario.Nos amábamos, estuve con él por cuatro largos años, en él qué no sólo conocimos el amor de enamorados, sino también él amor físico.Una noche cualquiera en su cuarto, nos entregamos a la pasión y al deseo por primera vez, jamás olvidaríamos el momento puesto que fue la primera vez para ambos, no sabíamos en lo que nos estábamos metiendo, tan sólo nos dejamos llevar por el calor juvenil de nuestros cuerpos.Desde ese momento dejamos de ser inocentes y el sexo se convirtió en una necesidad en nuestra relación, ya no era salir de paseo, era quedarse en casa y hacer el amor en cada rincón pero sí teníamos sexo también debíamos ser conscientes de que podía suceder algo y a mis 18 años sucedió.No sé si fue cobardía, no sé si tuv
Después de que Demián salió de mi departamento ese día, no tuve más noticias de él, sabía que estaba molesto conmigo y no lo culpaba, fui muy torpe.Pensé millones de veces, quizás habíamos terminado aunque nunca lo hicimos oficialmente.Era mi culpa, lo sabía, oculté lo que nunca debería haber ocultado y después terminé con todo, sé que Demián se dio cuenta que había mentido en lo de la operación pero no dijo nada, tan sólo intentó concientizarme para volver con él pero no pude, era mejor alejarlo de mi vida.****Los años pasaron rápidamente, no los sentí, me enfoqué en mis estudios, no busqué novio, no busqué pareja ni tampoco amantes de una noche, seguía plagada del perfume embriagador que desprendía Demián en mi cuerpo.No podía negarme que seguía enamorada hasta las patas de él pero mi conciencia no podía olvidar lo que había hecho y eso hacía que sienta que no lo merecía.Llegó mi graduación, invité a mi familia para que me acompañen en el act
Melanie mi amiga de toda la vida llegó a mi departamento después de que Demián salió como alma que lleva el diablo de mi departamento.Necesitaba sacar de mi pecho ese secreto que estaba evitando que mi vida siguiera adelante. Deseaba volver con él pero ese secreto y mi conciencia no me lo permitían. Lloré me deprimí, mientras entre lágrimas le contaba a Melanie todo.-¡Díselo! - exclamó después de escuchar toda mi perorata - termina con la maldición que ese secreto conlleva.-No es tan fácil - exclamé con tristeza.-Es fácil, Renné, lo ocultaste por seis años, el hizo todo por ti para verte y estar contigo, lo bateaste cada vez que te enviaba una bola curva...no puedes negar lo inminente, lo amas y él a ti, entre ustedes no hay costumbre, es un amor que pasa de lo normal y debe realizarse... sí diciendo ese tu secreto rompes con la maldición que los mantiene dando vueltas en este círculo vicioso, entonces hazlo.-Es qué...no sé cómo responderá, puede q
Mis ojos se salieron de sus órbitas y casi caigo de espaldas al ver a Demián qué me sonreía mientras se sacaba el antifaz.-¿Puedes borrar esa sonrisa de tu rostro?- masculle mordaz.-¿Porqué, sí me alegra verte aquí? Sabía que eras tú, sólo contigo puedo sentirme de esa manera.-¡Puedes callarte! - chillé, estaba molesta- esto fue una treta que organizaron Melanie y tú ¿Verdad?-No sé de qué estás hablando...-¿Ahora me dirás qué esto fue el destino?- pregunté sarcástica.-Pues creo que sí, el destino se ensaña con nosotros, nuestros cuerpos solo quieren estar juntos y no aceptan a otros.-Deja las ridiculeces Demián, esto fue planeado por ustedes.-Te aseguró que no fue así.-¡No me jodas, Demián Jhonson!- Ya lo hice - respondió con una sonrisa maliciosa.-Mejor me voy.Di vuelta, tomé la perilla de la puerta para escapar lo más pronto posible pero sentí que Demián me tomaba de la mano con fuerza.-Maña
Demián me siguió mirando sin decir una palabra, no podía descifrar su rostro, parecía en blanco, le supliqué, le rogué, hasta que lo vi levantarse de la cama y dirigirse a la puerta, mientras se colocaba una camisa que tomó de una silla.-¡Vete! -Es lo único que salió de su boca y me rompió el corazón en pedacitos.- ¡Demián, por favor tienes que comprenderme! - supliqué, mis piernas no aceptaban la orden de pararse, no quería irme así - estaba asustada...-... ¡Vete, Renne! - levantó la voz.-¿Es lo único que dirás?-¡Sí te digo lo que estoy pensando... terminaremos muy mal! ¡Vete! - gritó más molesto.Tuve que pararme, Demián seguía tomando la perilla de la puerta y me di cuenta que temblaba, estaba furioso, tanto que su mente frenaba sus impulsos para no hacerme daño.- Entonces creo que termi... - susurré, necesitaba saberlo, Demián me miró atravesado, con su mirada evitó que prosiguiera -¡Joder Demián! no entiendo nada, eres perr