Mis ojos se salieron de sus órbitas y casi caigo de espaldas al ver a Demián qué me sonreía mientras se sacaba el antifaz.
-¿Puedes borrar esa sonrisa de tu rostro?- masculle mordaz.
-¿Porqué, sí me alegra verte aquí? Sabía que eras tú, sólo contigo puedo sentirme de esa manera.
-¡Puedes callarte! - chillé, estaba molesta- esto fue una treta que organizaron Melanie y tú ¿Verdad?
-No sé de qué estás hablando...
-¿Ahora me dirás qué esto fue el destino?- pregunté sarcástica.
-Pues creo que sí, el destino se ensaña con nosotros, nuestros cuerpos solo quieren estar juntos y no aceptan a otros.
-Deja las ridiculeces Demián, esto fue planeado por ustedes.
-Te aseguró que no fue así.
-¡No me jodas, Demián Jhonson!
- Ya lo hice - respondió con una sonrisa maliciosa.
-Mejor me voy.
Di vuelta, tomé la perilla de la puerta para escapar lo más pronto posible pero sentí que Demián me tomaba de la mano con fuerza.
-Maña
Demián me siguió mirando sin decir una palabra, no podía descifrar su rostro, parecía en blanco, le supliqué, le rogué, hasta que lo vi levantarse de la cama y dirigirse a la puerta, mientras se colocaba una camisa que tomó de una silla.-¡Vete! -Es lo único que salió de su boca y me rompió el corazón en pedacitos.- ¡Demián, por favor tienes que comprenderme! - supliqué, mis piernas no aceptaban la orden de pararse, no quería irme así - estaba asustada...-... ¡Vete, Renne! - levantó la voz.-¿Es lo único que dirás?-¡Sí te digo lo que estoy pensando... terminaremos muy mal! ¡Vete! - gritó más molesto.Tuve que pararme, Demián seguía tomando la perilla de la puerta y me di cuenta que temblaba, estaba furioso, tanto que su mente frenaba sus impulsos para no hacerme daño.- Entonces creo que termi... - susurré, necesitaba saberlo, Demián me miró atravesado, con su mirada evitó que prosiguiera -¡Joder Demián! no entiendo nada, eres perr
Me levanté muy temprano y me dirigí al aeropuerto, tomé el primer vuelo a Toronto.Hice un plan de viaje infalible, debía llegar muy temprano, estar en la Corte a primera hora, entregar y recoger los papeles, hacer una visita de médico a mis padres y a mi hermano después tomaría el vuelo de vuelta a Alberta a las siete de la noche, nada podría fallar, era un plan de viaje perfecto y bien elaborado.Llegué al aeropuerto a tiempo para hacer mi checking, me senté a esperar para el abordaje, vi caer unos cuantos copos de nieve por la ventana, esos pocos se volvieron más y más hasta que por el altavoz advirtieron sobre nevada, los vuelos se retrasarían una o dos horas de acuerdo al temporal¡Joder! Perdería las primeras horas de la mañana, esto era un pelo en la sopa, mí perfecto plan se desmoronaba por mal tiempo.Dos horas después por fin pude abordar el avión, la nevada había parado después de media hora pero tuvieron que limpiar la pista y eso nos demor
En la mañana miré por la ventana se metía tímidamente la luz del sol, la noche había acabado y debía irme. Me puse de pie, Demián no estaba en la cama, escuché el agua correr, debió estarse duchando, así que pensé una o dos veces y decidí entrar, debía darme un duchazo para después volver al hotel para recoger mis cosas y salir al aeropuerto.-Buenos días - grité.-Entra Renne, estoy por terminar de ducharme.-Ok.Me saqué la camisa gris, entre a la ducha y Demián me abrazó por atrás, me di vuelta y lo abracé para besarlo.-Sí seguimos así no viajo hoy en la mañana.-No quiero que viajes - respondió besándome el cuello.-Sabes que debo volver - exclamé y me soltó molesto con el ceño fruncido - Demián trabajo allá...-¿No será por otro? - respondió mordaz. ¿por qué los celos?-¡Joder! Con el único imbécil que me acuesto por esa maldición es contigo -grité.-¿Maldición? Es absurdo.-Sí, debe ser absurdo ya que te
Llegamos a una casa en la zona más exclusiva de Toronto, por afuera no tenía nada distinto a otras casas de esa zona. Era una mansión enorme con fachada de piedra y la puerta principal de madera, Demián me tomó de la mano después de salir de su BMW y caminamos juntos hasta el gran portón.La verdad es que estaba muy ansiosa, hasta podría decir asustada, pero Demián me daba seguridad con sólo una sonrisa.-¿Lista? - preguntó antes de tocar la puerta.-¿Crees que es una buena idea?-¿Me preguntas ahora que ya estamos en la puerta? - preguntó burlón con una sonrisa en los labios.-No me dejaras sola ¿Verdad?-Nunca lo hice y nunca lo haré - me apretó la mano con fuerza y después la beso - deja la cara de susto, Renne, no estamos yendo a una casa embrujada...-...Pero...-...No te voy a obligar a nada, yo no necesito nada de esto para poderte dar placer, sí no quieres, nos metemos en un privado y te saco ese vestido que ya tengo ganas de s
-¿No crees que esos temas los deberíamos hablar en otras circunstancias? - preguntó a regañadientes, se paró y empezó a vestirse.-¿Estás molestó? - pregunté nerviosa.- Vístete Renne, debemos hablar y no lo haremos acá...No dijo más, reinó el silencio en ese privado, me levanté y comencé a vestirme. Qué buen momento habíamos pasado y fui a arruinarlo todo con mi gran bocota, no sé cómo tomaríamos el tema o que me diría, pero sabía que sería muy difícil para ambos.Subimos al BMW, no teníamos cara de haber pasado una feliz velada, teníamos cara de molestia y preocupación. Seguimos en nuestro silencio eterno mientras íbamos en el auto y sinceramente no me gustaba para nada, necesitaba hablar, así que rompí el hielo casi unos diez minutos antes de llegar a su departamento.- Mañana me iré muy temprano y son más de las dos de la mañana...-...Como te prometí, te dejaré en el aeropuerto exactamente a la hora que debes abordar - respondió torpe
Melanie intentó convencerme de que le cuente a Demián sobre el bebé pero no lo logró e hice que prometiera que no debía hablar del tema con nadie.No quería que supiera de mi embarazo, por el momento, porque sabía que no me permitiría ni siquiera estar estos dos meses en Alberta, lo conocía bastante bien para saber cuál sería su posición en todo esto, sé que él no sé metería con mí trabajo pero sé también que quiere estar a mi lado y no me dejaría terminar los pendientes que tengo en Alberta.Tuve que alejarme, no porque quería sino porque tenía que poner el trabajo primero, dos meses más para irme a Toronto, tenía encima mucho trabajo por delante, llegaba tarde y me levantaba muy temprano para solucionarlo todo y eso me impedía hablar con él. Además no me sentía nada bien, es
Tuve que apurarme con la venta de mi departamento y todo lo demás, fueron dos semanas de locura. Estuve pensando que era mejor evitar problemas con Demián e irme después del juicio a Toronto, todavía no sabía cómo se comportaría con la noticia del bebé. Quizás nunca debí ocultárselo pero fue por mi trabajo, siempre fui muy responsable y habíamos quedado en algo.Día antes de viajar, me encontraba en mí oficina, preparando mi discurso para el juicio, Richard me ayudaba con los últimos toques.-¿Renne, mañana te vas?- Sí, Richard.-¿Lo tienes todo listo?- Casi todo, la mudanza debe venir a recoger mis cosas, después del juicio.-¿Lista para casarte?-Creo que estuve lista para eso desde que me enamoré de Demián cuando era una niña de 14 años.
Demián se había ido hace una hora y no paraba de llorar, sabía que me había equivocado pero me dolía, no pensé en las consecuencias aunque me habían advertido.Me dormí llorando agazapada en el mullido sillón del living, un trueno me hizo saltar de mi letargo, ¿Qué hora era? Vi el reloj, eran más de las cuatro de la mañana, busqué por todo lado a Demián, pensando que había vuelto, pero no pude encontrarlo.Afuera se escuchaban truenos y el firmamento se iluminaba cada vez que caía un rayo, el sonido de la lluvia empezó a golpetear las ventanas, decidí qué debía buscarlo y suplicar, si era necesario, perdón.Me puse una chamarra y salí del departamento aunque el cielo se caía a mí alrededor, caminé por las calles sin rumbo fijo por un largo tiempo sin encontrarlo por ningún lado, me di por vencida y me senté en una banca de la calle, intenté pensar donde podía encontrar a Demián.Me recordé de una tarde que nos habíamos peleado, hizo lo mismo, desapareció por