Melanie mi amiga de toda la vida llegó a mi departamento después de que Demián salió como alma que lleva el diablo de mi departamento.
Necesitaba sacar de mi pecho ese secreto que estaba evitando que mi vida siguiera adelante. Deseaba volver con él pero ese secreto y mi conciencia no me lo permitían. Lloré me deprimí, mientras entre lágrimas le contaba a Melanie todo.
-¡Díselo! - exclamó después de escuchar toda mi perorata - termina con la maldición que ese secreto conlleva.
-No es tan fácil - exclamé con tristeza.
-Es fácil, Renné, lo ocultaste por seis años, el hizo todo por ti para verte y estar contigo, lo bateaste cada vez que te enviaba una bola curva...no puedes negar lo inminente, lo amas y él a ti, entre ustedes no hay costumbre, es un amor que pasa de lo normal y debe realizarse... sí diciendo ese tu secreto rompes con la maldición que los mantiene dando vueltas en este círculo vicioso, entonces hazlo.
-Es qué...no sé cómo responderá, puede que me odie.
-Puede...como puede que no, no lo sabrás si sigues así...
- Melanie, es muy difícil...
-Lo sé pero rompe el ciclo, tienes que pensarlo bien.
-Está bien...- suspiré rendida " sabía que tenía que hacerlo, en algún momento" - Lo haré.
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¿Sí me preguntan si lo pensé?, pues sí, lo pensé por unos dos años y en esos dos años di vueltas en el teléfono y en la PC tentada a hablar con Demián, pedirle que vaya a mi departamento y hablar de lo que tenía en mi pecho guardado, pero no lo hice, tantas veces me animaba, como tantas veces me acobardaba de hacerlo.
De acuerdo a Melanie y a mi hermano, Demián se dedicó a estudiar y a sacar una perfecta carrera de abogado, cero novias, cero diversiones, para todos se había convertido en un monje.
Para mí era la maldición de la que Melanie había hablado, lo había apresado en ese círculo vicioso, en que ni él, ni yo podíamos estar con otras personas, en el que él ni yo podíamos gozar de otros cuerpos y saciar nuestros instintos más obscuros y perversos con otras personas.
Pasaba mis noches entre mi cama, pensando sólo en él y en la forma en que la que me tomaba entre sus brazos, ese calor me obligaba a tocarme, me llevaba yo misma a un clímax pero con la mente en Demián, Demián era el que me tocaba, Demián era el que me poseía, Demián era quien me hacía llegar al Nirvana con la perfección de sus movimientos dentro mi cuerpo.
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El teléfono me hizo saltar, una mañana, de la cama, ¿Quién coños llama a esta hora?-¿Quién? - gruñí furiosa.
-Hermanita, ¿así le contestas a tu hermano favorito al teléfono?
-Jeremy, son las seis de la mañana, ¿Que carajos quieres?
-¿Qué te fuiste de juerga anoche por eso andas como la niña del exorcista?
-Y a ti que coños te interesa... habla de una vez para que vuelva a dormir.
-Qué carácter el que te gastas a las seis de la mañana - todavía el imbécil se viene a matar de risa por el teléfono.
-¡Joder Jeremy! O me dices que demonios quieres o te cuelgo el teléfono y me vuelvo a dormir.
-Está bien, está bien...pero que gruñona... Te llegará en estos días el pasaje y la invitación a mi boda... cuidado que se te ocurra faltar, no te perdonaré en mi vida.
-¿Te casas? ¿Cuándo pasó eso?
-Cuando te fuiste al otro lado del país hace ocho años.
-Ok, obvio que no faltaré a tu matrimonio.
-Tienes que estar acá máximo una semana antes de la ceremonia, hay un montón de cosas que debes hacer y no permitiré que las pierdas, si no te da la gana de casarte pues a mí sí y no permitiré que arruines las cosas, así que harás lo que yo te diga.
-No me encachufes a tu amigo.
-Muy graciosa, no necesitaré encachufartelo, lo harás tu sola, hermanita, puedo apostar toda mi fortuna.
-Tú eres el gracioso...
-Veremos qué pasa, avísame cuando te lleguen las cosas que te envié y quiero verte en fecha fijada, sino te traigo a rastras...ahora sigue durmiendo monstruo.
-¡Ese lo serás tú!- chilló y cuelgo el teléfono.
Está bien nunca creí que Jeremy se casará antes que yo pero lo estaba haciendo, sabía que debía ver a Demián, tal vez había llegado el momento de decir lo que estaba ocultando.
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Una semana después llegué de vuelta a Toronto, no había pisado mi ciudad desde qué me había ido embarazada, asustada y confundida, parecía un fugitivo que volvía a su ciudad natal después de haber escapado por toda su vida.Mi madre y mi padre hicieron fiesta al verme, me dieron millones de besos y celebraron como si la hija pródiga volvía a su casa.
La verdad es que estaba con mucho miedo de encontrarme con Demián, así que lo intenté evitar la semana entera, me dediqué a ayudar en los preparativos de la boda metida en el auto de mis padres.
El jueves por la noche, Melanie me sacó, literalmente a rastras, de mi casa.
-Iremos a una fiesta y no quiero más remilgos de tu parte.
-¡Joder, Melanie!, tengo miedo encontrarme con Demián....
-Toronto no es un pueblo, Renne, es una metrópoli con millones de personas, ¿crees que Demián irá a esa fiesta exactamente?
-Con mi suerte, creo que sí.
-Pues donde estamos yendo no lo creo.
Llegamos a una casa grande y llena de árboles con colores otoñales. La verdad es que no quería estar ahí, no solo por Demián, sino porque no conocía a nadie y no me llevaba muy bien con los extraños.
Al comienzo, la fiesta era normal, tomé unos tragos y no porque quería sino porque estaba muy ansiosa, me levanté del asiento y fui a fumar en el patio de la casa, mientras le daba una bocanada a mi cigarro, una visión pasó a unos metros de mí, con chaqueta negra de cuero y las manos en el bolsillo, entró por la puerta sin mirar a ningún lado, boté la colilla de cigarro casi a la mitad y velozmente volví dentro la casa, busqué con la mirada a todo lado pero no vi nada ¿Estaba loca? Estoy segura de lo que vi.
-¿Dónde estabas? - inquirió Melanie tomándome del brazo.
-Estaba afuera fumando -respondí todavía buscando con la mirada a mi visión -dime, ¡que no estoy paranoica! - exclamo suplicante.
-¿Porque?- preguntó Melanie ajena a mi estado.
-Es que vi a...
-Hermana, estás completamente paranoica, sí piensas que viste a ese "alguien", nadie que conozcamos pasó por aquí...
-...Pero yo vi a...
-En tu imaginación...- inquirió tajante- ¡ya, vamos a jugar...!
-... ¿Jugar? ¿Qué?
-Está bien... acepto, vinimos acá para que rompas con tu maldición...
-No te entiendo...
- Es un juego, tendremos sexo con disfraces- la miré pálida lívida y bruta, ni en mis sueños más locos estaba follar con un completo desconocido.
-¡Eso no pasará! - chille, tomé mi bolso e intenté dar unos pasos para poder salir de la casa.
-Renne quédate, rompe tu maldición, si te acuestas con alguien lo harás y seguirás con tu vida.
-Prefiero contarle a Demián lo que hice... a acostarme con un completo desconocido.
-Sé lo dirás, es el siguiente paso pero hoy comenzaremos con el primero.
Melanie me llevó al centro de la pista casi a empujones, sacó un antifaz negro muy adornado de la bolsa y me lo colocó, mientras lo hacía observé a varias chicas emocionadas esperando a mi lado, ¿no entendía que buscaban con tanta emoción?
Pude observar mejor la casa y me di cuenta que había varias puertas en toda la pared y me puse más nerviosa, deseaba escapar pero Melanie me tomaba del brazo con mucha fuerza.
-Bueno chicas, diviértanse - exclamó un muchacho con antifaz negro - cómo saben muchas y lo repito para las nuevas, no se sacarán los antifaces hasta el final y cuando nosotros encendamos las luces de los cuartos, ahí podrán conocer al muchacho que les dio tanto placer.
-¡Están locos! - exclamé con desesperación.
-¡No! - Melanie susurro en mi oído deteniéndome para que no escape como venado asustado - tan sólo déjate llevar, es un juego, te cuidaras, hay todo para que tengas un encuentro sexual seguro en el cuarto.
-O sea ¿Está no es tu primera vez aquí?
-Amiga, yo vengo cada vez que hacen fiesta, soy cliente habitual -Melanie me dejó con la boca abierta y lo único que hizo fue guiñarme el ojo con tranquilidad- te dejé mi lugar, está vez, sólo por qué te quiero.
-Hay que linda que eres, amiga - exclamé con sarcasmo.
-Tú solo disfruta del momento.
Observé cómo las chicas entraban a los cuartos y Melanie me dio un empujón cuando fue mi turno, temblorosa y asustada, entré por esa puerta, todo estaba en penumbras, no podía ver nada más que sombras y siluetas. Decidí pedir disculpas al susodicho y correr despavorida, esto no es para mí.
-Hey - escuché y quedé petrificada, era la voz de un muchacho, muy sensual por lo que pude escuchar.
-Hey... -respondí - disculpa, mi amiga me metió en este jueguito y no estoy muy segura de hacerlo, pero ni de esto, así que...
Sentí como unos brazos fuertes me aseguraban a su cuerpo y me planteaban tal beso que me dejó sin voluntad de seguir disculpándome, esos labios, esa boca y ese olor me causaban el mismo efecto que Demián lo hacía, ¡Tal vez esto era una buena idea, después de todo!
Dejó mi boca después de haberla explorado completa, corrió a mi cuello, siguió besando con la misma intensidad, daba mordidas deliciosas que hacían que pierda el piso, mi blusa voló por los aires, después fue mi sostén, sentí sus labios en mis pezones, estaba derretida con cada movimiento de su boca, me manejaba de tal manera que había perdido toda conciencia. Vi como desaparecía de mi perspectiva, solo sentí como mi pantalón y mis bragas bajaban por mis piernas, sin pensar y sin dar órdenes consientes a mi cuerpo, levanté los pies para facilitar su tarea, cuando lo hizo inconscientemente abrí las piernas para que él se metería, sentí sus labios, sus besos, su lengua en cada pliegue de mi sexo, tomé de su cabello mientras él seguía sin dar tregua a mi placer, siguió y siguió hasta que sentí como me iba en su boca, todavía extenuada vi que volvía a aparecer en frente mío, su sombra se dibujaba en la penumbra, se introdujo dentro mío y comenzó a moverse a su antojo, lo único que pude hacer era apretarme a su cuerpo, ya que no respondía. Perdí la noción del tiempo en sus brazos, mi cerebro dejó de pensar, nunca creí que tener sexo con un extraño iba a ser tan gratificante.
Cuando por fin nuestros cuerpos terminaron, me abracé cansada a su cuerpo, ahí volví a la tierra, comencé a escuchar barullo afuera, las luces se irían encendiendo, ¿con quién coños había follado? Ahí me asusté, me solté y comencé a recoger mi ropa y ponérmela con rapidez.
Seguía con el antifaz, se supone que me la sacaría cuando la luz se encendería.
Tragué saliva, cerré los ojos, la luz se encendió, conté hasta diez y los abrí sacándome el antifaz.
-¡Joder! - exclamé al ver a mi acompañante sexual.
Mis ojos se salieron de sus órbitas y casi caigo de espaldas al ver a Demián qué me sonreía mientras se sacaba el antifaz.-¿Puedes borrar esa sonrisa de tu rostro?- masculle mordaz.-¿Porqué, sí me alegra verte aquí? Sabía que eras tú, sólo contigo puedo sentirme de esa manera.-¡Puedes callarte! - chillé, estaba molesta- esto fue una treta que organizaron Melanie y tú ¿Verdad?-No sé de qué estás hablando...-¿Ahora me dirás qué esto fue el destino?- pregunté sarcástica.-Pues creo que sí, el destino se ensaña con nosotros, nuestros cuerpos solo quieren estar juntos y no aceptan a otros.-Deja las ridiculeces Demián, esto fue planeado por ustedes.-Te aseguró que no fue así.-¡No me jodas, Demián Jhonson!- Ya lo hice - respondió con una sonrisa maliciosa.-Mejor me voy.Di vuelta, tomé la perilla de la puerta para escapar lo más pronto posible pero sentí que Demián me tomaba de la mano con fuerza.-Maña
Demián me siguió mirando sin decir una palabra, no podía descifrar su rostro, parecía en blanco, le supliqué, le rogué, hasta que lo vi levantarse de la cama y dirigirse a la puerta, mientras se colocaba una camisa que tomó de una silla.-¡Vete! -Es lo único que salió de su boca y me rompió el corazón en pedacitos.- ¡Demián, por favor tienes que comprenderme! - supliqué, mis piernas no aceptaban la orden de pararse, no quería irme así - estaba asustada...-... ¡Vete, Renne! - levantó la voz.-¿Es lo único que dirás?-¡Sí te digo lo que estoy pensando... terminaremos muy mal! ¡Vete! - gritó más molesto.Tuve que pararme, Demián seguía tomando la perilla de la puerta y me di cuenta que temblaba, estaba furioso, tanto que su mente frenaba sus impulsos para no hacerme daño.- Entonces creo que termi... - susurré, necesitaba saberlo, Demián me miró atravesado, con su mirada evitó que prosiguiera -¡Joder Demián! no entiendo nada, eres perr
Me levanté muy temprano y me dirigí al aeropuerto, tomé el primer vuelo a Toronto.Hice un plan de viaje infalible, debía llegar muy temprano, estar en la Corte a primera hora, entregar y recoger los papeles, hacer una visita de médico a mis padres y a mi hermano después tomaría el vuelo de vuelta a Alberta a las siete de la noche, nada podría fallar, era un plan de viaje perfecto y bien elaborado.Llegué al aeropuerto a tiempo para hacer mi checking, me senté a esperar para el abordaje, vi caer unos cuantos copos de nieve por la ventana, esos pocos se volvieron más y más hasta que por el altavoz advirtieron sobre nevada, los vuelos se retrasarían una o dos horas de acuerdo al temporal¡Joder! Perdería las primeras horas de la mañana, esto era un pelo en la sopa, mí perfecto plan se desmoronaba por mal tiempo.Dos horas después por fin pude abordar el avión, la nevada había parado después de media hora pero tuvieron que limpiar la pista y eso nos demor
En la mañana miré por la ventana se metía tímidamente la luz del sol, la noche había acabado y debía irme. Me puse de pie, Demián no estaba en la cama, escuché el agua correr, debió estarse duchando, así que pensé una o dos veces y decidí entrar, debía darme un duchazo para después volver al hotel para recoger mis cosas y salir al aeropuerto.-Buenos días - grité.-Entra Renne, estoy por terminar de ducharme.-Ok.Me saqué la camisa gris, entre a la ducha y Demián me abrazó por atrás, me di vuelta y lo abracé para besarlo.-Sí seguimos así no viajo hoy en la mañana.-No quiero que viajes - respondió besándome el cuello.-Sabes que debo volver - exclamé y me soltó molesto con el ceño fruncido - Demián trabajo allá...-¿No será por otro? - respondió mordaz. ¿por qué los celos?-¡Joder! Con el único imbécil que me acuesto por esa maldición es contigo -grité.-¿Maldición? Es absurdo.-Sí, debe ser absurdo ya que te
Llegamos a una casa en la zona más exclusiva de Toronto, por afuera no tenía nada distinto a otras casas de esa zona. Era una mansión enorme con fachada de piedra y la puerta principal de madera, Demián me tomó de la mano después de salir de su BMW y caminamos juntos hasta el gran portón.La verdad es que estaba muy ansiosa, hasta podría decir asustada, pero Demián me daba seguridad con sólo una sonrisa.-¿Lista? - preguntó antes de tocar la puerta.-¿Crees que es una buena idea?-¿Me preguntas ahora que ya estamos en la puerta? - preguntó burlón con una sonrisa en los labios.-No me dejaras sola ¿Verdad?-Nunca lo hice y nunca lo haré - me apretó la mano con fuerza y después la beso - deja la cara de susto, Renne, no estamos yendo a una casa embrujada...-...Pero...-...No te voy a obligar a nada, yo no necesito nada de esto para poderte dar placer, sí no quieres, nos metemos en un privado y te saco ese vestido que ya tengo ganas de s
-¿No crees que esos temas los deberíamos hablar en otras circunstancias? - preguntó a regañadientes, se paró y empezó a vestirse.-¿Estás molestó? - pregunté nerviosa.- Vístete Renne, debemos hablar y no lo haremos acá...No dijo más, reinó el silencio en ese privado, me levanté y comencé a vestirme. Qué buen momento habíamos pasado y fui a arruinarlo todo con mi gran bocota, no sé cómo tomaríamos el tema o que me diría, pero sabía que sería muy difícil para ambos.Subimos al BMW, no teníamos cara de haber pasado una feliz velada, teníamos cara de molestia y preocupación. Seguimos en nuestro silencio eterno mientras íbamos en el auto y sinceramente no me gustaba para nada, necesitaba hablar, así que rompí el hielo casi unos diez minutos antes de llegar a su departamento.- Mañana me iré muy temprano y son más de las dos de la mañana...-...Como te prometí, te dejaré en el aeropuerto exactamente a la hora que debes abordar - respondió torpe
Melanie intentó convencerme de que le cuente a Demián sobre el bebé pero no lo logró e hice que prometiera que no debía hablar del tema con nadie.No quería que supiera de mi embarazo, por el momento, porque sabía que no me permitiría ni siquiera estar estos dos meses en Alberta, lo conocía bastante bien para saber cuál sería su posición en todo esto, sé que él no sé metería con mí trabajo pero sé también que quiere estar a mi lado y no me dejaría terminar los pendientes que tengo en Alberta.Tuve que alejarme, no porque quería sino porque tenía que poner el trabajo primero, dos meses más para irme a Toronto, tenía encima mucho trabajo por delante, llegaba tarde y me levantaba muy temprano para solucionarlo todo y eso me impedía hablar con él. Además no me sentía nada bien, es
Tuve que apurarme con la venta de mi departamento y todo lo demás, fueron dos semanas de locura. Estuve pensando que era mejor evitar problemas con Demián e irme después del juicio a Toronto, todavía no sabía cómo se comportaría con la noticia del bebé. Quizás nunca debí ocultárselo pero fue por mi trabajo, siempre fui muy responsable y habíamos quedado en algo.Día antes de viajar, me encontraba en mí oficina, preparando mi discurso para el juicio, Richard me ayudaba con los últimos toques.-¿Renne, mañana te vas?- Sí, Richard.-¿Lo tienes todo listo?- Casi todo, la mudanza debe venir a recoger mis cosas, después del juicio.-¿Lista para casarte?-Creo que estuve lista para eso desde que me enamoré de Demián cuando era una niña de 14 años.