Hoy llegué temprano al trabajo, me detengo y me bajo de la biblioteca para guardarla en el área de descarga del restaurante, entró por la puerta trasera y me voy al baño de empleados a quitarme el pantalón y ponerme la falda.
*No puedo creer que me tengo que estar cambiando solo por qué no es bien visto que una mujer use pantalones pero no dicen nada cuando un hombre anda de mujeriego.
Doy un largo suspiro para terminar y poder salir saludo a mis compañeros de trabajo y me contestan con amabilidad y voy a mi área de trabajo para comensar a lavar los platos.
-Buenos días Fhilip.
-Buenos días Amber, como estás.
-Bien no hay nada de que quejarse y tu.
-Bueno solo tengo desgracias, ya sabes que no tengo nada de suerte en esta vida.
-Sigues con vida eso es ganancia.
-Si tú lo dices.
Filip terminar de lavarse las manos y se va a la estufa mientras sigo lavando los platos que me traen.
*Cómo quisiera tener un puesto un poco mejor pero para mí mala suerte soy mujer y aparte no soy de este país.
El sonido de un bullicio me trae a la realidad volteo a la puerta de ella cocina y miro a todos reunidos intentando ver por la pequeña ventana circular de la puerta, me aserco para intentar ver algo pero solo puedo ver espaldas.
*Maldigo el día que me quedé tan chaparra.
Miro a mi izquierda y veo la solución, sonrió y le hablo con una voz dulce.
-Filip me podrías decir que esta pasando afuera en las mesas.
-Llegaros unos comensales muy exigentes y peligrosos Angel y Alfred Eichmann.
Pongo cara de insertidumbre y also una ceja, al parecer Filip entiende y me explica quienes son.
-Alfred es un agente del gobierno con el no hay problema pero el peligro es Angel el era un general de alto rango en las unidades nazis.
-Y eso que no termino asé como 7 años y además yo escuché que los avían arrestados para enjuiciarlos.
-Si pero su familia es una de las mas adineradas y poderosas del país solo fue encerrado 2 años y luego lo dejan en libertad, actualmente vive con su hermano deben de haber vuelto de Berlín.
-Entonces están asustados, impresionados o conmocionados, no entiendo solo son dos personas, su uno de ellos fue un general en su tiempo he iso cosas horribles o no, solo es un comensal más y ya.
Uno de los cocineros principales se acerca a mi y me responde en un tono burlón.
-Y tú qué vas a saber solo eres una extranjera, el es una persona horrible, detestable y ninguno de nosotros está dispuesto a rebajarse a servirle, los meseros ni siquiera se le han quieren acercar, han estado evitando su mesa durante los últimos diez minutos.
-Nadie lo atendido vaya que profesionales y que valientes hombres tenemos en este restaurante, es un comensal más.
-Entonces no le tienes miedo.
-Claro que no.
-Bueno entonces atiéndelo tú.
-No puedo solo soy la lavaplatos no soy mesera.
-Pero por hoy lo serás.
Esa voz ronca es de Edward el dueño del restaurante un hombre regordete, de cabello castaño y de ojos azules, sale de su oficina y me mira con una sonrisa.
*Esto no me gusta.
-Por lo visto que eres la única valiente que dice que no le tiene miedo usted le va atender hoy señorita Amber cierto.
-Sí, así es señor.
-Bueno que alguien le dé un delantal, un par de menudos a la señorita veamos si puede sostener sus palabras.
*Tengo unas ganas de golpearle el rostro, no me gusta que me subestimen pero por obvias razones no lo puedo hacer.
Me pongo un delantal, tomo un menú y me dirijo a la mesa, siento la mirada de los demás en mí no sé si es porque soy mujer y estoy dando servicio como mesera o por mi estatura, llego a la mesa, me aclara la garganta y doy mi mejor sonrisa aunque sea falsa.
-Buenas tardes caballero, mi nombre es Amber y seré su mesera de hoy, aquí están los menús, quiere que vaya por algún vino o quieren ordenar ya.
Los dos hermanos me mira el más bajo de estatura me regaló una sonrisa y toma un menu es rubio y de ojos azules, el más alto toma uno y ni siquiera me dirige la mirada es rubio platinado y creo que tiene los ojos grises, tomo las órdenes, los menús y me retiro al llegar a la cocina todos me miran y les doy la orden.
Ángel.Mi hermano ha insistido en que quiere salir a comer conmigo yo me reusado ya que la última vez que salimos intentaron envenenar, malditas personas son cobardes que intentan matarme sin darme la cara pero no me van a vencer tan fácil, llegamos al restaurante elegido por mi hermano y tomamos una mesa, tardan en venir atendernos, no es novedad pero al tiempo se acerca una mujer bajita, bajita es poco creo que me llegaría al ombligo, creo que es rubia con los ojos verdes, no le doy mucha importancia y parecer que no me tiene miedo, no tartamudean ni está temblando la abran obligado a atendernos no lo sé me da igual toma nuestras órdenes y se retira, yo y mi hermano intentamos hacer una conversación cosas triviales pero puedo escuchar los murmullos de las demas personas y sus miradas en mi espalda, volteo y les doy una mirada fría que los hace callar, me encanta que las personas me sigan teniendo miedo a l
Amber.Los días han pasado y yo sigo trabajando donde mismo, día tras días la misma historia llegó me pongo la falda, lavo los platos, se acaba mi turno me pongo el pantalón y me voy en mi bicicleta a mi departamento y al dia siguiente es lo mismo, estoy ida en mis pensamientos mirando la espuma provocada por el jabón en el agua de los trastes sucios cuando alguien me toca el hombro y me hace saltar en mi lugar, volteo muy asustada y es de nuevo el dueño de restaurante el señor Edward.-Dios mío señor qué susto me dio.-Discúlpame pero necesitamos otra vez tus servicios como camarera.-Disculpe señor sí le paresco muy entrometida pero por qué.-Bueno volvió sierto comensal.Lo pienso un poco y viene a mi mente otra vez ese molesto y odioso rubio platinado y digo un gran.-Ooooh y déjeme adivinar nadie lo quiere atende
Amber.Los días pasan y se hacen semanas y las semanas se hacen meses y este maldito llamado Ángel sigue viniendo y como nadien más lo quiere atender me toca lidiar su mal genio y soportar sus malditos insultos, estado tentada un parde veces en darle unas buenas bofetadas del coraje y a él le produce gracia hacerme enojar ya que lo veo cómo se ríe con satisfacción es un maldito infeliz.Hoy llego con unos papeles que ponen en la mesa en una carpeta y solo ordena dos cafés negros tal vez espera alguien más llegó y le deposito su café enfrente y el otro cerca, tal vez llegará después su hermano y decido irme antes de que él venga ya que a él si le tengo miedo pero su voz me detiene.-Dime a quién mataste.Eso hace que mi pulso se acelere y volteo a verlo dicinulando que estoy nerviosa.-De qué habla señor yo nunca he matado a
Amber.No puedo creer que este maldito imbécil sepa de mi pasado tendré que seguir soportando lo y atender lo mejor que pueda para que no valla a decir nada de eso o tener que deshacerme de el aunque no creo que sea tan fácil siempre va acompañado de un guardaespalda pero que estoy diciendo tengo que alejar esos pensamientos de me mente, estoy terminando de lavar los platos y me vuelven hablar, doy un suspiro ya que tendré que verle la cara de nuevo, ya me an dado un sobrenombre la sirvienta del nazi parece que no se les pudo ocurrir algo más inteligente aunque es directo, insultante les doy un punto por eso, voy y para mí sorpresa llegó con una chica.-Wow al parecer trajo su novia interesante tal vez se comporta un poco mejor esta vez.Llegó y saludo como siempre cordialmente.-Hola buenas tardes aquí les dejaré los menús quieren un vino o alguna bebida en lo que m
Amber.Cuando me acerco a la mesa escucho como al parecer están discutiendo, no me sorprende al tener un novio tan ojete y vale madres cómo ese imbécil que está sentado al lado de ella yo también tubiera problemas con solo verle la cara de estúpido, ganas de tirar le la comida ensima pero la mujer al parecer lo termina, al levantarse y pasarme por un lado me re empuja haciendo que la charola se me venga encima, escucho como ese maldito desgraciado se está riendo de mí y luego intentar ayudarme a levantar, esta imbécil sí cre que voy a aceptar su ayuda, golpeó su mano me terminó de levantar sola y empiezo a recoger los pedazos de platos y comida del suelo cuando escucho que alguien me habla y es Edward el dueño del lugar.-Disculpe señor Ángel yo arreglo estoTomo la bandeja y el me mete a la cocina del brazo.-Me podés decir qué car
Ángel.Estoy comiendo y siento su mirada en mí desde hace rato, also la mirada y efectivamente me está mirando mientras come, tiene una cara de fastidio qué se mira a gran distancia, qué felicidad al parecer está llegando a su límite.-Qué algun problema señorita Amber.-No ninguno señor Ángel solo que se extraño comer con un genocida.Vaya va a comenzar a insultarme.-No soy un genocidio señorita yo solo cumplía órdenes.-Si eso hace que pueda dormir en paz dígaselo hasta el día que fallezca señor.Doy una risa nasal, más tarde intento aser una conversación un poco normal ya que siento las miradas de los demás comensales alrededor de nosotros no sé si es por mí o por el hecho de que prácticamente le pague para que comiera conmigo, no es que me agrade su compañ&i
Amber.Ángel sigue viniendo y como siempre me pide que pruebe su comida hasta cuándo va a dejar de desconfiar que lo estamos envenenando aunque si yo fuera él ni siquiera saldría de mi casa y mucho menos a comer, dicen que es de una familia pudiente supóngo que a de tener servidumbre que la prepare mejor comida que la de aquí, a su gusto y sin estarle viendo la cara a nadie, hay a quién engañó lo que quiero es que me deje de joder, cada vez que lo atiendo me insulta aunque últimamente le estoy devolviendo los insultos pero de una forma amable ya que no quiero que me despidan.Estoy en el trabajo y como siempre lo atiendo de buen humor.-Buenas tardes señor Ángel desea ver el menu aunque creo que ya se lo sabe de memoria.-Sí, sí me lo sé y esta vez solo quiero una rebanada de pastel y un café de casualidad no tendrán el periódico d
Ángel.Hoy como muchas de las noches tengo insomnio ya son las 11:30 de la noche y no he podido dormir así que decidió dar un paseo en el auto y como Nicolás está dormido son de las pocas veces que puedo salir solo y armado ya que es por mí seguridad, conduzco sin rumbo por la ciudad y miro a una mujer usando una gabardina guinda bastante pequeña y la reconozco de inmediato mi mesera, voy a conducir cerca de ella para mojarlo con alguno de los charcos que ha dejado la lluvia de hoy pero me doy cuenta como un tipo se le acerca y al parecer está diciendo palabras que no son de su agrado se ve por la expresión de su cara, no muestra otra cosa más que odio y desprecio por el hombre parado enfrente de ella, los observó esperando que ella se vaya pero para mí sorpresa el hombre intenta tocar su mejilla Amber aparta su mano y le da un puñetazo en el estómago que lo hace doblar y le da u