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CAPÍTULO 6: Adiós, mi tonto extraño

Nahya

Los camarógrafos fueron los últimos en irse. Miré la hora en mi reloj: 11:30 p. m. Estaba completamente agotada. Lo único que me mantenía en pie era el consuelo de que mañana sería sábado. ¡Por fin! Sábados y domingos, días libres, al fin y al cabo. No obstante, mientras terminábamos de limpiar y dejar todo en orden, había algo que no podía quitarme de la mente: lo que había pasado hoy. ¡Casi me besa!

Inconscientemente, me llevé los dedos a los labios, reviviendo el momento. Su cercanía, su mirada, y el modo en que el mundo pareció detenerse… No podía evitar preguntarme cómo habría sido si no nos hubieran interrumpido.

Flashback

Lo vi dirigirse hacia la puerta y suspiré. Flor, quien siempre estaba atenta a mis reacciones, me miró con expresión dudosa. Pero yo sólo podía pensar en una cosa: ¿Por qué me afectaba tanto no haberme despedido de él? Estaba por irme a la cocina cuando el carraspeo de Flor me detuvo.

Al girarme, lo vi de nuevo. Me quedé en un pequeño trance, incapaz de reaccionar. Antes de que pudiera procesarlo, sentí su cálido abrazo, y sin pensarlo, lo correspondí. Me envolvió una sensación de seguridad que no había experimentado en años.

—Nos vemos pronto, Nahya —dijo, con una sonrisa que derretía hasta al corazón más duro. Luego, me dejó un suave beso en la frente y salió corriendo.

—Adiós, mi tonto extraño —susurré, sintiendo que mi corazón también había salido corriendo con él.

Fin del flashback

Cuando terminamos de limpiar, Francis nos felicitó emocionada por el trabajo. Flor y yo nos dirigimos hacia su auto, listas para irnos a casa. Pero antes de entrar, Flor me detuvo con una pregunta.

—Nahya, soy tu mejor amiga, te conozco demasiado bien. Algo pasó entre ustedes, ¿verdad? ¿Algo que contar?

Suspiré, aceptando mi derrota.

—Casi me besa… —Flor guardó silencio, esperando que continuara—. Y lo raro es que no me dio pánico. Flor, solo sentí…

—…Mariposas en el estómago.

—Creo que sí.

Me sonrió con complicidad y me abrazó.

—¿Sabes qué? —negué con la cabeza, mientras esperaba su respuesta—. Hoy me quedo contigo. Así no andas sola por ahí.

Asentí, agradecida. Caminamos en silencio hasta mi residencia. Al llegar a la puerta, mi celular vibró por un mensaje nuevo.

Número desconocido: Si antes pensaba en ti, ahora lo haré con mucha más razón.

Flor, que estaba sobre mi hombro leyendo el mensaje, sonrió de oreja a oreja.

—¿Qué? Vamos, Nahy, tenía que hacerlo. Además, ya no sois unos extraños cualquiera. Te gusta, y a él le gustas tú. ¡Acéptalo!

«Acepta eso»

Suspiré, derrotada. Entramos al apartamento, y gritando desde la entrada para que Jimena nos escuchara, anuncié que habíamos llegado. Nos dirigimos a mi habitación y me dejé caer en la cama, agotada. Flor, después de un baño rápido, se quedó dormida al instante. Yo también me metí a la ducha mientras recapitulaba el día de hoy. Desde enterarme quien es realmente ese chico loco, hasta el momento en casi me besa, Salí de la ducha para colocarme mi pijama, me recosté en mi cama y finalmente me rendí al sueño.

El sonido de mi nombre a lo lejos y unas suaves palmadas en mi mejilla me hicieron reaccionar.

—¡Nahya! —gritó Jimena, haciéndome saltar de la cama.

Flor y yo nos levantamos al mismo tiempo. Imagino que parecíamos un par de espantapájaros recién salidos del granero. Me froté la cara tratando de acostumbrarme a la luz del cuarto mientras Jimena nos miraba con una mezcla de entusiasmo y exasperación.

—¿Puedes explicarme qué hace el guapísimo actor Tyler Flakertic tirando piedras a mi ventana pensando que era la tuya?

—¿Qué? —grité, mientras Flor se levantaba con rapidez.

Miré el reloj en mi teléfono: ¡las 6:00 a. m.! Un sábado. ¿Qué demonios estaba haciendo aquí? ¿Y cómo sabía dónde vivía?

Pregúntale a Flor.

Me acerqué a la ventana, seguida por Flor, que asomó la cabeza también. Allí estaba él, parado con una sonrisa que brillaba más que el sol de la mañana.

—¿Qué haces aquí? ¡Son las seis de la mañana!

—Te dije que nos veríamos pronto —replicó, sonriendo.

—Sí, pero no pensé que tan pronto.

<<Exacto, mi ciela. No pensaste.>>

Tyler se encogió de hombros con un gesto despreocupado. La curiosidad me hizo preguntar:

—¿Y qué hizo el gran actor Tyler Flakertick para escaparse de su productora y de su "amiga" Lía? —acentué con intención la palabra amiga. Su risa resonó con fuerza.

—Tengo mis secretos —me guiñó un ojo y luego suspiró dramáticamente—. ¡Oh, Rapunzel, Rapunzel! Tira tu hermoso cabello rubio para que tu príncipe pueda salvarte de las horribles garras de los siete enanos.

Estallé en carcajadas mientras él se llevaba una mano al pecho, fingiendo estar ofendido.

—¡No puedo creerlo! Oye, "príncipe", puedo invitarte a leer Rapunzel y Blancanieves. Verás que los enanos están en Blancanieves.

—Tienes razón —respondía riendo—. Entonces, ¿cuál es tu propuesta?

—Hagamos algo digno del siglo XXI. Entra a la residencia, sube por las escaleras o el ascensor, toca la puerta 202 y te abrirá una Rapunzel moderna, con cabello negro y hasta los hombros. ¿Qué te parece?

Tyler levantó ambos pulgares con entusiasmo.

—Excelente. Nos vemos en unos minutos.

Desapareció de mi vista mientras cerraba la ventana. Me giré hacia Flor, que sonreía triunfalmente.

—Flor, no puedes ir por la vida dándole mi dirección a cualquiera.

—¡Oye! No es cualquiera, y tú lo sabes. ¡No es un extraño!

—Está bien, solo dime. ¿Me veo presentable para la ocasión? —su risa inundo la habitación y Jimena hablo antes de ella.

—La verdad, no. Pareces un espantapájaros y ni hablar de las ojeras. Pero es valido él te acaba de despertar. —reí— Pero ya que estamos hablando del tema.

Rodé los ojos mientras me peinaba. Suspiré justo cuando Jimena salió de mi habitación y carraspeó desde el pasillo.

—¿Explicación? —dijo, mirando a Flor y luego a mí.

—Luego, te explico. —Asintió.

Los golpes en la puerta me interrumpieron. Me terminé de arreglar rápidamente mientras Flor abría la puerta. Jime se mantuvo un paso atrás. Allí estaba él, con su sonrisa de príncipe perfecto.

—Hola, Rapunzel —dijo Tyler, devolviéndome a mis pensamientos.

Y, por un instante, olvidé todo lo demás.

Valen.

Hola, les saluda Valen. Es para mi una alegría estar por acá. Debo decirles que me siento muy emocionada, espero de corazón les guste esta historia que he escrito con mucho amor para cada uno de ustedes. y recuerden esta historia es para todas esas Nahyas que luchan día tras día con su mente, y para todos esos Tylers que han encontrado refugio en su lucha, este libro está dedicado a ustedes. Que estas páginas les ofrezcan consuelo, esperanza y la certeza de que no están solos en su camino. Disfrútenlo. Con amor, Valen.

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