La castaña había tenido noches malas, pero la que había tenido con las pesadillas de ser ella misma la mujer a la que apuñalaban sin piedad, subía al top de las peores.
Jack la mira con horror, abriéndole la puerta del carro.—Santa virgen, ¿en dónde quedó tu positivismo?—En el caño. Tú ganas, no iré.Antes de que Eva salga del auto su amigo la toma por la muñeca y pone su cara seria, dándole a entender que ella debe subir.—A mi jefe nadie le queda mal. Ni siquiera su propia esposa. Nunca.—De acuerdo.Aunque no le importa demasiado molestar a una persona que no conoce realmente, sabe que debe ser responsable y agradecida con el tiempo tan limitado del jefe de su amigo.—Su tiempo es oro.—Lo sé, me lo has dicho desde que nos conocemos.Jack suelta una risita nostálgica mientras pasa una mano por su cabello, conteniendo las ganas de decirle algo que lo consume.—¿Te puedo decir...?—Dímelo ya. —Eva echa la cabeza hacia atrás.—¿No tenías algo mejor que ponerte?—¿De qué estás hablando? Es mi mejor ropa.—¿Tú mejor...? ¿QUÉ?—Pues lo siento, ¿de acuerdo? No es mi mejor ropa pero es lo que tuve ánimo de ponerme porque ¿adivina qué? ¡Tengo tres horas para desalojar el apartamento!Aquello le había caído como un balde de agua fría la noche anterior cuando, desesperada por entrar a su hogar para sentirse segura, consiguió aquél papel de desalojo en la puerta.Lógico. Presentó una renuncia y por ende cortaron los beneficios que la compañía le daba, y con ello la permanencia gratis en ese lugar.—Pues qué bueno, ya no tengo que preocuparme por un posible hurto a mi persona viniendo de nuevo a este cuchitril.—¿Es en serio, Jack?Él ríe un poco.—Tranquila, si mi jefe te da el trabajo jamás tendrás que preocuparte por nada más. Te lo prometo. Serás la mejor versión de ti.Ella asiente, sintiéndose bastante negativa por todo lo que le ha estado ocurriendo.Tal parece que la vida no quiere que ella sea feliz, mucho menos su mejor versión.¿Qué tanto mal podría haber hecho en su otra vida para pagarlo de esa forma?En cuanto termina de formular la pregunta anterior en su cabeza, sus ojos se abren de par en par ante la mansión del famoso matrimonio Keller.Su amigo le abre la puerta pero ella no puede mover un músculo porque esa mansión solo parece sacada de la televisión.—¿Qué hacen tus jefes para tener todo esto...?—Salvan a la humanidad, Eva. Crean vacunas y medicamentos exitosos. La pareja explosiva de químicos, los Keller.Cuando su amigo le hace una seña para que camine hasta la mansión ella sabe que debió prestar más atención a la ropa que debía ponerse porque fácilmente con ese aspecto que tiene puede parecerse a la mujer que en este momento riega el jardín.El timbre es tocado y antes de que pasen cinco segundos una cara amable se hace ver en la entrada de la casa.—Joven Jack, señorita, adelante. —El mayordomo los hace pasar.Eva queda con la boca abierta al ver en la entrada un perfecto arco brillante, hecho de... ¿oro? Imposible, no pueden tener el oro de esa forma, ¿o sí?—Sí, es oro —Jacky le susurra.La castaña se siente abrumada por la cantidad de cosas lujosas que se ven dentro. Y no quiere imaginar siquiera cuánto dinero tiene esa familia porque además del arco de oro, la colección de fotos de diferentes autos lujosos, helicópteros y yates con la marca Keller le da mucho a su imaginación.—Jack, a tiempo. —Una voz dentro del despacho hace que a Eva se le erice la piel.—Eva, entra, no muerden.Eva pone un pie dentro dirigiendo primero su mirada a su amigo con una sonrisa tímida, y cuando ve al hombre sentado en el escritorio y a la mujer en la silla detrás del escritorio su garganta se seca.—¿Estás bien, linda? —la mujer habla—. Parece que viste un fantasma...—¿Eva?Jacky toca su hombro, preocupado, y ella ve al matrimonio fijamente.¡Son ellos! ¡Ellos son la pareja que asesinó a la mujer anoche!Quiere decir algo pero antes de hablar, el hombre imponente y de aura oscura se le acerca.—Mucho gusto, ¿Evangeline? Mi nombre es Magnus Keller. —Toma su mano para darle un beso corto que la deja congelada—. Y esa mujer hermosa de allá es mi esposa, Irina Keller.Eva sabe que está en problemas cuando asiente lentamente y nota la mirada de Irina en su muñeca derecha, porque allí tiene el otro juego de las pulseras que hizo con su madre. Y justo sobre el escritorio, al lado de un lapicero, está la pulsera que perdió anoche.—Jack... ¿podrías dejarnos a solas con Eva?El amigo de la chica aunque preocupado por el silencio de Eva, sabe que no puede pasar nada malo con los Keller, así que sale del despacho cerrando la puerta.—¡Ustedes la mataron!Magnus tapa su boca acorralándola con rapidez en la pared cercana, viéndola con una mirada que ella jamás ha visto en su vida.Siente el corazón en su garganta, y él puede sentir las palpitaciones de la chica en sus labios al estar en contacto con la palma de su mano.Para él es tan excitante que quema.—Amor, necesitamos ayuda. —Magnus ve a su esposa. Y Eva jura que la mataran aquí mismo.Irina se levanta de su asiento mirando con mucha atención la escena porque también le gusta. Le gusta ver la mirada confusa y llena de terror de esta chica que no conoce.—Niña. —Pasa una de sus uñas por el cuello de Eva—. Lo que has visto, no es lo que crees.Eva intenta zafarse de la atadura del hombre, pero él la tiene tan atrapada y es tan fuerte, que no puede con él.—Telma, amor, ¿puedes entrar?Magnus ve los ojos de Eva, asustados, quita con su pulgar una de las lágrimas que corren por las mejillas de la chica, y suspira cuando Telma entra y Eva pierde el aliento.El hombre imponente suelta a Evangeline y esta se queda paralizada, dándose cuenta que la supuesta mujer que estaba muerta no está muerta, sino que está en perfecto estado.—No somos una pareja asesina, linda. —Irina toma la mano de su esposo y ríe ante la ingenuidad de la chica—. De haber entrado antes a un lugar como en el que estuviste anoche, te habrías dado cuenta que solo era un juego de roles.—¿Juego de qué…?Eva no entiende nada, ¿cómo es que sigue viva esa mujer? ¡Ella vio el cuchillo! ¡Vio su sufrimiento! ¡Vio la sangre!—Es actuación, para obtener satisfacción sexual.En cuanto Telma se acerca a ella y la ve a los ojos, sabe que es tan pura como ella alguna vez lo fue.—No entenderá nada —le dice a los Keller—. Es virgen. Y nunca ha estado más de cinco minutos en un lugar como ese.Ante ese comentario, Eva se siente tan expuesta, que sus mejillas se ponen rojas, y eso causa una fascinación inmediata en la pareja Keller, los cuales se acercan a ella para con cautela acercar
Una semana trabajando para los Keller ha sido todo lo que Eva ha necesitado para interesarse en ellos. Bueno, al menos no de la forma en que estos desean que ella se interese; pero eso es algo que estaría a punto de cambiar.—¿Y por qué no existe la cura para el cáncer aún? Digo, es que ustedes los millonarios con sus inteligencias y… yo…Baja la cabeza apenada cuando Irina se detiene en medio del camino a su oficina y le regala una mirada que ella siente es de reproche, pero lejos de serlo, solo pura intensidad.—No eres así de preguntona con Magnus, ¿cierto?Eva se moja los labios mientras sostiene unas carpetas contra su pecho y traga saliva. Pues la verdad es que ese hombre la intimida mucho y a veces no puede ni mirarlo a la cara. Así que prefiere mil veces estar cerca de Irina.—No. Es tan…No sabe qué decir y ahora que han entrado a la oficina, Irina se ha sentado con las piernas cruzadas y ha comenzado a morder su bolígrafo como su secretaria sabe que suele hacer.—¿Caliente?
—Sabes que no podrá resistirlo, ¡es una niña!—Tú también lo eras y lo disfrutaste.—Sí, pero yo sabía en lo que estaba metiéndome. Ella no tiene ni puta idea, Irina. —¿Por qué estás tan segura de que pasará? Magnus y yo podríamos solo estar cansados de compartirnos, tal vez queramos solo ser más íntimos.—Sí claro, ¡y yo me chupo el dedo!—Bueno, técnicamente sí lo haces.—Eres una… idiota —Telma le dice, llena de ansias—. El poco respeto que me quedaba para ustedes se va a la mierda hoy. Y más vale que me deposites una buena cantidad de dinero por todo esto, si no quieren que les arruine su cochina vida.Irina solo ríe ante las palabras de Telma y aunque cuando esta se va alejando siente algo en su pecho, algo como un sentimiento de nostalgia, se para firme para salir del estacionamiento y dirigirse a su oficina.Evangeline es fácil de manipular por lo que Telma ha dicho, y es que no sabe nada de la sexualidad, quizás solo lo básico, pero es eso lo que lo hace más excitante. No tod
¿Control de calidad?—¿Por qué han tardado tanto? —le cuestiona preocupa Eva a Jack.—No lo sé, pero debo irme. No creo que vayan a parar en la otra empresa, pero prefiero prevenir.El chico se despide de su amiga y le promete que se prepare porque en la noche la llevará a un lugar bonito para conocer gente nueva, por lo que la castaña asiente.Ve a su amigo alejarse mientras sigue preocupada. Esas personas han tardado más de dos horas inspeccionando la empresa. Ella se ha mantenido al margen, casi a cinco metros de los Keller, de aquí para allá, alerta a lo que ellos puedan necesitar.Sigue a Magnus después de que pierde de vista a Irina, y este deja de caminar al lado de esos hombres para susurrarle, bastante serio y firme, que desde su propio teléfono llame al número directo de Nev Track y que le comente lo sucedido.La castaña traga hondo, nerviosa porque no sabe exactamente qué decir mas que unos tipos de trajes negros de Control de calidad están inspeccionando la empresa. Sin e
Okay. Si bien es cierto que algunos chicos le habían dicho a Eva un "Me gustas", la sensación en su cuerpo al escucharlo de la boca de Irina no se compara con nada.¿Será porque es una chica?, se pregunta. Pero no lo sabe. Lo único que puede hacer después de aquella confesión es pedir que se vayan a casa porque no se siente muy bien.Irina, ansiosa, mantiene la calma porque sabe que tal vez es demasiado para la chica, pero ya no quiere esperar más, realmente quiere corromperla.Llegan a la casa, Eva entra a su habitación, se quita la ropa, se da un baño rápido y se acuesta para tomar una siesta; sin embargo, no puede hacerlo, su cabeza no deja de repetir la cara de Irina al decirle que le gusta y al mismo tiempo sus gemidos y los de Magnus en la sala de juntas.Se pone sus airpods para escuchar música pop y su curiosidad, inocente, vaga por Internet. Relaciones entre chicas. Su dedo tienta en algunas imágenes y una de esas la envía a un video. Se mantiene sumida en la curiosidad, da
Lo había soñado todo. Bueno, casi todo. Para cuando se despierta está muerta del calor. Tiene almohadas en la cara, la cobija hasta la cabeza y sus airpods con música de Olivia Rodrigo. Sabe que fue un sueño el haberlos visto teniendo relaciones y el haberse tocado, porque lo último que vio fue a Irina pasar frente a su puerta. No quería ver aquello, y tampoco sería capaz de... tocarse por ellos. Sabe que eso está mal.Evangeline piensa que necesita salir de esa mansión. No puede creer que sean tan liberales con el sexo a sabiendas que ella está en la misma casa. Es decir, sabe que después de todo les debe el techo pero eso no les da el derecho de ser tan descarados.Ella espera que algún momento se presente la oportunidad de decirles eso, expresar su incomodidad, pero mientras más piensa en una situación en donde el matrimonio la tenga de nuevo en la mira, como anoche, sabe que no se atrevería.Quita sus auriculares y se dispone a darse una ducha, sabe que los viernes los Keller no
Cuando Magnus le sonríe a Evangeline a escondidas de su mujer, la chica siente que algo ha estado mal durante los últimos días que han compartido juntos.Un día después de aquella "cita" en el parque, Magnus salió mucho más temprano de la empresa, llevó a Evangeline con él, pero no a la otra empresa, sino que a un juego de Fútbol Americano.Evangeline decía que no entendía cómo ver a hombres golpeándose por un pelota podría causar pasión en los espectadores. A lo que Magnus respondió de forma casi automática;—El dolor acompañado de la satisfacción es el éxtasis prolongado que todo ser humano necesita experimentar. Así es como nos volvemos adictos al trabajo, porque la satisfacción del dinero se impone a las horas de agotamiento. Pasa igual con el sexo salvaje; aunque el dolor físico esté presente por su rudeza, impone la idea del clímax. El fin justifica los medios.Su guiño acompañado tras esas palabras dejó a Evangeline hipnotizada. Magnus era un hombre brillante. No podía negarse
Su comida llega, comienzan a comer, y es Irina quien rompe el silencio de nuevo.—¿Te gusta pasar tiempo con Magnus?Evangeline la ve fijamente, su corazón entra en pánico.—Eh... sí, creo.—¿Crees? —Irina ríe—. No todas quieren conmigo, pero te aseguro, todas quieren con mi esposo.—Creí escuchar que piensa que no soy como cualquier chica.—No, Eva. No estamos hablando de eso. Es que no te culpo, que mi esposo te parezca atractivo y sensual no quiere decir que vas a quitármelo, ¿o sí?—No.Y Eva se siente abrumada. No entiende el fin de la conversación y no quiere seguir hablando realmente. No se siente cómoda. Se siente un poco tonta al pensar que después de todo podría tener una conversación normal con Irina, sin que la haga sentir como ahora.—Ay no... —Irina baja la mirada y suspira, para verla de nuevo—. Lo lamento, de nuevo, de verdad Eva. No quiero hacerte sentir incomoda... es que yo... Rara vez tengo el don de conversación.—No se preocupe.Irina se molesta con ella misma po