Una semana trabajando para los Keller ha sido todo lo que Eva ha necesitado para interesarse en ellos. Bueno, al menos no de la forma en que estos desean que ella se interese; pero eso es algo que estaría a punto de cambiar.
—¿Y por qué no existe la cura para el cáncer aún? Digo, es que ustedes los millonarios con sus inteligencias y… yo…Baja la cabeza apenada cuando Irina se detiene en medio del camino a su oficina y le regala una mirada que ella siente es de reproche, pero lejos de serlo, solo pura intensidad.—No eres así de preguntona con Magnus, ¿cierto?Eva se moja los labios mientras sostiene unas carpetas contra su pecho y traga saliva. Pues la verdad es que ese hombre la intimida mucho y a veces no puede ni mirarlo a la cara. Así que prefiere mil veces estar cerca de Irina.—No. Es tan…No sabe qué decir y ahora que han entrado a la oficina, Irina se ha sentado con las piernas cruzadas y ha comenzado a morder su bolígrafo como su secretaria sabe que suele hacer.—¿Caliente?A Eva se le calientan las mejillas al mismo tiempo en que un cosquilleo le recorre la espalda cuando su jefa tras hablar pasa su larga y delicada lengua por todo el plástico.—Jefa…—Solo Irina.—Irina… ¿Puedo ir al baño un momento?—Claro bebé, haz lo que tengas que hacer —le responde—, pero no demores porque no veo mi vida sin ti, preciosa.Evangeline no sabe por qué está corriendo hasta el baño hasta que el agua fría toca su cara.Ella había estado evitando su cuerpo pero esta es la tercera vez que le pasa.Su piel y algo más reacciona cada que Magnus o Irina hacen cosas de esa forma. Esa aura sexual que los envuelven, a veces la hace pensar en que no debería simplemente sentir su taquicardia aumentar en frágiles partes.—¿Qué te sucede, Eva? —se dice al espejo, recogiendo el cabello castaño claro largo que posee.Su respiración se regulariza pronto y para cuando regresa al escritorio Irina no está, por lo que solo se sienta para revisar que todo esté bien con la diapositiva que el matrimonio mostrará a la junta en unos minutos.—¿Irina? —Una mujer entra con cara triste.Es Telma. Eva no cree que jamás pueda olvidarse de ella. No la había visto desde el primer día en que su vida dio un giro radical, y le sorprende que, siendo una especie de amante para la pareja, no los haya visto cerca de ella los últimos días.—Hola, ¿me recuerda? La señora Irina no…Telma cierra la puerta con fiereza y se le acerca como saeta echa fuego, por lo que la chica se paraliza.—¿Te lo han propuesto ya, mojigata?—¿Qué…?Telma la toma por los hombros y la sacude, lastimándola.—¿Te han propuesto ser su sumisa?, ¿eso es? ¡Nadie puede reemplazarme! —casi le escupe, con ira—. No eres nadie para ellos y nunca lo serás, como lo soy yo ahora.Los ojos de Eva se empañan de lágrimas porque no sabe qué hacer y por qué esta mujer la odia tanto.—No he hecho nada, no…—¡No es necesario que mientas! ¡He visto desde el primer día cómo te miran! Si no estás en su juego es solo cuestión de horas para que estés perdida.—Yo no entiendo de qué hablas —Eva casi susurra con una lágrima corriendo en su mejilla.—Por estúpida te harán suya y por estúpida también te dejarán. Recuerda mis palabras.Justo cuando Telma suelta a Eva, la cual tiembla de miedo, Irina y Magnus entran para darse cuenta rápido de la situación.—Telma, aléjate de Evangeline —le exige Irina.—Evangeline, ¿te hizo algo malo? —Magnus la ve directo a los ojos al cuestionar, y Eva no sabe por qué pero sus lágrimas salen sin cesar, causando que el hombre se acerque rápido, apartando a Telma, para extenderle los brazos a la chica—. Mírala, mujer, está temblando.Telma les da una mirada llena de odio y antes de irse Irina la toma por la muñeca y la arrastra hacia afuera.—Lo siento, señor Keller.Magnus se estremece al sentir los temblores de la chica en su pecho, aunque no son los temblores que él desea, y la aparta un poco para limpiar sus lágrimas con ambos pulgares mientras sostiene su cara inocente. Sabe que es de frágiles sentidos, lo ve en sus ojos y eso lo cautiva.—Shhh, shhh, señorita. No tienes que disculparte, Telma es una loca que no acepta que ya no la queramos en nuestro matrimonio.La piel de Eva se eriza al escuchar la última frase, esa que pegó con aliento de mentas en su cara.Poco a poco Evangeline se despega de los brazos del hombre intentando no verse demasiado incómoda, y se cruza de brazos mientras ve la puerta fijamente, más calmada.—¿Desde…?—¿Uhm? —Magnus se ha sentado en la silla de su esposa y pretende revisar por última vez las diapositivas—, ¿dijiste algo? Puedes preguntar lo que sea ahora que esa loca te ha hecho pasar un mal rato.La chica sonríe un poco cuando Magnus le regala una sonrisa cálida y ahoga un suspiro por esa mirada.¿Por qué cada vez que lo ve a los ojos siente que quiere verlos en todas sus expresiones?—¿Desde hace cuánto estaba con ustedes?—Un año, solo un año.—Oh wow…—¿Qué te impresiona?Ahora es Magnus quien está en esa silla con las piernas cruzadas mientras sus dedos juegan con el mismo bolígrafo que siempre usa su esposa, y la ve, fijamente.—No entiendo por qué… Lo siento, lo siento, es su vida privada.Claro que le interesa saber, pero no quiere preguntárselo a él porque sería mucho más incómodo aún.—Solo tienes curiosidad, y sin eso muchas personas no serían grandes ahora.—Claro... —Ella se sienta cruzando las piernas igual mientras su pie no deja de moverse—. ¿Ella tardará mucho? Quiero mostrarles a ambos las diapo…—No es necesario, Evangeline, las acabo de ver.—No, es que esas no son las que…—Cariño, ¿estás bien?, ¿esa mujer te dijo algo feo?Irina ha llegado y con rapidez va hasta la chica para preguntarle aquello con demasiada preocupación. La examina y la ve como una madre cuando un hijo se ha lastimado. Y Eva no puede evitar sentirse bien con eso.—No. Tranquilos.—Bien, porque le dejé claro que no quiero verla más por esta empresa, ni cerca de ti, ¿estás bien con eso, nena?Ante la mirada atenta del matrimonio ella sonríe, causando entonces que el tema muera, al menos por ese momento.La alarma en el reloj de Eva vibra y esta les indica que ya es hora de la conferencia; sin embargo, recuerda que las diapositivas listas están en su laptop, no en la de Irina, ya que esas son solo borradores.—En mi laptop están las…Es interrumpida por un pequeño grupo de químicos que se acercan a los Keller justo al salir de la oficina, por lo que rápido toma su laptop mientras ve con nervios la otra en manos de Magnus.Entran a la sala de conferencias y rápido Eva se dirige hasta su jefe para sin pensar verse en la intención de colocar una mano sobre la laptop; no obstante, por un rápido reflejo el hombre hace un lado el aparato, consiguiendo entonces que la mano de la chica se instale con fuerza en su bulto que rápido cosquillea.Todos en la sala chillan ante la imagen y Eva siente que va a derretirse de vergüenza porque no sabe por qué aún no quita su mano y por qué lo sigue mirando a la cara.—La-la… la laptop es e-sta, señor.Tras entregarle rápido la laptop correcta solo huye ante la mirada acusadora de algunos, pero excitada de otra.—Sabes que no podrá resistirlo, ¡es una niña!—Tú también lo eras y lo disfrutaste.—Sí, pero yo sabía en lo que estaba metiéndome. Ella no tiene ni puta idea, Irina. —¿Por qué estás tan segura de que pasará? Magnus y yo podríamos solo estar cansados de compartirnos, tal vez queramos solo ser más íntimos.—Sí claro, ¡y yo me chupo el dedo!—Bueno, técnicamente sí lo haces.—Eres una… idiota —Telma le dice, llena de ansias—. El poco respeto que me quedaba para ustedes se va a la mierda hoy. Y más vale que me deposites una buena cantidad de dinero por todo esto, si no quieren que les arruine su cochina vida.Irina solo ríe ante las palabras de Telma y aunque cuando esta se va alejando siente algo en su pecho, algo como un sentimiento de nostalgia, se para firme para salir del estacionamiento y dirigirse a su oficina.Evangeline es fácil de manipular por lo que Telma ha dicho, y es que no sabe nada de la sexualidad, quizás solo lo básico, pero es eso lo que lo hace más excitante. No tod
¿Control de calidad?—¿Por qué han tardado tanto? —le cuestiona preocupa Eva a Jack.—No lo sé, pero debo irme. No creo que vayan a parar en la otra empresa, pero prefiero prevenir.El chico se despide de su amiga y le promete que se prepare porque en la noche la llevará a un lugar bonito para conocer gente nueva, por lo que la castaña asiente.Ve a su amigo alejarse mientras sigue preocupada. Esas personas han tardado más de dos horas inspeccionando la empresa. Ella se ha mantenido al margen, casi a cinco metros de los Keller, de aquí para allá, alerta a lo que ellos puedan necesitar.Sigue a Magnus después de que pierde de vista a Irina, y este deja de caminar al lado de esos hombres para susurrarle, bastante serio y firme, que desde su propio teléfono llame al número directo de Nev Track y que le comente lo sucedido.La castaña traga hondo, nerviosa porque no sabe exactamente qué decir mas que unos tipos de trajes negros de Control de calidad están inspeccionando la empresa. Sin e
Okay. Si bien es cierto que algunos chicos le habían dicho a Eva un "Me gustas", la sensación en su cuerpo al escucharlo de la boca de Irina no se compara con nada.¿Será porque es una chica?, se pregunta. Pero no lo sabe. Lo único que puede hacer después de aquella confesión es pedir que se vayan a casa porque no se siente muy bien.Irina, ansiosa, mantiene la calma porque sabe que tal vez es demasiado para la chica, pero ya no quiere esperar más, realmente quiere corromperla.Llegan a la casa, Eva entra a su habitación, se quita la ropa, se da un baño rápido y se acuesta para tomar una siesta; sin embargo, no puede hacerlo, su cabeza no deja de repetir la cara de Irina al decirle que le gusta y al mismo tiempo sus gemidos y los de Magnus en la sala de juntas.Se pone sus airpods para escuchar música pop y su curiosidad, inocente, vaga por Internet. Relaciones entre chicas. Su dedo tienta en algunas imágenes y una de esas la envía a un video. Se mantiene sumida en la curiosidad, da
Lo había soñado todo. Bueno, casi todo. Para cuando se despierta está muerta del calor. Tiene almohadas en la cara, la cobija hasta la cabeza y sus airpods con música de Olivia Rodrigo. Sabe que fue un sueño el haberlos visto teniendo relaciones y el haberse tocado, porque lo último que vio fue a Irina pasar frente a su puerta. No quería ver aquello, y tampoco sería capaz de... tocarse por ellos. Sabe que eso está mal.Evangeline piensa que necesita salir de esa mansión. No puede creer que sean tan liberales con el sexo a sabiendas que ella está en la misma casa. Es decir, sabe que después de todo les debe el techo pero eso no les da el derecho de ser tan descarados.Ella espera que algún momento se presente la oportunidad de decirles eso, expresar su incomodidad, pero mientras más piensa en una situación en donde el matrimonio la tenga de nuevo en la mira, como anoche, sabe que no se atrevería.Quita sus auriculares y se dispone a darse una ducha, sabe que los viernes los Keller no
Cuando Magnus le sonríe a Evangeline a escondidas de su mujer, la chica siente que algo ha estado mal durante los últimos días que han compartido juntos.Un día después de aquella "cita" en el parque, Magnus salió mucho más temprano de la empresa, llevó a Evangeline con él, pero no a la otra empresa, sino que a un juego de Fútbol Americano.Evangeline decía que no entendía cómo ver a hombres golpeándose por un pelota podría causar pasión en los espectadores. A lo que Magnus respondió de forma casi automática;—El dolor acompañado de la satisfacción es el éxtasis prolongado que todo ser humano necesita experimentar. Así es como nos volvemos adictos al trabajo, porque la satisfacción del dinero se impone a las horas de agotamiento. Pasa igual con el sexo salvaje; aunque el dolor físico esté presente por su rudeza, impone la idea del clímax. El fin justifica los medios.Su guiño acompañado tras esas palabras dejó a Evangeline hipnotizada. Magnus era un hombre brillante. No podía negarse
Su comida llega, comienzan a comer, y es Irina quien rompe el silencio de nuevo.—¿Te gusta pasar tiempo con Magnus?Evangeline la ve fijamente, su corazón entra en pánico.—Eh... sí, creo.—¿Crees? —Irina ríe—. No todas quieren conmigo, pero te aseguro, todas quieren con mi esposo.—Creí escuchar que piensa que no soy como cualquier chica.—No, Eva. No estamos hablando de eso. Es que no te culpo, que mi esposo te parezca atractivo y sensual no quiere decir que vas a quitármelo, ¿o sí?—No.Y Eva se siente abrumada. No entiende el fin de la conversación y no quiere seguir hablando realmente. No se siente cómoda. Se siente un poco tonta al pensar que después de todo podría tener una conversación normal con Irina, sin que la haga sentir como ahora.—Ay no... —Irina baja la mirada y suspira, para verla de nuevo—. Lo lamento, de nuevo, de verdad Eva. No quiero hacerte sentir incomoda... es que yo... Rara vez tengo el don de conversación.—No se preocupe.Irina se molesta con ella misma po
Al día siguiente ninguno sale de casa. Irina llama a uno de sus ex compañeros de preparatoria, quien es jefe de seguridad y por primera vez la mansión Keller es vigilada. Especialistas colocan cámaras de seguridad, y Eva no ha dejado de sentir pánico. Anoche, después de que viera así su cama, la señora Thalia, de limpieza, bajó de la habitación de los Keller tres ratas muertas junto a sabanas llenas de sangre.Ella lo había visto aquél día en los ojos de Telma cuando la tomó por los hombros. Algo oscuro había dentro de ella. Ya está comenzando a saber qué es.Aunque Evangeline sabe algunas cosas del mundo, vivir en un pueblo pequeño, tranquilo, siendo hija única y consentida, la privó de saber la capacidad que tiene el mundo para ser malvado.Se encuentra terminando de redactar un documento que Magnus le ha dicho que haga, mientras este ve televisión, y ella está sentada a unos dos metros de él. Magnus no deja de verla de vez en cuando. Le encanta la pureza que desborda y el cómo se
Magnus se remueve ante su pesadilla y lo primero que ve es a Telma conduciendo aquella camioneta.—¿Así de excitante y caliente te gusta? —Telma pasa su lengua por lo que Magnus ve son todas sus heridas llenas de sangre y despierta, agitado.—Tranquilo amor, tranquilo —la voz de su mujer lo tranquiliza.Se da cuenta que está en un hospital, le duele la cabeza y todo el cuerpo, pero sabe que no ha sufrido algo grave porque conoce su cuerpo.—Fue ella...—Shhh... —Su mujer le dice, despacio—. Descansa, no hables.Cuando Irina se da vuelta Magnus ve a los policías del otro lado del vidrio y rueda los ojos.—¿Qué tan grave fue?—Murió Dean, recibió todo el impacto.—Dios.No puede decir más, no tenía un lazo con él pero se siente furioso. Ese pudo haber sido él, Irina o Evangeline. Sabe que en cuanto salga de allí irá directamente con esa mujer.—Revisamos las cámaras de tránsito. La camioneta fue abandonada en un punto ciego. Fue comprada la semana pasada en efectivo. Intentamos ver quién