Magnus se remueve ante su pesadilla y lo primero que ve es a Telma conduciendo aquella camioneta.—¿Así de excitante y caliente te gusta? —Telma pasa su lengua por lo que Magnus ve son todas sus heridas llenas de sangre y despierta, agitado.—Tranquilo amor, tranquilo —la voz de su mujer lo tranquiliza.Se da cuenta que está en un hospital, le duele la cabeza y todo el cuerpo, pero sabe que no ha sufrido algo grave porque conoce su cuerpo.—Fue ella...—Shhh... —Su mujer le dice, despacio—. Descansa, no hables.Cuando Irina se da vuelta Magnus ve a los policías del otro lado del vidrio y rueda los ojos.—¿Qué tan grave fue?—Murió Dean, recibió todo el impacto.—Dios.No puede decir más, no tenía un lazo con él pero se siente furioso. Ese pudo haber sido él, Irina o Evangeline. Sabe que en cuanto salga de allí irá directamente con esa mujer.—Revisamos las cámaras de tránsito. La camioneta fue abandonada en un punto ciego. Fue comprada la semana pasada en efectivo. Intentamos ver quién
—Si algo he aprendido en esta vida, a diferencia de mi esposo, es que es uno mismo quien debe hacerle frente a sus problemas —dice con firmeza la rubia, ajustándose el blazer azul oscuro que combina con sus tacones.Lo dice para ella, decidida, mientras se dirige al apartamento de su ex sumisa, Telma.Tras tocar el timbre, coloca una mano cerca del marco, logrando una pose bastante sensual, casi natural.Telma abre y apenas la ve, se encima sobre ella para devorarla a besos.Evangeline respira profundo cuando ayuda a Magnus a levantarse del sofá. Ella está muy preocupada por él. Y él lo sabe. Le gusta que a pesar del poco tiempo que tienen conociéndose, se note que ella sea capaz de hacer cualquier cosa por él. La chica no se lo ha dicho pero, él lo sabe, sabe que en el fondo ella haría cualquier cosa.Lo ayuda a subir las escaleras. Y con bastante aprietos, aunque el mayordomo la ayuda del lado izquierdo, terminan llegando a la habitación de al lado de la de Eva.Por cuestiones de com
La castaña es arrastrada de los pies por una Telma llena de odio y furia.Evangeline no entiende por qué esta mujer quiere que ella sepa que los Keller son malos u ocultan algo prohibido. Porque sí, realmente quiso sacar esa nota de su cabeza, pero ni intentando quemarla esta mañana dio resultado.Telma es la mala de todo el cuento. Eva lo tiene claro.La escena se convierte en una verdadera pesadilla cuando entre gritos y pataleos, la chica intenta zafarse de la rubia que la ataca.Telma se encima sobre ella, desnuda, con sus pechos saltando de un lado a otro mientras golpea todo el cuerpo y cara de la chica, sin que la fuerza de Irina pueda detenerla.Evangeline grita, llora, sintiendo cómo entra en una crisis de pánico, con el corazón a punto de detenerse y la respiración faltándole.—¡Déjala en paz! —Irina grita.Luego de eso la castaña ve cómo su enemiga cae a su lado tras un golpe en la cabeza. Irina suelta los rastros del jarrón de vidrio mientras se agacha para ayudar a Evange
Magnus suspira, cansado, tras una noche de pasión con su mujer. Aunque hubo ciertas limitaciones por su pierna aún lastimada, Irina supo hacerlo disfrutar. Era perfecta, como siempre.Es eso. La perfección de ellos como pareja es lo que en el fondo los impulsa a desafiar las reglas, a tener el control sobre otros, a saber que tengan los años que tengan juntos, la llama, la pasión, y el drama, siempre estará en sus vidas.Irina descansa completamente desnuda con la cabeza en su pecho. Sonríe en su propio sueño y su esposo, aunque le gusta sentirla feliz, se siente preocupado por todo.Se libraron de Telma y el conjunto de todas las acciones de ambos, durante estas semanas, lograron que su inocente secretaria cayera en la tentación. Ambos están completamente excitados por eso, pero hay algo que le inquieta.Al día siguiente, el ojiazul se consigue con una mujer desconocida al lado de su cama, dejando su desayuno.—¿Y tú quién eres?—Soy... Jenna, señor Keller. Su enfermera.—¿Quién te c
—¿Y qué se supone que debemos hacer? —cuestiona Irina, alterada.Por lo general ella toma el control de las situaciones, sin embargo, la situación con la amenaza de Telma y los celos que brotan de sus ojos al ver a Evangeline reír junto al chico pelirrojo, la desplazan. La castaña casi se entregó a ellos el día anterior. No puede estar fingiendo que no pasó mientras parece que le gusta ese recién llegado.—Tú ve con el chico, manda a Evangeline a la oficina.—¿Y Telma? —cuestiona mirándolo con ansias.—Que se pudra comprobando algo que no es cierto.Aunque Irina siente miedo quiere creerle a su esposo. No sabe cómo es posible que Telma sepa lo que ellos hicieron hace tantos años, cuando apenas su relación como novios estaba empezando. Sin embargo, hay algo que la sobrepasa más. La cara de ese niño escuálido que está a punto de tocar el hombro de su secretaria.—Hola chicos, ¿qué tal la fiesta?Han pasado varios minutos desde que todo comenzó. Le echa la culpa a su esposo de escribirl
La castaña deja la mansión atrás mientras siente la brisa fresca en cada parte de su cuerpo. Resulta que la vida en una motocicleta parece mucho más gratificante que en un auto, encerrada, casi sin salida.Aunque piensa así realmente se refiere a la huida de la mansión y el cómo a pesar de conocerlo en menos de un día, Dexter le trae tantos sentimientos de familiaridad y paz. No la tensa, no la hace sentir incomoda. Y sí, en ocasiones la ha hecho sentir nerviosa, pero es solo por algo bueno.Nada que ver con los Keller.Cierra los ojos recostando su cabeza de la espalda del chico, y este le dice que se sostenga bien y que no vaya a quedarse dormida.Lo abraza con fuerza. No siente ningún tipo de maldad o dudas sobre él. Siente que es alguien genuino.Después de unos minutos este se estaciona en un centro comercial.—¿Qué hacemos aquí?—Vamos a ver una película.—¿A esta hora? —cuestiona sorprendida, sabe que pasan de las nueve de la noche.Dexter se da vuelta y le sigue el paso pero
Del lado del otro van tomando Coca Cola mientras salen del centro comercial. Ella se recuesta de la motocicleta con su caja de zapatos que ahora es ocupada por sus tacones, comparten el silencio y el ruido al mismo tiempo de la calle. Miran todo detenidamente y sus miradas se cruzan.Dexter se acerca un poco.—¿Piensas estudiar en la universidad que me recomendó tu jefa?Evangeline frunce el ceño.—¿Te habló de la escuela de negocios?—Síp. Le comenté que estoy interesado en estudiar contaduría, dijo que tú quieres tomar un camino parecido. Y que podría ayudarme a entrar si tengo buenas calificaciones de la preparatoria.La castaña se siente confundida por la intención de Irina. Y es que desde que ellos habían pisado la mansión, cuando Irina vio al chico, sintió cómo no estaba de acuerdo. Bueno, ahora sabe que son ideas suyas. —Puedo empezar cuando yo quiera, supongo—¿Y si empezamos juntos? —le sugiere—. Digo, así no tendrías que empezar sola yo... lo siento, no quiero incomodar.Y
La castaña respira profundo al tocar la puerta de la oficina de los Keller.Está a tiempo pero sabe que tendrá problemas.—Pase —dice su jefa desde adentro.Evangeline se adentra, y cuando ambas se miran al rostro, flaquean un poco.—Yo... lamento romper mi código de vestimenta. Será la última vez que pase.Lo dice porque no le dio tiempo de nada. Y entonces tuvo que vestirse con un simple Jean, una camisa deportiva, ropa que tenía de hace tiempo en casa de su mejor amigo, mas los zapatos que el pelirrojo le compró. No se ve mal, pero realmente no pide perdón por eso.—Tienes mucho trabajo que hacer —le menciona, entregándole una carpeta llena de papeles—. Necesito que organices todo eso antes de las cuatro de la tarde.La chica echa un vistazo, son contratos y documentos que tienen fechas recientes pero también de hace tres años. Suspira. Es mucho pero no puede decir nada. Es su trabajo.—De acuerdo... —casi se le escucha, mientras toma la laptop que seguramente su jefa se molestó e