El pelirrojo abre los ojos, sobresaltado, y la enfermera le pide que respire profundo antes de hablar; pero a Dexter no le importa un carajo respirar bien en este momento.—Evangeline y su hijo...Para de hablar porque el dolor en su pecho llega y entonces recuerda. Magnus le disparó, sin compasión alguna. Ese psicópata tiene a Evangeline y al pequeño Milán, quién sabe bajo qué circunstancias. El solo pensarlo le acelera los latidos del corazón.—Tranquilo por favor. Debe mantener reposo unos días. Esta mañana vino un...—¿Esta mañana? —inquiere desconcertado—. ¿Cuándo ingresé?—Ingresó ayer en la tarde señor French... Intentamos localizar a algún familiar pero no...—¡No, no, no!El pelirrojo intenta quitar todo de su cuerpo. Está listo para salir a buscarla y rescatarla, pero entonces la enfermera lo sostiene justo cuando baja de la camilla y se tambalea. Para cuando Dexter alza la vista se encuentra con el detective Walsh en la puerta. Lo recuerda porque él fue el encargado del ca
Nota: contenido sensible.En el preciso momento en que Evangeline ve cómo Irina le arrebata a su hijo justo antes de poner un pie fuera de la cabaña, y siente las manos de Magnus doblegarla, su garganta se seca.No quiere ver a Milán a los ojos porque este se pondría a llorar, pero no hace falta que lo haga porque el niño patalea en los brazos de Irina, llorando por su madre, cuando la rubia se lo lleva.Justo ahora cuando Magnus la sostiene sin ella poder defenderse cómodamente, cuando es arrastrada a la habitación de nuevo, cuando es tirada a la cama, y los ojos azules intensos toman las cuerdas para atarla a la cama, piensa en todas las veces que se derritió por esta misma escena, una que ahora tiene un significado muy diferente para ella.Ya no podrá ser sumisa queriendo serlo. Esto es una violación a todo lo existente. Sabe que no habrá piedad, compasión, ni nada que pueda detenerlos a querer hacer de ella lo que les plazca.Y lo ve en los ojos de ambos cuando Irina también entra
—¡Eva, volveremos por ti!Ante el recuerdo de Irina gritándole aquello, la castaña se despierta sobresaltada.Ha pasado una semana y media.Salió del hospital dos días después porque las lesiones de su anterior accidente en el auto se habían agravado con la fuerza bruta que los Keller la trataron. Jack fue a Gales para cuidar de ella y su hijo, mientras Renaud se encargaba de todo el papeleo incluso con Pitter para llevar el caso a Washington, mientras los Keller estaban encarcelados en Gales.El mismo día en que dieron de alta a la castaña, su mejor amigo le informó que estarían trasladando a los Keller a Washington para el primer juicio. Ella también debía irse, pero prefirió tomar un vuelo a Londres ya que Dexter todavía se encontraba bajo observación.Para cuando Eva entró a su habitación y se consiguió con los padres del chico se sintió muy mal, pensando que estos la acusarían, pero fue todo lo contrario, ya que tras ganarse a Milán con una paleta, le dieron miradas de compasión
—¡Fue el mejor sexo de mi vida! —vociferaba el guardia que le había facilitado el arma a la rubia a cambio de sexo.El juicio se volvió a postergar para cuando Magnus se mantuvo en un estado vacío y sin reacción. Ante ello Pitter accedió a hacerle un examen psicológico al ojiazul, y le detectaron trastorno explosivo intermitente con cierto nivel de inclinación al trastorno antisocial de la personalidad.Se entrevistó a su madre y hermano que viajaron de Edimburgo, y el psiquiatra concluyó que todo se debía al entorno en que creció, y los traumas que pensó había podido controlar. Sin embargo, aquello no fue un limitarte para su condena, pues dictaminaron cincuenta años de prisión en total de todos los cargos, con asistencia semanal al terapeuta y administración de medicamentos.Ese mismo día del juicio se le cedió la total custodia a Evangeline de su hijo. Y ella sabía que sólo sería cuestión de tiempo para cambiarle el apellido, pues no quería que Milán creciera con aquél peso sobre
3 meses después.Narra Evangeline.Mi piel se eriza por el recuerdo de las cosas que viví en el lugar que justo ahora están derrumbando.—Ya pasó. No volverán —me dijo mi terapeuta en la última sesión, cuando le conté que cada que veía ciertas cosas que me recordaban a la violación, mi mente se quedaba en blanco de repente y solo podía sentir desesperación.Respiro profundo cuando siento la mano de Dexter tocarme, y le sonrío. Él ha sido tan paciente, cariñoso, especial, único, conmigo, y con mi hijo. Nos hace tanto bien que tengo miedo de algún día perderlo.The Tempting cae por completo con el último movimiento de la máquina demoledora, y siento finalmente el alivio en mi pecho.El lugar donde todo comenzó se ha ido para siempre.La paz que esto me genera hace que con algo de nervios me recueste del hombro de Dexter mientras caminamos tomados de la mano.Hemos tenido un par de citas después de lo ocurrido en la corte, pero nada fuera de lo normal, pues este se ha mantenido ocupado r
Tiempo después.—¡Dexter! ¿en dónde están? Por favor no me asusten.Me llevo una mano a la cabeza sintiendo cómo rápido el dolor se hace presente. No puedo creerlo.No tenía un dolor de cabeza como este desde hace mucho tiempo.Sigo buscando a mi pelirrojo y a Milán en toda la casa pero no los consigo. Entonces, con el mal presentimiento en mi pecho, tomo el teléfono para llamarlo, sin embargo, recibo una llamada primero.—Señor Bustamante —le saludo—. Buenos días.—Muy buenos días Evangeline, feliz cumpleaños —me desea, así que sonrío un poco—. Disculpa que interrumpa un día tan importante como hoy, pero necesito el informe para esta noche. Mañana el señor Simmons viene a Washington y me gustaría no tener que molestarla a primera hora, ya que está de vacaciones.Me desplazo descalza por toda la cocina buscando una pista de algo que me diga en dónde está mi hijo y Dexter, pero no hay nada.Resoplo.—No se preocupe señor Bustamante. Esta noche le haré llegar el informe.—Gracias Evang
Futuro.Todo parece no tener sentido para ella pero en el fondo de su corazón sabe que ha descubierto la verdad.—Mami, mami...Milan toma la manga del suéter de su progenitora, preocupado. Es solo un niño, pero siente lo mucho que está sufriendo su madre.—Milan, cariño —le dice, y acaricia sus cachetes un breve momento—, ¿puedes decirle a Cecilia que te compre un helado?—No quiero...—Hijo, por favor, hazlo por mami ¿sí?En el momento en que el pequeño Milan se retira de la oficina con un puchero en su boca, Evangeline se echa a llorar quizás como nunca antes lo ha hecho en su vida.Le duele el pecho, le duele todo lo que ha dado por ellos. Fue tan ingenua.—Señorita Barris, ¿qué es lo que sucede? —le pregunta la directora de la escuela.Evangeline da otra vista al papel en sus manos, y justo allí siente que todo dentro de ella está a punto de derrumbarse.—No ocurre nada, señora Hopes. He estado muy sensible.La directora sabe que algo sucede, pero prefiere mantenerse al margen po
—Es un desgraciado —espeta Jacky.—¿Cómo puede creer que podría aceptar algo como eso? Es una cerdo apestoso y viejo.—¿Y si hubiese sido un hombre, como yo?Evangeline se atraganta con la bebida y rápido recobra la cordura al saber que su amigo es gay.—Lo podría considerar, Jack, y aun así, no es fácil mi vida ahora como para preocuparme por dar sexo por obligación.La sola idea la perturba. Los últimos dos años para ella no han sido nada fáciles. Después de que una neumonía brutal se esparciera en su pueblo natal, Evangeline fue una de las pocas sobrevivientes transferidas a la ciudad gracias al sistema de Salud y Rescate.En cuanto recuperó todos sus sentidos y quiso buscar a sus padres, la devastadora noticia la mantuvo en depresión. Ambos habían muerto, y por lo tanto ella había quedado sola en el mundo.Así que con ayuda del gobierno, dos meses después de su recuperación, comenzó a trabajar en una empresa de textiles dedicada a la fabricación de uniformes para los mejores hosp