Capítulo 5: Despertando el gusto oculto

Los ojos de Thiago están tan rojos por el dolor que siente en su corazón, él se limpia con el pañuelo húmedo que carga en su bolsillo antes de entrar a el hogar que intenta construir, siente un silencio inmenso en el exterior, sin embargo, en su cabeza simplemente existen ruidos insoportables los cuales no lo dejan en paz, pero él continúa ignorandolos para lograr ser feliz. 

Thiago agarra una botella de licor, en el reflejo únicamente puede observar la imagen de Renata, lo que lo hace querer devorarse mucho más la bebida, para perder la conciencia por el inmenso dolor que está teniendo, solo maldice en su mente tener como hermano a Gael. 

Se siente vacío, puesto que Renata está tan cerca, pero con todas las barreras que impone le complica cada uno de sus planes, Thiago va agachando su cabeza para ocultar la frustración que siente en el momento, pero cada vez que recuerda a Gael su frente se le va arrugando, de tanto notar que lo prefieren a él. 

Un fuerte ruido suena, el cual mortifica de inmediato los oídos de Thiago, él de una vez se imagina lo peor y agarra un b**e de béisbol para reaccionar como sea, porque no va permitir que algo malo le suceda a la mujer que tanto ama, él da unas zancadas largas, no obstante, demasiado silenciosas para pasar desapercibido.

Con la palma de su mano Thiago empuja la puerta con tanta fuerza que la tropieza contra la pared, lo primero que observa es a Renata con medio cuerpo afuera de la ventana, las manos de ella están temblando y de los mismos nervios que le entran se queda quieta sin moverse. 

Thiago suelta el b**e dejándolo tropezar contra la alfombra, él aprieta su mano de la rabia que siente y se acerca hasta donde Renata, con su mano rústica la jala hasta bajarla, ella le desvió su mirada, mientras solo traga grandes cantidades de su saliva.

—¿Qué carajos hacías? —Los labios de Thiago se van apretando del enfado que tiene. 

—Buscar algo mejor y no seguir viviendo este infierno, no entiende que me esta lastimando con sus malditas locuras, esto jamás será amor. —Renata escupe sobre los pies de Thiago, lo está menospreciando con su mirada. 

—Es nuestra realidad Renata, ¡solo afrontala! de mi nunca te vas a separar, debes entender que Gael ya no va estar en nuestra vida, el mundo será solo nuestro, cada vez que me lastimas me haces convencer más que debemos seguir juntos.  —Thiago va subiendo su voz, ella mueve su cuerpo hacia atrás, él termina por soltarla. 

—¿Qué le hizo a Gael? ¡Thiago usted es un miserable! —la voz de Renata se va entrecortando, ella levanta sus manos y con rabia comienza a golpear el pecho de Thiago; él ya se está desesperando y la agarra de ambas manos hasta empujarla completamente hacia él.

Thiago saborea lentamente sus labios con todo el deseo que tiene por ella y se lanza para acariciar con su boca la de ella, la cual lo provoca con cada palabra que emite. 

Renata puja para quitarse, sin embargo, el momento la empieza a llevar hasta disfrutar completamente, aun cuando no es capaz de admitirlo, el calor que Thiago le está transmitiendo  le hace electrificar totalmente su cuerpo, pasan los minutos más cortos que los dos han sentido y Thiago muy despacio se va quitando, él se queda admirandola y Renata justamente antes de abrir sus ojos suelta un suspiro. 

—Si fuera por mi te devoraria completamente, plasmando con mis manos cada espacio de esa silueta que me hace delirar, sé que estoy prácticamente borracho, quizás no me crees del todo Renata, pero te lo repetire creeme que no me rindo tan fácil, evidentemente ahora mucho más lucharé, porque esto me impulsa a hacerlo. —Thiago muerde su labio coquetamente, termina por respirar con tranquilidad sabiendo que ella solo será de su propiedad. 

—Me hace reir Thiago, eso es lo más ridículo que he escuchado, no me gusto para nada es más me quedó el sabor más amargo que he tenido, seguramente me ayudará Gael a cambiar todo. —Renata mueve su cabello siendo bastante presumida, algo que le encanta observar a Thiago. 

—¿Ah sí?, no tardaste nada en nombrarme a la porqueria de mi hermano… Renata tu eres mi mujer, te queda prohibido nombrarlo, es más hasta pensarlo. —Los ojos de Thiago se van abriendo, él estira su mano para acariciar la de ella.

—¡No me toque! —Renata da la vuelta y le cierra la puerta en la cara a Thiago, él con frustración le golpea tantas veces. 

—Conmigo nada malo te va suceder, ¿Por qué no ves el esfuerzo que tanto hago? —Thiago habla agitado, sus planes cada segundo que transcurre se van desacomodando más, a pesar de todo no puede agachar su cabeza, debe dar la pelea más, todo hasta que el mundo entero comprenda que Renata es su esposa. 

—Eso no lo debe creer ni usted Thiago. —Renata mantiene su cuerpo sobre la puerta, todo para evitar que Thiago entre a la fuerza. 

—Pues soy el más necio de todos, simplemente por amar a la mujer que más desprecios me ha hecho, sencillamente soy tu esposo ya no serás prohibida, solo recuerda las cláusulas del contrato ya que el día que menos lo esperes te lo empezare a exigir completamente —Thiago dice, lo que hace que Renata se aferre más hacia la puerta, para negarse a estar cerca de él. 

Mientras tanto, Gael mueve su cabeza, el sol resplandeciente ya le esta entrando por los ojos, no se alcanzó a fijar en que momento amaneció, sus párpados caen lentamente del agotamiento que ya tiene acumulado, suena un ruido y él empieza a gritar prácticamente desgarrando su voz. 

—¡Ayuda! ¡Ayuda! —Gael se queda en silencio al notar que todo el ruido lo estaba emitiendo simplemente las hojas de los árboles que el viento hace caer, las lágrimas le salen sin tener control. 

«Thiago no podrá contra mí, él no sabe todo lo que le espera, como sea saldré de aquí todo para ir a recuperar a Renata, le dejaré claro a mi hermano que la única persona que debe dar un paso atrás es él, ya que está sobrando» piensa Gael.

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