Ya no tiene sentido que Renata se marche, puesto que el hombre con el que se casó es una caja misteriosa, posiblemente alcanzar a conocerlo terminara por ser un proceso bien tedioso, ella debería estar asustada tal cual como les sucede a muchas mujeres, que luego de un tiempo terminan por alejarse de Thiago, al enterarse de su estado tan radical de ánimo. —¿Solo quiero saber si usted se encuentra bien? —Renata indaga, tal parece que Thiago logró estabilizar sus ánimos del todo. —Perfectamente, no puedo estar mejor teniendo la mujer que amo al frente mío, estar solos eso es maravilloso, no tenemos a ningún pendejo que nos interrumpa. —Thiago suspira muchas veces, su corazón va estallar, olvido por completo lo que pasó hace un momento.—¿Es decir que ya me puedo ir? —ella habla bastante insegura.—No, Renata ¡Me estás colocando muy mal! Sabes que no dejo de delirar con tu cuerpo, yo siento que ya es hora de que te entregues a mí. —Thiago se coloca de pie, él disimuladamente acomoda el
Thiago sale de su oficina diseñando en su cabeza estrategias para convencer como sea a Renata, lo satisface saber que es una mujer de su casa, no como las mujerzuelas bastantes resbalosas con las que Gael salía, quienes luego terminaban por coquetear con Thiago haciéndolo quedar bastante mal delante de su hermano, cuando él lo único que hacía era rechazarlas precisamente por estar pensando solo en Renata. —Tal vez un ramo de flores le termine por gustar, soy tan idiota para caer en cuenta hasta ahora espero que no sea muy tarde, esos detalles a todas les fascinan mi princesa no puede ser esa excepción. —Thiago baja animado hasta el parqueadero, el señor de seguridad disimuladamente se va escondiendo, ya que él noto donde precisamente está la esposa de su jefe. Thiago está concentrado en hacer las cosas bien, tanto así que solo observa hacia adelante, aunque a sus espaldas suceda de todo no le interesa, de repente su andar se va frenando en seco, él mira hacia los lados y se esconde
Renata ya está pasada de tragos, absolutamente todo le parece chistoso, Gael procura seguirle la corriente en todo, él sabe que esos dotes que tiene sin duda superarán a Thiago. —Te voy a confesar algo Gael… No quiero volver a mi casa, como sé que jamás la vas a conocer te explicaré que de nada te estás perdiendo, hace un frío tremendo y lo peor de todo, es que no encuentro nada caluroso. —Renata brinda con la copa desocupada de Gael, él prefiere ir más despacio claramente así se acordará, de todos los placeres que la noche les traiga.—¿Crees que el idiota de mi hermano nunca me va a invitar? —Gael se ríe, todo lo está haciendo con mucha ofensa, sin embargo, eso a Renata ya le está elevando la paciencia.—Tampoco tienes que ofender así a las personas, te creía diferente Gael, pero posiblemente llevar la misma sangre los hace ser tan parecidos. —Ella intenta levantarse para marcharse, se queda quieta al notar que él no hace nada, eso la hace sentir tan ignorada algo que con Thiago ni
Renata no sabe como actuar, puesto que su madre parece sincera, ella cree que daría todo por su felicidad, Luciano no se despega de ellas sabe que las dos guardan detalles para luego terminar por estallar. —Bueno lo mejor será si te recuestas en la cama un poco hija, todo será mientras yo mismo me comunico con Thiago… Yo supongo que tu sin verlo ya puedes imaginar la angustia que él tenía, pero mejor dejemos así no encendamos más la candela —Luciano dice y cuando va tomar el teléfono, Renata grita eufórica.—¡Espera papá! Creo que merezco un poco de confianza de parte de ustedes dos. —Renata sujeta la mano de sus papás, mientras Luciano le sonríe con ternura, Bárbara blanquea sus ojos ya que le fastidia todo lo que viene de su hija. —¿Esto, a qué viene? —dice Bárbara soltándose. —Bueno seré muy franca, yo si me voy a ir a vivir con ese supuesto esposo que tengo, sin embargo, él no tiene que venir por mí, no estoy pidiendo a gritos un hombre controlador, se supone que ese es mi nuev
Renata entra a la casa lo primero que nota son las gotas de sangre que están regadas por el suelo, ella empieza a gritar muy fuerte, no para de pensar en lo peor. —¡Thiago! Nadie me responde, no puede ser, a él nada le pudo haber sucedido. —Renata corre y entra a cada recamara, pero todas están desocupadas ella se queda mirando y en el baño hay bastante sangre, sus ojos se llorosean, ella empuja la puerta, Thiago está acostado en la bañera con la ropa bañada de sufrimiento, con sus ojos cerrados; Renata se le va para encima, el entreabre su mirada, pero no tiene la misma emoción de siempre por ella.—¿Creí que estabas más feliz con mi hermano? —Thiago habla, Renata lo intenta levantar para ayudarlo, pero él no se deja antes hace presión y su cuerpo pesa como nunca.—¡No! Thiago el trato fue con usted, yo solo necesitaba meditar y ya lo hice. No me importa saber a qué se está refiriendo —Thiago luego de escuchar a Renata sale, ella lo envuelve en una manta caliente y no lo deja solo,
Renata termina exhausta ella está duchándose, Thiago entra a la recámara y se da cuenta que la puerta del baño está medio abierta, sus manos agarran la manija e intenta empujarla hacia adentro, él traga su saliva y prefiere retirarse; esperando a que Renata salga para así tener como excusa, para verla entregarle su obsequio, cada minuto que transcurre le hace dar más ganas de hacerle compañía, solo se la imagina como una diosa completa. Su mirada está directamente puesta hacia ese sitio, hasta que sale Renata y él trata de disimular, su cuerpo está completamente húmedo y su cabello se ve mucho más sexy de lo que es.—¿Necesita algo Thiago? —Ella acomoda su cabeza de medio lado, Thiago se coloca tan nervioso que no puede decir nada, se queda quieto sin atreverse a ser el hombre arriesgado de siempre. —Ehhh —Thiago tartamudea, él siempre ha sabido que la única persona que lo podrá manejar es ella.—Mejor me espera afuera le aseguro que no tardaré —ella le dice, Thiago desea hacerle de
Thiago y Renata acaban de entrar al club, robándose todas las miradas de los presentes, muchos comentarios alcanzan a murmurar, todo sobre la extraña relación que tienen, los saludos le están lloviendo a Thiago y Renata aprovecha para ir hasta donde su familia. —Pensábamos que no te ibas acercar a nosotros, como eres tan desagradecida y mala hija se te suben los humos nada más, eso es lo más triste que yo alcanzo a notar, todo por un simple vestido que no le llega ni a los talones al mío —Bárbara habla con rabia, Renata esperaba que sus padres la halagaran orgullosos como los demás, sin embargo, nada de eso escucha.—Ustedes son mis padres ¿Cómo se les ocurre decir eso? Simplemente estaba acompañando a Thiago, mamá te ves muy bella —Renata dice incómoda.—No seas tan hipócrita hija, mejor guárdate todos los comentarios. —Bárbara es antipática con su hija, ella presiente que ya es hora de sacar el dolor y más cuando, los años le están llegando siendo bastante notorios y Renata se ve m
Renata acaba de llegar a su casa, todo este intacto así tal cual lo dejaron, ella camina buscando por algún rincón a Thiago, pero efectivamente él no está.—Sé que me porte demasiado mal, tengo ese grandioso defecto en el que me dejo guiar por los demás; quizás soy muy fácil de influenciar, por eso esta vez tengo que comportarme como una dama, todo para solicitar una disculpa de él. —Renata entra a la recámara, se recuesta sobre la cama esperando que Thiago llegué.Mientras tanto Thiago se acaba de bajar de su auto, afloja a la fuerza su corbata y desabotona su camisa, todo para ingresar a un bar en el que las mujeres bailan y ofrecen otros servicios por dinero. Los ojos de Thiago se van directo hacia cada trasero que aparece, hace mucho no sabe que es tener sexo y de la impotencia que siente, es la única manera en la que se puede desahogar; él se sienta sobre una silla y bebe un cóctel, bajo en alcohol no quiere arrepentirse de absolutamente nada. Una mujer le guiña su ojo siendo c