POV: MARÍA JOSÉ. Salgo de mi habitación para ir al de Antony, giro la manija y entro. —¿Cuan…?—cierro mi boca de la impresión, está de espaldas a mí, y sólo lleva una toalla alrededor de su cintura. Voltea para encontrarse con mi mirada —Lo siento —casi deletreo esas dos palabras. —. Venía para preguntarte cuando es esa reunión de negocios. Batallo por mantenerme firme, pero de todos modos mis ojos me traicionan y empiezan a viajar por todo su pecho y más abajo. —Es la fiesta de aniversario de la empresa de un amigo, la reunión es para la otra semana, y la próxima toca la puerta —contesta disgustado. —. Es hoy —camina hacia su armario. Yo me quedo quieta a unos metros de la puerta. —Primero que nada, no voy a tocar la puerta ni la próxima ni nunca, segundo ¿Por qué no me dijiste que era hoy? —Se me escapó —se excusa sin mirarme. —¿En serio? ¿Cómo se supone que me presentaré?—Dios santo, como odio esa parte de las mujeres —gira y me mira molesto —. Eres hermosa ¿Qué más nece
POV: MARÍA JOSÉ. ¿A qué rayos estaba jugando el destino conmigo? Por poco hacemos cosas indebidas en una fiesta, en la esquina de un jardín Esto no puede ser verdad, ni las charlas con Carmen me han ayudado a encontrar la solución a esto. Cada vez que pienso en Antony, me siento una traicionera, cada vez que lo deseo involuntariamente me odio, sé que no tiene sentido, que él ya no está pero no puedo evitarlo. ¿Por qué Antony? ¿Por qué su hermano? ¿De dónde rayos nació esto? Se supone que solamente quería molestar a Dalia, no pensaba quedarme con él de verdad. Tal vez nunca debí aceptar ése matrimonio. No hubo encantos, ni conquistas, simplemente empecé a sentir esto. Nunca debí jugar con fuego, creí poder manejarlo. —Yo…Mary si… Giro sobre la cama para estar frente a frente con él. —Sé que no tienes experiencia en relaciones, sólo créeme cuando te digo algo —juego con el dorso de su mano. —. Esto es raro, y muy complicado para mí. Bajo de la cama para abandonar su habitación,
POV: MARÍA JOSÉ. Dalia se ha estado comportando de forma muy extraña, pero he decidido ignorarla, pero tampoco he dejado de acecharla en silencio. Entro a la oficina de Antony, que me ha mandado a llamar. —Hola —saludo sin ánimos. Él tira de mi brazo, y caigo sobre su regazo. —Quiero pedirte algo —murmura contra mi oído. —¿Sí?—pregunto girando para verlo a los ojos.—¿Podrías llevarte bien con Dalia?—acaricia mi mentón. —¿Qué?—arrugo mi frente confundida. —. No me pidas eso, Antony, yo no tengo nada contra ella. —Ella piensa que la odias…—¡¿Qué?!—estallo sorprendida. —. Yo no la odio, ¿Por qué habría de hacer eso? Claro que no, es ella quien está contra mí cuando ella tiene todo. Lo miro sin poder entender aquello, no recuerdo siquiera la primera vez que odié a alguien, eso nunca pasó. —Quiero que se lleven bien, la quiero, es mi amiga, la única —pasea su dedo pulgar en mi cintura sobre el vestido. Ella es importante para él, esto no es cualquier rollo, será difícil que me
No estoy avergonzada, más bien ahora estoy muy asustada. Mi corazón bombardea sin parar contra mi pecho, si fuera posible ya no estaría dentro de mí. —Relájate —me pide con la voz ronca. Asiento sin aliento. Remojo mis labios mirándolo, esperando por el momento, preparándome mentalmente para no gritar, y soportar el dolor, si en realidad es como he oído. A veces tenemos una idea tan descabellada de esto. Besa castamente mis labios, acerca sus labios a mi oído, proporcionándome su caliente aroma. —No te aprietes —ronronea, sosteniéndome con más firmeza de la cintura. —. No quiero hacerte daño, sólo vívelo. Cierro los ojos con fuerza, muerde levemente mi oreja y hace un camino de besos de mis hombros a mis pezones. Todo el tiempo que pasé preparándome es en vano, ya que cuando por fin se hunde dentro de mí, es inesperado, supo como alejar mi mente de aquello por un momento. Mis uñas se clavan en su espalda, sus ojos no dejan de buscar los míos en ningún momento, preguntándome si
POV: ANTONY. Como un tatuaje su aroma se ha plasmado en mí, aún siento el calor de su cuerpo sobre el mío. Es como si el fantasma de su cuerpo se hubiera quedado conmigo. Fue una noche única, estaba que desbordaba de amor, pero verla llorar al despertar fue un golpe muy bajo. No es que no me afecte el hecho de tener sentimientos por la que fue novia de mi hermano, pero prefiero ser yo quien la conquiste que a vivir con que alguien más la tenga y pueda lastimarla. Además, cumplir mi promesa se me hará más fácil ¿No?No sé que ella siente por mí, y ése es mi mayor temor, pero eso no me detendrá, esto que siento tiene más control que yo mismo sobre mí mismo, suena enredado, pero así es. Hago cosas que en su momento podría haber dicho que jamás haría, pero actúo acorde a mis sentimientos, esa es la diferencia. Ahora mismo ella debe estar de camino pues había ido con sus padres. Termino de hablar con mi madre, y dejo el celular sobre la mesa para concentrarme nuevamente. Escucho el ru
POV: MARÍA JOSÉ. ¿Por qué me sentí amada si en mi mente estaba otro? ¿Por qué me siento marcada por él? Me siento suya. Pero mi mente quiere a otro, otro que ni siquiera vive. ¿Es eso normal? Sobre todo mi piel desea su tacto, me hizo sentir cosas que jamás sentí, y lo más irónico, me hizo esas cosas que deseé hacer con su hermano. Me hizo mujer, y yo me entregué a él, una parte de mí lo acepta, otra parte de mí me recrimina. Lloro porque él no merece esto, él no merece que su primera vez en enamorarse sea de ésta forma, que a quien quiere esté pensando en otro, que yo no sepa lo que quiero, él me declaró su amor, que por primera vez se enamora y se lastimaba. “—Nunca me había enamorado, y ahora que pasa me lastima.”Hundo mi cabeza en la almohada ahogando mis sollozos. ¿Por qué el amor tiene que doler tanto, ser tan complicado? Se siente como un triángulo amoroso cuando uno está muerto. El sonido de las olas de la playa me acompañan, pequeños vientos atraviesan las ventanas pero
POV: MARÍA JOSÉ. Sonrío con ganas de llorar al mis ojos encontrarse con los de ella, abre sus brazos y avanzo para dejarme envolver por ella. Nos quedamos abrazadas por largo rato, haciéndome la idea de que ella está aquí y que todo está bien. Me alejo un poquito sólo para verla a los ojos, y veo en sus ojos grises dos posos. —Me diste un gran susto —murmuro entre cortada. Paso mis dedos debajo de sus mejillas limpiando sus lágrimas. —Tranquila cariño —posa sus manos sobre las mías en su rostro. —. Estoy bien. —No me volveré a ir, lo prometo —lloro de sólo pensar en que pudo haber pasado algo peor. —¿Por qué no eres feliz?—pregunta. Frunzo el ceño confundida, ¿Por qué ella me hacía esa pregunta? La misma pregunta de mi pesadilla. ¿Por qué no soy feliz? La razón es obvia pero… La felicidad no depende de nada ni nadie, según he aprendido, viendo lo bien, todo parece resumirse que mi felicidad era él, pero donde queda mi felicidad propia, tal vez la perdí. —Soy feliz —so
Me quedo sin palabra sin saber qué decir, no lo veo conveniente soltar la realidad de repente cuando él parece estar ilusionado, no puedo culparlo, claramente era su primera vez en esto de los “sentimientos” y no quiero decepcionarlo, no sé como pasé de querer fastidiarlo a no querer lastimarlo.¡Dios! ¿Tan así tenía que cambiar mi vida? Si alguien me preguntase como imaginaba mi vida hace varios meses atrás tenía la respuesta clara: casada con Antonio González, y luego de un año u dos, nuestro primer bebé, trabajar juntos y final feliz.Pero, sólo sueños. Sueños rotos, pero cosas mejores siempre vienen, supongo que eso tal vez sea Antony, evitaré recalcar que eso “bueno” es su hermano.—Te hice el desayuno.Regreso a la tierra al escuchar su tierna voz, ¿desde cuando usaba ése tono? Su tono de voz casi siempre era autoritario, bajito muchas veces, pero ronca.—¿Es en serio?—dejo salir de mis labios. —. Pensé que sólo sabías sentarte detrás de tu escritorio y teclear tu computador y…