«Tres meses después»
POV: ANTONY.
Dalia sale de la oficina hecha una fiera, no soy de aguantar berrinches de mujeres, ella sabe perfectamente que lo nuestro es sólo carnal, por ende no hay nada que reclamar, uno de los motivos por lo que no me interesa una relación es esas discusiones y toxicidades.
—¿Por qué sigues con ella? ¿No puedes conseguirte otra amante? Digo, otra dama de compañía —dice mi amigo mirándome mal.
Me acomodo en mi asiento, y dejo caer ambos brazos sobre el escritorio.
—Nunca te agradó, sabes que no soy de estar con una mujer cada noche, además ella es muy eficiente con la empresa —le explico.
—Anto, creo que le das demasiada confianza, las personas hacen todo por ambición, por ci
POV: MARÍA JOSÉ. No sé que sentir, la idea de que alguien sea el culpable de mi desgracia, de no tener conmigo al hombre de mi vida me frustra. —¿Por qué? —pregunto manteniendo mis ojos sobre mis piernas. —Tus padres lo decidieron así. —No puedo creerlo —la rabia me invade, quiero bajarme de la camilla pero él me lo impide. —¡Hey! Quieta —toma mi muñeca y mira la mancha roja que empieza a formarse en la venda. —. Mierda. ¿Acaso él se está preocupando por mí? No que me odiaba, me lo dejó claro varias veces. Quita la venda, con cuidado quita la sangre y me coloca otra venda, levanto la mirada para mirarlo hacerlo tranquilamente. —Necesitas recuperarte, sobre todo estar tranquila, si no tus padres tendrán razón de habértelo ocultado, se está investigando en secreto, no queremos hacer nada público para no alarmar al culpable —me explica mientras envuelve mi muñeca. —Es suficiente —digo apartando mi mano. —. No te preocupes, ya no quiero morir —aclaro con seguridad. Me voy a enca
POV: MARÍA JOSÉ. Con las manos entrelazadas sobre mis piernas miro fijamente a la cámara y me limito a contestar. —No puedo hacer nada, sé que nada puede traerlo de vuelta, pero yo sé que siempre estará conmigo —agacho la cabeza. —. Y en los corazones de cada uno de sus fans. Llevo mi mano a mi cuello y acaricio el anillo colgado del collar. —Lo siento, disculpen —me paro del sofá alejándome de la sala. Salgo de la casa por la puerta trasera y en un mar de lágrimas me alejo de la propiedad. Es fácil decirlo, otra cosa muy distinta es hacerlo. —¡María! Volteo para verlo dar zancadas hacia mí. —¡No! Por favor —alzo mi mano pidiendo que no se acerque. Me doy la vuelta, y voy a casa, quiero, lo intento pero simplemente sigue doliendo como la primera vez. Ahora es cuando me pregunto: ¿En realidad el tiempo lo cura todo? El tiempo pasa y el dolor sigue intacto, tal vez simplemente no es el momento de sanar, o tengo que esforzarme más. Nunca le había hablado a un muerto, ni pasar
POV: ANTONY. A veces creo que soy dos personas en serio que sí, cada vez que termino de abrir mi boca con orgullo y rudeza al rato siento remordimiento. Eso me enferma, a mí me vale si ofendo a alguien mientras sea la verdad, omitiendo a mi familia, ¿de qué vale aferrarse a una mentira? —Trata la bien ¿quieres? —No me digas que hacer —murmuro molesto. —Siempre estaré para aconsejarte, aunque seas mayor que yo —dice antes de que se lo recuerde. —. Tu hermano la amaba, esa es la fuerte conexión que tendrán, a veces tienes que buscar el lado a la situación y no llevarte por la corriente. —Ella no coopera bro —expreso con frustración. —Está dolida, debe estar pensando que está engañando a tu hermano, y tal vez lo peor de ti; hay algo muy común en las mujeres, son muy buenas, aman con todo pero cuando sacas su lado malo te llevará el diablo, sino controlas tu humor de perro recordarás ésta frase y a éste gran amigo. Peina su cabello de lado, haciéndose el buen moso y me saca u
—Si intenta cualquier cosa contra mí, voy a darle donde más le duela —avanza lentamente hacia mí. —. Me quedaré contigo y voy a ejercer mi poder como esposa —sonríe traviesa. —. No soy cruel, pero no dejo que nadie me pisotee, yo siempre respondo cuando me buscan.La miro impresionado por sus palabras, hay más detrás de su linda sonrisa angelical, si la buscas saca sus alas para dar pelea y eso está más que claro.—Creo que encontré lo especial que te unía tanto a mi hermano —suelto en voz alta, bufo porque ya no puedo recoger mis palabras.—Tendrás mucho tiempo para conocerme —encoge sus hombros.—No te preocupes por Dalia, nunca tuvimos una relación, nada más que trabajo y carnal; vamos —propongo y regresamos hacia los demás.Firmamos y como ya habíamos solicitado esto, nos entregan los documentos inmediatamente. Cada quien regresa a su hogar, y por primera vez me siento aliviado, muy aliviado gracias a la conversación que tuvimos.Al día siguiente horas antes de la celebración deci
POV: ANTONY. Jamás había planeado tener una familia, casarme ni nada por el estilo, pues siempre estaba exclusivamente para la empresa, y extrañamente estoy empezando a sentir la necesidad de hacer mi vida, irónicamente luego de haberme casado con ella. Ahora que es imposible empiezo a soñar con eso. Tengo veintisiete años, y la muerte de mi hermano me ha hecho sentir que debo disfrutar mi vida al máximo, y no dejar las cosas que puedo hacer hoy para mañana. Han pasado tan sólo dos semanas desde la boda, y la melodía de mis noches ha sido escucharla llorar. Lo único que ha hecho es decirme que no le gusta la idea de tener un guardaespaldas a todos lados pero usé mis trucos de convención, aunque a regañadientes aceptó. Era más que claro que ella era una mujer muy difícil de doblegar. —Ya no sé que hacer mamá, siento que ahora está peor, se la pasa llorando todas las noches. Llevo tiempo quejándome con mi madre por todo, pues le dije que ser esposo no era lo mío y yo no pedí casa
POV: MARÍA JOSÉ. Sabía que había despertado a una abeja de su panal pero me importaba un rábano. Por extraña razón siento que ella tiene algo que ver, y además de estar investigando sobre la muerte de Antonio me he tomado muy en serio lo de la empresa. He conseguido el número de a quién se le compró toda esa mercancía, Dalia negó rotundamente que no había sido ella quien las solicitó pero voy a desmentirla. Toco la puerta de su oficina y luego de tener su aprobación entro, ella está parada a su lado, casi ni se le despega. Pongo el teléfono sobre su escritorio, y miro a la bronceada. —¿No que no tenías idea de quién solicitó toda esa mercancía? —He solicitado muchas cosas, lo olvidé… —farfulla nerviosa. —. Antony yo… —Desde que has venido te la pasas buscando como provocar a Dalia, deja de buscar ir en su contra, no voy a despedirla si es lo que quieres lograr, querías estar aquí, bien, eres libre de estarlo. La respuesta de Antony es como una bofetada para mí, estoy buscando
POV: MARÍA JOSÉ. Cuándo su recuerdo venía a mi mente, una terrible tristeza me invadía, y no podía evitar sentirme fría, como si nada importara. Tal vez en su momento por el dolor actuaba con rudeza, pero hay una parte que te duele tanto que simplemente te vuelves fría. —¿Y?—le pregunto a Carmen. Estamos de camino a casa, no sé nada de Antony, el chofer que me lleva a todas partes me preguntó si quería irme, y la verdad no veía porque seguir ahí. Todo había sido un éxito. —No sé, quiere una cita —responde tímidamente formando puños sobre sus piernas. La miro atenta esperando que me diga si aceptara o no. —Lo pensaré, tampoco hay que parecer interesada —me mira de reojo. Suelto una pequeña carcajada porque eso se lo enseñé yo, y ahora está usando mis palabras para justificarse. —Bien, bien. Ella es la primera en llegar a su casa, cuando llego a la mía el sentimiento de soledad me embarga, me hubiera gustado haberme ido con mis padres, al menos estaría acompañada. Sé que no es
POV: MARÍA JOSÉ. No entiendo porque insiste en darme una explicación, pero me limito a escucharlo. —Me encontraba frustrado, me pasé de tragos y amanecí junto a ella, pero no volverá a pasar. Dudo por unos segundos si soltar la pregunta que tengo molestándome en la punta de mi lengua. Me decido por soltarlo. —¿Y si queda embarazada?Él abre los ojos sorprendido por mi pregunta pero niega con la cabeza rápidamente. —Imposible, me encargué de eso —farfulla con seguridad. —¿No quieres tener hijos?—pregunto frunciendo el ceño. —No —contesta de golpe. —. Es que, debería tenerlo contigo claramente…—Entiendo —lo interrumpo. —. Opino que deberías relajarte, tal vez tomar unas vacaciones, estás muy estresado, lo de Antonio, la empresa, yo estoy tratando de juntar los trozos de mi corazón, él no volverá, y deberé hacer mi vida, tarde o temprano, me duela o no —le hablo mientras lo miro fijamente a los ojos. —Espero poder superar ésta etapa rápido, no soy de sentirme así —aparta la mir