POV: MARÍA JOSÉ. Cuándo su recuerdo venía a mi mente, una terrible tristeza me invadía, y no podía evitar sentirme fría, como si nada importara. Tal vez en su momento por el dolor actuaba con rudeza, pero hay una parte que te duele tanto que simplemente te vuelves fría. —¿Y?—le pregunto a Carmen. Estamos de camino a casa, no sé nada de Antony, el chofer que me lleva a todas partes me preguntó si quería irme, y la verdad no veía porque seguir ahí. Todo había sido un éxito. —No sé, quiere una cita —responde tímidamente formando puños sobre sus piernas. La miro atenta esperando que me diga si aceptara o no. —Lo pensaré, tampoco hay que parecer interesada —me mira de reojo. Suelto una pequeña carcajada porque eso se lo enseñé yo, y ahora está usando mis palabras para justificarse. —Bien, bien. Ella es la primera en llegar a su casa, cuando llego a la mía el sentimiento de soledad me embarga, me hubiera gustado haberme ido con mis padres, al menos estaría acompañada. Sé que no es
POV: MARÍA JOSÉ. No entiendo porque insiste en darme una explicación, pero me limito a escucharlo. —Me encontraba frustrado, me pasé de tragos y amanecí junto a ella, pero no volverá a pasar. Dudo por unos segundos si soltar la pregunta que tengo molestándome en la punta de mi lengua. Me decido por soltarlo. —¿Y si queda embarazada?Él abre los ojos sorprendido por mi pregunta pero niega con la cabeza rápidamente. —Imposible, me encargué de eso —farfulla con seguridad. —¿No quieres tener hijos?—pregunto frunciendo el ceño. —No —contesta de golpe. —. Es que, debería tenerlo contigo claramente…—Entiendo —lo interrumpo. —. Opino que deberías relajarte, tal vez tomar unas vacaciones, estás muy estresado, lo de Antonio, la empresa, yo estoy tratando de juntar los trozos de mi corazón, él no volverá, y deberé hacer mi vida, tarde o temprano, me duela o no —le hablo mientras lo miro fijamente a los ojos. —Espero poder superar ésta etapa rápido, no soy de sentirme así —aparta la mir
POV: MARÍA JOSÉ. Siento el frío del suelo, al mis rodillas hacer contacto con ello. Él sigue aferrado a mis brazos llorando sin parar, nunca creí que vería al hombre serio y un poco frío tan vulnerable, llorando como un niño entre mis brazos, y no puedo evitar sentirme terriblemente mal. —Era mi único hermano…Sí, eso sí era doloroso, yo no tengo hermanos pero siempre quise tener uno. —Siempre estará en nuestros corazones, vive ahí —susurro acariciando su cabeza. Se siente tan raro ver a un hombre llorar así, sobre todo a él, que se ha mantenido firme, y sé que lo ha hecho por sus padres, y en ocasiones también por mí. Se aleja, y me mira a los ojos, toca mis mejillas y seca mis lágrimas. —Lo siento —su voz sale en un ronco murmullo muy bajito. Le sonrío. —No tienes que disculparte. Poco a poco con el tiempo que tenemos juntos, he ido conociéndolo a fondo, esa faceta tan dura que había utilizado en el primer día del suceso nunca apareció, no sé como pudo creer que yo tenía la
Sigilosamente salgo de la oficina, no tuve tiempo a revisar nada, pero no será la primera ni la última que entre, no hasta encontrar algo. —¿Cómo vas? Se te tiene que hacer fácil, ya te he dicho lo que le gusta y lo que no —replico pasando a tomar mi asiento. —Eso no quita que tu amiga sea muy difícil, ten —me extiende el CD forrado por algo plástico transparente. —Ves que te estoy ayudando, la lastimas y conocerás a la verdadera María José —alza las manos, y me río. —. No pude averiguar nada —digo, con voz desanimada. —No te preocupes, me tienes de tu lado. Abro la boca para decir algo pero en eso entra mi querido esposo, de hecho nunca quise intentar verlo con otros ojos, a parte de verlo como un arrogante, pero sobre todo como el hermano del amor de mi vida, que sobra decir que ya no está. —Vamos —ordena, de mala gana como si tuviera la culpa de cualquier cosa que le haya pasado. —E…—Es tarde, déjalo para mañana, anda —me interrumpe, me indica la puerta con la cabeza y no e
V: ANTONY. No cabe duda de que la muerte de mi hermano fue planeado, y que ahora aparte de mi familia, Mary también está en peligro. ¿Por qué? ¿Qué mal había hecho mi hermano? Que yo sepa nunca hemos tenido conflictos con nadie, aunque como empresa seamos una competencia para muchos otros, nunca ha habido señales de amenazas. —Adivina quién invitó a salir a tu esposa —la irritante voz de Hugo, que es lo último que quisiera escuchar, me saca de mis pensamientos. —¿Crees que estoy para esas cosas?—respondo seco. —Deja de sentirte seguro sólo porque han quedado en no salir con nadie, hasta donde veo, se lleva muy bien con el detective, además él no la ve com…—Ya —alzo las manos no más arriba de mis hombros. —. ¿Qué quieres que haga? Ella ama a mi hermano muerto, y yo prefiero no dejar crecer esto que siento. —Solo bésala —hace ademán con las manos mientras avanza hacia mi escritorio. —. Deja que tus labios le digan de lo que estás tratando de huir, déjate sentir —expresa, fingiendo
POV: MARÍA JOSÉ. Empujo la puerta, y me adentro a la oficina, no es que sea mal educada pero simplemente no veo razón ni tengo ganas de tocar. —Yo no sé, pero o la pones en su lugar o lo hago yo —exclamo inmediatamente que piso su oficina. —. No sé si ya no te vino con el chisme y me vale un rábano, fue a mi oficina a marcar su territorio como si estuviera segura de que hay algo entre nosotros cuando sabe como son las cosas, me insulta con qué me he tirado a ambos hermanos uno detrás de otro, recuerda que te dije que me quedaría contigo si se pasaba de…Calla mis labios, pero no un simple callar, calla mis labios con los suyos. O sea que me está besando, sus manos acunan mi rostro mientras sus labios se mueven sobre los míos pero yo estoy frisada. Llevo ambas manos a sus hombros para empujarlo pero decido quedarme con el platillo, aunque sea sólo para molestar a Dalia. Eso no es tan malo o ¿sí? Dejo mis manos sobre sus hombros y le sigo el beso, sus labios saben al mismísimo café,
POV: MARÍA JOSÉ. Salgo de mi habitación para ir al de Antony, giro la manija y entro. —¿Cuan…?—cierro mi boca de la impresión, está de espaldas a mí, y sólo lleva una toalla alrededor de su cintura. Voltea para encontrarse con mi mirada —Lo siento —casi deletreo esas dos palabras. —. Venía para preguntarte cuando es esa reunión de negocios. Batallo por mantenerme firme, pero de todos modos mis ojos me traicionan y empiezan a viajar por todo su pecho y más abajo. —Es la fiesta de aniversario de la empresa de un amigo, la reunión es para la otra semana, y la próxima toca la puerta —contesta disgustado. —. Es hoy —camina hacia su armario. Yo me quedo quieta a unos metros de la puerta. —Primero que nada, no voy a tocar la puerta ni la próxima ni nunca, segundo ¿Por qué no me dijiste que era hoy? —Se me escapó —se excusa sin mirarme. —¿En serio? ¿Cómo se supone que me presentaré?—Dios santo, como odio esa parte de las mujeres —gira y me mira molesto —. Eres hermosa ¿Qué más nece
POV: MARÍA JOSÉ. ¿A qué rayos estaba jugando el destino conmigo? Por poco hacemos cosas indebidas en una fiesta, en la esquina de un jardín Esto no puede ser verdad, ni las charlas con Carmen me han ayudado a encontrar la solución a esto. Cada vez que pienso en Antony, me siento una traicionera, cada vez que lo deseo involuntariamente me odio, sé que no tiene sentido, que él ya no está pero no puedo evitarlo. ¿Por qué Antony? ¿Por qué su hermano? ¿De dónde rayos nació esto? Se supone que solamente quería molestar a Dalia, no pensaba quedarme con él de verdad. Tal vez nunca debí aceptar ése matrimonio. No hubo encantos, ni conquistas, simplemente empecé a sentir esto. Nunca debí jugar con fuego, creí poder manejarlo. —Yo…Mary si… Giro sobre la cama para estar frente a frente con él. —Sé que no tienes experiencia en relaciones, sólo créeme cuando te digo algo —juego con el dorso de su mano. —. Esto es raro, y muy complicado para mí. Bajo de la cama para abandonar su habitación,