Dominic se recostó en el marco de la puerta de la Oficina de Diseño, mirando a su supuesta pareja destinada inmersa en su trabajo, sin prestarle atención a su alrededor. La presencia del alfa era tan intimidante que casi todos se dieron cuenta que estaba ahí menos quien debía.
-Presidente- uno de los demás empleados exclamó y el resto de ellos dejaron de hacer sus tareas y se levantaron de sus asientos nerviosos. Aidan solamente alzó la mirada de la pantalla y frunció el ceño.
El alfa aprovechó que le prestaba atención y lo llamó moviendo el dedo índice, acción que lo hizo cerrar sus ojos y suspirar. Aidan se levantó de la mesa apretando los puños y ganando toda la paciencia posible, no quería
estar al lado de ese hombre, no ahora.-Sigan trabajando- ordenó antes de salir de la oficina detrás de él.Dominic se detuvo a pocos metros del elevador y se giró con su porte que le sacaba varios centímetros.
-Me parece que el Presidente en este lugar soy yo- le vio alzar una ceja- No me gusta que no me obedezcan cuando doy una orden-
-Y yo le mandé una respuesta, usted nos dio un tiempo límite para la realización del proyecto, proyecto que cambió en su mayoría-
Al igual que él, mantenía una postura firme y no alzaba la voz, parecía tranquilo y acostumbrado a lidiar con jefes exigentes como él. Aidan era duro de doblegar. Tal vez un poco de presión solucionaría eso. Pensaba Dominic mientras apreciaba los labios rosados naturalmente moverse al hablar. Estarían mejor en otro lugar inferior moviéndose a su disposición.
-Por menos que eso puedo botarte o degradarte de tu rango, una falta de respeto a tu superior se paga alto- el color de los ojos de Dominic se hizo más oscuro.
Aidan no pareció inmutarse con sus palabras, pestañeó lentamente y tomó aire para mostrar una expresión que ocultaba toda la rabia que podía contener con la amenaza.
-Puede hacerlo- eso lo sorprendió- Pero la persona que más sabe de este proyecto y de cómo llevarlo hasta el final con éxito soy yo, si quiere puede confirmarlo. Pero si quiere despedirme puede hacerlo- sonrió- No pondré resistencia- lo retó.
Dominic entrecerró los ojos. Su actitud, de seguro, lo había llevado hasta donde estaba, un joven inteligente y seguro de sí mismo. Quedaban pocos, no parecía un omega, tal vez en su físico sí. Era más menudo que los demás hombres de la empresa, incluso los que rondaban su misma edad, y lo delicado de su apariencia. Tenía el tamaño adecuado para estar debajo de un cuerpo más masculino gimiendo deliciosamente. Pero…pobre de aquel que quisiera pasarlo por sumiso, de eso no parecía tener ni un pelo.
-Director Miller- un empleado joven del área de editorial se acercó a él corriendo.
Ambos lo miraron detenerse delante de ellos sin darse cuenta de su conversación.
-Me alegra haberlo encontrado, necesitamos los insumos para la segunda parte de los panfletos-
-Se los enviaré en un momento-
-Oh, gracias- el chico sonrió y literalmente se lo comió con los ojos, algo que no pasó desapercibido por Dominic que empezó a expulsar feromonas inconscientemente para repelarlo, molesto por las atribuciones del beta y no haberlo saludado como correspondía, que solo sintió la atmósfera densa alrededor de su jefe.
-Si me disculpan- dijo al ver que no era más bienvenido en la conversación y se retiró con la misma velocidad.
Dominic se sintió mejor al saber que había expulsado la amenaza
-Podría dejar de hacer eso- la voz de Aidan salió temblorosa.
Dominic se giró hacia el menor y la imagen frente a él no le gustó. El joven tenía una mano sobre su rostro tapándose la nariz y su rostro arrugado.
-¿Estás bien?- intentó tocarlo pero este solo retrocedió poniendo más distancia.
-Tus feromonas, duele cuando las siento- articuló con dificultad -Aléjese por favor-
Ese hecho volvió a parecerle sospechoso al alfa.
-¿Cómo puedes sentir mis feromonas si eres un beta?- esa era una cualidad de solo otros alfas y omegas, las feromonas no afectaban a los betas a menos que fueran muy intensas, pero no de la forma que Aidan las parecía percibir.
-He sido muy sensible desde niño, a pesar de ser beta, puedo percibirlas levemente, pero las tuyas son más intensas- Dominic intentó acercarse otra vez pero Aidan aumentó la distancia –No te acerques-
-Está bien- se incorporó viendo el rechazo por parte del beta que se sostuvo de la pared tras su cuerpo –Hay algo que me ocultas Aidan Miller y lo voy a descubrir-
El joven sacudió la cabeza intentando que el malestar se disipara logrando resultados.
-¿Cuál es su interés en mí?- parecía cansado de su insistencia- Apenas si nos conocemos, no le debo nada, solo quiero trabajar y estar tranquilo-
-Ya te lo mencioné, eres mi omega, mi pareja destinada- recalcó Dominic
Otra vez con lo mismo. Aidan suspiró y se incorporó logrando mantenerse estable.
-Lo dejaré bien claro, Presidente, no me interesa su dinero, gano suficiente para ser feliz y estoy conforme con eso. Además estoy comprometido y no creo que rompa el compromiso por palabras que no tienen ningún fundamento. No reacciono a usted porque no soy omega, no caigo en celo porque no soy omega, no lo acepto como mi compañero porque no soy omega-
Se detuvo para respirar y estudiar la reacción del alfa.
-¿Queda claro? Ahora si me disculpa he perdido varios minutos que tendré que quitarme de mi hora de descanso, sino desea hablarme de temas de trabajo por favor limítese a mantener la distancia, no quiero más problemas de los que tengo-
Aidan no lo dejó responder, se giró de vuelta a la oficina dejándolo con la palabra en la boca, y sin saber que decir.
-Señor- Leo a su espalda lo llamó. Se había mantenido a distancia cuando notó la densa atmósfera
-¿Viste cómo me habló ese chico?- parecía más indignado que molesto.
Su secretario solo guardó silencio ocultando la risa que contenía al ver alguien que ponía en su lugar a Dominic, además de sus padres.-Señor, creo que lo que encontré le parecerá interesante, es respecto a lo que me mandó a investigar-
-Espero que así sea- tomó los papeles y volvió a su oficina aun recordando las palabras de aquel beta-omega, ya no sabía que era.
***
Aidan se despidió del custodio estirando los brazos al sentir la brisa nocturna en su rostro. Otro día más saliendo tarde del trabajo, para no variar, solo con la diferencia que su novio lo esperaba en la entrada con su auto. Al parecer se estaba oliendo algo que no le gustaba y de paso, no existía. Ya se había enterado de su nuevo jefe.
-Hans- lo llamó mientras caminaba hacia él.
-Precioso, hoy te vine a buscar- típico de alguien celoso pero no discutiría con él, ya que estaba allí aprovecharía el aventón.
Desde la ventana Dominic miraba la escena y arañaba el cristal con sus pulcras uñas. A pesar de que se había dicho miles de veces que no insistiría con él, era imposible obviar que Aidan estaba destinado a ser suyo y que estuviera al lado de otro hombre activaba todos sus sentidos posesivos de alfa.
-No te preocupes Aidan Miller, ahora si te puedo asegurar que dentro de poco serás mío- sus ojos se volvieron de un intenso verde- Mi omega-
Aidan se reflejó en el espejo e hizo una mueca al ver el estado de su cabello. El estrés era fatal y le pasaba factura a todo. Én él, su fibra capilar era la que más sufría. El brillo había mermado y las puntas parecían resecas. Tanto esfuerzo intentando mantener una melena de lujo y en unos días todo el trabajo se había ido por la borda.En los últimos tres días su presidente se había mantenido a ¿raya?, después de la conversación algo subida de tono. Pero mantenerse en guardia todo el tiempo e intentar esquivarlo, había puesto sus cronómetros de estrés al máximo.Buscó en la gaveta de su cómoda una tijera. Cuando no había solución era mejor cortar.
Aidan paró de comerse su hasta ahora cuidada uña, cuando sintió el líquido viscoso de sabor metálico en su boca. Lo que le faltaba. Suspiró y apenas una pizca de preocupación que tenía salió de él.-¿Ocurre algo?- el conductor del taxi que había tomado al salir de la empresa parecía preocupado por su ataque de ansiedad.Él asintió suavemente-Estoy bien gracias, solo un poco estresado- aquel hombre debía ser un beta, equilibrado y respetuoso.Se recostó en el asiento y cerró los ojos esperando llegar a su casa lo antes posible. Había apagado el celular así que cualquiera que lo llamara de seguro s
-Necesito su ayuda-Dominic no podía creer lo que sus oídos estaban escuchando. Primero la impresión de recibir una llamada de su pareja, que parecía evitarlo a toda costa, lo había asombrado y después le pedía ayuda. Wao, que estrella se caería del cielo.-En lo que desees- respondió sonriendo. Sabía que no tendría que esforzarse mucho. Él llegaría a donde debía estar por sí solo. No tendría que mover ni un solo dedo. Y esa llamada era el inicio de todo -¿Qué quieres que haga por ti, amor?- dijo de forma sensual.-¿Conoce algún hospital donde hagan la prueba de género, de forma segura y anónima?- Aidan al parecer ignoró su ind
Los miembros del departamento de diseño se miraban entre ellos y tragaban sonoramente. No acababan de decidirse quien le daría los papeles a su jefe. La razón. Simple. Aidan fruncía el ceño dolorosamente y su semblante advertía que no quería nadie cerca.-Llévalo tú- una de las chicas palmeó la espalda de uno de los más jóvenes y el chico solo abrió los ojos con los labios temblorosos. Se acercó cautelosamente a su superior.-Director- su voz salió inestable- Aquí está el último análisis-Aidan no lo miró. Extendió la mano cogiendo el documento en el aire para abrirlo y comenzar a revisarlo.
Cuando Aida recobró el conocimiento estaba más aturdido que despierto. Sentía su cuerpo como si estuviera en una enorme bola de algodón que se movía de un lado a otro débilmente acunándolo. Muy cómodo y acogedor. Podría quedarse así por siempre.Y aquel olor. Delicioso y atrayente que inundaba todo su ser y lo mantenía en un trance total. Se acercó más a la fuente de aquel sabroso aroma y lo abrazó con la poca fuerza que le quedaba pegando su nariz y aspirando.-Si me despiertas así todos los días, creo que me volveré muy adicto a ti por completo-Los ojos de Aida se abrieron de golpe al escuchar aquél voz. Se separó con dificultad solo para ser atra&iacu
Dominic llegó a la cocina y golpeó con sus nudillos el mármol negro de la meseta doliéndole en el proceso.Había sido un estúpido utilizando su voz en aquél joven que parecía realmente confundido con la situación. Sabía que estaba forzando todo, pero se estaba desesperando y eso solo traía problemas. Encendió el fogón y sacó algunos alimentos del refrigerador. Cocinar siempre ponía su mente en calma y lo relajaba.Para cuando volvió al cuarto con una bandeja encontró a Aidan acostado en la cama tapado y dándole la espalda enterrando su cabeza en la almohada.-Te traje algo para que comieras-Él no se mov
Aidan se quedó quieto sintiendo su mejilla palpitar dolorosamente. El único sonido que se oía era la del agua caer y la respiración de ambos.Con la mano temblorosa tocó la piel que ya se volvía roja y seguramente, más tarde, hinchada. El sabor metálico de su propia sangre rozaba sus papilas gustativas como recordatorio de lo que acababa de ocurrir.-Sal- dijo entre dientes sin mirarlo.-Aidan, cariño- Hans levantó la mano para tocarlo.Él levantó antes la suya y puso en su cuello el borde de la navaja de afeitar.-Sal- volvió a repetir y no le importó que el filo dejara una leve l&iacut
-Acércate- le ordenó Dominic con voz grave.Aidan negó con la cabeza y retrocedió-No voy a hacerte nada, acércate- su voz sonó esta vez más flexible.Pero él volvió a negar. Dominic no tuvo más remedio que hacerlo él. Se levantó de su asiento y caminó hacia su empleado que estaba ligeramente pálido.-Presidente, el proyecto- Aidan intentó enfocarlo en el trabajo, acaso no era para eso que estaba aquí.-Creo que me debes una explicación. Saliste de mi casa y ni siquiera me diste las gracias- su semblante estaba serio mientras se acercaba.
Último capítulo