Luciana y Miguel llegaron a uno de los lujosos hoteles del grupo Vidal - Espinoza. Él había reservado la suite presidencial, solo introdujo la tarjeta, y abrió la puerta: —Llegó el momento de cargar a mi esposa —susurró, y la alzó entre sus fuertes brazos.—Mi sueño hecho realidad —murmuró Lu, sonrió, con la mirada iluminada se prendió del cuello de su esposo. Entonces la feliz pareja entró a la suite. Los ojos de Lu brillaron al ver la hermosa decoración, pétalos de rosas, velas, un exquisito aroma a lavanda. Miguel la depositó en el piso. —¿Qué te parece? —Hermoso —mencionó sintiendo que su pecho se inflaba de dicha. —Voy a preparar la bañera —comentó Miguel. —Y yo alistarme para ti —susurró ella, le guiñó un ojo. Al cabo de unos minutos cuando Miguel volvió a la recámara, Luciana había apagado las luces, y solo las de velas quedaron encendidas, como si lo hubiera pedido, había en el medio de la habitación un tubo para pool dance. Las suaves notas de una melodía sonaron, el
Luciana y Miguel partieron a la Florida, él la iba a dar una grata sorpresa llevándola a conocer las instalaciones de la NASA en Cabo Kennedy. Y mientras ellos viajaban a disfrutar de su amor, Emiliano en Ecuador se encontraba en una encrucijada. —¿Quién es esta mujer? —cuestionó Karla, observó con desdén a Esmeralda, frunció la nariz. Esmeralda se alejó de Emiliano, y observó a la mujer que estaba junto a él, la contempló de pies a cabeza, era muy elegante, distinguida, y bastante bonita. —Yo soy la mamá del hijo de Emiliano —expresó irguiendo la barbilla. —¿Qué? —cuestionó Karla frunció el ceño, miró a Emiliano con severidad—, así que eres todo un macho cabrío que te gusta andar regando hijos por aquí y por allá —rebatió apretando sus puños.Emiliano estaba en shock sin saber cómo reaccionar, ni qué hacer, por un lado, requería tener cerca a Esmeralda, ella era el anzuelo para llegar a Albeiro, y por el otro debía vigilar que Karla no cometiera una estupidez, luego de unos minu
Unos días después, Luciana y Miguel volvieron de su viaje a Colombia, habían pasado unos días maravillosos en Miami, y ella en una sala especial en el interior de la NASA había podido mirar de cerca Saturno. Luego de reencontrarse con sus mellizos, consideraron que debían volver a casa, Juan Andrés y Paula también regresaban a finiquitar su trabajo en Ecuador, pero ellos decidieron dejar a todos sus hijos con los abuelos, no iban a demorar más de tres días. Luciana insistió en que su mamá y hermano se fueran a vivir con ella, tenía miedo de que Albeiro les hiciera daño, pero se negaron, no querían cambiar de país; sin embargo, Miguel se encargó de que no volvieran a su antiguo barrio, y mientras le conseguían un nuevo apartamento, se quedaron de huéspedes en la Momposina, ahí estarían seguros. Horas más tarde las dos parejas, llegaron al aeropuerto de Cuenca, y en una valla gigante, la imagen de Luciana semidesnuda apareció. «La escort más famosa de Colombia, la mujer más deseada
—Lo que escuchas —expuso con seriedad Max—, ese psicópata sigue vivo. —Debo alertarlos —dijo de inmediato Emiliano, sacó su móvil y enseguida marcó a Miguel, pero no obtuvo respuesta, entonces gruñó exasperado. —Mañana podrás comunicarte —avisó Max, y salió con su pedido, claro que no tan tranquilo, él sabía lo peligroso que era Sergio, y a más de eso tenía una mente siniestra. Entre tanto Miguel y Luciana llegaron a su nuevo hogar, ya estaba decorado como Luciana, y los niños le solicitaron a la decoradora. Luciana sentía un estremecimiento en el estómago, sabía que era imposible ocultarles la verdad a sus hijos, quizás si no tuvieran esa inteligencia tan prodigiosa todo hubiera sido más fácil, pero ellos no se iban a quedar con la duda. Entonces Lu se armó de valor, les pidió sentarse en los sillones de la sala. Los azules ojos de los niños la observaban con inquietud. —Niños, esto no es fácil para mí, hay cosas en mi pasado que me dan vergüenza, y jamás hubiera querido que lo
A Juan Andrés una corriente helada le recorrió la sangre. —¿Qué has dicho? ¿Estás seguro? —cuestionó agitado. —Lo que escuchan, ese hombre tiene muchas influencias, el tráfico de personas es un negocio que mueve millones de dólares en el mundo, y por dinero baila el mono, debe tener comprados a jueces, policías, en fin. —Y de Albeiro, ¿qué se sabe? —indagó Luciana, sentía su corazón agitado. —Ese hombre se camufla bien, he visitado algunos días el burdel donde te llevó Simone, pero no hay rastros de él, debe tener una oficina secreta en algún lugar —gruñó, los miró a todos—, estamos corriendo peligro, no sabemos en qué momento Sergio estalle, es un hombre, entre comillas, peligroso. —Avisemos a las autoridades —ordenó Miguel. —No tenemos pruebas, la investigación la realicé por mi cuenta, y yo ya no pertenezco a la policía, ni Emiliano. —¿Y entonces? —bramó Miguel. —¿Para qué nos estamos arriesgando? —vociferó. —Tranquilos, les pido conservar la calma, y por favor no alertar a
Antes de dar el gran golpe, los villanos se reunieron para no cometer errores. —Esto es lo que vamos a hacer —espetó Albeiro—. Simone tu misión es traer a Luciana hasta acá, aquí nos encargaremos de llevarla con el resto de chicas —ordenó—. Tú Esmeralda vas a casa del infeliz de Emiliano y te encargas de su mujer. —La mirada le brilló—. Cuando las tengamos a ambas, y hayamos borrado las evidencias, te avisaré Simone y podrás hacer con Juan Andrés Duque lo que deseas. La mirada de Simone oscureció por completo, apretó los puños. —Haremos justicia —gruñó. Albeiro de inmediato movilizó a sus hombres, dio órdenes precisas, el plan se dio marcha. ****Horas más tarde se dio inicio al plan, Simone entró a la oficina de Luciana, esbozó una gran sonrisa llena de hipocresía. —Estoy muy resentida contigo, te casaste y no me invitaste a la boda. —Frunció los labios—, pensé que éramos amigas. Luciana suspiró, negó con la cabeza. —Claro que somos amigas, pero ni yo sabía de las intenciones
Simone soltó una tétrica carcajada.—Parece que tienes admiradores, mi querida Lu.Luciana sintió las miradas lascivas de aquellos hombres sobre ella, y la piel se le erizó. —¿Quiénes son? —cuestionó Luciana conteniendo el aire, se quedó estática, y luego recordó que dejó su bolso en los vestidores. «¡M@ldición!» gruñó en la mente. Simone se aproximó a ella, la observó con la mirada turbia. —¿Creíste que podrías engañarme? ¿Me crees pendeja? —habló con voz gruesa. Luciana tembló, sentía el corazón bombeando con fuerza. —¿De qué hablas? —indagó balbuceando. Simone hizo una seña con las manos y los hombres que estaban detrás de Lu, la agarraron con fuerza, ella peleó, se removió, pero eran demasiados, y ejercían demasiado presión en sus brazos, la amarraron. —¡Me engañaste! ¡Me hiciste creer que eras mi amiga, y que me ayudarías a conquistar a Andrés! ¡pero no, todo era una falsa! —vociferó gruñendo—, por eso esta noche mi querida Luciana Gómez te volverás a reunir con Albeiro.
Los equipos de búsqueda se desplegaron y dividieron, la capitana lideró su equipo y fue junto a Emiliano a aquella casa donde supuestamente vivía Esmeralda, el otro equipo fue siguiendo las huellas de los neumáticos. —Debo alertar a Juan Andrés que el loco de Sergio debe estar tramando algo —comentó Max. —Tienes razón, ve con él, llámalo —argumentó Emiliano.Max subió a una camioneta y fue con un equipo que Amparo dispuso para él. ****—¿Cómo que Lu no aparece? —indagó con los ojos abiertos de par en par Juan Andrés, estaba en el estacionamiento del hotel listo para subir al elevador. —Lo que escuchas —respondió Miguel. —¡Paula corre peligro! —exclamó, sintiendo el corazón acelerado, tocó varias veces el botón del elevador pero este parecía atascado, y eso no era buena señal, colgó la llamada. —¡No se te ocurra tocarle un pelo, porque te mato! —gruñó apretando los puños. Entonces corrió a las escaleras de emergencia. —¡Andrés! —gritó Miguel pero ya no obtuvo respuesta.****Mi