Después de que le envié el correo, simplemente desapareció. No se volvió a conectar ni al chat ni a Messenger.
Es sábado y voy camino a la estación del metro donde lo cité. Soy un manojo de nervios. Me sudan las manos. Traigo conmigo una botella de agua, porque mi nivel de ansiedad es tal, que siento seca la boca.
Por la mañana, me di mil vueltas en el closet buscando qué ponerme, por lo que me decido por un vestido negro hasta la altura de las rodillas, con pequeñas flores rojas estilo japonés, abotonado en la parte de la espalda. Unos botines estilo militar negros, un pequeño bolso para guardar lo necesario, el cabello suelto con los rizos bien definidos, un poco de delineador negro en los ojos, máscara en las pestañas y labial rojo suave, terminando el atuendo con unos pendientes largos y mis infaltables lentes de sol.
Llego a la estación. Me siento en una de las escaleras para esperar su llegada.
¡Dos horas! Dos jodidas horas lo espere y no apareció. Mi orgullo y mi autoestima están enterradas a miles de kilómetros bajo tierra. Con el poco amor propio que me queda, tomo el vagón de vuelta a casa, tratando de no pensar en nada más. Me pongo los audífonos y le doy play al reproductor, suena Love Hurts de Incubus.
Qué canción más apropiada —Pienso irónica.
Cuatro días después…
Se aproxima un interferiado y mi tía Linda, me ha invitado a la playa junto a mi prima y su novio, por lo que no me puedo negar, ya que amo el mar y necesito hacer catarsis caminando por la playa. Además de que el lunes pasado tuve una entrevista de trabajo y ¡me han seleccionado! Por lo que comienzo el próximo lunes.
Ese día que llegué a casa, me encontré con Nelly una amiga de años del chat. Ella vive en otra parte del país, por lo que no nos conocemos en persona, pero si hemos entablado una bonita amistad. La mantengo al día con todo lo que respecta a Cristian, pero aún tengo latente sus palabras, “La cagaste amiga, le pusiste la soga al cuello y no le diste más alternativas”.
Y creo que tiene razón. Soy demasiado apasionada e impaciente. No le di tiempo para enamorarlo más o explicarle que no estoy buscando casarme ni nada de eso, pero que tampoco podíamos seguir jugando a los amigos que cada vez que se citan se besan como si no hubiese un mañana —Pienso.
Es jueves y mañana me voy a la playa con mi tía, por lo que vuelvo a seguir uno de los impulsos que me hacen hacer estupideces.
Para: Cristian, ¿sí?Sabes una cosa Cris...
Estos días sin saber nada de ti, aunque no lo creas, se me han hecho eternos.
La incertidumbre de no saber si te molestó o te asustó todo lo dije en ese mail, si te gustó, si lo encontraste demasiado intenso o quizás ni siquiera lo has leído, porque puede que estés con mucho trabajo, me tiene en ascuas y completamente impaciente...
Lo que hice fue sin ninguna intención de alejarte y menos de asustarte...
Aún no pierdo la esperanza de que lo estás pensando y aún no reaccionas.
No he querido pensar que te alejaste sin decir palabra... porque no siento que sea la
manera correcta, y por lo que tú me has demostrado, eres un hombre correcto.
Mientras no tenga respuesta tuya, no logro estar tranquila. Sólo estoy “jugando un todo o nada” por lo que quiero, y eso eres tú.
Esto no es presión, para nada, no quiero quitarte tu espacio, ya que no me gustaría que hicieran eso conmigo, solo quiero que sepas que aún sigo aquí, esperándote.
Soy una mujer impaciente y sobre todo muy apasionada, por lo que realmente quiero que el “tú y yo” sea un hecho y no sean solo palabras.
Como punto aparte; aprovecho la instancia para contarte que comienzo el lunes en un nuevo trabajo... y para ser ¡feliz, feliz, feliz! solo me falta una respuesta tuya, sea buena o mala...
Además de que me voy a la playa este fin de semana, para desconectarme y comenzar la próxima semana renovada.
Besototes para ti y como te digo siempre, no olvides que por aquí hay una mujer que no
deja de pensar en ti... ¡¡¡MUUUUUUACKSS!!!
Emilia.
Enviar.
Soy una jodida kamikaze —Me recrimino.
(…)
Los días en la playa me ayudaron muchísimo para reconectarme con mi yo interior. Caminaba por horas en la playa hasta el atardecer, con mi fiel e incondicional compañera: la música.
Traté de mantener una actitud positiva en cuanto a todo lo que me ha sucedido este último tiempo. Y me obligué a no darle más vueltas al asunto con Cristian. Dejaría que el tiempo haga lo suyo.
Al llegar a casa el domingo por la mañana, dejé listo todo para mi nuevo trabajo. Es una agencia de publicidad, no muy grande, pero al menos trabajaré con una ex compañera de la universidad, así que estaba muy entusiasmada.
Después de luchar contra mis impulsos, enciendo el computador y al revisar F******k encuentro la solicitud para una aplicación llamada “Zoosk” que es para conocer gente con tus mismos intereses, y como estoy en plan de: si el destino lo pone en mi camino, por algo será, le doy aceptar. Me creo un perfil y mi computador se vuelve loco con notificaciones ¡En menos de diez minutos tengo alrededor de treinta Match’s!
¿Por qué no? —Me pregunto, si finalmente Cristian brilla por su ausencia y no quiero morir rodeada de gatos.
Esta primera semana ha sido muy buena en el trabajo. Trabajar con María José “la Cote” ha resultado bastante entretenido. Marco, mi jefe, debe rondar por los cincuenta años, pero es muy simpático y jovial.
Somos pocos en la oficina, está Marcelo, que es el director creativo, Arantza, es ejecutiva de cuentas en conjunto a Marco. La Cote y yo somos las diseñadoras y están entrevistando otras chicas más para que seamos tres en el equipo. Y no me olvido de Juanito, que nos ayuda a mantener todo limpio y ordenado.
El miércoles de esa semana, fui al banco y abrí una cuenta de ahorro y depositar todo el dinero que tenía ahorrado para comprar mi casa propia. Ese es uno de mis sueños y quería que dejara de estar en el futuro lejano; quería que fuera un presente próximo para poder salir de casa de mis padres a como dé lugar.
Por las noches, he tenido varias conversaciones con mis Match de Zoosk y por lo mismo he ido descartando a varios, ya que sólo buscan desfogarse y no quieren algo más allá de lo sexual.
Si quisiera desfogarme con alguien, es cosa que se lo plantee a Antonio, un amigo con quién también tuve cierta “química” en el chat, pero al momento de conocernos en persona, nos dimos cuenta que seríamos sólo amigos, aunque existiera una leve tensión sexual entre los dos, pero yo no soy así, no sirvo para el sexo casual.
Hay dos chicos con los que ha sido interesante la conversación. Uno es muy agradable y tierno, se llama Sebastián y vive en otra ciudad, pero de vez en cuando viaja a la mía, ya que su hermana vive acá.
El otro chico se llama Felipe y realmente me he entretenido mucho conversando con él. De hecho, fui yo la que inició la conversación, ya que me llamó la atención que escribiera su perfil completamente en inglés, siendo que su idioma nativo es el español.Emilia: ¿Crees que te irá mejor en las citas por ser bilingüe? —pregunté con toda la simpatía que me caracteriza siempre.
Felipe: Supongo que me ha ido bien, ya que a pesar que fui yo quien te dio Match, fuiste tú quién inició la conversación —Touché, me mató al primer intento.
Emilia: Ok. 1 - 0, ganas tú. —¿Cómo puede ser que me rinda a la primera?
Felipe: Así es. ¡Bang! ¡Bang! —No quise escribirle más, ya que vi un fantasma aparecer.
Cristian se ha conectado…
Cristian: Hola Emi. —dice cortante.
Cristian: Estás con un clon pequeño —Lo dice por mi foto con mi sobrina, Antonia.
Emilia: Hola. Sí, es mi sobrina, Antonia… ¿Cómo estás?
Cristian: Claro... —¿Mmmm?
Emilia: ¿Claro? Tu nickname dice oscuro —Su nickname en el chat.
Cristian: Sí, bueno... Es una situación difícil.
Emilia: ¿Por qué? ¿Qué te paso?
Cristian: Nahh
Emilia: Mmm, cuéntame —¿Qué será?
Cristian: Leí tus cartas —Eso pensé, por algo desapareciste, ¿no?
Emilia: Ahh... ¿Y eso fue difícil?
Cristian: Lo fue
Emilia: Eso imaginé… Para mí tampoco fue fácil, Cristian... créelo.
Cristian: Mientras leía, sabía que fue difícil. Por eso me gustó. Mucho. Lo que pusiste ahí... —Creo que se me desencajó la mandíbula.
Emilia: ¿Verdad?
Cristian: Sip
Emilia: Qué bien... Me alegra mucho saber que te gustó —¿Entonces?
Cristian: Por otro lado, Emi... Creo que podrías salir dañada... Y yo no quiero eso... Vi que estas dispuesta a dar más que yo, desde el comienzo... —¡Auch!
Emilia: Sí... puede ser —Creo que aquí es pelear hasta morir.
Emilia: Creo que soy algo intensa.
Cristian: No sé si pueda responder a eso.
Emilia: Pero el que no se arriesga, no cruza el rio —¡Bien jugado!
Cristian: Es cierto, pero, podríamos hacer cosas de las que podrías arrepentirte después y tampoco quiero eso —Buen punto, simplemente no quiere que sufra por él.
Cristian: Eres una buena chica.
Emilia: Me hubiese arrepentido si no te hubiera dicho nada y quedarme de brazos cruzados, esperando que las cosas pasen solas, tampoco era la idea. Espero que lo hayas entendido así… Solo quería que supieras lo que me pasa contigo... —Me siento ¿avergonzada?
Cristian: Sí, entendí tu intención.
Emilia: Qué bueno
Cristian: Así que nuevo trabajo... —Cambiando el tema radicalmente.
Emilia: Así es, y ¿por qué esa cara? Alégrate por mí, yo estoy feliz en este nuevo trabajo —No entiendo su reacción.
Cristian: Ahh que bueno. ¿Mejor paga, mejor ambiente?
Emilia: Sip :-$ todo bien. Me queda lejos, pero todo bien.
Cristian: ¿Dónde es?
Emilia: Es una Agencia de Publicidad, queda en un buen sector. Además, queda cerca de uno de los centros comerciales más grandes de la ciudad, alcanzo a verlo desde mi ventana.
Cristian: Hahaha... qué bien, al menos puedes distraerte en la hora de colación —Claaaro, con lo que me encantan las multitudes, la gente y los centros comerciales.
Emilia: ¿Y tú? ¿Alguna novedad?... tantos días sin saber de ti —pregunto curiosa.
Cristian: Nada... Todo igual… —Siento que se ha quebrado algo entre los dos.
Emilia: ¿Bien? te noto como triste... —pregunto con tristeza.
Cristian: Triste, tal vez...
Emilia: ¿Y por qué?
Cristian: Pero... como dijo Legolas... “La tristeza está muy cerca aún” —Odio “El Señor de los Anillos”, me da un sueño fatal.
Emilia: …Gracias por aparecer, me hacía falta saber lo que opinabas sobre lo que te escribí :-$. Ahora me voy tranquila, no con la respuesta que quería leer, pero tranquila, ya que respondiste a mi pregunta, no con la claridad que esperaba eso sí jaja... pero bueno, algo es algo... ojalá no desaparezcas de nuevo... de todos modos igual me gusta saber de ti... —digo resignada
Emilia: Y disculpa por la franqueza y la intensidad de mis mails... quizás te complicaron un poco, pero lo sentía necesario.
Cristian: Se agradece… Hasta el momento creo que fue lo mejor... Espero no arrepentirme, porque sé que será tarde… —¡Decídete hombre, que me estás matando!
Emilia: Mmm ¿cómo? Arrepentirse ¿de qué? ¿tarde para qué? —¿Qué pretende?
Cristian: Tú me entiendes —¡Ni un carajo!
Emilia: No o_O. Mejor que seas claro… sea cual sea la respuesta... estoy dispuesta a que sea positiva o negativa…
Cristian: ¿? —bufo ¿es en serio?
Emilia: No nos estamos entendiendo ajjajaja xD —¡Idiota!
Cristian: ¿Qué entendiste entonces, desde que estamos hablando? —¡Wtf!
Emilia: Entendí que no
Cristian: Que no, ¿qué? —¿Me estás? ¿Qué le pasa? Me está colmando la paciencia.
Emilia: Que la respuesta a mi pregunta es un no
Cristian: Entonces, a lo que me refiero es que no quiero arrepentirme de ese "no" más tarde —¿Estás jugando conmigo?
Emilia: ¿Y por qué tendrías que arrepentirte?
Cristian: Creo, ahora, que fue lo mejor tu carta… es lo que creo —Más de dos semanas sin hablarnos y ¿aún no tiene clara la situación? ¡Que le corten la cabeza!
Emilia: Uno siente o no siente —no es tan difícil.
Emilia: Bueno, a pesar de tu respuesta, yo sigo pensando y sintiendo lo mismo y, claramente, no es algo que cambie de un día para otro. Lo único que espero, es que ese “no”, no sea porque creas que no vales la pena o pienses que me puedas hacer daño, porque eso es algo que decido yo… —digo molesta.
Emilia: Y también espero que ese no, sea porque es lo que sientes...
Cristian: Para ser sincero, es porque pienso en ti —Me paso las manos por la cara con frustración.
Emilia: Mmm. Es que entonces no es válido... No para mí al menos —¿Por qué no dice las cosas con claridad de una buena vez?
Cristian: ¿Por qué no?
Emilia: Porque no es algo que tu sientas. Es decir… en estas cosas se sufre porque sí o porque no... porque así es como se tiene que vivir... si estás diciendo que no, para evitarme el "sufrir" estás mal. Quizás yo también te pueda hacer sufrir a ti… y realmente es algo que es parte de la vida...
Cristian: ¿Sufrir? ¿Esperas sufrir? —bufo.
Emilia: No... pero sé que es parte de la vida, de crecer, de madurar. Hay un dicho que dice: "si no se sufre, no se vive". Además... ¿cómo estás tan seguro de que me vas a dañar, si ni siquiera estas seguro de lo que me respondiste? —mi paciencia tiene límites, y estamos llegando a su punto máximo.
Cristian: Eres mejor abogada que yo —¡Tarado!
Emilia: ajajaj… solo quiero claridad. Y realmente no me convence tu respuesta… —¡Finish Him!
Cristian: Caso cerrado —A pesar de todo logró hacerme reír— hahaha ¡Muaks! —Y el desgraciado ¿me manda un beso?
Emilia: ajajajajajja ¿Gané? xD
Cristian: Hahaha… Extrañaba tu simpatía —Sí, claaaro…
Emilia: Yo te echaba de menos a ti :-*
Cristian: Me voy a dormir. Que estés bien, Emilia. Cuídate mucho. Nos vemos —Ok, creo que, a pesar de mi cambio de actitud, de querer ser más positiva, no puedo estar mendigando amor a nadie. Algo de orgullo tengo.
Emilia: Bueno... tú también, cuídate. Arriba ese ánimo. Besos
Cristian: Besos
Emilia: Muacks :-*
Creo que esto fue demasiado por hoy. Necesito no pensar, por lo que apago el computador, me tiro en la cama, me pongo los audífonos y le doy play, por lo que suena Road de Portishead, ideal para dormir, pienso. Cierro los ojos hasta que finalmente logro quedarme dormida.
Han pasado un par de días desde esa conversación y como si fuera poco, Cristian no se ha vuelto a conectar, otra vez ¿Cómo va a ser tan difícil decidir qué se siente por una persona?Sigo sintiendo lo mismo por él, pero ya me está cansando todo el tema. Sí, soy impaciente y no me gustan las situaciones ambiguas. Así que para cambiar de “aires” he estado conversando con mayor frecuencia con Sebastián y Felipe.Si hiciéramos una fusión entre uno y el otro, creo que tendría al ser humano perfecto, aunque es difícil deducir algo como eso, si aún no los conozco en mayor profundidad.En la agencia hemos estado con muchísimo trabajo, ya que estamos haciendo un sitio web para una clínica muy importante de la ciudad. Estamos trabajando en paralelo con una productora de eventos, ya que se realizará el lanzamiento en una cena de gala para los empleados de la clínica y nosotros además de organizar y diseñar todo, estamos invitados al evento.Entro a F******k y reviso la bandeja de entrada, tengo n
Suena Nearly Lost You de Screaming Trees en mis oídos, mientras miro la foto que tiene Felipe en su perfil de Zoosk, parece más joven de lo que es, ya que está con el uniforme de la escuela. Su cabello es rizado, cejas bien definidas, pero no se ve más que eso, ya que la fotografía es en blanco y negro.Leo la información de su perfil. Se graduó de uno de los colegios más importantes del país, donde se han formado la gran mayoría de los presidentes de nuestro país. Pero no aparece nada sobre su familia o datos más duros para hacerme una idea más real de él, me siento una Stalker al revisar su perfil.Tómate las cosas con calma, Emilia —Me digo a mí misma.Ha pasado una semana del evento en la clínica. Felipe me ha llamado todos los días desde ese día. Durante el día conversamos por Messenger, en los ratos libres y por las noches hablamos por teléfono. Hemos hablado millones de cosas, pero ninguno de los dos ha indagado más allá en el tema personal. Supongo que estamos dejando esa infor
No sé cómo ha pasado el tiempo tan rápido. A pesar de lo cansada que estoy, he continuado mis conversaciones nocturnas con Felipe.Cristian se ha conectado un par de veces, pero si no le escribo yo, no se molesta si quiera en saludar, por lo que opté por hacer exactamente lo mismo con él. Si ésta es su manera de hacer que me desilusione o me “olvide” de él, lo ha conseguido.Ya estamos en la quincena de diciembre. Hemos decorado la agencia con motivos navideños, también organizamos un coctel para el día veinticuatro y hemos decidido jugar al amigo secreto, me ha tocado Marco.Emilia: ¡Necesito tu ayuda!Felipe: ¿Qué ha sucedido? ¿Estás bien? —que tonta he sido, cómo le escribo así, debe pensar que es algo grave.Emilia: ¡Hola! Sí, todo bien. Disculpa que lo haya dicho así u_UFelipe: Pensé que te había ocurrido algo. Bueno, dime ¿en qué te puedo ayudar?Emilia: Hemos jugado al amigo secreto y me ha salido Marco, mi jefe. No sé qué comprar ¿Me ayudas?Felipe: Mmm… ¿Cuántos años tiene?
—Sí, por eso mismo te cité aquí. Así después cada uno toma el metro hasta su destino —contesto, guiñándole un ojo.—Bien pensado, ¿vamos? —Asiento.Llegamos a una cafetería llamada Cinzeo. Nos sentamos lejos del bullicio de la gente que transita por el terminal, cerca de un ventanal que da hacia un parque.Me sudan las manos, por el calor que hace y por los nervios.Felipe logró ponerme más nerviosa de lo que ya estaba, ya que es muy guapo. Es muy alto, y sí, lo vuelvo a repetir porque me tiene impactada su altura, ya que debe medir más de un metro noventa, espalda ancha, buen trasero, una hermosa sonrisa, mentón ancho, labios no muy gruesos, pero tampoco tan delgados. Tiene barba de algunos días y lo que lo hace único es su barbilla partida. Tiene el cabello con rizos anchos de color castaño oscuro y ojos expresivos color avellana.Está vestido con un traje negro de dos piezas, lleva una camisa blanca arremangada hasta sus codos, con dos o tres botones desabrochados a la altura de su
Al llegar a casa, sentí un gran alivio, ya que mamá y yo llegamos al mismo tiempo.Me salvé del interrogatorio, ya que ella con sus hermanas habían ido a visitar a una tía que vive en el campo, así que, durante la cena, nos dedicamos a conversar sobre eso.Una vez en mi dormitorio, me tiro en la cama pensando en Felipe. Y como si el destino me intentara decir algo, entra un mensaje a mi móvil.Felipe: Hola Emilia ¿Has llegado bien a casa? —Suspiro como boba.Emilia: ¡Hola! Sí, todo bien, ya estoy lista para dormir, ¿y tú? Felipe: Llegué hace unos minutos, pero algo me falta… —No recuerdo que hayamos olvidado nada sobre la mesa.Emilia: ¿Has perdido algo en el café?Felipe: Así es… —¿Qué será?Felipe: Creo que te llevaste algo que me pertenece… —No recuerdo haber tomado nada… Emilia: ¿En serio? ¿Qué es? No recuerdo haber tomado nada tuyo —Ya me está preocupando.Felipe: Es sólo un… —Me mata de la curiosidad.Emilia: ¿Un qué? —Observo la pantalla que dice “escribiendo”, pero tarda una
Las festividades pasaron y al igual que todos los años. Celebramos Navidad en casa de mi prima Susana, donde nos reunimos con su familia, mis otros primos y mis tías. Como siempre, fue entretenido ver las caritas de ilusión de mis sobrinos pequeños cuando abren sus regalos.El año nuevo, lo festejamos con un pequeño coctel en el departamento de tía Linda, donde estaban dos de mis primos, ya que Susana lo celebró con la familia de su esposo, Álvaro. También estaban unas amistades de mi tía y la hermana mayor de ambas, mi tía Carmen.Esa noche estaba enfurecida. Había discutido con mamá toda la tarde, porque me tomó más de dos malditas horas el llegar a casa, ya que las calles colapsaron con toda la gente saliendo temprano de sus trabajos para volver a casa. Ese día decidí ir a trabajar en el auto de papá, con la excusa de que me demoraría menos en volver, pero fue todo lo contrario. Flashback*—¡Eres una cualquiera! quizás con quién te estuviste revolcando, que has llegado tan tarde —g
Llego al parque donde quedamos de juntarnos y lo veo sentado, esperándome en una de las bancas. Es extraño verlo sin sus trajes, pero se ve muy guapo. Está vestido con un jean celeste, una camisa blanca con las mangas recogidas hasta sus codos y los tres primeros botones del cuello desabrochados. El cabello no tan peinado como de costumbre, con sus rizos más alborotados. Se ve guapo, muy guapo.—Emilia —dice con su voz sensualmente profunda.—¡Hola, Felipe! ¿me esperas hace mucho? —Niega con la cabeza.—No, te envié el mensaje apenas llegué. En todo caso lo merezco, te hice esperar nuevamente —dice apenado.—No pasa nada. Aproveché el tiempo —digo guiñándole un ojo.—Y bueno, ¿qué hacemos ahora? —Me mira y me levanta una ceja, es tan jodidamente guapo, ¿por quéééé?—Tengo ganas de tomar un helado, ¿vamos? —Pregunto y le hago un puchero.—¡Perfecto! —dice y me da la mano para que caminemos hacia alguna heladería. —¿Te dije que te ves hermosa hoy? —pregunta y yo me pongo roja como un tom
Si se preguntan qué paso con Cristian, la respuesta es nada. Creo que chateamos una vez más y no lo volví a ver ya que fui muy Emilia para conversar con él, en otras palabras, cortante. Será porque estamos en época de vacaciones, no lo sé; simplemente desapareció. Por un lado, fue lo mejor. El destino sacó al hombre incorrecto y dejó al que me sorprende y hace que mi corazón bombee con fuerza cada día, o eso quiero creer.Las cosas con mamá iban “mejorando” de a poco, por lo que no me arrepiento de no haber tomado una decisión desde el enojo.Ya hacía unas semanas que estábamos saliendo “oficialmente” con Felipe. Nos veíamos prácticamente todas las semanas, la mayoría de las veces me sorprendía en el metro y de vez en cuando salíamos, uno que otro sábado por la tarde.Aún recuerdo el día en que mis padres conocieron a Felipe. A papá le habían regalado tres entradas para ver una obra de teatro al aire libre, y como mamá sufre de agorafobia, mi papá me dijo que invitara a Felipe en su lu