El camino de regreso lo hacemos sumidos en un cómodo silencio. Paloma ha pasado una tarde junto a sus amigas. Y, hemos visto lo bien que se integra con los demás.Eso es un gran avance.Al llegar a casa. Paloma decide subir y toar una siesta. Yo entro a mi habitación. Me quito los zapatos y me dejo caer sobre la cama.De manera instintiva tomo la manta y la llevo a mi nariz. Cierro los ojos y me pierdo en los recuerdos de mi hijo.El sonido de la puerta abriéndose me hace abrirlos y me encuentro con Roman. En silencio se acerca y se sienta en la cama.Nuestras miradas se cruzan unos segundos antes de acostarse a mi lado y darme un abrazo.Me dejo hacer y se siente reconfortante.—No sabes lo que quisiera quitarte esa pena, Davina —dice en voz baja y ronca.Sus palabras me hacen derramar un par de lágrimas, pero no dejo que la tristeza me arrope. La cercanía de Roman me da consuelo, aunque él no lo sepa.Estoy sintiendo cosas profundas por él.—Siempre lo voy a extrañar —susurro —pero
Estoy terminando de ordenar la habitación de estudio cuando unos brazos me rodean desde atrás.—Escuche por ahí que le has dado un buen, raspa polvos a Irina.Hago una mueca cuando escucho las palabras de Roman.Dejo los lápices de colores y me doy la vuelta entre sus brazos.—Lo siento, pero ella atacó primero.Asiente.—No me sorprende. En eso es muy parecida a Julia— frunce el ceño. —Pero, no caigas en sus provocaciones, sabe que la única razón por la que aún viene es porque no quiero alejarla por completo de Paloma.—Si me lo preguntas. Ella está mejor sin esa mujer —digo antes de poder retener mi lengua.Roman me mira unos segundos en silencio antes de asentir.—Ojalá Paloma lo entendiera de esa manera. Pero es una niña que solo ve a su tía. La única conexión con su madre.—Entiendo y me sabe mal por Paloma.—¿Quieres que te confiese algo? — susurra—¿Qué?—A veces siento que no lo estoy haciendo bien.Mis brazos a su alrededor se aprietan intentando darle consuelo.—Pues, déjame
No sé cuánto tiempo estoy sobre mis rodillas.Así me encuentra Roman tiempo después.—Davina —escucho que me llama —¿Qué sucede? — inquiere llegando hasta mí.Cuando mi mirada se posa en él, niego.—No está. Se la llevo.—¿Que se han llevado? —inquiere sin saber de qué hablo— ¿Quién? —La manta —señalo mi cama —La manta de mi hijo no está y sé que esa mujer se la ha llevado.Su expresión pasa de la sorpresa a la incredulidad para terminar siendo una máscara de furia.—¿Cómo supo que tenías algo así de importante?Le doy una mirada sabedora.—Me va a escuchar —dice ayudándome a poner en pie antes de salir de la habitación.—¡Paloma! —Escucho el estruendo en el pasillo. —¿Por qué lo has hecho? — escucho.—¿Qué hice?Su voz es de sorpresa y miedo al mismo tiempo.—Ven conmigo, ahora —Roman entra a la habitación con Paloma de la mano.Me limpio el rostro y la veo.Sus ojos se ven grandes para su rostro y cuando me ve me mira con curiosidad.—¿Dime que no le has dado a tu tía la manta de
La segunda vez que verifico a Paloma, la encuentro dormida.Así que me voy de regreso a mi cama.Con movimientos metódicos, me cambio y pongo el pijama. Apago la luz y cierro los ojos, pero es inútil. La rabia que siento en este momento no tiene precedentes.Doy vueltas en la cama y cada que una lágrima escapa quiero darle una tunda a Irania. El sonido de la puerta al abrirse me hace sentarme en la cama y miro como Roman entra a la habitación. La luz del pasillo se filtra, pero sé que es él.Tiene consigo algo que no veo bien hasta que se acerca.—¿Eso es…? — susurro cuando este, toma asiento a mi lado.—Esto te pertenece—. Susurra con una bonita sonrisa.Deja sobre mí la manta. Antes de que pueda parpadear me arrojo a sus brazos de este.—Gracias. Muchas gracias por esto.Sus brazos me rodean y me estrechan contra su cuerpo.—He dejado claro a Irina que no tiene permitido venir a esta casa.Hago una mueca y aunque es un alivio para todos. Sé que Paloma lo verá como que, le hemos qui
Esta mañana fue difícil dejar a Roman. Para ser sincera, hemos vivido una semana de ensueño. Compartimos tiempo juntos después de que Paloma fuera a la cama, pero antes, Roman se encargaba de estar presente para su hija.Ha disminuido el ritmo de trabajo de manera considerablemente y Está haciendo todo lo que está en sus manos para poder ser lo que ella necesita y que se sienta querida.Paloma al principio estaba enojada y renuente ante la idea de no ver más a Irina. Pero supongo que se está haciendo a la idea. La mente de los niños es un misterio.Hoy era la cena anual de la clínica de Roman y también era como la declaración de que estábamos juntos.Yo, estaba feliz.Sí. Había caído rápido y duro. Tenía sentimientos por Roman, el hombre ha sido un soplo de aire freso en miedo de mi oscuridad. Esa oscuridad que ahora mismo veo lejana y no amenaza con ahogarme. Por ese mismo motivo había decidido contarle a mi madre que estaba sucediendo.No buscaba aceptación. Solo quería compartir mi
Al legar al hotel. Nos dirigen al salón donde va a llevarse a cabo la cena anual.Entrelazo mi brazo con el de Roman y avanzamos mientras siento las miradas de los presentes que nos ven con curiosidad.Sé que todos son conscientes de la situación que Roman ha vivido el último año.Así que, debe ser una sorpresa que estos lo vean del brazo de otra mujer.Cuando estaos en medio del salón. Mi hermano aparece levando su traje a medida y una mirada que no sabría cómo definir.Dorian saluda Roman.—¿Me pueden explicar que significa esto?—Hola, hermanito. Me alegro de verte—. Sus ojos me atraviesan.—Davina.—Tu hermana y yo tenemos una relación—. Suelta Roman sin anestesia y yo mantengo mi mirada impasible. —Te aseguro que mis intenciones son buenas.Doy un paso al frente y tomo su mano.—Está bien— susurro —No tienes que preocuparte—. Sonrío —Roman me ha hecho ver la vida de nuevo de una manera más vibrante.En silencio, me estudia unos segundos antes de suspirar. Y darme un abrazo.—Si t
Yacemos en la cama de Roman.La cena había terminado sin mayores traspiés y luego de despedirnos de Dorian, dejamos el hotel.Roman nos trajo a su casa y luego de arrepentirme un par de veces de llamarle ratón de biblioteca, ahora estamos acostados, enredados entre las sabanas mientras este descansa su cabeza en mi pecho en silencio y pasa su dedo por mi brazo en silencio.—¿Vas a contarme lo que hablaste con los abuelos de Paloma? —espeto en voz baja.—Quieren que reconsidere mi veto hacia Irina. Pero les he dejado claro que no daré marcha atrás.—Sabes que apoyo cualquier decisión que tomes.—Lo sé —dice tomando mi mano y dejando un sonoro beso.—Y, puedes decirme lo que quieras—. Hay algo más, puedo verlo, pero no quiero presionarlo.Se remueve y me mira desde su lugar. Acaricio su cabello mientras sus ojos grises me estudian en silencio unos segundos antes de suspirar.—Me contaron que Julia les llamo. Y que está planteándose muy seriamente, pedir la patria potestad de Paloma. —Co
Estoy en la oficina de Roman mientras superviso la tarea de informática de Paloma.Está haciendo un simple texto de redacción y le está llevando tiempo debido a que no es muy diestra con el teclado.Mientras ella se ocupa de su actividad, reviso otras de sus actividades. Había sido un fin de semana muy bueno. Paloma estaba feliz y muy animada. Al parecer la ausencia de Irina no la afectaba en realidad.Por otro lado, Roman y yo no somos un secreto. Gail se sorprendió ante el acontecimiento, pero me apoyo. Lola solo asiento y me dio una ligera sonrisa,Los únicos que no he visto han sido a los padres de Roman. Creo que me muero de miedo verlos y que ellos no me acepten.—Davina— la voz de Paloma me saca de mis pensamientos y la encuentro mirándome.—¿Si? ¿Tienes problema con el texto?Niega.—Sabes. En unos días es mi cumpleaños.—¿En serio? — La miro con sorpresa.Asiente.—Papá prometió una fiesta con inflables.—Entonces la tendrás —le guiño —Tu padre no miente y de seguro está en e